INGENIERO JUAN CARLOS WASMOSY
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY
15 de agosto de 1993 al 15 de agosto de 1998
Juan Carlos Wasmosy Monti cursó sus primeros estudios en el Colegio San José, ingresando posteriormente a la Facultad de Ingeniería, de donde egresó en 1962. Desde esa fecha hasta 1972 realizó diversos cursos de perfeccionamiento de administración de empresas y se involucró en diversos proyectos empresariales, que en rigor no dieron en nada.
Durante su juventud había sido simpatizante del Partido Liberal, del que su padre fue senador en tiempos de Stroessner, hasta que el día 29 de enero de 1973, apenas 15 días después de divulgarse que se construiría Itaipú, la mayor hidroeléctrica del mundo, decidió afiliarse al Partido Colorado, siendo sus proponentes nada menos que el presidente de la República, Alfredo Stroessner, y el secretario del mismo mandatario, Mario Abdo Benítez,
En ese entonces, su empresa "TOMBOLY, WASMOSY, VERA Y ASOCIADOS" estaba en quiebra, por lo que había decidido formar otra, la que terminó siendo ECOMIPA, la que se consorció con la mayor empresa constructora del Brasil, con experiencia en obras hidroeléctricas: CAMARGO CORREA, el candidato más fuerte para adjudicarse la licitación del Canal de Desvío del río Paraná.
En la licitación para el Canal de Desvío del río Paraná, en 1975 -refiere Ricardo Canese-, Wasmosy salió tercero con Camargo Correa. Pronto, ambos estarían encabezando el consorcio UNICON/ CONEMPA, pese a haber perdido la única licitación en la que se presentaron. Todo lo demás les sería adjudicado en forma directa, sin molestos concursos o licitaciones.
El 17 de mayo de 1977, el consorcio UNICON/CONEMPA recibió el regalo mayor: el Contrato N° 290/77 de las obras civiles principales, adjudicado sin licitación alguna, por 1.300 millones de dólares en ese momento, pero que terminaría costando más de 3.000 millones de dólares.
Como muestra de gratitud, el día 8 de junio de 1977 Wasmosy concurrió al Palacio de Gobierno para realizar la donación de 10 millones de guaraníes al presidente, para que fueran destinados a "obras de caridad".
Poco tiempo después, el 12 de agosto de 1977, Wasmosy y sus socios recibirían otro favor de proporciones muy grandes: la liberación de pagar impuestos a actos y documentos y la reducción del impuesto a la renta, tanto para sus empresas CONEMPA y CIE, como para sus socios brasileños, la empresa UNICON.
Los negocios prosiguieron otorgando inmensos beneficios al emergente empresario. Así, sin ser ingeniero eléctrico ni mecánico, se benefició con el monopolio de los contratos de fabricación y montaje electromecánico, en otra fabulosa adjudicación directa que les beneficiara a él y a sus socios de CONEMPA, quienes se transformaron en accionistas del Consorcio de Ingeniería Electromecánica, CIE, luego de desplazar a genuinos ingenieros eléctricos y mecánicos.
También, sin ser médico, Juan Carlos Wasmosy y sus socios se beneficiaron con el monopolio de la prestación de los servicios médicos, en el lado paraguayo, a través de su empresa de ingeniería, CONEMPA, adjudicada en forma directa, sin licitación ni concurso alguno.
Siendo presidente de la República, en 1996 se publicó a toda página una grave denuncia contra él en un diario brasileño: "Presidente bajo sospecha" era el título general y la nota daba pormenores de una auditoría realizada en Itaipú, en la que había evidencias de que su empresa se había alzado irregularmente con 29 millones de dólares.
Antes que el diario brasileño se hiciese eco de la denuncia, la misma había sido tapa del diario uruguayo "La República", del 12 de febrero de 1996. La campaña realizada por el diario del Uruguay irritó seriamente a Wasmosy, quien a través de la Procuraduría de la Nación promovió un juicio contra el director del medio de comunicación, quien terminó por unos meses preso. Luego recuperó su libertad y en juicio oral público se impuso ante el mandatario paraguayo.
Los documentos en que se basara "La República" eran parte de la Auditoría Interna N° 001/90 y solamente se analizaron los contratos 290/77 y 811/80, sin auditarse los demás contratos.
Hombre de inmensa fortuna a partir de la construcción de las hidroeléctricas, ganó, juntamente con el grupo de constructores y consultores beneficiarios de las obras, el apelativo de "barón de Itaipú".
La realización de muchos negociados que se hicieron durante el período de construcción de la represa, tuvieron amplia divulgación pública, a través de los medios periodísticos, pero en ningún momento pudo realizarse en la empresa una amplia auditoría, para determinar si hubo o no manejos irregulares en el marco de la construcción de la obra.
Cuando el presidente Alfredo Stroessner fue destituido, en febrero de 1989, se tuvo la esperanza de poder examinar a fondo las cuentas y los contratos de Itaipú, pero pese a que tanto Paraguay como Brasil experimentaban formales procesos de democratización, Itaipú siguió manteniendo el trato de "un Estado dentro del Estado", negándose sistemáticamente a permitir que se haga un estudio completo de sus actuaciones.
CANDIDATO OFICIAL
Ya con los planes de presentarse como candidato a la Presidencia de la República, Juan Carlos Wasmosy, a iniciativa propia, convenció al presidente Andrés Rodríguez, en 1992, para la creación del Ministerio de Integración, presuntamente a fin de realizar trabajos tendientes a favorecer la estructuración del MERCOSUR, que se creara en marzo de 1991, tras la firma del Tratado de Asunción.
De las aspiraciones presidenciales de Juan Carlos Wasmosy, apoyado por el grupo conocido como "barones de Itaipú", ya se tenía noticias, pues para ello habían comprado el diario Hoy y montado Radio Uno.
Sin embargo, nadie dio crédito a la, viabilidad del proyecto, pues como carecía de tradición dentro del Partido Colorado, no se lo vio con chance alguna de llegar.
Dos razones poderosas llevaron finalmente al presidente Andrés Rodríguez a inclinarse por su nombre como candidato del oficialismo en las internas coloradas. Por una parte, los reiterados fracasos en la búsqueda de figuras políticas alternativas a Luis María Argaña, al interior del coloradismo. Por otra parte, el compromiso formal por parte de Wasmosy de costear una campaña electoral multimillonaria, que tendría, además, el apoyo de poderosos grupos económicos del Brasil.
La candidatura se lanzó en agosto de 1992, pero la propuesta fue resistida hasta por los personajes políticos más próximos a Rodríguez, como el caso de Blas N. Riquelme, que se empeñó en hacer que la decisión de Rodríguez fuera revisada.
Cuando desde el gobierno se sugirió la candidatura de Wasmosy, Riquelme reaccionó adversamente, descalificándolo, por desconocido y por falta de trayectoria partidaria.
Eso fue el 22 de agosto de 1992.
Días después, en reunión realizada en la casa del poderoso empresario Gustavo Saba, yerno de Rodríguez, Saba y Rodríguez trataron de quebrar la resistencia de Riquelme.
-Este es el último favor que le pido en lo político- le dijo Rodríguez. El 28 de agosto el "Tradicionalismo Unido" anunció oficialmente que respaldaría la candidatura, pero Riquelme no fue capaz de contener su disconformidad y dijo:
-Peor es no tener, y aunque no sea bueno el que tenemos, por lo menos tenemos. Dicho en otros términos, peor es nada.
A esa altura, el candidato de Lino César Oviedo a la Presidencia era Horacio Galeano Perrone, popular ministro de Educación. Rodríguez mantuvo un encuentro con aquel:
-Mire, Oviedo. Le quiero pedir un último favor, pues saliendo yo de la Presidencia, usted se convertirá en uno de los hombres de mayor poder en las Fuerzas Armadas-, le dijo Rodríguez, al abogar por el apoyo a Wasmosy.
-¿Y qué pasa con mi candidato?-, replicó Oviedo, a lo que Rodríguez respondió: -Él no dispone de los suficientes recursos para llegar.
La candidatura no cayó bien a nadie, pues hasta Angel Roberto Seifart, a quien se le propuso secundarlo, en principio rechazó, pero luego se dispuso a cooperar en el juego.
La elección interna para definir el candidato del Partido Colorado se realizó el 27 de diciembre de 1992, oportunidad en que se impuso la dupla Luis María Argaña-Juan Bautista Ibáñez, sobre Juan Carlos Wasmosy-Angel Roberto Seifart, por una holgada diferencia.
Se perpetró, entonces, el mayor fraude electoral de la transición, pues se fabricó la victoria de la dupla oficial, alterando de manera grosera los resultados electorales.
Candidato a presidente, durante la campaña saltó a la luz pública la debilidad de la candidatura. Ricardo Canese, candidato presidencial hasta el trecho final de la compulsa por el movimiento independiente "Concertación Democrática y Social", lo denunciaba como el "candidato surgido del fraude electoral".
Sin embargo, habrá que precisar que los principales aspirantes a la Presidencia de la oposición: Domingo Laíno, del Partido Liberal Radical Auténtico, y Guillermo Caballero Vargas, del Encuentro Nacional, nada hicieron para deslegitimar a Wasmosy, pues entendían que la captura del gobierno se facilitaba con su participación, lo que no ocurriría en el caso de que el candidato fuese un hombre de arrastre al interior del Partido Colorado, como ser Luis María Argaña.
Por eso es que cuando se produjo la elección de Juan Carlos Wasmosy como presidente, se dio un episodio interesante que confundió a muchas personas, sobre todo a los partidarios del candidato liberal Domingo Laíno, quienes reclamaron la victoria.
El presidente del Congreso Nacional, Gustavo Díaz de Vivar, colorado, dijo a una periodista:
-Corran a controlar, parece que Laíno ganó.
El comentario se divulgó ampliamente y de hecho los liberales festejaban paralelamente el supuesto triunfo, que una de las encuestas de "boca de urna" le había otorgado.
Finalmente, Wasmosy fue proclamado presidente por la Junta Electoral Central, que durante días fue cercada por los partidarios de Laíno, dispuestos a controlar el tonteo de los votos que presuntamente les favorecía. No fue así, pero lo cierto y lo concreto es que ante decenas de observadores internacionales -incluido el ex presidente estadounidense Jimmy Carter- se proclamó de manera poco pulcra la victoria del candidato colorado.
Los resultados definitivos, de acuerdo con la Junta Electoral Central, fueron:
Juan Carlos Wasmosy: ................................ 468.213 votos
Domingo Laíno: .............................................. 376.868 votos
Guillermo Caballero Vargas: ....................... 202.672 votos
Como resultado general de las elecciones de 1993, una nueva realidad política se había instalado en el país: el Congreso Nacional, cuyas bancas se habían distribuido proporcionalmente a los votos, pasó a ser controlado por sectores de oposición.
El 15 de agosto se hizo el acto de transmisión del mando presidencial. Después de casi 40 años se volvía a tener en el Paraguay un presidente civil. Las expectativas eran grandes y fundadas con respecto a los avances que se podrían dar tanto en el terreno político como en el socioeconómico.
SU GOBIERNO
La gestión gubernamental de Wasmosy fue pálida, debido a adversidades que se presentaron en todos los órdenes.
Desde la perspectiva política, el presidente enfrentó cuatro problemas concretos:
1. LOTEAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN: se vio forzado a distribuir "cuotas de poder" entre las diversas corrientes coloradas, los altos mandos militares y los sectores empresariales que contribuyeron a su triunfo.
2. EL CONTROL OPOSITOR DEL PODER LEGISLATIVO: al no obtener la mayoría el Partido Colorado, y al disponer el Congreso de mayor peso conforme la nueva Constitución de 1992, le forzó a hacer concesiones para evitar confrontaciones.
3. EL PODER MILITAR PARALELO: en el seno de las Fuerzas Armadas surgió como figura dominante el general Lino Oviedo, cuyas aspiraciones trascendían de ser apenas un elemento para la sus-tentación de un partido en el poder.
4. EL CAOS COLORADO: la exclusión de Argaña, el más representativo caudillo colorado, era el problema político más serio, pues éste amenazaba con revueltas y prometía realizar una guerra sin cuartel al gobierno.
En el orden económico, bajo su administración, que en nada se empeñó por mejorar el aparato productivo para superar el atraso, se dieron dos hechos sumamente graves.
1. LA CAÍDA DE CIUDAD DEL ESTE: la poderosa ciudad comercial sucumbió después de 1996, cuando el gobierno brasileño adoptó medidas restrictivas al "turismo de compras". De acuerdo con cálculos de estudiosos del país vecino, el centro comercial del Este movía 15 mil millones de dólares al año. Eso terminó y detrás cayeron las recaudaciones fiscales, produciéndose resultados deficitarios cada vez mayores.
2. LAS QUIEBRAS FINANCIERAS: entre 1995 y 1997 cayó bajo el peso de quiebras fraudulentas casi toda la red financiera propiamente paraguaya. El Estado auxilió al sistema con alrededor de 700 millones de dólares, pero decenas de miles de ahorristas quedaron sin poder recuperar sus ahorros.
En el ámbito social, Wasmosy quedó con el triste récord de haber provocado las mayores movilizaciones de protesta de los sectores laborales del país.
1. CUATRO HUELGAS GENERALES: el 2 de mayo de 1994 se realizó la primera huelga general después de 26 años; el acatamiento fue total. No obstante, los problemas no se resolvieron, por lo que hasta 1997 las centrales sindicales realizaron cuatro paralizaciones generales, que causaron tremendos daños a la economía del país.
2. MARCHAS CAMPESINAS: el 15 de marzo de 1994 el gobierno de Wasmosy no pudo impedir la literal invasión campesina de Asunción, de la que participaron por lo menos 20.000 agricultores. A partir de entonces, cada mes de marzo los campesinos se movilizaron.
Las fallas fueron más, como por ejemplo la privatización costosa de la empresa de aviación Líneas Aéreas Paraguayas, LAP, y el regalo de ACEPAR a un grupo empresarial. Sin embargo, el panorama general de su gestión está sobradamente trazado.
Durante la administración del país por Juan Carlos Wasmosy, emergieron en el terreno estrictamente político tres procesos claves que necesitan ser referidos de manera más completa. Se trata del Pacto de Gobernabilidad, la crisis de abril de 1996 y la retomada de la conducción colorada por Luis María Argaña.
La propuesta del Pacto de Gobernabilidad se originó tempranamente en el Partido Liberal Radical Auténtico, a iniciativa del caudillo liberal Domingo Laíno, quien identificó con claridad que el problema fundamental de Wasmosy sería la falta de base política de sustentación.
Se propuso, por tanto, un acuerdo entre los partidos de oposición y el gobierno para resolver cuestiones esenciales que tenían que ver con el proceso de institucionalización. Estaban en el orden del día del pacto todo lo relativo a la cuestión del Poder Judicial y el sensible tema de la despartidización de las Fuerzas Armadas. El movimiento independiente Encuentro Nacional rechazó la iniciativa política, argumentando que todo estaba establecido en la Constitución, por una parte, y que existían los canales institucionales apropiados como el Congreso, por otra. Sin embargo, Wasmosy aceptó el puente que le tendió Laíno y se designó al vice-presidente, Angel Roberto Seifart, como interlocutor para avanzar en el proceso.
Las negociaciones obviaron deliberadamente dos aspectos: el de ocupar espacios en el gabinete del gobierno Wasmosy y el de pactar cuestiones relacionadas con la política económica.
El pacto, no fue fácil de negociar, pues el internismo colorado (y militar) pesó de manera adversa. No obstante, a lo largo de los años se consiguió en ese marco:
- La reorganización del Poder Judicial, para lo cual inicialmente tuvo que establecerse el Consejo de la Magistratura, que luego preparó las ternas de ministros de la Corte Suprema de Justicia. El Consejo de la Magistratura también procedió a presentar ternas de candidatos a jueces y fiscales, con lo que la reestructuración del sector fue total.
- La instalación del Superior Tribunal de Justicia Electoral, que para 1996 dio como fruto más importante de su labor un nuevo Registro Cívico, que permitiría en el futuro la organización de elecciones más transparentes. En rigor, se creó una estructura pesada y onerosa, con más costos que aportes.
- La despartidización de las Fuerzas Armadas, que se logró costosamente en el marco de muchas concesiones, pero que llevó a la suspensión temporal de las afiliaciones de los militares y policías en actividad al Partido Colorado. Se trató, en definitiva, de un avance meramente formal, si bien es cierto que la participación política de los uniformados en actividad se redujo drásticamente.
El Pacto de Gobernabilidad resultó más importante para Juan Carlos Wasmosy que para la oposición, pues jugó el papel de base política de sustentación, que le permitió concluir su mandato. Las conquistas en el marco de la iniciativa fueron tan discretas frente a lo que podía obtenerse, por lo que el pacto ingresó a la historia política como una iniciativa marcadamente controvertida.
Otro aspecto clave fue el relacionamiento complejo que mantuvo el presidente con el jefe del Primer Cuerpo de Ejército, general Lino César Oviedo.
Durante los tres primeros años de su mandato, entre el 15 de agosto de 1993 y el 23 de abril de 1996, el poder político y administrativo lo compartió con el general Lino César Oviedo.
Oviedo presionaba al gobierno por mayores beneficios para los oficiales de las Fuerzas Armadas, lo cual le dio una amplia base de sustentación en el estamento militar, alcanzando un grado de legitimidad que ningún militar anteriormente había logrado, incluido Rodríguez.
Con el respaldo de las armas, el controvertido y ambicioso General, dictó orientaciones a seguir al gobernante, quien se vio forzado a ir tejiendo una fina red de aliados militares de otras armas para frenar al oficial de Caballería.
Wasmosy estaba en deuda con Oviedo, pues había llegado a la Presidencia gracias a él, ya sea en la oportunidad en que se tuvo que alterar las actas para robarle el triunfo a Argaña, ya sea cuan do se puso a dirigir la campaña en la inminente derrota en las elecciones generales.
Este poder dual, sin embargo, no podía prolongarse por tiempo indefinido. Y sin que Lino Oviedo percibiese la maniobra, el presidente Wasmosy fue tejiendo con paciencia una fina red de alianzas al interior de las Fuerzas Armadas, que después le permitiría deshacerse del polémico general.
Para 1996 Lino Oviedo se encontraba enteramente aislado. El presidente Wasmosy tenía en las Fuerzas Armadas a tres aliados fieles y poderosos: Silvio Rafael Noguera, como Comandante de las Fuerzas Militares; César Cramer, como Comandante de la Aeronáutica; y Guillermo López Moreira, como Comandante de la Marina.
La crisis terminal se produjo en abril de 1996, pero se había originado en diciembre de 1994, cuando por presión de Oviedo se había dispuesto el traslado al Chaco del general Carlos Alberto Ayala González. A partir de entonces, la Aeronáutica fue puesta en apresto para enfrentar una eventual reacción de Lino Oviedo. Formalmente, los hechos conocidos como la "crisis de abril" se produjeron de la siguiente manera:
1. A mediados de abril se tomó la determinación "secreta" de pasar a retiro al general Lino Oviedo. El plan de operaciones militares ante una eventual resistencia se preparó el sábado 20 de abril, con la participación de oficiales de la Aeronáutica, el Regimiento de la Guardia Presidencial y técnicos de la embajada de los Estados Unidos.
2. El lunes 22 de abril Wasmosy entregó al general Silvio Rafael Noguera, comandante de las Fuerzas Militares, la orden correspondiente. Fue en el local del Comando en Jefe, de donde el presidente se retiró después con el argumento de que se sentía indispuesto.
3. El general Noguera le entregó al general Oviedo una copia de la orden y el hasta entonces comandante del Ejército se dirigió al Palacio de López para manifestar a Wasmosy su disconformidad. Inmediatamente después el general Oviedo dispuso la preparación del Ejército para una eventual intervención.
4. La embajada de los Estados Unidos emitió el primer comunicado anunciando que el general Oviedo se resistía a acatar la orden del presidente. Recién horas después, el presidente comunicó a la ciudadanía su decisión de pasar a retiro a Oviedo.
5. Durante la noche y la madrugada del 22/23 de abril se produjeron varios hechos significativos:
a) dirigentes sindicales y políticos de oposición se aglutinaron frente al Congreso, llamando a defender las instituciones democráticas. Más tarde, estudiantes universitarios realizaron pequeñas manifestaciones de adhesión.
b) Domingo Laíno, acompañado de otros parlamentarios: Rafael Casabianca, Luis Guanes Gondra, Rodrigo Campos Cervera y Juan Carlos Ramírez Montalbetti, trataron de encontrar una salida negociada con Oviedo. La propuesta de Oviedo no corrió: que renuncie Wasmosy y que asuma Rafael Casabianca, presidente del Congreso.
c) otros intermediarios, los "barones de Itaipú", portaron un ultimátum de Oviedo para Wasmosy: sus renuncias. Wasmosy aceptó y trató de convencer a Seifart, quien dijo no. Esa noche Wasmosy durmió en la Embajada de los Estados Unidos; la Fuerza Aérea, la Marina y la Policía Nacional emitieron pronunciamientos en que ratificaron su obediencia al presidente.
6. Durante la mañana del día 23 se dieron dos eventos significativos: por una parte, Oviedo participó de la conmemoración del "Día del Jinete" como si nada sucediese. Wasmosy concurrió al Palacio y lanzó desde ahí un discurso en el que hablaba sobre que "no habrá vencedores ni vencidos", llamando a la ciudadanía a la desmovilización. Por otra parte, llegaban al país el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, OEA, los cancilleres de la Argentina y del Uruguay, y el vicecanciller del Brasil, con lo cual creció la presión internacional. Se habló de la eventual intervención de las fuerzas militares del MERCOSUR en el caso de un enfrentamiento. Wasmosy anunció que nombraría a Oviedo ministro de Defensa.
7. El miércoles 24 se produjeron varios hechos en el marco de la crisis:
a) la manifestación ciudadana, iniciada el mismo día 22, reaccionó contra el anuncio de Wasmosy de promover a Oviedo como ministro. La consigna era clara: "Cárcel para Oviedo, juicio político para Wasmosy",
b) Angel Roberto Seifart, apostando a sacar provecho de la situación, se manifestó contra la designación de Oviedo como ministro y llamó a votar por su lista en la interna colorada.
8. El jueves 25 se concentraron los manifestantes frente al Palacio para repudiar a Wasmosy y a Oviedo. La situación fue tensa, pues los adherentes colorados del general Oviedo habían invadido el Palacio, dándose intercambio de acusaciones y de cascotes entre ambas manifestaciones. Al mediodía, Wasmosy anunció su cambio de decisión: Oviedo no sería nombrado ministro. Esa misma noche, el polémico general se lanzaba a la arena política.
La "crisis de abril" trajo cola bajo la administración Wasmosy, pues al año siguiente, en setiembre de 1997, Oviedo derrotó a los demás precandidatos colorados a la Presidencia de la República, con lo que se instaló una crítica situación. Wasmosy, para salvar el escollo, creó un Tribunal Militar Extraordinario, que condenó a Oviedo -ya candidato a presidente- a 10 años de prisión.
La Corte Suprema de Justicia respaldó la determinación del Tribunal Militar Extraordinario, con lo que el Partido Colorado terminó inscribiendo como dupla presidencial para las elecciones del 10 de mayo de 1998 a Raúl Cubas Grau-Luis María Argaña. El otro problema agudo que enfrentó Juan Carlos Wasmosy durante su gobierno fue el relacionamiento con el caudillo colorado Luis María Argaña.
Dirigente de arrastre y vigoroso, Argaña desarrolló una sistemática política de oposición al gobierno de Wasmosy, cubriendo un vacío sensible, pues no existía oposición de hecho en el país, ya que el Pacto de Gobernabilidad venía siendo utilizado como tabla de salvación por el gobierno.
En base a discursos fuertes y terminantes, Argaña se mostró capaz de capitalizar el descontento generalizado de los colorados, y en elecciones realizadas apenas a tres días de concluir la "crisis de abril", el domingo 28 de abril, se impuso de manera holgada ante sus adversarios internos, retomando el control de la conducción del Partido Colorado.
El hecho creó una situación especial tanto para Wasmosy como para Argaña, pues con el control del Partido Colorado por su principal adversario el presidente quedó enteramente sin legitimidad, mientras que Argaña, por su parte, tuvo que soportar fuertes presiones de sus dirigentes intermedios (seccionaleros) para exigir y ocupar espacios privilegiados bajo un gobierno que en última instancia era colorado.
La relación entre ambos mejoró, buscando sacar ventajas de la nueva situación política, pero no hasta el punto de llegar a un pleno acuerdo, por lo que en las internas de setiembre de 1997 -para la elección del candidato colorado a la sucesión- se presentaron por separado y tanto Wasmosy, cuyo candidato era Carlos Facetti, como Argaña, cayeron derrotados ante el polémico general Lino Oviedo, quien con una estructura totalmente autónoma venció al representante del aparato partidario y al representante del aparato gubernamental.
Las elecciones internas se realizaron el 7 de setiembre, pero recién el 22, dos semanas después, el Tribunal Electoral Partidario proclamó como ganador a la dupla Lino Oviedo-Raúl Cubas Grau, con el 36,75% de los votos, contra el 34,97% alcanzado por Luis María Argaña-Nicanor Duarte Frutos y 22,45% logrado por Carlos Facetti-Juan Bautista Ibáñez.
Se abría en ese momento un período caótico en el proceso de transición. Wasmosy estaba dejando el gobierno del Paraguay con lastres que difícilmente serían superados: la quiebra bancaria dejó al país sin sistema financiero nacional, en lo económico; la pobreza avanzaba en progresión geométrica, en lo social; la democratización estaba profundamente conmovida por prácticas viciosas y artimañas de todo tipo.
FUERO PARLAMENTARIO
Procesado durante el gobierno de Cubas Grau (agosto de 1998-marzo de 1999) por el caso puntual del asalto militar a la residencia de Oviedo, Juan Carlos Wasmosy no tuvo mejor defensa que atribuir la responsabilidad a los militares que lideraron el operativo, José Key Kanasawa y Víctor Groselle. Esquivó el problema. Como se había convertido en senador vitalicio, el 12 de agosto de 1999 el Congreso lo dejó sin inmunidad para que pudiese responder por cargos de delitos económicos. La acusación concreta consistía en que habría transferido de manera ilegal en 1997 un monto de 42.500 millones de guaraníes (alrededor de 20 millones de dólares) del Instituto de Previsión Social, IPS, al Banco Desarrollo.
El 12 de abril de 2002 el juez del caso, Jorge Bogarín, le encontró culpable y le sentenció a cuatro años de prisión, pero el magistrado Gustavo Gorostiaga rechazó el pedido de prisión, otorgando al ex presidente la libertad para apelar la condena, previo pago de una fianza de 4.000 millones de guaraníes y de soportar la obligación de presentarse una vez por semana a la Policía, sin poder abandonar el país.
De otros problemas, sin embargo, tampoco consiguió esquivar, por lo que se trató su desafuero como senador vitalicio en el 2001. La Cámara de Senadores estaba bien dividida, prácticamente en la mitad.
De hecho, faltó un voto para despojarle a Wasmosy del fuero y el responsable de esa situación fue el senador liberal Armando Espínola, quien inicialmente quiso abstenerse de votar, pero que al ser obligado a emitir su voto a favor o en contra, prefirió abandonar la sala de sesiones, llevando un "ausente" cuando se lo convocó para emitir su voto.
El tema era que Wasmosy tiene asuntos que aclarar ante la Justicia y el hecho de buscar obsesivamente protegerse con el fuero parlamentario levanta fundadas sospechas sobre su culpabilidad. De todos modos, el Senado debería permitir que el mismo aclare su situación ante las autoridades competentes.
Fuente: LOS PRESIDENTES DEL PARAGUAY – TOMO II (1954 – 2005) . Obra de ROBERTO PAREDES. Editorial SERVILIBRO. Asunción – Paraguay, Noviembre de 2005.
PARLAMENTARIOS PARAGUAYOS 1993-1998
Para el trigésimo periodo constitucional (1993-1998) –que estuvo presidido por Evelio Fernández Arévalos (1993-1995)–, Milciades Rafael Casabianca (1995-1996), Miguel Abdón Saguier (1996-1997) y Rodrigo Campos Cervera (1997-1998). Fueron electos los senadores Diego Abente Brun, José Alberto Alderete, César Benítez, Juan Manuel Cano Melgarejo, Juan María Carrón, Artemio Castillo, Emilio Cubas Grau, Martín Antonio Chiola Villagra, Pura Moreno de Decoud, Julio Rolando Elizeche, Manuel Ramón Elizeche, Armando Vicente Espínola W., José Félix Fernández Estigarribia y Juan Carlos Galaverna Delvalle.
También fueron electos Nilda Estigarribia de Gómez, Carlos Alberto González, Miguel Ángel González Casabianca, Sebastián González Insfrán, Luis Guanes Gondra, Alfredo Luis Jaeggli, Antonia Núñez de López, Diógenes Martínez, Fernando Martínez Ortega, Susana Morínigo, Basilio Nikiphoroff, Secundino Núñez, Fernando Pfannl, Juan Manuel Peralta, Gonzalo Quintana, Fermín Ramírez, Elba Recalde, Blas N. Riquelme, Arnaldo Rojas Sánchez, Carlos Romero Pereira y Manuel Augusto Radice.
Otros parlamentarios electos fueron Víctor Hugo Sánchez, Víctor Sánchez Villagra, Amado Enrique Yambay, Juan Carlos Zaldívar y Rafael Eladio Velázquez.
En este periodo, fueron incorporados los senadores suplentes: Víctor Rodríguez Bojanovic, Osvaldo Vázquez Ramos, Julio César Vera Cáceres y Tadeo Zarratea.
En la Cámara de Diputados, presidido por Francisco José de Vargas, Atilio Martínez Casado y Juan Carlos Ramírez Montalbetti, fueron electos Luis Ángel González Macchi, Hermes Rafael Saguier, Euclides Acevedo, Juan Ernesto Villamayor, Martín Federico Sannemann, Luis Alberto Mauro, Julián Doncel Velázquez, Francisco José de Vargas, Bernardino Cano Radil, Marcelo Duarte Manzoni, Carlos Riveros, Raúl A. Estigarribia Ferreira y José Luis Cuevas.
También fueron electos Elvio Simón Recalde, Ismael Echagüe Insfrán, Modesto Luis Guggiari Zabala, Amado Larrea Soria, Atilio Martínez Casado, Juan José Vázquez Vázquez, Cándido Vera Bejarano, Patricio Miguel Franco P., Luis Vera Velázquez, Édgar Ramírez, Zacarías Ernesto Vera Cárdenas, César Darío Almada Alonso, José Gabriel Martínez Paniagua, Nery Filemón González Andino, Francisco Alvarenga Portillo, Hermes Chamorro Garcete, Silvio Ovelar Estigarribia, Félix Torres, Antonio Ramón Álvarez Alvarenga, Wilfrido Chávez Cáceres, Eugenio Paniagua Gauto, Nelson Javier Vera Villar, Bruno Enrique Reverchon Paredes, Benjamín Benítez, Darío A. Palacios, Constantino Mencia Ayala, Ramón Atilio von Horoch.
Otros diputados electos fueron Luis María Careaga Flecha, Eduardo M. Ibarra de Barros, José Rubén Arrechea, Gilberto Vázquez, Juan Servín Sugasti, Abraham Juan Carlos Medina, Julio César Riquelme, Magno M. Castillo, Juan Gilberto Orella, Paraguayo Cubas Barboza, Bernardo Álvarez, Guillermo Aponte García, Ramón Gómez Verlangieri, Walter Hugo Bower Montalto, Sergio A. López Irala, Silvio Ferreira Fernández.
Óscar Rubén Salomón Fernández, Ricardo Jara Rojas, Luis A. Becker Genes, Luis Wilfrido Delorme Flecha, Gustavo Adolfo Candia Irigoitia, Édgar Miguel Ángel Flecha Román y Blas Antonio Llano Ramos.
Finalmente, fueron electos Aniceto Ovelar Samaniego, Juan Carlos Rojas Coronel, Mario José Esquivel Bado, Eladio Céspedes, José Disnardo Zarza Ledesma, Mirian Graciela Alfonso González, Rubén Darío Fornerón Fretes, Ludmila Riveros de Sánchez, Blas Asterio Moreira Quevedo, Conrado Pappalardo Zaldívar, Bernardo Paoli Núñez, Andrés Avelino Díaz, Francisco Luis Calderara y Ratzlaff Epp Heinrich.
En este periodo fueron incorporados los diputados suplentes Ernesto Javier Zacarías Irún, Carlos María Ljubetich y Fernando Kurtz.
Fuente: LUIS VERÓN. Publicado en la REVISTA DOMINICAL del diario ABC COLOR, del 8 de febrero del 2015. Fuente en Internet: www.abc.com.py
Enlace a documento de lectura recomendada:
* EL GOBIERNO DE JUAN CARLOS WASMOSY. EL DIFÍCIL CAMINO HACIA LA TRANSICIÓN. Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE. LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR. FASCÍCULO Nº 38 - CAPÍTULO 20, Asunción – Paraguay. 2013
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