LUIS TORANZOS, EN RETROSPECTIVA
Por MARISOL PALACIOS
mpalacios@abc.com.py
Fotos ABC Color/Celso Ríos
Una selección de 20 obras del pintor paraguayo Luis Toranzos está en exposición en el Museo de Arte Sacro. En la muestra, el público podrá apreciar, además de sus temas costumbristas, sus obras cubistas.
Una selección de obras del artista Luis Toranzos, que pertenecen a la colección privada de Nicolás Darío Latourrette Bo, está en exhibición en el Museo de Arte Sacro. Considerado una de las figuras fundamentales del arte pictórico paraguayo, Luis Toranzos nació en Concepción, el 27 de agosto de 1911, y falleció el 28 de marzo de 1992.
Hijo del escritor, poeta y filósofo Fortunato Toranzos, su innato talento y su formación autodidacta le permitieron expresar con candidez y soltura los temas costumbristas de la pintura figurativa premoderna que estaban tan de moda en la Asunción de la primera mitad del siglo XX. Toranzos no era un simple observador que pintaba lo que veía de nuestra gente, él traspasaba lo superficial y plasmaba con el pincel las costumbres y características del pueblo paraguayo.
“Empezó a dedicarse a la pintura después de volver de la Guerra del Chaco”, contó su viuda Angelina Miers en una entrevista con este diario. De formación artística autodidacta, frecuentó el taller del pintor Ignacio Núñez Soler y allí realizó su primera muestra colectiva (1940). Conoció a los artistas Jaime Bestard, los hermanos Soler, Roberto Holden Jara y Wolf Bandurek, con quienes profundizó la técnica de la pintura al óleo. Formó parte del Centro de Artistas Plásticos del Paraguay, grupo promotor de la fundación de la Escuela de Bellas Artes.
Los paisajes y la vida cotidiana fueron los que capturaron la atención del artista para plasmarlos en los lienzos al óleo y acuarela. Asimismo, de Bandurek tomó el interés por la figura humana y los temas sencillos, y de Bestard, el uso sugestivo del color, uno de los factores más importantes de su obra. También tomó clases con João Rossi.
Sus escenas rurales, de ranchitos, lapachos y cocoteros, pobladas por burreritas, campesinos y niños de encantadora dulzura expresan muy bien la inocencia y el idealismo de toda una generación de artistas que, con su propio arte, buscaron definir las raíces de lo que sería una identidad paraguaya diferente y singular.
Aunque Luis Toranzos luego participó brevemente de las corrientes de la modernidad –que por fin llegaron al Paraguay en la mitad del siglo XX–, el artista permaneció fiel a su propia visión y búsqueda figurativa prácticamente durante toda su vida. En 1955, el artista participó de la III Bienal de São Paulo, Brasil, donde presentó la obra de tinte modernista, La naranjera. Pero Toranzos nunca tuvo un interés especial en ser uno de ellos.
Durante la década del 60 y el 70 se alejó de la pintura y el arte, para reaparecer en 1980 con una muestra individual realizada en la Galería Sepia. Organizó muestras colectivas e individuales en las galerías ArteSanos, Fábrica, Casa Taller, Miró, Centro de Estudios Brasileros. Incursionó en la técnica de la acuarela.
Luis Toranzos también ilustró el libro El Terruño, de Claudio Romero. Sus pinturas comenzaron a ser conocidas por el gran público y llamaron la atención de la crítica. En 1987 obtuvo el Premio Municipal de Pintura y una mención de la Sociedad Amigos del Arte, con un cuadro sobre el Mercado Guasu. Entre sus hijos que se destacan por su inclinación al arte están el reconocido artista visual Félix Toranzos y el actor y director de teatro Augusto Toranzos.
La retrospectiva de Luis Toranzos con más de 20 obras abarca toda la poética del pintor: paisajes, escenas urbanas, desnudos académicos y retratos, óleos y acuarelas, incluyendo los estudios previos a lápiz y bocetos para ser trasladados al lienzo. También algunas de sus experiencias modernas e, incluso, se exhibirá la propia paleta del pintor que pertenece hoy a la Colección Nicolás Latourrette Bo. La exposición permanecerá abierta hasta mediados de este mes, todos los días, de 9:00 a 18:00.
Fuente: Revista Dominical de ABC Color