Asunción del Paraguay (89 páginas)
Si muero aquí,
en tierra extraña,
si muero
en una tierra que no es la mía,
el trueno,
el rodante trueno,
me llevará a mi hogar.
Si muero aquí, el viento,
el viento que corre en la pradera,
el viento me llevará a mi hogar.
El viento y el trueno
son iguales en todas partes.
¿Qué importa, pues, si muero aquí,
en una tierra extraña?
poema de un indio Ojibway
ALZO AL VIENTO
CRECER RELÁMPAGO
Yo quisiera morir cuando ya tenga
mi sangre en otras sangres derramada
y ya en mi corazón sea semilla
que florezca su flor en otra rama
JOSÉ LUIS HIDALGO
Alzo al viento
esta lava, este fuego
que muerde mis carnes,
este bramido
de raíces ancestrales,
este fragor de, arisca voz rebelada.
Arrojo a las calles
marcadas por el odio
mi hiel,
mi ira encabritada,
el potro de mi sangre,
mi savia a borbotones,
mi madera tajada
en vivas cruces.
Gritaré.
que la luz, que la alborada,
que la hora cierta
de arder los viejos cepos,
de estallar en huracán de fuego
tanta mordaza,
tanta hojarasca,
la hora de crecer relámpago
es ésta,
la que arde en nuestros puños,
la que nace
al nacer el día.
ROMPIENDO AMARRAS
Siempre he dicho -y diré- que existe
un linaje de dioses en el cielo,
pero no creo que se preocupen
de lo que hace el linaje humano
ENNIO
Me voy.
Rompiendo mis amarras
al viento de la tarde,
alzo el vuelo
huyendo de este territorio
del fuego,
del grito,
del sueño triturado.
No quiero ver
la rosa herida en su tallo
ni el amor acuchillado
a la vera
de las caricias,
a la vera
de las bocas unidas por un beso.
No quiero oír
la terca letanía
de duros cerrojos,
de nudos que no acaban
de atar nuestros pasos,
de cercar taciturnos
la ternura,
la amistad,
traídas de antiguo.
No quiero ver
el verdor socavado del sueño
tallado en lapacho,
la flor en llamas
de estas calles,
de estos patios
y aquellos balcones azorados
de ver secas guitarras gemir
la ausencia de unas manos.
Me voy.
Dejaré viejos papeles,
negros puñales,
sucias casas de carnes arrugadas,
de sangre herrumbrada
en cuencos de madera transida.
Me voy
al albur,
a navegar
presentidas riberas,
donde el pan sea pan,
y el amor un beso,
un destello de pájaros,
una brisa, una serenata,
una lluvia votiva de luceros.
RETORNO
Prefirieron morir en sus puestos
a volver sin honor junto
a sus compatriotas
NEVIO
Mi patria
es una larga memoria,
una geografía de latidos,
un horizonte,
una raíz de carnal atadura.
Mi patria -¿cuál de ellas?-,
¿la que llevo en mi sangre como un viento de aromas?
¿O esa oscura bandera gastada,
esa tierra consumida de soles sin orillas,
de ira,
de mujeres sin espigas,
sin brisa,
sin sangre nueva?
Quiere mi patria que yo vuelva
a combatir la guerra que me espera,
la guerra que de antiguo este pueblo
de voces retenidas clama,
la guerra que la libertad susurra,
la guerra de palabras engrilladas,
la guerra que libere este desolado territorio
de cerrojo y silencio.
Hoy volveré a mi patria.
Su sangre estremecida irá conmigo.
ARCANOS LATIDOS
LA PARTIDA
La Esperanza es la única diosa
que habita entre humanos,
las demás se marcharon,
dejándola atrás, al Olimpo
TEOGNIS DE MEGARA
Una partida es un adiós,
un modo de dejar
las cosas en el olvido,
borrando nuestras huellas,
o levantar el vuelo,
a veces solitario,
o reencontrarse
renovado,
con nuevos sueños
o esperanzas
que el tiempo
madura o descompone
en duros,
en yertos,
impasibles desengaños.
Partir,
atrapar horizontes,
cielos lejanos,
mirar
con ojos extraños
la vida, el amor,
tal vez creer
que la distancia
es un sueño,
un modo de tener
la alegría,
la risa que no cambia,
el calor,
el dulzor
de la palabra amiga.
Partir,
trocar las horas
que uno deja,
que uno cambia,
por nuevas voces,
por rostros,
por promesas,
por arcanos latidos,
por paisajes,
por balbuceos,
por una impávida esperanza
de hallar una flor,
un amor,
una fuga,
un negado olvido.
EL TIEMPO DE ESPERAR
El tiempo de esperar
es suspender el desengaño,
es perdurar en la palabra,
es repetir el raudal de luz,
el azul, el fulgor del día.
Esperar,
anclar a la vera
de un barco viajero,
será siempre un sueño,
un modo de aguardar
alguna aurora,
una abierta ventana,
una inquieta hora
en que el recuerdo
recobre su tránsito,
su sentido.
Esperar,
recordar:
algunos van
y otros vienen
y de este fluir,
se nos queda
un adiós
o un retorno,
pocas cosas
verdaderas.
CAMINAR
Caminar, desatar los pies
y en ruda osadía mellar
la oscura piel del fango.
Caminar, trazar estelas,
arar en vano y en olvido morir
a la vera del camino.
ISLA DE FUEGO
ASIR EL INFINITO
Sé que te amo y que me amas
y eso es todo.
Pero hay una mano o mil manos,
hay una palabra o un enjambre
que cercan, rabiosos, nuestros pasos.
¿Qué mitología arcana,
qué negro rayo del mal
conturbó nuestras miradas?
Sé que me amas y que te amo,
y esto es amor y es entrega,
es ser saeta,
es irse en vuelo,
es asir el infinito.
DILE AL VIENTO
Es fama, Helena, que la amarga ruina
a Príamo y a sus hijos les sobrevino
por tu culpa y Zeus arrasó con fuego
la sacra Troya.
ALCEO DE MITILENE
Cállate si quieres
y esconde el rostro
en cada encuentro.
Y si es por el amor
primero que tuvimos,
enardécete,
reniega de él,
hazlo trizas,
échale sal
y en curuvicas
arrójalo al viento.
Deja vacíos tu corazón,
tus manos, tus labios.
Maldíceme.,
delátame si quieres.
Dile al viento
que he besado tu boca,
que traje en mis manos
la tersa moldura de tu rostro;
que abrí tu corazón
con antiguas caricias
y que por mi terrible,
mi encendida culpa
ya no eres la misma;
que tu sangre ya no susurra,
sino grita y se encrespa
y tal vez tu vida
ya no tenga alcor,
ya no sepa otra huella,
sino el camino que en ti
de a poco fui tallando.
Y si el viento te pregunta
si me has amado,
dile que no, que nunca,
que todo fue aire,
batir de alas,
sin alcanzar el vuelo.
MADURO TRIGO
Has vuelto, y te deseo,
y no te esperaba,
y vuelves por tu propia voluntad
CÁTULO
Tu risa,
tu geografía de niña
estalla en presentido ardor.
Tu carne núbil,
tus colinas,
tus muslos,
leño primero,
lumbre que entregas,
sin forcejeo,
puertas abiertas,
vértigo oscuro,
isla de fuego.
SÓLO UN LLANTO
Sé que me odias
-pájaro negro-,
sé, que quieres arrugar
mi memoria
y decir que fueron juegos
la marca de tus labios,
tu ardor repetido.
Aquí junto a los altos ventanales,
a la hora de la luz quieta y sola,
sé que volverás,
olvidando tu ausencia,
la mínima verdad,
el inválido amor que nos une.
Sé que volverás
-cuesta volver-,
altiva y dulce, a decirme
que nada ha pasado,
que fue tan sólo
un vértigo,
un llanto,
un minuto de mujer.
VESPERTINA VOZ
FUE ASÍ
Esto fue así, ¿recuerdas?
Una mañana deshojándose, fugaz
en la pradera de amapolas,
un encuentro al azar,
casi furtivo.
Esto fue así, ¿recuerdas?
Una mirada. Un ruiseñor,
aleteando, movió tus manos
y lo dijiste todo.
Esto fue así, ¿recuerdas?
Yo te miré. Lo presentía.
Amar -ahora lo sabes-
es un puro manantial,
un repentino borbotón
de aguas encontradas.
NOSTALGIA
Se deja de querer, y no se sabe
por qué se deja de querer.
Es como abrirla mano y encontrarla vacía,
y no saber, de pronto, qué cosa se nos fue
JOSÉ ÁNGEL BUESA
No sé por qué, pero esta nostalgia
que me transita, que me desvela,
será algún recuerdo, una melancolía,
alguna saudade de añoranza marchitada.
O será, tal vez, una abierta alegría,
una tristeza exhalada a la ventura,
un adiós, una mirada, un pétalo
cayendo al acaso, solitario.
PENUMBRAS
Trasegar penumbras
es verter la luz
inquieta de la tarde,
la vespertina voz del día.
Trasegar penumbras
es escanciar la pátina
de oscuras arboledas,
es arrullar nostalgias,
es derramar la soledad,
el cansado fulgor tardío.
CAÍDAS BRISAS
A la vera del pinar, por la tarde arrebolada,
al desnudo cosquilleo del vértigo de caídas brisas,
hemos caminado por atajos, por mágicos senderos.
La errabunda hora susurró tu nombre
y un acorde. de lejanos violines,
como un ángelus de rosas vespertinas,
ató nuestros pasos con altiva armonía.
ESTA TARDE
En el contorno grácil
de esta tarde, amor,
evoco tu nombre,
tu sal,
la renovada luz
de tu mirar.
ESTÁ EN TI
AMÉN
En este setiembre
de flores desatadas
quiero volver
al viejo templo,
a la alta torre,
y a tañer solitario
aquella antigua,
ritual campana,
y a oírte de nuevo
responder al Credo
¡Amén, amén, Señor,
que yo lo amo!
FRONTERAS
Debo cruzar fronteras
para alcanzar tus besos,
tu ardor anticipado.
¿Cuántas ya he cruzado?
Qué importa hacer de ellas
andrajos, banderas
de la falsía.
Fronteras, ¿y qué?
Alzar una mano o mil mordazas
para tapiar nuestros labios,
pero tú y yo, ¡claro que lo sabes!
ya hemos labrado un código,
ademán de nuestros corazones,
léxico de voces infinitas.
Fronteras, vano intento
de apagar nuestras miradas,
ingenuo, torpe ulular
que esta mañana o esta tarde
serán otros tantos
astillados jirones.
Fronteras, ¿y para qué?
¿cuál de ellas cercó una mirada,
cuál apagó un beso
o agostó una sangre enamorada?
¿Fronteras entre tú y yo?
¿Qué serán? Puro aire,
humo negro, hipocresía.
¡Fronteras entre tú y yo!
Si tú y yo ya somos uno,
¿habrán acaso fronteras?
TU DESNUDA ESPERA
En tu calle sin salida
no me canso de esperar,
por verte pasar, mi vida,
¡amor! por verte pasar
RAFAEL DE LEÓN
El tiempo,
irremediablemente,
en ti se escuda
echando a volar
el intacto ardor, el oro
repujado de tu piel.
Contorno,
territorio prometido del amor,
tu blanca greda horneada
ya aguarda, y lo sabes,
tu minuto,
tu tiempo de cosecha.
Aguarda
el presentido ardor,
el fulgor natural
de tu sangre de mujer.
Sé que me aguardas
desde el tiempo del capullo.
Y sabes que iré,
iré con el seguro filo de mis manos
a soltarte de la dura raíz,
de la germinal atadura,
y a llevarte, paloma arrebolada,
a un nido de briznas,
a la troje presentida.
Una marea de pájaros rebullirá
entonces,
acallando tu desnuda espera.
TROVADOR
Me llamas tu poeta,
tu trovador,
señor de este territorio
sin límites,
de esta brisa sin orillas.
Poeta, ¿yo?
Sólo el verso existe,
y su fuente,
su estallido,
está en ti,
en tu germinal latido.
INGENUA VOZ
Hay un canto,
un último suspiro abrazado
a la luz del día,
a la brisa,
a la ingenua voz
de tu sangre enamorada.
ROMPE EL AIRE
Grita tu amor,
rompe el aire,
pero no acalles
tu ardor primero,
tu clamor desatado,
tu suelto forcejeo
por ser dueña
de un beso,
de una mano,
de un corazón
que estalla en fuego.
SENDEROS
DESTINO
Siéntate y espera a que me veas,
conduciendo mi carro, volver a casa
LIVIO ANDRÓNICO
En esta maraña
de triste llanto,
en este enjambre
de clamores,
de repetidos gritos,
en este retorcerse de los días
por un camino sin revés,
por un destino,
yo transito
sonámbulo,
aturdido,
entre mudos,
terribles dioses ancestrales.
Buscar un destino
es entrever
un obstinado faro.
FLUIR
Es bastante que el alba traiga
esta fragancia, estas bordonas,
estos susurros,
estas ráfagas encendidas,
para decirto esto:
que el vértigo quemante
es apenas un sueño de guitarras,
una lágrima, una rosa,
fluyendo de tu sangre.
QUILLA
Una quilla deja una estela,
un surco pasajero.
Así tu amor, tus besos:
una quilla sin timón,
sin viento, a la deriva.
VIVIR
Este es mi modo de vivir:
batir sueltas aguas,
palpar errantes horas,
mirar áridos aires,
iterar la encendida
angustia de permanecer igual
en todo tiempo.
SONETOS
ANDENES
Este es mi andén, de aquí parten mis trenes,
los carriles de mis sueños y en tropel
los recuerdos, altos vuelos, vaivenes,
aprisionan su ayer, áspero joyel.
Y cuesta volver, altaneros sones,
raíz viva, madera y lumbre y dosel
de un amor de callados mojones,
anclarse y ser pan y lumbre para él.
Partir y retornar vertiginoso,
fuga del tiempo, premura, júbilo
de ver que nada cambia sigiloso.
Y que volver, pájaro quejumbroso,
es transitar paisajes, un súbito
llanto, mirar andenes, tembloroso.
OLVIDOS
Olvidar, deshacer antiguas voces,
balbucear, fluir de nombres y de rostros
atados a oscuros recuerdos, ya oses
atizar rescoldos o paisajes hoscos.
Marea, tropel, ahuyentados, veloces
enjambres, sombras desgajadas, toscos
menhires del hueco fluir, vanos trojes
que el tiempo deshizo en tiras, en trozos.
La mirada es a veces un recuerdo,
una forma de mentir, un olvido,
dolor espeso el prometido acuerdo
de fingir retornos, de hurgar un huerto,
un páramo, sabiendo que el olvido
es quedar mustio y decir todo ha muerto.
PAISAJE
Un pinar, un viejo puente perdido,
tosco camino presentido, sólo
un cielo despoblado, un vacío polo
tengo. Ya lo sé, paisaje no ha sido
esa blanca llanura. Viento, nido
mustio, cenagal, rastros, de algún modo
son huellas, ruedas asidas al lodo,
restallar de gritos, afán perdido.
Habré de mirar secos territorios,
zarzales, yermos, trepar promontorios
y alcanzar el agua, la flor, la sombra.
Colores de cercanos abalorios
ciñendo grutas, no hacen irrisorios
un paisaje ni un aroma que te nombra.
VOLVER LOS PASOS
Los supremos pájaros de mis versos
llenan mis trojes de azorado vuelo,
yerbajos, plumas, tan sólo consuelo
de nidos, albergues suaves y tersos
que guardarán los meses, los días nuevos
para gestar, renacido esfuerzo
por decir pan al pan, al aire un verso,
tiempo de voces, añejos revuelos.
Ya sé, nada está dado y en este solar
es pecado nombrar un amor, volver
los pasos, saciar un mudo y antiguo orar.
Ser poeta es amar y es áspero callar
el primer fuego, tratar de resolver
la ecuación, un modo triste de mirar.
QUIERO
I
Quiero esta mañana
un coloquio de pájaros,
un revuelo de faldas,
un beso inesperado,
algo que me enseñe a crecer,
a ser de nuevo
un hombre.
II
Quiero volver a la esquina de los gritos,
a la esquina de las lejanas travesuras.
Respirar su aire antiguo, su perfume de azahar
y que un tranvía rechinante de memorias cruce las vías
rumbo al Puerto, Villa Morra o Belvedere.
III
Quiero rescatar del rincón,
de la herrumbre,
aquel banco, ¿recuerdas?,
de elemental carpintería.
Quiero acariciar de nuevo
tu nombre y el mío,
grabados con tiza de colores,
¿recuerdas?,
para hurtar del olvido
nuestra promesa
de niños azorados.
IV
Quiero volver pisando aromas
a esa antigua tarde.,
a ese amor primero.
Quiero rescatar
de la oscura memoria
aquel lejano,
nostálgico repique de campanas,
y aquel incienso,
aquella misa que no fue rezo,
sino plegaria inicial de nuestros sueños.
V
Es lo que quiero:
una niña saliendo del mar,
por Venus tejida y por Cupido,
pétalo de espuma, risueña sal:
que. el oleaje en encabritado adiós
haga un dosel hasta la playa.
COLORES
ROJO
"Tuyo soy hasta la rosa,
hasta agotar
esta premura de mujer".
Después...
se acabó tu asombro,
tu llama arrebatada,
y te fuiste,
ya cenizas,
huyendo
al desvaído ocaso.
VERDE
Cambié los nombres de las cosas,
troqué la geografía del mundo
y volví a escribir de nuevo la historia.
¡Todo fue fácil, puro juego!
Pero al llegar a ti, me miraste:
estaba mudo.
AMARILLO
¡Oh, Señor! ¿Por qué esta alegría?
¿Por qué ella
toma mis manos y la trueca en pájaros?.
Señor, yo tengo miedo. ¿Qué haré si ella,
agitando el aire, enciende mi corazón?
NARANJA
Ser poeta es domeñar el mar,
acariciar su rauda marejada.
Pero amarte a ti
es encender un fuego
y en votiva antorcha,
alumbrar el camino.
VIOLETA
¿Qué miras cuando miras
la disuelta luz?
¿O es que piensas irte
con el último fulgor?
ROSA
Me preguntaste, con lejana voz,
dónde va el amor cuando se va.
Tal vez... no sé. Tal vez se vaya
donde vayas tú.
OCRE
Siempre tengo ganas
de hender el mundo en dos,
y ante el temor
de que vayas al otro,
bajo las manos
y suspiro.
AZUL TURQUÍ
Señales,
reconditeces,
arcanos signos,
esencial liturgia
es el fluir de la poesía.
VERDEOLIVA
Una plegaria es un rocío,
una pregunta.
¿Volverás a caminar tus pisadas
y, ya en paz conmigo,
serán de nuevo mis manos
tu morada?
AZUL ACERO
Ya no sé qué decirte.
¿Por qué te callas?
¿Qué, conjura arrugó tu risa?
¿Qué dura mano martirizó tu voz?
¿Qué oscuro dios, jugando al Génesis,
modeló tu geometría de metal?
VILLANCICOS
I
En esta navidad de pastores,
de estrella
y sueños renovados,
de pesebre de hojas,
chipas y flores,
de esperanzas arrimadas
a la Virgen
y a José, carpintero,
encendamos nuestras lumbres
de quimeras ancestrales.
II
No basta
ser un pastor de ángeles,
de rosados niños,
de corderos.
Debemos ser pastores
de los niños de oscuras voces,
de carnes azotadas,
de hambre repetida,
de cenizas,
de vértigos,
de socavadas voces.
III
Al filo de las doce,
al clamor de blancos gallos,
vendrá el maná,
pan del alma.
Y el relente,
fresco incienso,
traerá el antiguo
aire azul.
INDICE
ALZO AL VIENTO : Crecer relámpago, Rompiendo amarras, Retorno,
ARCANOS LATIDOS : La partida, El tiempo de esperar, Caminar,
ISLA DE FUEGO : Asir el infinito, Dile al viento, Maduro trigo, Sólo un llanto,
VESPERTINA VOZ : Fue así, Nostalgia, Penumbras,Caídas brisas, Esta tarde,
ESTÁ EN TI : Amén, Fronteras, Tu desnuda espera, Trovador, Ingenua voz, 51 Rompe el aire,
SENDEROS : Destino, Fluir, Quilla, Vivir,
SONETOS : Andenes, Olvidos, Paisaje, Volver los pasos,
QUIERO : I, II, III, IV, V,
COLORES : Rojo, Verde, Amarillo, Naranja, Violeta, Rosa, Ocre,
Azul turquí, Verdeoliva, Azul acero,
VILLANCICOS : I, II, III.
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