BERNARDO VICENTE MOSQUEIRA RODRÍGUEZ (1898-1970)

Músico - Profesor de Música

Nació en Carapeguá el 8 de junio de 1898, hijo de Don Manuel Mosqueira y doña Carlota Rodríguez. Realizó sus estudios primarios en su ciudad natal en aquel entonces Escuela N° 424. Sus estudios secundarios los realizó en Asunción, pero no lo pudo terminar. Su alma sensible marcó el imperativo de su vida: la música que cultivó desde muy joven hasta los últimos días de su vida.

PRIMEROS PASOS.

Su vocación musical surgió tempranamente, Bernardito, como lo llamaban cariñosamente, fue un chico precoz, siendo un mozalbete ejecutaba ya la guitarra y una armónica adherida a ella; muy apreciada para las famosas serenatas a las damas carapegüeñas.

El instrumento que atraía poderosamente su atención era el violín, así que no era raro ver a Bernardito largo rato mirando y acariciando el violín que su padre don Manuel ejecutaba con suma maestría. Las noches cuando ya todos dormían en la casa, Bernardito sigilosamente quitaba el violín del estuche y en el fondo del jardín empezaba a arrancarle sonidos tímidamente primero para luego aflorar magníficos sones que fueron perfeccionándose con el tiempo.

Después de mucho tiempo su padre, don Manuel, descubrió el pasatiempo de Bernardito, admirado ante lo que veía y escuchaba se acercó a su hijo, lo abrazó y le dijo “¿Por qué a mis espaldas?”, desde entonces recibió lecciones de teoría y solfeo y técnicas correctas para la ejecución del violín. En su hogar paterno bebió de sus fuentes lo que más tarde sería su vocación y profesión.

Luego de algunos años, invitado por el tío Silvano Mosqueira, entonces cónsul del Paraguay en Río de Janeiro, don Bernardo se trasladó hasta aquella ciudad donde prosiguió sus estudios de violín con famosos profesores brasileños.

Lastimosamente la añoranza al terruño fue más fuerte, así que antes de culminar sus estudios, regreso a su querido pueblito Carapeguá, de donde nunca más volvió a salir. Sus profesores le decían que tenía talento natural, pero que a pesar de todo eso, tenía que estudiar 12 años.

Vuelto a su pueblo, dirigió la banda local y años después, a principios de los años 20 fue vicedirector de una banda de músicos en Rosario Santa Fe, Argentina.

¿CÓMO FUE LA VIDA DE BERNARDO?

Fue un autodidacta, se ilustró solo. Le gustaba leer buenos libros y comentarlos en rueda de amigos y vecinos casi todas las noches.

Los jóvenes estudiantes veían en él al maestro accesible y bondadoso que atendía sus requerimientos a cualquier hora y lugar. Todos lo llamaban cariñosamente “maestro”. Supo ganarse la simpatía y el respeto de sus conciudadanos. La proverbial buena voluntad, la generosidad y la humildad de don Bernardo eran conocidos aquende y allende del Ca'añavé.

Apreciaba y valoraba el guaraní, idioma que hablaba con mucho amor y propiedad al punto que se constituía en la lengua materna de sus hijos, decía “primero hay que hablar el guaraní, pues sería muy triste que un hijo mío sea un extranjero en su propia tierra”.

Fue profesor de música y canto por más de 30 años en las escuelas y colegios de Carapeguá y pueblitos circunvecinos. Además colaboraba permanentemente con todas las instituciones educacionales, deportivas y de beneficencia con maravillosas y espectaculares veladas.

Dirigió con mucho acierto por varios años la banda municipal, orgullo de todos los carapegüeños. Era un verdadero semillero de músicos, que hasta hoy sobresalen ya sea en el campo musical nacional como internacional. También formó coros mixtos, que representaban a Carapeguá en importantes eventos, tanto dentro y fuera de ella.

Algunos de sus alumnos fueron: Palito Miranda (de reconocida fama nacional e internacional), Blas Morínigo (compositor), Ángel González, Ángel Miranda, Herminio Cazó, Antonio Chávez, Ramón Miranda, Rafael Larrea, Francisco Romero.

Eran famosas las retretas domingueras en la plaza Gral. Díaz con la Banda de Música, lugar de reunión, entonces, de las familias carapegüeñas, que demostraban su gozo y contento con estruendosos aplausos después de cada interpretación.

Cabe mencionar que la Orquesta Mosqueira creada y dirigida por don Bernardo fue aplaudida, apreciada y valorada por propios y extraños. La Orquesta Mosqueira gozaba de mucha popularidad por sus excelentes interpretaciones. Las fiestas patronales y las fiestas sociales, entonces las más importantes, se realizaban con la orquesta. Era famosa no sólo en el 9º departamento, sino en toda la república y fuera de ella. Esa misma orquesta fue hasta el corazón de Chaco Paraguayo durante la guerra con Bolivia (1932 - 1935) que servía de solaz en los pequeños descansos de jefes y tropas.

Como una anécdota especial, la campana que hasta hoy está en nuestra catedral fue traída por la Orquesta Mosqueira de un pueblito destruido y abandonado durante la guerra.

Su vida fue sencilla, formó su cristiano hogar al lado de una maravillosa mujer, doña Elisa Luz Bella Romero, con quien tuvo 7 hijos: Arnaldo Justiniano (Pocholo), Osvaldo Domingo, Domingo Ignacio, Pablo Adalberto (Chingolo), Narciso Bernardo (Ton), Silvano Manuel (Niki), Purificación de las Nieves (Reina). Elisa poseía una divina voz, le acompañó a don Bernardo y lo alentó durante toda su vida artística. La mayoría de sus hijos fueron músicos, pero ninguno la copia fiel del maestro.

Cabe mencionar que fue uno de los fundadores del Club Tte. 1º Alcides González el 30 de mayo de 1936, además fue autor de la música del himno de dicho club, escrita por el Padre Gamarra.

Vivió 72 años rodeado de cariño de propios y extraños. Murió el 23 de julio de 1970. Su sepelio fue impresionante, apoteósico, lágrimas de verdadero dolor despidieron los restos de don Bernardo Mosqueira. Allí estuvieron presentes humildes y encumbradas personas para despedirlo con impresionantes discursos que pintaban su figura sencilla de gran corazón que dejó a través de sus acciones, todo su amor a Carapeguá. Aún hoy a tantos años de su muerte física, don Bernardo vive, vive en el recuerdo de quienes lo conocieron, lo apreciaron y lo amaron. El eco de su voz acalló la muerte, pero el sonido vibrante y dulce de su violín sigue sonando en el corazón de quienes lo conocieron.

Su larga enfermedad, las muestras de cariño que recibiera en el hospital, su impresionante sepelio sirvieron a sus hijos para entender que debían vivir como Bernardito que según su hija Reina era como “la violeta humilde de aromática flor que siempre vive escondida entre las hojas”.

Su hija Reina cree que hoy, a 30 años de su muerte, don Bernardo estará al frente de su inmortal Orquesta Mosqueira con los ángeles y querubines en el jardín celestial de Dios, ejecutando valses de amor y paz, y seguro que, secretamente, de vez en cuando, estará dedicando alguna de sus dulces canciones a su querida familia, y que algún día se encontrarán en el cielo y de nuevo formarán todos juntos la querida familia Mosqueira que sin él nunca fue lo mismo.

OBRAS

Tajy Loma polka kyre’ỹ

To gana o ganaba polka kyre’ỹ

Reinita bolero-son (dedicado a su hija Reina)

Marilé Blues (dedicado a su nieta Marilé Allegretti)

Gratitud Vals (dedicado a la profesora Leonarda Páez de Virgili)

Marcha Patriótica

Mi Carapegüeña (letra del profesor Jorge Amarilla y música de Bernardo Mosqueira)

Fuente: BIOGRAFÍAS DE MÚSICOS Y POETAS DEL DEPARTAMENTO DE PARAGUARÍ - TOMO II. Por TOMÁS VERGARA JARA. Diagramación, Diseño e Impresión: EDITORA LITOCOLOR S.R.L. Asunción – Paraguay, 2011 (133 páginas)