Pbro. DR. JUAN MARÍA CASSANELLO BEDOYA
Preclaro sacerdote de la Congregación Salesiana, poeta, dramaturgo, y brillante orador; cuya verba alentaba a las multitudes en las concentraciones populares, religioso -patriótica .
Sus obras dramáticas se representaron en grandes y modestos escenarios, entre ellas se destaca "SALASKIN". Juan M. Cassanello ha armonizado en sus versos, la temática lírica, mística y épica; en sus composiciones confiesa, la imperiosa vocación, del talento flexible en la proyección: "hacia el arte doloroso y sublime de las artes". Un alma en que el valor estético es galana, con vibración y susurro; una pluma con claridad, fina y delicada.
El sacerdote - poeta, nació en la ciudad comunera (Asunción), el 13 de setiembre de 1901.
Sus estudios los realizó en el Colegio Monseñor Lasagna de Asunción y en las aulas de la Congregación Salesiana en Montevideo; posteriormente en la Real Universidad de Turín se graduó con el Título de doctor en Teología y Derecho, con ca-lificaciones extraordinarias, que mereció las felicitaciones del Tribunal examinador.
Durante la guerra del Chaco, el Padre Cassanello fue capellán, prodigando su caridad, ayuda espiritual y celo sacerdotal a heridos y enfermos en el Hospital de Sangre de la Ciudad de Concepción.
Durante la contienda su estro vibra con sones de clarines, sonoros y altivos ante las evocaciones a la Patria y las proezas de sus hijos, así surgieron emotivas estrofas en: LA BANDERA DEL FORTÍN, episodio del mástil memorable de "Gondra", cuyos defensores lo hicieron ondear en el vaivén de polvo y humo, gloriosa y altiva; NOCHES DE TRINCHERA, MADRECITA y PASO A LOS VENCEDORES, su legado artístico.
Su obra poética "VISIÓN DE AMÉRICA", mereció el primer premio con medalla de oro, en el certamen literario realizado en la ciudad de Bahía Blanca-República Argentina en 1952.
Su deceso, ocurrió el 25 de enero de 1964 en Asunción.
El Presbítero Ernesto Pérez Acosta, señalaba: "Desaparecía también el elocuente orador que con su verba cálida y entusiasta enfervorizaba a las masas congregadas ante los altares de Dios y la Patria. Las letras paraguayas perdían también a uno de sus galanos cultores, pues gozaba ya de gran prestigio como poeta y dramaturgo".
Fuente: ESCRITORES Y MÚSICOS DE LA ÉPOCA DE LA GUERRA DEL CHACO . Autor: CANCIO GIMENEZ, Ediciones Intento, 1987 (212 páginas).
JUAN B. CASSANELLO es sacerdote. Profesa en la Orden de los Salesianos.
Cursó estudios en Montevideo.
Cultiva el verso, la prosa, la oratoria y el teatro.
Como poeta, ha escrito desde su juventud. El género que cultiva, con especialidad, es el épico.
Entre sus principales trabajos citaremos PASO A LOS VENCEDORES, ROCA INCONMOVIBLE, A LA MUERTE DEL MARISCAL ESTIGARRIBIA, CERRO CORÁ, SÓLO, A MI MADRE MUERTA, etc.
Tiene numerosísimas composiciones en prosa que fueron dadas a publicidad en diarios y revistas del Paraguay, principalmente en EL MENSAJERO DE MARÍA AUXILIADORA.
Su prosa es sencilla, sin rebuscamientos ni giros difíciles.
La cátedra sagrada cuenta con su palabra fácil, resonante y evocativa. En los días de la guerra del Chaco, su verbo rayó a gran altura cuando se inspiraba en belígeros sucesos pretéritos. Animaba a las huestes que partían a la guerra en holocausto de los ideales de derecho, de justicia y de paz y en defensa del patrimonio y de la existencia misma de la Nación.
El teatro le debe al padre Cassanello varios dramas y comedias: EL OCASO DE UN HÉROE, SALASKIN, LOCO, EL MEDALLÓN, ROSAS BLANCAS, dramas, llevados a escenas, en diversas épocas, en la Asunción, y COMISARIO INTERINO, comedia, presentada también en la capital paraguaya.
He aquí su: PASO A LOS VENCEDORES
Bajo el arco del triunfo
van pasando marcialmente las legiones,
los invictos forjadores de victorias,
los pletóricos de gloria,
los de férreos corazones,
los titanes escuadrones,
que en presente conjugaron las homéricas historias.
Van pasando sin orgullo,
van pasando sin pregón de vencedores,
con el bravo verde olivo de batalla,
con los hierros de metralla
con los hierros destructores
a sus hombros recostados, como hienas que dormidas
han quedado en el regazo de sus fieros domadores...
¡Soldaditos de oro y bronce! ¡Qué de hazañas
voy leyendo en vuestras frentes
por los soles sombreadas!
¡Fuisteis bronces refulgentes
de mil épicas jornadas!
¡Fuisteis oro relucientes
cual bruñeron vuestros padres del setenta
con sus gestas legendarias y proezas no igualadas!
¡Allí vienen los invictos campeones!
Van llevando hacia la gloria a sus guerreros,
como ayer, por los senderos
y los fieros cañadones!
¡Son los jefes! ¡Es el jefe! Corazones
que ajustaron sus latidos a las notas
de los himnos de la patria mancillada...
¡No supieron las derrotas!
¡Como ayer son los leones
que crecieron a tu sombra, mi bandera idolatrada!
¡Mi bandera! ¡Ya la veo! Va sus pliegues
sobre el fondo verde olivo, sus colores
desplegando, mientras besa
con sus labios de princesa
las cabezas polvorientas de sus hijos vencedores!
Es la misma que en la huesa
del humilde soldadito, sus amores
le dijera por aquella que allá lejos,
por su espera va con ansias hilvanando su tristeza.
¡Madre buena! Madrecita de aquel héroe
que una cruz cubre amorosa...
Tú, ¿qué esperas? ¡Qué angustiosa
tu mirada se ha clavado
en la estela que ha dejado
la pujante caravana victoriosa!
¡Él no vuelve! ¡Se ha quedado!
Es el hito que pregona lo que es nuestro...
¡Lo que es tuyo, madre ansiosa!
¡Ese Chaco que tu hijo te ha legado!
Fuente: HISTORIA DE LAS LETRAS PARAGUAYAS – TOMO III. Por CARLOS R. CENTURIÓN. ÉPOCA AUTONÓMICA. EDITORIAL AYACUCHO S.R.L.. BUENOS AIRES-ARGENTINA (1951), 500 pp. – Versión digital en: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY (BVP)