De muy lejos vengo junto a ti, mi amada, para ponderarte:
hace mucho tiempo que vives en mi alma, mi esperanza y fe.
Sediento de amor llego aquí postrado, casi agonizante,
te imploro de hinojos, con tus lindas manos, cálmame la sed.
Azucena blanca,
perfumada flor,
vení, mi azucena,
bríndame tu amor.
Dicen los galanes cuando te recuerdan, en son de alabanza,
mujer tan alegre, cual música hermosa, no tiene rival.
Yo en cambio murmuro al caer la tarde, por ti, mi esperanza,
podré yo algún día este amor sublime llegar a olvidar.
Si fuera mi vida
perfumada flor,
yo la arrancaría
al brindarte mi amor.
Clavel florecido, imita tu boca, cuando tú sonríes;
eres más hermosa que flores del alba, ángel de mi amor.
Yo he de vestirme con jazmines blancos, porque tú me quieras,
y en mi sueño alado, sentir tus caricias, azucena en flor.
Azucena blanca,
perfumada flor,
vení, mi azucena,
bríndame tu amor.
Como azul del cielo son tus ojos bellos, para mi tormento,
igual que tu boca, capullo de rosa, fragante, punzó;
serán tus gemelas las bellas estrellas de este firmamento,
que irradian su lumbre al llegar la noche, por verte mejor.
Si fuera mi vida
perfumada flor,
yo la arrancaría
al brindarte mi amor.
(Vengo junto a ti.)
(Versión castellana sacada de:
Mauricio Cardozo Ocampo,
Mis bodas de oro con el folklore paraguayo (Memorias de un Pychãi], 1980)
Fuente: "POESÍA PARAGUAYA DE AYER Y HOY" TOMO II(GUARANÍ-ESPAÑOL) de TERESA MÉNDEZ-FAITH- Con prólogo de Lino Trinidad Sanabria - y estudio introductorio de Wolf Lustig. Ilustraciones: Carlos Federico Reyes (“Mitã’i Churi”). Intercontinental Editora, Asunción-Paraguay, 1997. 424 pp.