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ALFREDO M. SEIFERHELD R. (+)
  NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939-1945), 1986 - Por ALFREDO M. SEIFERHELD


NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939-1945), 1986 - Por ALFREDO M. SEIFERHELD
NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY

LOS AÑOS DE LA GUERRA GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA

e HIGINIO MORÍNIGO (1939/1945)
 
 
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
 
Corrección: Ada Rosa de Wehrle
 
Editorial Histórica.
 
Asunción-Paraguay 1986
 
 


NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY.
 
LOS AÑOS DE LA GUERRA, es la segunda parte de una trilogía que estudia la presencia e impacto de las doctrinas fascista y nacionalsocialista en el, Paraguay, desde, los años veinte hasta nuestros días. El libro, el undécimo título de Alfredo M. Seiferheld, completa su anterior visión sobre el nazi-fascismo en el Paraguay en vísperas de la guerra, publicada también bajo el sello de Editorial Histórica. Sus páginas abordan una década fundamental en la historia política mundial y local, tratada en forma metódica a partir del reducido panorama paraguayo, en el cual, como en los demás países, se repitieron parecidos fenómenos. El libro se inicia con la asunción a la presidencia por, el general José Félix Estigarribia; hecho casi coincidente con el estallido de la segunda guerra mundial, y prosigue con la evolución de la política internacional paraguaya; la que tras una vacilante neutralidad se vuelca paulatinamente al sector aliado, cuando menos en los papeles. La reciente desclasificación de importantes y desconocidos documentos de archivos norteamericanos y alemanes, ofrece sorprendentes revelaciones, para una historia que no podía escribirse antes de ahora.

INTRODUCCIÓN: El presente volumen es un intento por devolver a nuestros días un sobresaltado período de más de seis años de historia paraguaya, con acento en la penetración nazi-fascista operada dentro de sus fronteras. Quisieron las circunstancias que dos militares, los generales José Félix Estigarribia e Higinio Morínigo, dominaran el escenario político del Paraguay en aquel lapso bélico de 1939 a 1945; el primero por espacio de un año y unos pocos días, el segundo por todo el tiempo restante. De distinta concepción ideológica, ambos adecuaron con criterio dispar las circunstancias internas del país a los reclamos de la política internacional. Muerto Estigarribia en un accidente de aviación en septiembre de 1940, su sucesor respetó la neutralidad paraguaya, aunque oscilando en sus simpatías por el Eje. Pero la abierta presión norteamericana, acompañada de los resultados de la guerra y de una sustancial ayuda económica, lo llevaron a cambiar de rumbo, ya entrado el año 1942.
 
El fascismo y el nacionalsocialismo no fueron, sin embargo, una creación de aquellos turbulentos años. Estas ideas totalitarias comenzaron a penetrar en el Paraguay a finales de los veinte, cuando se fundaron en Asunción, en 1928, la primera sección local del "fascio" y en la Colonia Independencia el primer partido nazi fuera de las fronteras germano-austríacas. (1)
 
Ello sin olvidar la fundación, en ese mismo año, del Partido Comunista Paraguayo, al amparo -como los demás núcleos- de uno de los, más positivos períodos de democratización que vivió el Paraguay a fines del gobierno de Eligio Ayala y principios del de José P. Guggiari.
 
Desde comienzos de los años treinta, Latinoamérica se sumerge en la efervescencia de las ideologías que pugnan por ganar terreno en sus naciones. La toma del poder por Adolfo Hitler en Alemania, en 1933, contribuye en favor de la derecha. El triunfo del Frente Popular Español, en los comicios de febrero de 1936, fortalece a la izquierda. Entretanto, el Paraguay y sus vecinos, especialmente aquéllos que contaban con fuertes minorías de origen germano, se ven invadidos por una sutil propaganda, dispersada por las Legaciones del Reich y por sus agentes políticos y comerciales. Frutos de ella, surgen también aquí las organizaciones nazis, con pretensiones de formar las quintas columnas en correspondencia con lo que ocurría en Europa. Los gobiernos del coronel Rafael Franco (1936-1937) y de Félix Paiva (1937-1939) no quedan al margen de la presión totalitaria ítalogermana, que hace también escuela en importantes sectores del Ejército y en algunos círculos políticos e intelectuales donde la disciplina, el orden y el trabajo son valores apetecidos.
 
Durante el período abordado por este libro, se produjo en el Paraguay la paulatina clausura del Estado liberal, que a partir de 1940 derivó en un liberalismo autoritario, aunque todavía legalista. Con un modelo económico sin mayores variantes, el Estado fue asumiendo roles diferentes, absorbiendo los principios corporativistas del fascismo y encontrando características totalitarias más definidas. Su influencia, a través de la Constitución jurada en 1940, se proyectaría a la Carta Magna de 1967 y, con ella, llegaría luego a nuestros días.
 
Si bien la fuerza había sido sólo excepcionalmente la norma de conducta de la mayoría de las naciones, el año 1939, en que la humanidad fue sumida en las tinieblas de una nueva guerra, demostró que una segunda naturaleza, la del odio, subyacía en el nazi-fascismo europeo, convertida en patrón de conducta de quienes, de otro modo, no habrían llegado a tales límites de barbarie y degradación. A lo cual se sumó el militarismo japonés, que extendió la pólvora en el lejano Oriente, con su cuota de muertos, desaparecidos, prisioneros y heridos.
 
Nadie hubiera podido pronosticar, en los años veinte, que los gobiernos que desesperadamente buscaban entonces un orden diferente que les privara de los horrores de un nuevo enfrentamiento, volverían a caer en él apenas transcurridas dos décadas. Como tampoco nadie hubiera predicho que en medio del conflicto, un enorme genocidio sería llevado a cabo por el nacionalsocialismo y sus aliados contra pueblos y seres calificados de inferiores por el delirio de sus esbirros.
 
La primera mitad de los cuarenta hasta el término de la guerra, fue para el Paraguay y para sus 1.100.000 habitantes, un período de inocultable expectativa. Con una tregua política vigente desde febrero de 1940, con una Constitución de dudosa validez y con diversas leyes restrictivas, las discrepancias ideológicas no se exteriorizaron hasta 1946, para eclosionar con fuerza al año siguiente. Fascistas y aliadistas argumentaban, en cambio, en lo político, aprovechando un terreno fértil pero inculto, en el cual el gobierno del general Higinio Morínigo, que había inicialmente apostado por el Eje, varió de conducta cuando los Estados Unidos, agredidos por el Japón en diciembre de 1941, volcaron todas sus recursos económicos y diplomáticas en favor de las aliados.
 
Dominaban por entonces la escena internacional la propagación de una absurda teoría racial llevada a escala superlativa con el holocausto judío en Europa; la penetración a el totalitarismo en Sudamérica, las victorias iniciales del Eje, la dual actitud soviética y el posterior derrumbe de la maquinaria bélica alemana con el eclipse definitivo de su poderío. Durante casi todo ese tiempo, la infiltración nazi-fascista se hizo también presente en el Paraguay, incluso a través del antisemitismo, (El contagio antisemita de aquellos años contradecía el espíritu solidario que siempre habían mostrado los paraguayos. Nadie recordaba, aunque sólo fuese como anécdota, un episodio ocurrido en tiempos de la colonia, que pintaba aquella ancestral virtud. En 1735, derrotados los comuneros, un grupo de paraguayos era transportado en carretas a prisiones del Reino de Chile por la vía del puerto de Buenos Aires a Mendoza. Junto a ellos viajaban doce judíos portugueses, capturados en ese puerto, que tenían por destino el tribunal de la inquisición de Lima. Por el camino los paraguayos se amotinaron, redujeron a sus guardias y huyeron. Pero no lo hicieron solos. El padre jesuita Pedro Lozano afirmaría después, quejumbroso, que “lo más sensible de esta fuga" fue haber permitido que también escapasen los judíos portugueses. "Los fugitivos paraguayos, como tan malos cristianos, les dieron también libertad", se lamentaba Lozano. Dos siglos después, el mundo ya no era el mismo) a la espera de un resultado favorable en Europa. La cabecera de puente tendida a sus playas con el apoyo de un importante sector del Ejército y con las simpatías disimuladas de algunos políticos y periodistas, aguardó en vano ser utilizada: la guerra se definió en Stalingrado, Sicilia y Normandía; en el África, en Hiroshima y Nagasaki.
 
El final del conflicto no puso término al enfrentamiento de las ideas, pero para la humanidad nacía una nueva época de esperanza. Aquel tiempo también se vivió en el Paraguay. Y si hoy pretendemos reconstruirlo es para recordar a quienes no estuvieron en favor de la justicia, cuando la civilización y la barbarie luchaban por prevalecer sobre la tierra.
 
Varios años de investigación demandó la terminación del presente volumen. En su transcurso, desgraciadamente, no pudieron despejarse todas las incógnitas. A más de las fuentes de consulta obligada para este tipo de labor, fue remarcable el aporte del Archivo Nacional de Washington, cuyo "Record Group" número 59, del Departamento de Estado, es posiblemente el mayor repositorio mundial de documentos sobre la materia. Del mismo modo, los archivos de la sección política del "Auswaertiges Amt" Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania Federal, así como la biblioteca del Instituto Iberoamericano de Berlín, sirvieron para conocer las golpes de la otra campana, relativos al período de esta indagación.
 
No fueron consultados, en cambio, los archivos del Foreign Office británico, como tampoco archivos franceses e italianos. Respecto de los primeros, cabe la excusa de que las informaciones norteamericanas contenían, a veces, referencias sobre el modo de pensar y actuar de los ingleses en el Paraguay, lo que en alguna medida evitó duplicar la información a partir de un mismo punto de vista. En cuanto a los despachos de diplomáticos franceses e italianos desde el Paraguay, ellos fueron limitados y también con enfoques coincidentes, esta vez con los alemanes; en el caso de Francia, tras la acreditación en el Paraguay del nuevo ministro de Vichy, en 1940. Dudamos que la consideración de estos documentos hubiese modificado sustancialmente las conclusiones a que se llega en la obra.
 
Hemos realizado esfuerzos por investigar también en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, aunque sin éxito. Lamentamos su nula predisposición. Pretextando una prolongada mudanza, no se pudo indagar en él cuando por doquier este tipo de material es accesible a los investigadores para una aproximación con la verdad histórica. Tras mucho insistir decidimos finalmente prescindir de él, para no demorar la edición del libro, circunstancia ésta que habría ido en detrimento de su interés.
 
En el curso de nuestras pesquisas tratamos asimismo de averiguar el paradero de los archivos alemanes que no habían sido destruidos aquí por la misma Legación del Reich, o por los bombardeos aliados sobre Alemania. Una parte de ellos pudo ser consultada, como podrá apreciarse en este libro. Pero la otra no llegó, aparentemente, a nuestros días. Un informe del Agregado Legal de la Embajada de los Estados Unidos de América, fechado en Asunción el 27 de mayo de 1946, indicaba que el 29 de mayo de 1945 el gobierno paraguayo permitió a los representantes diplomáticos de Estados Unidos e Inglaterra el acceso a las archivos de la Legación de Alemania. Estos constataron que todavía existían 158 biblioratos, aunque con seguridad ya expurgados. El material fue puesto a disposición del primer secretario y de los agregados militar, naval y legal de la representación diplomática americana, quienes hicieron un extracto de los nombres individuales citados en ellos, el cual hemos podido consultar. Indagado sobre este mismo particular, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania Federal indicó en 1976 que desconocía el destino de los demás documentos. En cambio, los muebles, cuadros, mapas, tapices, libros y objetos que pertenecían a la Legación, pasaron en octubre de 1946, por decisión del gobierno paraguayo, a propiedad de la escuela de niños pobres Luis Guanella, de Asunción.
Este libro, que pretende complementar en contenido y citas el anterior volumen relativo al nazi-fascismo en el Paraguay en vísperas de la segunda guerra mundial, va también dedicado a los paraguayos que tuvieron fe en la libertad, y que a más de cuarenta años del término del conflicto aún confían en ella.
 
El triunfo de la civilización sigue siendo un compromiso de los hombres libres para evitar la obscuridad de aquella década de odio y destrucción, que estuvo a un paso de esclavizarla, haciéndola abdicar de sus más sagradas conquistas.
 
ALFREDO M. SEIFERHELD
 
(1) Los nazis tenían en el Paraguay dos motivos de orgullo. Al hecho de haberse formado aquí el primer partido nazi de América, podían añadir el primer intento, todavía en pleno siglo XIX, de establecimiento en estas tierras de la primera colonia "aria" del mundo, a cargo de Bernard Foerster. Su "Nueva Germania", fundada en 1887, no debía estar contaminada con sangre semita. Su cuñado, Friedrích Nietzsche, maldeciría aquella iniciativa negándose a acompañar a su hermana, con quien Foerster estaba casado, a vivir al Paraguay. "Probablemente tu difunto marido ha contaminado en tal forma el Paraguay con su plaga antisemita que debe ser un lugar tan malo para vivir como Alemania", le escribiría a ella el filósofo, en su peculiar estilo, poco después del suicidio del pionero antisemita, ocurrido en Paraguay en 1889.

 
 
 
 
 
ÍNDICE
 
PROLOGO - INTRODUCCION

I* EL GENERAL JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA ASUME LA PRESIDENCIA DEL PARAGUAY EN VISPERAS DE UNA NUEVA CONFLAGRACION
·         La agresión a Polonia desencadena la guerra/ "Keep out of war"/ Los alemanes reaccionan en el Paraguay frente a la crisis mundial/ El sol naciente resplandece también en el Paraguay

II* UN VERANO SIN RETORNO DEMOCRATICO EN EL PARAGUAY
·         Estigarribia asume la totalidad de los poderes políticos/  El nazismo se mantiene activo a pesar de su prohibición/  Partidarios del Eje y de los aliados abren trincheras en el Paraguay/ La colectividad italiana del Paraguay abandona gradualmente el fascismo/ Repercute en Asunción la derrota de Francia/ Ambigua actitud adopta la Misión Militar Francesa en el Paraguay/ Se impone al país una nueva Constitución/  El comunismo paraguayo busca acreditarse ante Estigarribia/ Alemania fomenta intrigas en el Ejército paraguayo/ El último vuelo del Potez 7

III* HIGINIO MORINIGO ES DESIGNADO PRESIDENTE PROVISIONAL
·         Pasajero deterioro en las   relaciones paraguayo-norteamericanas/ El comercio exterior paraguayo toma un nuevo rumbo/ Secuestro y prohibición de "El gran dictador" de Charles Chaplin/ Morínigo consolida su gobierno provisional. Nuevas purgas en el Ejército/ El comunismo pierde el control de la dirigencia obrera/ Sectores judíos reaccionan en el Paraguay ante el acoso antisemita/ La influencia nazi gana terreno también en el Paraguay/ Muere en Asunción el ministro Buesing/ La propaganda nacionalsocialista se intensifica en el Paraguay

IV* CRECE LA PREOCUPACION NORTEAMERICANA POR LA INFLUENCIA NAZI EN EL PARAGUAY
·         "La propaganda alemana ha obtenido un triunfo en el Paraguay”/  Los Estados Unidos entran en guerra con el Japón

V* EL PARAGUAY ROMPE RELACIONES CON EL EJE
·         El gobierno de Morínigo adopta nuevas disposiciones contra los intereses del Eje/ La Iglesia paraguaya declara su neutralidad en el conflicto/ Movimientos nazis en el sur  incomodan a los norteamericanos/ El jefe del partido nazi permanece en el Paraguay/  El gobierno paraguayo modifica su política obrera/ Los judíos del Paraguay apoyan la causa aliada/ Continuidad de Morínigo y viaje a los Estados Unidos

VI* EL TOTALITARISMO SE AFERRA EN EL PARAGUAY A UNA CAUSA PERDIDA
·         En "Cañada" es asesinado un ferviente anti-nazi/ El gobierno clausura la "Unión Germánica”/  Identifican a agentes nazis con documentación paraguaya/ Sugieren a Morínigo adoptar medidas contra los japoneses/ Pervive el antisemitismo en un sector de la prensa paraguaya/ Un inesperado sobresalto político agita el ambiente local

VII* EL PARAGUAY DECLARA LA GUERRA A LAS POTENCIAS DEL EJE
·         Se adoptan medidas definitivas contra bienes y ciudadanos del Eje/ Se conocen los alcances de la "solución final”/ La caída de Berlín provoca en el Paraguay las primeras reacciones públicas contra el nazismo/ La rendición del Japón suscita nuevas manifestaciones en el Paraguay/ Epílogo: la historia cambia su curso para siempre

CITAS

APÉNDICE DOCUMENTAL

 
 
 
 

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