CARLOS BORDÓN.-
Bandoneonista y Compositor
Nació en Guarambaré el 4 de noviembre de 1923. A los 15 años comenzó a estudiar con su padre integrando la orquesta Gabino Bordón de la que se hizo cargo a partir de 1944. Tres años más tarde se estableció en Asunción donde continuó sus estudios con Luis Cañete, Remberto Giménez y Florentín Giménez; formó parte de la orquesta típica de Ramón Reyes, luego de Carlos Villagra, y otros. Entre 1950 y 1960 formó parte de la orquesta de Lorenzo Álvarez y luego fundó su propia agrupación. En las décadas del 70 y el 80 integró pequeños conjuntos de música popular y en 1988 fue nombrado arreglador de la Banda de la Marina. En 1994 se sumó al clan Orrego.
Es autor de: Joahu reko con Antonio Bareiro (segundo premio del concurso de Autores Paraguayos Asociados APA 1957), Guarambaré con Rogelio Quintana (1964), Mi novia querida con Domingo Germán (1965), Mi alondra, María querida, Mercedes Oilda, Raquelita, Mi pasión de ayer, Taita guasu, El ciclón, Distante amor, Tus arrullos, Alberdi, Añoranza guaraní, Viejo recuerdo y otras.
Fuente: DICCIONARIO DE LA MÚSICA EN EL PARAGUAY por LUIS SZARAN. Edición de la Jesuitenmission Nürnberg, Alemania 2007. 507 páginas. Edición digital: www.luisszaran.org.
CARLOS BORDÓN.-
Bandoneonista
Dicen que para los mediterráneos, las manos son el espejo del alma. Para don Carlos Bordón, las manos son instrumento de música alegre, desbordante e inventiva y es porque eligió el bandoneón para entregar sus emociones, a corazón abierto, como un regalo a su público.
Don Carlos Bordón nació en Guarambaré el 4 de noviembre de 1923 y desde joven sacó a relucir sus habilidades con el bandoneón, de la mano de su padre el otrora destacado profesor de música, don Gabino Bordón. "Mi padre me incentivó a ejecutar este instrumento... Él ya se sentía viejo como para continuar, así que me encajó la carga esa", bromea. De aquellos tiempos recuerda las ocho horas diarias de práctica intensa.
"No es un instrumento fácil", admite don Carlos. Le costó sudor aprender, pero finalmente sus aptitudes innatas pronto lo llevaron a la cumbre. Sus éxitos comenzaron en el año 1942, y es cuando ingresó a las actividades profesionales con la orquesta que dirigiera su padre y que llevaba el nombre de este. Con ella, recorrió las principales ciudades del interior. "Animábamos fiestas bailables", dice esbozando una sonrisa.
Cinco años después vino a la capital para integrar la orquesta del maestro Ramón Reyes. Fue todo un suceso. No tardó en recibir otra propuesta y de renombrados como Florentín Giménez y Carlos Villagra para integrar "Ritmos de América". Nuevamente brilló con luz propia. Luego el maestro Florentín Giménez se independizó y no dudó en compartir escenario. Su gusto hacia la música trascendió fronteras. Argentina, Brasil y Uruguay son algunos de los países que pisó acompañado de su bandoneón que todavía conserva con mucho celo. "Tiene como setenta años, es una verdadera reliquia que me dio sustento", expresa. Claro que los malos momentos no escapan a su memoria y eran aquellos en que "cuando estaba más ‘sogue’ se venía un temporal que nos aguaba la actuación... Puff no daba gusto", dice haciendo un gesto de disgusto y meneando la cabeza.
Con la orquesta Ritmos de América junto Florentín Giménez, Carlos Villagra, Oscar Escobar, Oscar Risso y Nery Velázquez.
Su apogeo se hizo notorio con su propia orquesta hasta que decidió formar parte de la típica Clan Orrego. Pero no solo deleitaba con este instrumento que desde Alemania llegó hasta Sudamérica para alegría de muchos, también compone. "Tengo como cuarenta composiciones, como Guarambaré, Oguajhevo navidad, Yuaijhu reko, premiadas en grandes concursos. También está Mi alondra, Novia querida, Mercedes Oilda, Pedacito de mi vida, Sportivo Itacurubí, Alberdi, Añoranza Guaraní y otros", cuenta con orgullo don Carlos que confiesa sus 84 años bien vividos, aunque ya lejos del bandoneón... por prescripción médica.
"Tengo problemas del corazón y el médico me recomendó calma". Igualmente están las letras no grabadas como Taita Guasú, Tus arrullos, Caazapá, Reina Sureña, Noche de Amor, Rosas a mi madre, Ñanduti apoha, Fulgor de amor, La canción del Cañero, Nidia Miguelina, Extraña florecilla, y muchas más. La plenitud más grande la sintió cuando se casó con Nidia María Florencia Cano, con la que tuvo tres hijos: Carlos Rudy, Blanca Gladys y Nidia Miguelina. Ya cumplieron 56 años de casados. "Cuando él iba a actuar, yo me sentaba en la máquina esperando hasta que llegue para levantarme y prepararle bife koygua", cuenta doña Nidia, quien se empeñó en "producir" a su marido para la foto. Trajo un vaso con agua y peine. Estiró las canas hacia atrás y aseó sus cejas. Una verdadera fotografía.
En un momento de sus magistrales actuaciones.
Y es ella la que agradece el apoyo de ABC a la carrera de don Carlos y también es ella la que pide una pensión graciable. "Premios tiene muchos. El Senado también lo galardonó con un pergamino por su fructífera trayectoria, pero lo que necesita es una pensión graciable", insiste. Como muchos.
Y precisamente, hoy al mediodía, estará entregando su música, sus emociones, a corazón abierto, como un regalo a su público, para una causa loable: Ayudar a otro bandeonista guarambareño, Juan R. González, quien está enfermo. ¿Dónde? En el restaurante La Curva. Muchos artistas se adhirieron, usted también puede hacerlo. El encuentro es a partir de las 11:00.
Fuente Digital: ABC Color - Domingo, 24 de Septiembre de 2006
CARLOS BORDÓN.-
Murió el autor de "Guarambaré"
Ayer a la siesta falleció el bandoneonista Carlos Bordón, quien había cumplido 90 años el pasado 4 de noviembre. El autor de “Guarambaré” y tantas otras composiciones se encontraba descansando con sus familiares, y cuando le iban a poner sus cremas curativas, falleció silenciosamente.
Sus restos son velados en su domicilio, ubicado en Tte. Garay N° 1797 esq. Gondra, en el barrio San Vicente. Esta tarde serán trasladados a su pueblo natal, Guarambaré. Allí serán velados en el Salón Municipal, de 14:00 a 16:00, y luego llevados al cementerio local.
Carlos Bordón, nacido en 1923, empezó a trabajar profesionalmente como músico en 1942, en la orquesta que dirigía su padre.
Su padre, Gabino, fue su primer maestro, y con él aprendió las primeras lecciones de música.
“Mi padre me incentivó a ejecutar este instrumento. Él ya se sentía viejo como para continuar, así que me encajó la carga esa”, comentaba en una entrevista con este diario, publicada en 2006.
“No es un instrumento fácil”, decía Bordón, que practicaba ocho horas diarias con el instrumento, en sus comienzos de su bandoneón. “Tiene como setenta años, es una verdadera reliquia que me dio sustento”, señalaba en aquella ocasión acerca de su instrumento.
Recorrió varias localidades del interior del país y luego cruzó las fronteras con su música.
También integró la orquesta típica de Ramón Reyes, de Carlos Villagra, el Clan Orrego y el conjunto de Lorenzo Álvarez, hasta que fundó su propia agrupación. En las décadas del 70 y el 80 integró pequeños conjuntos de música popular, y en 1988 fue nombrado arreglador de la Banda de la Marina.
En 1944 se sumó al clan Orrego
Se casó con Nidia María Florencia Cano en 1950, con quien tuvo tres hijos: Carlos Rudy, Blanca Gladys y Nidia Miguelina.
En diciembre de 1999, Carlos Bordón recibió una mención de honor, en el marco del Premio Nacional de Música, por su obra “Guarambaré”.
Carlos Bordón no solo es intérprete, sino también es compositor. En su haber figuran cuarenta composiciones, como “Guarambaré”, “Oguahêvo Navidad”, “Juayhu reko”, “Mi alondra”, “Mi novia querida”, “Mercedes Oílda”, “Pedacito de mi vida”, “Sportivo Itacurubí”, “Alberdi” y “Añoranza guaraní”.
Comparte sus obras con varios autores. “Guarambaré” lleva versos de Rogelio Quintana y fue estrenada en 1964, mientras que “Mi novia querida” fue compuesta con Domingo Germán en 1965; “Joayhu reko”, con Antonio Bareiro, realizada en 1957.
Obtuvo el premio del concurso de Autores Paraguayos Asociados (APA).
Su larga lista de canciones incluye también “María querida”, “Raquelita”, “Mi pasión de ayer”, “Taita guasu”, “El Ciclón”, “Distante amor”, “Tus arrullos”, “Alberdi”, “Añoranza guaraní”, “Viejo recuerdo” y muchas otras obras.
Igualmente, están las letras no grabadas como “Taita guasu”, “Tus arrullos”, “Caazapá”, “Reina sureña”, “Noche de amor”, “Rosas a mi madre”, “Ñanduti apoha”, entre otras.
Fuente Digital: ABC Color - Domingo, 01 de Diciembre de 2013
