SCHMIDL, ULRICO
Viajero y naturalista. La familia Schmidl, a la cual pertenece el famoso cronista, es una de las más antiguas de Baviera. Fueron establecidos por Federico III en la ciudad de Straubing como patricios y se les concedió un escudo de armas. El primer Schmidl aparece en el Consejo de la Ciudad en 1364 y desde entonces no dejaron de figurar en los anales históricos de la misma. Fueron señores feudales del castillo de Azlburg, como el padre y hermano mayor de Ulrico. Los Schmidl ejercieron además, la administración de las minas, la consejería del Príncipe y regencia de Aduanas.
Schmidl nació hacia el año 1510 en la nombrada ciudad. Su padre, Wolfang quien falleció un año después del nacimiento de su hijo, había sido Intendente municipal, delegado para el acuerdo de la Guerra de Sucesión en 1506, regente de la Aduana y feudatario del castillo de Azlburg por el príncipe Ruprecht, obispo de Regenburg. Contrajo matrimonio en primeras nupcias con su prima Ana Zellem, quien enviudó en 1497. Dejándole dos hijos. Friedrich que heredó de su padre el cargo feudatario del castillo, quien murió sin dejar sucesión y Thomas que ocupó la Intendencia Municipal y fue consejero del Príncipe en 1539. Wolfang Schmidl estuvo casado en segundas nupcias con una dama de la cual se ignora su nombre y de cuyo matrimonio nació Ulrico.
Como toda la familia Schmidl siempre se ocupó de la cultura, dotando a los miembros de su casa becas para estudios universitarios, se estima que éste recibió una esmerada y completa educación en un colegio latino. Criado bajo la protección de sus hermanos, por la temprana ausencia de su padre, es probable que durante los primeros años de su juventud haya estado involucrado con los problemas religiosos de la Reforma. Bien pudo haber sido el motivo de su partida hacia el nuevo continente por consejos de su prestigioso y reputado hermano Thomas.
En 1535 se alistó como soldado en la armada que iría a emprender el Primer Adelantado del Río de la Plata, don Pedro de Mendoza; una de las más importantes y numerosas venida al Nuevo Mundo.
Llegó con la señalada expedición a estas latitudes en 1536. Asistió a la primera fundación del puerto de Nuestra Señora del Buen Aire, participando activamente en los enfrentamientos bélicos contra los indígenas guaraní, timbú y querandí. Remontó el río Paraná con Juan de Ayolas y permaneció en Corpus Christi hasta la destrucción del fuerte por los indígenas. Retornó al fuerte de Buenos Aires y de allí emprendió un nuevo viaje con el capitán Ayolas y su lugarteniente Domingo Martínez de Irala. Subiendo el Paraná, llegaron a la tierra de los Carió o Carios. Permaneció unos meses con Irala en un precario fuerte situado sobre el Alto Paraguay, el de Nuestra Señora de la Candelaria, aguardando el retorno de Ayolas quien habíase internado en el Chaco, en cumplimiento de una de las cláusulas signadas por el Adelantado: la búsqueda de las tierras del oro.
En vista del retrasado regreso de Ayolas, Schmidl decidió bajar el río en compañía de otro capitán, Juan de Salazar y Espínoza, quien fundaría en 1537 el fuerte de Nuestra Señora de la Asunción en la bahía de los Carios.
En 1541 fue testigo de la despoblación de Buenos Aires por orden de Irala y se estableció en Asunción durante casi todo el período de gobierno de aquel.
En 1542 presenció la llegada del segundo Adelantado, Alvar Núñez Cabeza de Vaca y participó en ese mismo año en una expedición encomendada por dicho gobernante al norte del Paraguay. Al año siguiente formó parte de otra, llegando hasta las lejanas tierras de los Xarayes, en busca de noticias sobre el precioso metal.
En la deposición del adelantado Núñez Cabeza de Vaca, realizada en 1544, se mostró ferviente partidario de Irala. Durante las guerras guaraníticas, colaboró activamente al lado del citado gobernador. Se internó varias veces en el inhóspito Chaco, combatiendo con distintas parcialidades indígenas. A la vuelta de su última incursión hacia las tierras de los Itatines, descripta por el mismo Schmidl como "mala entrada", recibió noticias de su hermano Thomas, quien lo hizo llamar por padecer éste de una enfermedad, razón por la que decidió en 1553, regresar a su patria.
El viaje de retorno duró dos largos años. Viajó con veinte indios carios desde el Paraguay por el río epónimo hasta el Jejuí y de allí hasta las cataratas del Guairá. En tierra portuguesa tuvo que sortear numerosos peligros, defenderse de los antropófagos tupi y de los animales salvajes, hasta qué finalmente llegó a las costas del actual territorio brasileño sobre el Atlántico y desde la colonia de San Vicente se embarcó a Europa.
En enero de 1555 arribó a Amberes y tuvo tiempo aún de abrazar a su hermano Thomas, quien lo aguardaba vehemente luego de casi veinte años de ausencia. A poco tiempo de su llegada, Thomas Schmidl fallecía dejando como herederos a su esposa y a su hermano Ulrico. Por una cláusula testamentaria, éste se convertía en administrador de las becas que tradicionalmente otorgaba la familia Schmidl para los estudiantes de la Universidad de Ingolstadt.
En 1558 fue nombrado consejero de su municipio, cargo que generaciones habían ejercido casi con exclusividad, sus antecesores. Por ese tiempo la crisis religiosa se había agudizado y como Ulrico Schmidl se mostrase partidario de la Reforma Protestante, fue obligado a abandonar su querida ciudad de Straubing para establecerse en Ratisbona. Allí, en 1573 quedaba viudo de su primera esposa, Juliana Weverín y de quien no tuvo hijos, pero sí una nieta de parte de ella a quien él la adopta como tal. Más tarde volviáse a casar con una dama suiza, Benigna Meldogg, quien poseía una desahogada posición económica y de la cual quedó nuevamente viudo. En 1578 contrae nupcias por tercera vez con Ehnrtraud Stckemers. De ninguno de sus tres matrimonios tuvo descendencia, pero aunque no se hayan registrado datos, es probable que haya dejado algún mestizo o mestiza en el Paraguay, territorio que nunca pudo olvidar y del cual guardaba, los más gratos recuerdos.
Se ignora con precisión el día exacto de su partida, ocurrido durante el invierno a finales de 1580 y los primeros días de 1581. Rodeado de sus evocaciones y elementos indígenas llevados de Asunción y celosamente atesorados, fallecía Ulrico Schmidl a la edad de setenta años. Prueba de tal acontecimiento es su testamento, el cual fue abierto el día 21 de enero de 1581.
Su famosa obra “DERROTERO Y VIAJE AL RÍO DE LA PLATA Y PARAGUAY” es la segunda crónica histórica sobre el Paraguay, -la primera es "Comentarios" de Alvar Núñez Cabeza de Vaca-, pero es la que tuvo más éxito entre los impresores. El trabajo de Schmidl fue publicado en 1567 en Francfort del Maine en lengua alemana y en 1731 en versión castellana.
Es esta crónica la voz de un soldado que carece del esplendor y de las hazañas de los antiguos conquistadores. Escrito en prosa sencilla, relata la historia de las fatigas y penurias de las huestes que llegaron al Río de la Plata en busca del ansiado oro. Narró con espontaneidad y hasta con ingenuidad la conquista del Paraguay. Aunque son numerosos sus errores cronológicos y adulteraciones de nominaciones geográficas o de apellidos, la crítica moderna ha demostrado la veracidad esencial del relato de Schmidl, quien merece estar en la galería de los grandes cronistas del mundo.
Fuente: “FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO” Realización y Producción Gráfica ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Alberdi 2831 c/16 Pytda. Tel. (595-21) 373 594, fax (595-21) 391 136 - e-mail: arami@rieder.net.py Asunción, Paraguay. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Direccion de la Obra: Oscar del Carmen Quevedo).
