BANDUREK, WOLF (1905 - 1972)
Nació en Polonia. Se instaló en Asunción entre 1937 a 1945, donde vino huyendo de la persecución nazi desde su Polonia natal.
En la pintura que desarrolló en nuestro país mostró la visión de un mundo torturado por la guerra, la miseria y la injusticia social. Era una pintura cargada de dramatismo, muy lejos de lo que hasta ese momento se hacía en un medio, más bien restringido de nuestra plástica, basados en apariencias superficiales de paisajes bucólicos, sus personajes inmersos en la cotidianeidad poética.
Luly Codas escribió en un artículo publicado en el Diario Ultima Hora en agosto de 1998: "El dolor humano latía en la obra de Bandurek, acompañado por una permanente búsqueda interior y la exacerbada sensibilidad hacia el drama del hombre, tan característico de la obra expresionista de todos los tiempos".
Luego sigue escribiendo: “La pintura de Bandurek, densa en su forma y dramática en su contenido -naturalezas retorcidas, seres miserables y sufrientes -, impactó a los pintores y al público de nuestro medio, acostumbrados a paisajes apacibles, a idílicas escenas o a retratos complacientes”.
El arte de Bandurek, enérgico y expresivo, fue sin duda el primero en el arte paraguayo que se preocupó por trabajar un lenguaje visual en coincidencia con la problemática del hombre y su entorno.
(Fuente: "DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY", de LISANDRO CARDOZO, con los auspicios del FONDEC (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES), Asunción-Paraguay 2005).
BANDUREK, WOLF : Pintor polaco que llega al país en 1936, donde permanece hasta 1945.
Su obra que realizada en el Paraguay tiene un significado muy importante porque introduce en nuestra pintura un sentido patético y dramático.
Realiza exposiciones individuales en Asunción en los años 1939, 1941, 1943, 1944 y en Buenos Aires en 1948, 1955 y 1966.
Fuente: Catálogo “EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA”. GALERIA "LAS MARGARITAS". Ciudad de Areguá 1986. Diagramación: Michael Burt, Fotografía: Ricardo Maldonado, Supervisión: Margarita Casaccia - Taboada de Hennessy - Alberto Miltos, Comentarios: Josefina Plá.
BANDUREK, WOLF (1905)
Pintor polaco. Llegó al país en 1936, fugitivo de la Alemania nazi, y permaneció en él hasta 1945. Aunque su formación no había rebasado el academismo posimpresionista, beneficiado con algunas experiencias más modernas (estada en París, 1934-36) su pintura realizada en el Paraguay tiene para nosotros un significado muy importante, ya que ella representó la ruptura, si no con los módulos mismos, sí con el contenido de esta plástica. Bandurek introdujo en nuestra pin-tura un sentido patético -o dramático- más a tono con las vivencias humanas del dintorno. Los escritores del Grupo del Cuarenta (HÉRIB CAMPOS CERVERA, AUGUSTO ROA BASTOS, JOSEFINA PLÁ) renovadores de nuestra literatura, sintieron hacia el artista una afinidad explicable por su coincidencia en la visión de la realidad ambiente; Campos Cervera lo llamó "el Barrett de nuestra pintura". También realizó Bandurek la primera colección de grabados en madera de motivos nacionales (1946) que fue también la primera desde 1867.
EXPOSICIONES: Individuales: Asunción, 1939/ Asunción, 1941/ Asunción, 1943/ Asunción, 1944/ Buenos Aires, 1948/ Buenos Aires, 1955/ Buenos Aires, 1966
OBRAS EN MUSEOS:
MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES DE ASUNCIÓN: N° 47.- CATEDRAL DE ASUNCION, óleo sobre tela, 0.60 x 0.50
Museo de Cerámica y Bellas Artes JULIAN DE LA HERRERIA: Ocho óleos sobre tela o tabla// Tres diseños a pluma// Dos técnicas mixtas// Un álbum de grabados en madera
Tiene además numerosas obras en colecciones particulares de Paraguay, Argentina e Israel.
UBICACION: El lugar precursor de BANDUREK en nuestra plástica queda definido en lo ya expuesto al expresar que introdujo en aquella el sentido dramático de que carecía. En sus cuadros aparece por vez primera el dolor como presencia vital, y la figura asume carga auténtica de humanidad.
Dio Bandurek también ejemplo ético -muy necesario en el medio- al establecer en todo tiempo neta separación entre su labor de artista y las inevitables concesiones a las exigencias del diario vivir. Pobre como era y agobiado de obligaciones familiares, Bandurek prefirió siempre realizar tareas secundarias y aún humildes -pintar paredes o carteles de cine- antes que someter a distorsión su arte para conseguir clientela.
Fuente: TREINTA Y TRES NOMBRES EN LAS ARTES PLÁSTICAS PARAGUAYAS por JOSEFINA PLÁ. Editorial Cultura, Asunción-Paraguay 1973 (59 páginas).