Asunción-Paraguay. 1984
Este libro lo podrá leer íntegramente en su versión digital,
en la BIBLIOTECA VIRTUAL “AUGUSTO ROA BASTOS”
del CENTRO CULTURAL DE LA REPÚBLICA “EL CABILDO”
a Guillermina, más que hermana
a mis hijas Laura y Gabriela
quienes hacen poesía sin saberlo
MITOGÉNESIS
GÉNESIS I
- Iñypyru oñepyru
- Ñanderuvusu ou...
APAPOKUVA-GUARANI
En el principio fue la oscuridad
la Edad de los Murciélagos
luego el Sol y la Tierra fueron creados
sobre los cuatro palos en cruz
la sostuvieron.
Después vino el que siente el Tiempo
y dicen que trajo el Agua.
Crearon por fin a la mujer.
De la vasija salió. Allí estaba ella
acurrucada en el fondo del barro.
El maíz y la canasta fueron su destino
y más tarde los mellizos divinos
los que cuidaba la abuela-tigre
el tigre antiguo —el que ocultó a los hijos.
Es así que las mujeres no tienen los pechos iguales.
En aquel entonces ya se veía
el Abismo Eterno.
Luego los peces devoraron a los tigres
y de la cabeza de Tykeyry brotaron flores.
Con sus flechas poseyeron a sus mujeres
las hermanas llevaban fuego en los cabellos
y sus cráneos explotaron.
Ellos enseñaron a los demonios la danza.
Ya está ladrando ahora el Tigre Azul
bajará el murciélago
para acabar con nosotros.
Yaguarovy nos devorará entonces nuestras bocas se secarán
entonces tomaremos bastante miel
entonces
llegaremos al agua buena
al agua eterna del mar.
GÉNESIS II
El que existía
iluminado por su propia luz
antes que el Sol alumbrara
atravesó las tinieblas primigenias
donde revoloteaba el colibrí florido
y la lechuza engendraba la noche.
Cuando florecen los Lapachos
los vientos vuelven
al origen del tiempo
a la resurrección
del Tiempo Nuevo.
Nuestro Padre Primero
creó la llama y la neblina
desde allí
con su sabiduría
engendró el Lenguaje Humano.
El himno sagrado lo creó en su soledad
las palabras las creó en su soledad.
Y con ellas creó el amor
el amor de corazón grande
el amor al prójimo.
Ellos son los verdaderos padres
los excelsos
los padres y madres
de las palabras-almas.
INVOCACIÓN
- Antes del robo del fuego
- fueron de papel los cimientos
- de la Primera Tierra.
- El Diluvio los destruyó...
MBY’A-GUARANI
Mantén en alto
el fluir de la Palabra
que tus hijos vigilen la voz
que engendré en mi soledad.
Que los dueños de la Palabra
los Señores de la Palabra
se acuerden siempre de mí.
Yo inspiraré su canto
el canto sagrado
el himno creado en soledad.
Porque Todo es Palabra
y la Palabra es Todo.
LA MADRE DEL VERBO
Inundando el espacio
pura semilla del tiempo
en la hora nupcial
al alba
desde el vórtice
del abismo
surgió la palabra.
Antes que la nueva luz brillara
primero fue la voz
el fiero aliento de los dioses.
Luego
de la garganta inefable
como un clamor gigantesco
magma de un volcán numinoso
brotó el Poema
el verso primigenio.
Allí estaba
sosteniendo los mundos
cantando su soledad
sobre una tierra extranjera
la Madre del Verbo.
ELEGÍA DE CHILAM BALAM
Llegarán desde la otra orilla
para la destrucción
para matar la memoria del pueblo
y cegar la faz de los dioses.
Como se corta el tallo de la flor de Copán
los cimientos del cielo serán conmovidos
tendrás que partir hacia la Casa del Sol
hacia la mansión de los muertos.
El ya ha puesto sus ojos en tu rostro
los que trabajaban el oro el jade y la obsidiana
yacen con las plumas deshechas
ante el espejo humeante.
Los magos verán de nuevo a su Señor
venir sobre las aguas con toda su gloria y esplendor
para castigar la estirpe
de los dioses sangrientos.
Ya no cantarás en esta tierra
ya no subirá el incienso de los templos.
En la región más transparente del aire
el Quinto Sol
el que te alumbra
en el día señalado
. se apagará
. para siempre.
APOCALIPSIS 11 AHAU KATUN
- Entonces querrá marido la flor marchita
cuando le arranquen el corazón
CHILAM BALAM
Bajarán abanicos del cielo
y la preciosa garganta
será cortada.
Aventados serán los cantores.
De culpa serán sus palabras,
de culpa sus miradas,
de culpa su voz.
De espanto y guerra su alimento,
de guerra su corazón.
El aguijón de la palabra
se hundirá en la carne
y de locura será su andar.
La tristeza de las moscas
reinará en la ciudad
y el llanto de las moscas vendrá.
En el corazón del agua beberán.
En el trono de los días
el gemido y la muerte:
cuando ardan
las arenas del mar.
*****
ELEGÍA
Demasiado orgulloso para morir; destrozado y ciego murió
De la manera más atroz, y no volvió la espalda,
Hombre frío y bondadoso bravo en su estrecho orgullo
En aquel día aciago. Oh por siempre pueda
El yacer blandamente, al fin, sobre la última, cruzada
Colina, bajo la hierba, enamorado, y allí crecer
Joven entre los largos rebaños, y nunca reposar perdido
O quieto todos los innúmeros días de su muerte, aunque
Sobre todo él añoraba el pecho de su madre
Que era descanso y polvo, y en la bondadosa tierra
La más oscura justicia de la muerte, ciega y no bendita.
Que no encuentre paz sino sea prohijado y hallado,
Yo rezaba en la acuclillada pieza, junto a su ciego lecho,
En la silenciosa casa, un minuto antes
Del mediodía, de la noche y de la luz. Los ríos de la muerte
Veteaban su pobre mano que yo sostenía, y vi
A través de sus ojos ciegos hasta las raíces del mar.
(Un hombre viejo y atormentado tres-cuartos ciego,
No me siento tan orgulloso de gritar que El y él
Nunca nunca desaparecerán de mi mente.
Todos sus huesos llorando, y pobres en todo menos en dolor,
Siendo inocente, se aterrorizó de su muerte
Odiando su Dios, pero lo que fue era claro:
Un viejo hombre bondadoso bravo dentro de su ardiente orgullo.
Los bastones de la casa eran suyos; los libros que poseía.
Aún siendo niño nunca había llorado;
Tampoco ahora, salvo a su secreta herida.
De sus ojos vi la última luz resbalar.
Aquí en medio de la luz del dominante cielo
Un viejo hombre ciego está conmigo a donde voy
Caminando en las praderas del ojo filial
Sobre quien un mundo de desgracias cayó como nieve.
Lloró mientras moría, temiendo al final el último
Sonido de las esferas, el mundo apagándose sin aliento.
Demasiado orgulloso para llorar, demasiado frágil para detener las lágrimas,
Y apresado entre dos noches, la ceguera y la muerte.
Oh la herida más profunda de todas que tuviera que morir
En el más negro día. Oh, pudo esconder
Las lágrimas de sus ojos, demasiado orgulloso para llorar.
Hasta que yo muera no me abandonará)
De Dylan Thomas (“Collected Poems”):
NO VAYAS DÓCILMENTE HACIA LA BONDADOSA OSCURIDAD
No vayas dócilmente hacia la bondadosa oscuridad.
La vejez debería arder y bramar al fin del día;
Encolerízate, protesta contra la muerte de la luz.
Aunque los sabios al final saben que la oscuridad es cierta
Porque sus palabras no han hendido el rayo, ellos
No van dócilmente hacia aquella bondadosa oscuridad.
Los hombres buenos, contra la última ola, quejándose de lo brillantemente
Que sus frágiles hechos podrían haber danzado en una verde bahía,
Se encolerizan, protestan contra la muerte de la luz.
Hombres salvajes que apresaron y cantaron al sol en vuelo,
Y aprendieron, demasiado tarde, que ellos lo apenaron en su marcha,
No van dócilmente hacia la bondadosa oscuridad.
Hombres solemnes, próximos a morir, que ven con cegadora visión
Que los ojos ciegos pueden arder como meteoros y ser alegres,
Se encolerizan, protestan contra la muerte de la luz.
Y tú, padre mío, allí sobre la triste altura,
Maldíceme, bendíceme ahora con tus fieras lágrimas, te ruego.
No vayas dócilmente hacia la bondadosa oscuridad. Encolerízate, protesta contra la muerte de la luz.
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