POLLAROLO, VICENTE

En su juventud pareció manifestar inclinaciones hacia el bel canto, pero luego se decidió por la escultura. En 1.927 fue becado a Turín.

Inició sus estudios bajo la dirección del escultor Giovanni Alloati, en cuyo taller cursó estudios preparatorios por tres meses.

En noviembre de ese mismo año ingreso en la Academia Albertina de Bellas Artes de aquella ciudad, y en marzo del año 1.929 envió ya al Paraguay algunos trabajos.

De esa época es la composición escultórica -monumento- LA CONQUISTA DEL AIRE, en la cual se exaltan los logros de la aviación, y que nunca, que sepamos, fue traída al Paraguay.

Regreso al país en 1.931 y aquí se instala definitivamente hasta su muerte.-

Su obra de escultor tropezó con muchas dificultades no solamente porque vivió una época de escasa tradición artística más oscura aun en lo que se refiere a la escultura, sino también por la misma índole de su trabajo: el carácter de su obra escultórica, que es de difícil movilidad e impone además grandes sacrificios económicos a causa del más elevado costo del material, prohibido a veces para el artista pobre.

Realizó numerosas obras pero los proyectos que correspondían a sus obras de mayor aliento no pudieron pasar nunca a papel, o en algún caso, de la maqueta.

Vicente Pollarolo es sin duda el escultor paraguayo de más sólida formación en las promociones anteriores a 1.950, aunque su obra se resintió como la de todos sus compañeros del forzoso enclaustramiento.

Su obra refleja la influencia del impresionismo rodiniamo, persistente en las academias de la época.

Fuente: DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY, de LISANDRO CARDOZO, editado con el auspicio del FONDEC (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES), Asunción-Paraguay 2005.

VICENTE POLLAROLO

Al revés del primero (FRANCISCO ALMEIDA), a éste no le interesa para nada la política; al contrario, se acerca confiado a todos los gobiernos, y con su habitual sonrisa bonachona, propia de su carácter, les fabrica un busto o una cabeza.

Pollarolo es todavía joven. Vástago de un antiguo músico de la Banda de la Policía, le gustaba, al principio, la música vocal, hasta que su padre le envió a Italia, (su patria) para perfeccionar el canto, y cosa rara, de allá volvió un escultor hecho y derecho.

Estudió en la real Academia Albertina de Turín, bajo la dirección de Eduardo Rubino (vastamente conocido en el Río de la Plata). Desde 1926 participó en varias exposiciones extranjeras, como en la de Roma, Turín, Estraburgo, etc. Regresó a la Asunción en 1932, desde cuya fecha concurre anualmente a exponer en los salones de Primavera del Ateneo Paraguayo.

A pesar de su laboriosidad, no se conoce de Pollarolo sino muy escasas obras de importancia. Ellos son: el gran busto de GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA que se alza sobre el pedestal de la Plaza que lleva el mismo nombre; el de MARISCAL SOLANO LÓPEZ, que decora la placita del Palacio de Gobierno; y la ESTATUA DE CRISTO que presidía el recinto del Panteón de los Héroes.

Entre todos los suyos, ese es el mejor trabajo de envergadura que ha realizado hasta el presente, y en el que ha revelado su recio temperamento de escultor. Pues los pequeños bustos que hacía a los presidentes y demás hombres públicos, mediocrizaba su obra y la rebajaba a la vulgaridad.

Su "CRISTO", mide dos metros de altura; la serena majestad de su presencia de hombre fuerte es realmente la de un conductor de almas. Mientras sostiene con una mano la vaporosa túnica que le cae hasta los pies, con la otra, que lleva a la barbilla, parecía imponer silencio bajo la cúpula que guarda las cenizas de los héroes.

La "maquette" que preparó para el concurso del monumento a José Martí, en Cuba, merece un estudio especial, últimamente representó, Pollarolo a nuestro país, en carácter de Delegado, en la Feria Mundial de Nueva York, y en la Exposición Latino-americana de "River Side Museum".

Se trasladó después a Venezuela donde fraternizó con un crecido número de intelectuales y artistas de la patria de Bolívar, y ejecutó varias cabezas, de interesantes rasgos fisonómicos de escritores y maestros venezolanos.

A pesar de su juventud, Vicente Pollarolo ya tiene cimentada su fama de escultor en los círculos artísticos de Europa y América. Su insaciable sed de superación le llevó por ambos mundos, paseando consigo el nombre de su pequeña, aunque gloriosa patria.

Fuente: ARTES Y ARTISTAS PARAGUAYOS. PERIODO RENACENTISTA. Conferencia de JORGE BÁEZ - Biblioteca Nacional. Agencia Paraguaya del ISBN - 1ª Reedición, con el apoyo de la Cooperativa Universitaria Ltda. Asunción – Paraguay, Noviembre, 2007 (91 páginas)

POLLAROLO, VICENTE (1903-1958)

En su juventud pareció manifestar inclinaciones, hacia el bel canto, pero luego se decidió por la escultura. En 1927 fue becado a Turín. Inició sus estudios bajo la dirección del escultor Cav. GIOVANNI ALLOATI, en cuyo taller cursó estudios preparatorios por tres meses. En noviembre de ese mismo año ingresó en la Academia Albertina de Bellas Artes de aquella ciudad, y en marzo del año 1929 envió ya al Paraguay algunos trabajos. De esa época es la composición escultórica -monumento- LA CONQUISTA DEL AIRE, en la cual se exaltaban los logros de la aviación, y que nunca, que sepamos, fue traída al Paraguay. Regresó al país en 1931 y aquí se instala definitivamente hasta su muerte.

Su obra de escultor tropezó con muchas dificultades, no solamente porque vivió una época de escasa tradición artística más oscura afín en lo que se refiere a la escultura, sino también por la misma índole de su trabajo: el carácter de la obra escultórica, que es de difícil movilidad e impone además grandes sacrificios económicos a causa del más elevado costo del material, prohibitivo a veces para el artista pobre. Realizó numerosas obras (bustos, relieves, algún grupo) pero los proyectos que correspondían a sus obras de mayor aliento no pudieron pasar nunca del papel, o en algún caso, de la maqueta.

EXPOSICIONES: Pollarolo no realizó exposiciones individuales, aunque sí participó en varias colectivas (Salones de Primavera) y asistió en 1938 a la Exposición de la Feria Mundial de Chicago, con una cabeza de indio en madera, de lírica inspiración.
Es de lamentar que el Museo Nacional de Bellas Artes no posea obra alguna de este artista.

UBICACIÓN: VICENTE POLLAROLO es sin duda el escultor paraguayo de más sólida formación en las promociones anteriores a 1950, aunque su obra se resintió como la de todos sus compañeros del forzoso enclaustramiento. Su obra refleja la influencia del impresionismo rodiniano, persistente en las academias de la época.

Fuente: TREINTA Y TRES NOMBRES EN LAS ARTES PLÁSTICAS PARAGUAYASpor JOSEFINA PLÁ. Editorial Cultura, Asunción-Paraguay 1973 (59 páginas).