EL OLVIDADO CANTOR DE LA VIRGEN SERRANA DE CAACUPÉ

Por ANTONIO V. PECCI

Enamorado de su tierra y de la religiosidad popular, este hombre escribió uno de los más logrados libros sobre el origen y la leyenda de la Virgen serrana, con datos precisos y estilo pulcro, además de sus versos.

Aunque olvidado por las recientes generaciones, como tantos otros notables escritores y artistas, Miguel Ángel Guillén Roa tiene, sin embargo, un lugar en el recuerdo de muchos compatriotas que leyeron sus artículos periodísticos o accedieron a algunos de sus diez libros.  

No obstante, el libro más trascendente y que lo hace recordable para esta página y en esta fecha es el que tituló La Virgen de Caacupé.

Su historia – Su leyenda. Editado en 1966 con aprobación del Arzobispado de Asunción y agotado hace muchos años, es, con todo, un volumen que hoy día se deja leer con agrado, debido al estilo ameno, al uso de datos históricos raros y a que alcanza el objetivo de brindar una visión completa sobre uno de los fenómenos más apasionantes de la tradición popular paraguaya: el surgimiento de la leyenda de la Virgen de Caacupé.

Así como las peripecias que acompañaron a la imagen en su deambular por Atyrá, Tobatí y otros lugares, hasta su afincamiento en la pequeña villa serrana, dando lugar a la creación del pueblo.   

BREVE PERFIL.  

Miguel Ángel Guillén Roa es oriundo de Caacupé, sitio donde naciera un 29 de setiembre de 1926.

Fueron sus padres don Gerardo Guillén y Doña Mercedes Roa, una familia tradicional de dicha ciudad.

De joven ingresó al Seminario Metropolitano como seminarista, llegando a cursos superiores que lo llevaron a estudiar en Roma, donde residió durante cuatro años, llegando a obtener la Licenciatura en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana, hacia 1950.  Con todo, decidió abandonar la carrera sacerdotal voluntariamente. Reintegrado al país, cursaría estudios en la Facultad de Derecho, obteniendo su título en 1960. Se dedicaría de lleno a la actividad profesional, a la cátedra y a su labor de escritor, publicando en diarios y editando sus libros. Contraería matrimonio con doña Stella Balmelli Guggiari, y fruto de esa unión nacerían Analía, Osvaldo, Carla, Tatiana y Patricia.  

Cultivó la poesía, el cuento, el ensayo y la novela, además del periodismo. Y llegó a ver publicados poemarios suyos como Tierra y horizonte, Caminos, Cancionero serrano y Una vez más.  En cuanto a ensayos: La Polonia de América, La agonía de los partidos políticos" y La próxima esperanza.

En el campo de la ficción, los relatos agrupados en Siete cuentos de paz, donde analiza con ironía la realidad político–social de su tiempo, y la novela La Marcha prometida.  Hombre de gran cultura, hablaba siete idiomas: latín, griego, italiano, francés, alemán, así como guaraní y castellano. Miembro de organismos internacionales de prestigio, como la Academia Hispanoamericana de Letras, con sede en Bogotá, y de la Unión Latinoamericana de Prensa Católica, representó al país en diversos encuentros y seminarios. Fue profesor de varias camadas de estudiantes, dictando materias como Historia de Roma, Historia Contemporánea, Literatura Hispanoamericana y, a nivel universitario, Literatura Española.

Fue además articulista en diarios como El País, La Tribuna, ABC Color, La Nación y Última Hora. Como bien afirman quienes le conocieron: "Su arte no se limitó a la belleza de sus poemas y a la expresión más alta del pensamiento humano, sino que recorrió la historia de nuestra patria en el dolor y recuerdo de las epopeyas, en la grandeza de sus mujeres, en la sangre de sus mártires, las tradiciones y costumbres, tan fuertemente arraigadas en el sentir popular".  

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)