FARIAS, GERARDO
Nace en Asunción, el 4 de julio de 1.960, y desde muy temprana edad desarrolla el dibujo de forma innata.
En el año 1.981 y a los 21 años de edad ingresa a la Escuela Superior de Bellas Artes de la ciudad Asunción, y en 1.982 abandona dicha casa de estudio y se dirige a Brasil.
En Campiña San Pablo, estudia Diseño Artístico y Desnudos en la Academia Cambui; en 1.983 se dirige a la ciudad de Curitiba, Paraná, y se integra al grupo de Escultura Libre de la Fundación Cultural de Curitiba bajo la dirección del profesor y artista Elvo B. Damos y desarrolla los siguientes cursos:
· Cerámica Artística y Utilitaria;
· Tallado en Maderas;
· Tallado en piedra, granito y mármol;
· Técnica de Fundición en bronce a la cera perdida;
· y otras Técnicas como la de papel Maché resina y Fibra de vidrio.-
Vuelve a Asunción en junio de 1.986 fecha que realiza su primera exposición individual en la “Galería Fabrica” como también en setiembre en 1.987 en la “Galería Miró”; setiembre de 1.988 “Galería Pro-Ballet”; en noviembre en la sala “Agustín Barrios” del CCPA y en diciembre la exposición denominada “Escultura 88” en el Yacht y Golf Club Paraguayo y en octubre participa de la primera muestra de artes plásticas de la ciudad de Luque – Paraguay; julio de 1.990 en el Salón “Arte Spacio” Expo 90 Mariano Roque Alonso – Paraguay, diciembre 21 Feria del Bosque de los Artistas; 1.991 Centro Cultural Portão, Curitiba – Brasil; 1,992 expone en la “Galería Liliana Boccia”; en julio en 1.992 viaja becado a Italia en Pietra Santa – donde comienza a exponer nuevamente en “Arte Spacio” Expo 93 Mariano Roque Alonso – Paraguay; enero 1.994 se dirige a Milwaukee/ Wisconsin – USA – para el circuito internacional de escultura.-
Fuente: DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY por LISANDRO CARDOZO, editado con el apoyo de "FONDEC" (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES), Asunción-Paraguay 2005.
GERARDO FARÍAS - ESCULTOR DE CINCEL, MAZA Y LENTES
Desde antiguo, la piedra, la tierra y la madera han sido los materiales preferidos por el hombre para dar forma a sus sueños. Con el tiempo -y a medida que la ciudad y sus costumbres se imponían- la búsqueda de nuevos y más delicados materiales llevó a los escultores hasta el marfil y el oro (recuérdense las estatuas crisoelefantinas de Fidias: Athena Promachos y Zeus Olímpíco), pero fue, finalmente, el mármol el que, dadas la dureza y la suavidad de sus superficies, terminó por imponerse entre ellos. El Pentélico, en la antigüedad griega, y Carrara, en el espléndido Renacimiento italiano, esparcieron entonces sus entrañas por todo el mundo, convertidas, por obra y gracia de los artistas, en sublimes formas eternamente congeladas. La escultura es la más sólida y permanente de las bellas artes. Su solidez asusta; su delicadeza, con frecuencia, también asombra; su fuerza, a veces, espanta, como en el caso de aquellos personajes que pugnan por escapar del mármol en las estatuas inacabadas de Miguel Ángel. La más antigua de las artes plásticas conocidas (las «Venus» auriñacienses siguen siendo los documentos artísticos más antiguos que se conocen) ha llegado hasta nuestros días con el vigor del inicio.
Gerardo Farías -que expone actualmente en galería Latina- es un escultor que trabaja piedra, madera y mármol. También usa cemento y otros materiales, pero, en esencia, es un escultor de cincel, mazo y lentes de protección. Hasta la madera que trabaja es dura: el quebracho. La toma de los viejos durmientes de los ferrocarriles abandonados para reciclarlos en arte. Intuye sus formas escondidas y las saca a la luz. Cuando deja de usar estos materiales, Gerardo Farías gana y pierde, al mismo tiempo. Una pequeña y sugerente cabeza de Medusa hecha en cemento y cerámica nos mira desde la profundidad de los tiempos con el rostro cubierto de una falsa pátina de antigüedad lograda a base de agua y humedades de jardín. Es, no obstante, hermosa; pero donde la fuerza interior que el escultor carga consigo sale a flote es en sus esculturas de piedra y mármol. Cuando trabaja en cemento y otros materiales, lo que gana en expresión lo pierde en sugerencias. Su mensaje se hace tan transparente que puede llegar a ser banal: decoración al gusto de los amantes de las formas.
Dos cuerpos fundidos en un abrazo eternizado en el mármol llevan el sugerente título de SUEÑO APASIONADAMENTE ERÓTICO, y está claro para el observador que, en el amor, las formas se funden y se confunden. Pero tanto como formas acabadas, en el arte de Gerardo Farías hay sugerencias susurradas al oído del espectador, del observador, de quien disfruta de su arte. Un pie expresionista y enorme, deformado y extraño, se hace de nuevo confusión de formas corpóreas en CABALGATA, en tanto que la piedra muestra sus texturas rugosas y cálidas en un SÓLIDO SENTIMIENTO MATERNO cargado de ternura. La escultura mayor en piedra también sugiere formas que aún no acaban de abandonar el cascarón rocoso que hasta ahora las sigue cubriendo.
En madera, el dominio y la fuerza del que da muestras el Farías del cincel y de la maza se atenúan. Daría la impresión de que es la madera la que le impone las condiciones y le señala los rumbos.
Teme la exploración allí donde en la piedra y el mármol parecen haber alcanzado mayores profundidades. Es, sin embargo, interesante lo que alcanza, más por lo que sugiere que por lo que muestra, y sugiere, sobre todo, aquello que la madera le va señalando en sus vetas, sus nudos, sus endurecidas entrañas trabajadas bajo las ruedas del ferrocarril. Troncos enhiestos con formas surgiendo desde dentro se unen a las diversas personificaciones logradas con toques de ingenio más propios del humor corrosivo e iconoclasta de Dadá que de alguien que, al trabajar otros materiales, se afana en desentrañar los misterios que guardan en sus arcanos. El resultado es interesante, pero carece de la fuerza y, tal vez, también de la sinceridad de lo que logra en la piedra y el mármol. Gerardo Farías es, sin duda, un escultor de cincel, maza y lentes de protección.
Fuente: ARS LONGA. Por VICKY TORRES. Arandurã Editorial, Asunción-Paraguay 2004(429 páginas)
