LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA 1864-1870
Por CÉSAR CRISTALDO DOMÍNGUEZ
COLECCIÓN GUERRAS Y VIOLENCIA POLÍTICA EN EL PARAGUAY
NÚMERO 6
© El Lector (de esta edición)
Director Editorial: Pablo León Burián
Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina
Director de la Colección: Herib Caballero Campos
Diseño de Tapa y Diagramación: Jorge Miranda Estigarribia
Corrección: Rodolfo Insaurralde
I.S.B.N. 978-99953-1-334-0
Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98
Esta edición consta de 15 mil ejemplares
Asunción – Paraguay
Enero 2013 (122 páginas)
CONTENIDO
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
I. ANTECEDENTES DE LA GUERRA
1. La herencia colonial
2. Expansionismo lusitano-brasileño
3. La indolencia española en la defensa de sus territorios platinos
4. Postura ofensiva de la clase política brasileña hacia el Paraguay
5. Las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Paraguay
II. CAUSALES EXÓGENAS DE LA GUERRA
1. La alianza brasileña-argentina entre 1851 a 1865
1.1. El tratado Hermeto-Urquiza de 1851
1.2. El Tratado de Paraná de 1856
1.3. El Tratado, de Paraná de 1857
1.4. Protocolo Saraiva-Elizalde del 22 de agosto de 1864
1.5. El Protocolo Elizalde-Pereira Leal del 20 de octubre de 1864
2. La crisis política uruguaya
3. La intromisión brasileña-argentina en la crisis uruguaya
4. La conformación de la Triple Alianza en Puntas del Rosario
5. El Tratado Secreto de la Triple Alianza
III. CAUSALES ENDÓGENAS DE LA GUERRA
1. El Tratado Varela-Bellegarde de 1850 y los compromisos del Gobierno paraguayo
2. La doctrina del equilibrio del Plata, defendida por el Mariscal López
3. El cambio de la política exterior del Gobierno paraguayo 1863-1865
4. La ingenua actuación de la diplomacia paraguaya en la crisis del Plata
5. Las resoluciones del Congreso Extraordinario paraguayo de 1865
IV CAUSALES ECONÓMICAS DE LA GUERRA
1. El Imperio del Brasil y sus intereses económicos en el Uruguay
2. El Imperio del Brasil y la amenaza de sus intereses económicos por el Paraguay
3. La política económica de los López versus el libre comercio capitalista
V. CAUSALES INMEDIATAS DE LA GUERRA
1. La presencia de la Escuadra Imperial en aguas territoriales uruguayas
2. La invasión militar brasileña del territorio uruguayo
3. El apresamiento del MARQUÉS DE OLINDA
4. La negación del Gobierno argentino al pedido de paso del Ejército paraguayo por su territorio
VI. LOS EMIGRADOS PARAGUAYOS Y LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
1. La Sociedad Libertadora de la República del Paraguay
2. La Asociación Paraguaya
3. La Legión Paraguaya
VII. CAMPAÑA DE MATO GROSSO
1. Inicio de las operaciones militares
2. El I Ejército Paraguayo
3. Batalla de Coimbra
4. La toma de Villa de Miranda
5. Captura de la Colonia de Dourados
6. Caída de la fortaleza de Corumbá y el fin de la Campaña de Mato Grosso
VIII. CAMPAÑA DE CORRIENTES
1. Ocupación de Corrientes
2. Batalla del río San Lorenzo
3. Batalla de Corrientes
4. Batalla Naval de Riachuelo
5. Defección y ejecución del general Wenceslao Robles
6. Combate en Romero Guazú
7. Evacuación de la Provincia de Corrientes
IX. CAMPAÑA DE URUGUAYANA
1. Organización de la División del Uruguay
2. San Borja. El paso de la División del Uruguay
3. Batalla de Mbutuy
4. Batalla de Yataí
5. Capitulación en Uruguayana
X. CAMPAÑA DE HUMAITA
1. Batalla de Corrales
2. El II Ejército Paraguayo
3. Batalla de los Lanchones
4. Batalla del Banco de Purutue
5. Batalla Fluvial
6. Combate del Estero Bellaco Sur
7. Batalla de Estero Bellaco
8. La gran Batalla de Tuyuti
9. El III Ejército Paraguayo
10. Divulgación del Tratado Secreto de la Triple Alianza
11. Batalla de Yataity Corá
12. Batalla de Boquerón
13. Batalla del Sauce
14. Conferencia de Yataity Corá
15. Batalla de Curupayty
16. Otros intentos por alcanzar la paz
17. Batalla de Isla Tajy
18. Batalla de Tatajyva
19. Batalla de Potrero Obella
20. Segunda batalla de Tuyutí
21. Combate de Paso Po’i
22. Combate en Angulo
23. Pasaje de Humaitá por los acorazados aliados
24. Primer bombardeo de Asunción
25. Primer intento de abordaje de los acorazados aliados
26. Inmolación del TACUARÍ
27. Combate de Yuasy'y
28. Combate del Arroyo Yacaré
29. Combate del Reducto Cerco
30. Segundo intento de abordaje de los acorazados aliados
31. Batalla de Humaitá
32. Batalla de Akajuasa
33. Combate de Laguna Verá
34. Batalla de Isla Po’i
35. Capitulación de la Fortaleza de Humaitá
36. Batalla del Paso Real del Tebicuary
XI. CAMPAÑA DE PIKYSYRY
1. Batalla de Surubi'y
2. El IV Ejército Paraguayo
3. Batalla de Ytororó
4. Batalla de Avay
5. Combate de Zanja Morotí
6. Batalla de Itá Ybaté
7. El testimonio de un espectador calificado de la batalla de Itá Ybaté
8. El pasaje del Ypekua
9. Capitulación de la Guarnición de Angostura
XII. CAMPAÑA DE LAS CORDILLERAS
1. Reorganización del V Ejército Paraguayo
2. Destrucción de la fundición de hierro de Ybycui
3. Combate de Tupi Pyta
4. Combate de Ybytymí
5. Combate de Paso Yuty
6. Combate de Paso jara o Paso del Tebicuary
7. Batalla de Piribebuy
8. Batalla de Acosta Ñu
9. Combate en Ka’aguy juru
10. Inmolación de la flotilla paraguaya en el Yhaguy
11. Combate en Arroyo Hondo
12. Combate de Mbutuy
13. Los sucesos de San Estanislao
14. Combate de Belén Cue e Itapytanguá
15. Combate de la Capilla de Tacuatí
16. Combate de San Joaquín
17. Combate del río Curuguaty
18. Combate de Itanaramí
19. Combate de Jejui Guazú
20. Combate de Piripucú
21. Combates en Rio Verde y Cambasyva
22. Combate de "Lamas Rugua"
23. Combate de Cerro Corá
XIII. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
CONCLUSIÓN
CRONOLOGÍA DE LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA Bibliografía
El autor
PRÓLOGO
LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA (1864-1870), es uno de los procesos más estudiados en el Paraguay y sobre el Paraguay tanto en la región como en el resto del mundo. En los últimos años se han publicado una considerable cantidad de estudios que han develado otras temáticas y han intentado superar las visiones tradicionales sobre un conflicto que sin lugar a dudas implicó un hito sumamente doloroso en la historia de la sociedad paraguaya y que también tuvo amplias consecuencias en el devenir de los pueblos de la región del Río de la Plata.
Por tal motivo se agradece el trabajo realizado por el doctor César Cristaldo en compilar y reseñar en forma sintética un conflicto tan largo y complejo, que durante sus largos seis años sólo produjo dolor, muerte y pobreza e implicó un cambio sustancial en el Paraguay tanto en lo político como en lo económico y social.
Es de capital importancia este proceso por tal motivo amerita que uno de los volúmenes más extensos de la COLECCIÓN GUERRAS Y VIOLENCIA POLÍTICA EN EL PARAGUAY. Es indudable que el autor ha sabido condensar todos los aspectos que hacen a las causas de la Guerra para luego proceder a relatar en forma concisa las principales batallas y las cruentas realidades de una guerra que tuvo como resultado la muerte de miles de paraguayos así como de soldados brasileños, argentinos y uruguayos.
El autor parte del principio que el culpable de la Guerra fue el general Venancio Flores, quien contaba con el apoyo del Imperio del Brasil y el gobierno argentino de Bartolomé Mitre. Flores desembarcó en el Uruguay con el fin de de derrocar al gobierno blanco de Bernardo Berro, que con su política perjudicaba a los intereses de los terratenientes brasileños radicados en el Uruguay.
En cada capítulo el autor va presentando las diversas campañas de la guerra, así como las batallas en las cuales se demostró el horror de la guerra y la valentía de aquellos soldados que no tenían calzados y suficiente logística para resistir los embates de un enemigo mejor pertrechado y aprovisionado.
En este libro se describen hasta los combates menores, pero así mismo se le da el destaque y la descripción necesaria a aquellas batallas que constituyen hitos relevantes en el desarrollo de una guerra larga, dura y cruenta por la que el pueblo paraguayo quedó diezmado.
Esta obra se suma al debate y será útil para todo aquel lector que quiera conocer de forma general el conflicto de la Guerra contra la Triple Alianza, de tal modo que pueda comprender dicho proceso histórico.
Herib Caballero Campos
Asunción, enero de 2013
INTRODUCCIÓN
La Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870) constituye uno de los hechos que marcaron a sangre y fuego la historia del pueblo paraguayo, debido a que ella fue la causal de la casi desaparición de la nación paraguaya. Resulta de mucho valor para las nuevas generaciones el conocimiento y la comprensión de aquellos hechos que marcaron al Paraguay, pues sus secuelas son observables hasta el presente.
Los móviles que se convirtieron en las causales de la Guerra contra la Triple Alianza se iniciaron con la coalición entre la Confederación Argentina y el Imperio del Brasil, que acarreó secuelas muy graves para la ruptura de la estabilidad política en el Río de la Plata. Los dos países más poderosos de Sudamérica se atribuían el derecho a decidir sobre los destinos de dos naciones sudamericanas pequeñas: el Paraguay y el Estado Oriental del Uruguay.
Durante mucho tiempo, el lodo de la culpabilidad cubrió la memoria del mariscal Francisco Solano López, a quién se le atribuyó la terrible responsabilidad de la guerra, olvidándose del desembarco del general Venancio Flores y su gavilla en Rincón de las Gallinas en abril de 1863, que prendió la flama de la conflagración en el Río de la Plata y la conformación de la Triple Alianza acontecida en Puntas del Rosario el 19 de junio de 1864; en momentos que el Paraguay estaba en paz, con los signatarios de la malhadada Triple Alianza.
Este libro intenta aportar argumentos objetivos, desde una visión historiográfica imparcial; debido a que la historia del la Guerra del 70 muchas veces fue escrita bajo la influencia de reacciones viscerales, emocionales, o políticas, que impedían tener una perspectiva más profunda du las causales de la guerra, ya sean exógenas o endógenas; por ello el objetivo es llevar a la opinión pública el relato de los hechos de la manera más ecuánime posible.
I. ANTECEDENTES DE LA GUERRA
1. LA HERENCIA COLONIAL
Con la firma del Tratado de Permuta de 1750, las posesiones portuguesas en América se triplicaron gracias a la genial actuación del diplomático brasileño Alejandro de Gusmao. La hábil jugada consistió en lo devolución a España de la Colonia do Sacramento, a cambio de las Misiones Orientales. Además consiguió para los intereses portugueses, la admisión del principio del uti posidetis (el que lo ocupa lo posee) como título de dominio. Según el doctor Efraím Cardozo, "la jugada maestra consistió en la falsificación cartográfica hecha por Alejandro de Gusmao, que fue aceptada sin pestañeo por las cortes", tanto la portuguesa como la española.
La Colonia do Sacramento fue recuperada en varias ocasiones por las tropas españolas, pero su débil diplomacia la perdió en los Tratados de Utrech en 1715 y de París en 1763. El 1 de octubre de 1777, se firmó el Tratado de San Ildefonso, donde el Marqués de Pombal consiguió la consagración de la diplomacia portuguesa y la homologación de las otras enormes adquisiciones que Alejandro de Gusmao obtuviera en 1750. Pero la pesada herencia que quedó principalmente para el Paraguay, fue la falta de definición de los límites entre las posesiones española y portuguesa; que finalmente fue uno de los factores influyentes del estallido de la Guerra contra la Triple Alianza.
2. EXPANSIONISMO LUSITANO-BRASILEÑO
El expansionismo brasileño -heredado de los portugueses - casi causó la guerra con el Paraguay ya en 1850, cuando construyeron en territorio paraguayo el fuerte Pan de Azúcar. Mediante una enérgica reacción del Presidente paraguayo, Don Carlos Antonio López, quien dispuso que una fuerza militar desaloje por las buenas o por las malas a los usurpadores del territorio patrio, disposición que fue cumplida. Si el expansionismo brasileño hubiese tenido un poco de circunspección, el problema de limites se hubiera solucionado en 1856, en el Tratado Berges-Paranhos, si desistían a su codicia sobre los territorios comprendidos entre los ríos Blanco y Apa.
Según el politólogo brasileño Dr. Luiz Alberto Moníz Bandeira, escribió que "puede afirmarse que el Brasil, en siglo XIX, realizó una política colonial e imperialista sobre los países de la Cuenca del Plata, contando con la organización, la ideología, la experiencia y la tradición de dominio del viejo Estado portugués". Cómo cualquier potencia de la época, recurrió a las operaciones diplomáticas, militares y financieras, a fin de asegurar la consecución de sus propios objetivos económicos y políticos que podían a grosso modo, servir a la expansión mundial del capitalismo.
3. LA INDOLENCIA ESPAÑOLA EN LA DEFENSA DE SUS TERRITORIOS PLATINOS
El 1 de octubre de 1777, se firmó el Tratado de San Ildefonso, donde el representante portugués, Marqués de Pombal, obtuvo la consagración y la homologación de las otras enormes adquisiciones que Alejandro de Gusmao obtuviera en 1750 para la corona portuguesa. Años más tarde, después de la guerra de 1801 entre España y Portugal, ésta se apoderó de los territorios de Río Grande do Sul, al norte del Quarehim, y en 1816 ocuparon la Banda Oriental del Uruguay, ante la pasividad de Buenos Aires, centro del poder español en el Río de la Plata, que prefería más a los brasileños que al general oriental José Gervasio Artigas. Es decir, la Corona española poco hizo por conservar sus posesiones en disputa con Portugal.
4. POSTURA OFENSIVA DE LA CLASE POLÍTICA BRASILEÑA HACIA EL PARAGUAY
El politólogo brasileño Dr. Luiz Alberto Moníz Bandeira, afirmó que la aversión hacia el Gobierno paraguayo ya se inició diez años antes del estallido de la Guerra contra la Triple Alianza, a partir de una afirmación del diplomático imperial Duarte de Ponte Ribeiro en 1854, quién sugirió "utilizar todos los medios posibles para derrocar al presidente Carlos Antonio López y resolver los problemas pendientes con el Paraguay. Inclusive recomendó la detención del hijo del presidente paraguayo, general Francisco Solano López, procedente de Europa, cuando llegase a tocar cualquier puerto brasileño".
También el senador Joao Antonio de Miranda, representante de la provincia de Mato Grosso, abogó por "el uso de la armas contra el Paraguay, respaldando la opinión del Vizconde del Uruguay, en varios de sus discursos ante el parlamento brasileño, durante las sesiones de 1857-1858". Ese mismo año el Almirante Marqués de Lisboa fue comisionado a adquirir 10.000 rifles y seis navíos de guerra, además de otros pertrechos.
En 1857, por el Tratado firmado con la Confederación Argentina, ésta le dejaba las manos libres para someter al Paraguay en caso de conflicto. No cabe duda que el Imperio del Brasil se preparaba para zanjar sus dificultades con el Paraguay a través de las armas desde mucho antes del estallido de la contienda.
5. LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL RÍO DE LA PLATA Y EL PARAGUAY
Desde aquel 14 de Mayo de 1811, en que los criollos paraguayos tomaron el poder en la provincia del Paraguay, se inició un proceso de segregación de Buenos Aires, confirmado por los siguientes hechos: la nota del 20 de julio de 1811 a Buenos Aires y la firma del Acta de la Independencia en 1842. Conocida la pretensión del Gobernador de Buenos Aires, don Juan Manuel de Rosas, de restaurar el Virreinato del Río de la Plata mediante la reincorporación del Paraguay, la diplomacia del Imperio del Brasil hizo una jugada política, que eliminó cualquier intento de anexión del Paraguay, reconociendo su independencia en 1844.
Aún así el Dictador Rosas, a pesar del pedido del Gobierno paraguayo, nunca reconoció su independencia, pese a que el Congreso argentino le autorizó a disponer de los recursos necesarios, en busca de la reincorporación del Paraguay a la Confederación Argentina.
II. CAUSALES EXÓGENAS DE LA GUERRA
1. LA ALIANZA BRASILEÑA-ARGENTINA ENTRE 1851 A 1865
En 1851 la presencia del dictador Juan Manuel de Rosas, era una cuestión de vida o muerte para la diplomacia imperial y su objetivo prioritario en dicho año era el derrocamiento del dictador Rosas a fin de consolidar su hegemonía política en el Río de la Plata; para ello atrajo en primer lugar al general Justo José de Urquiza y de partir de 1861 a don Bartolomé Mitre, para consolidar los intereses del imperio en el Río de la Plata a través de acuerdos, tratados y protocolos.
1.1. EL TRATADO HERMETO-URQUIZA DE 1851
En 1851, la diplomacia imperial brasileña representada por don Honorio Hermeto Carneiro Leao, logró un acuerdo con el general Justo Urquiza, a fin de buscar la caída del dictador Juan Manuel Rosas, que sucedió finalmente con la Batalla de Caseros (1852) -donde Urquiza derrotó al dictador Rosas-, lo que significó el inicio del dominio brasileño en ambas márgenes del Plata. Por los tratados de 1851, impuestos al nuevo gobierno de Montevideo en mayo de 1852, la República Oriental del Uruguay pasó a ser política y financieramente un protectorado imperial.
En tanto, el general Urquiza fue obligado a dar la garantía argentina exigida por el Brasil en los tratados de 1851. Con ella no solamente aceptaba el protectorado brasileño en el Estado Oriental sino renunciaba, en nombre de la Argentina, a las Misiones Orientales. Honorio Hermeto, por su actuación en la caída del dictador Rosas fue premiado con el título de Vizconde y más tarde Marqués de Paraná.
1.2. EL TRATADO DE PARANÁ DE 1856
El 7 de marzo de 1856 se firmó el Tratado de Paraná, entre el representante imperial Limpo de Abreu, Vizconde de Abaeté, y el general Justo José de Urquiza, Presidente de la Confederación Argentina. En el acuerdo se estipulaba la libertad del Imperio del Brasil para actuar en el Paraguay y la República Oriental, y también para navegar los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay, tanto embarcaciones mercantes como de guerra (Art. 14) obligándose a emplear los medios a su alcance para que la República del Paraguay se adhiriera a las estipulaciones que preceden (Art. 20). Ante un eventual conflicto entre el Paraguay y el Imperio del Brasil, quedaba permitido (por el Art. 19) el tránsito y abastecimiento de la escuadra imperial por el Paraná sin sufrir molestia alguna. Además, la Confederación neutralizaba la isla Martín García para mejor seguridad de la navegación brasileña (Art. 18). Sobre el punto, el historiador argentino, Ramón Cárcano, señaló que "el Imperio del Brasil pidió al general Urquiza que le dejase las manos libres en Paraguay y Uruguay, y el presidente argentino aceptó".
Continúa alegando don Ramón Cárcano, afirmando que "todas estas cláusulas del Tratado de Paraná consagraron el triunfo de la diplomacia brasileña, sancionaron y afianzaron su política tradicional respecto al Paraguay y al Uruguay y a la libre navegación de los ríos que ya estaba resuelta por la legislación argentina y aseguraron al gobierno de la Confederación como su colaborador y aliado".
1.3. EL TRATADO DE PARANÁ DE 1857
En 1857 se habían agravado las relaciones diplomáticas entre la República del Paraguay y el Imperio del Brasil. El presidente paraguayo, don Carlos Antonio López estaba disgustado con la "Ley de los Mares", como llamaba a la libre navegación fluvial, que firmaron la Confederación Argentina y el Imperio del Brasil el año anterior, sin el consentimiento del Paraguay, a quien querían imponer la libre navegación de sus ríos. Esto constituyó una injerencia directa en los asuntos políticos del Paraguay.
Para buscar una solución al problema con el Paraguay, fue enviado a Paraná a don José María de Silva Paranhos, barón de Río Branco, quién debía hacerle aceptar al general Urquiza un posible tránsito de tropas brasileñas por territorio de la Confederación Argentina en caso de guerra con el Paraguay, y luego seguir a Asunción a fin de resolver pacíficamente, si era posible, el grave conflicto paraguayo-brasileño. El Tratado fue firmado por Paranhos y Urquiza en enero de 1857.
Tan propicio encontró Paranhos al general Urquiza, que no le sacó solamente el importante compromiso que ponía militarmente al Paraguay a merced del Imperio del Brasil; sino además lo hizo firmar tres tratados: de navegación, mejorando las condiciones de año anterior; de extradición, por sobre la Constitución Argentina de 1853, que decía que "los esclavos brasileños no perdían su condición servil por pisar territorio argentino" y de límites, renunciando la Confederación Argentina a la parte de Misiones que le correspondía al Oeste de los ríos Pepiri Guazú y San Antonio. El tratado firmado en Paraná en 1857 fue otro triunfo más de la diplomacia imperial en el Río de la Plata, aumentando aún más su hegemonía política.
1.4. PROTOCOLO SARAIVA-ELIZALDE DEL 22 DE AGOSTO DE 1864
La misión del consejero Antonio Saraiva en Buenos Aires fue la de protocolizar la prometida ayuda del gobierno argentino al Imperio del Brasil en la causa uruguaya. El 22 de agosto de 1864, se firmó el protocolo Saraiva-Elizalde donde se estableció que "en interés de mantener la independencia territorial y soberanía de la República Oriental del Uruguay, la Argentina garante esa Integridad, Independencia, y Soberanía y dejó las manos libres al Imperio del Brasil para proceder contra la Nación Oriental", como proceden todas las naciones en caso de desinteligencias. Con la firma de este protocolo el consejero Saraiva vinculó a la Argentina a la suerte del Imperio del Brasil.
1.5. EL PROTOCOLO ELIZALDE-PEREIRA LEAL DEL 20 DE OCTUBRE DE 1864
El 20 de octubre de 1864 fue firmado otro protocolo entre el Canciller argentino Rufino de Elizalde y el Ministro brasileño José Pereira Leal, en el cual se declaró que "la violación del territorio argentino por tropas de Paraguay sería considerada por el gobierno argentino con todo carácter que le imprime el derecho internacional, y en consecuencia se prestaría a la mejor voluntad y combinar su acción defensiva u ofensiva con el gobierno de S.M. el Emperador y vería en ese acto un motivo para consolidar la unión de los dos países y de los gobiernos que, como el brasileño y el argentino, están llamados a hacer en común grandes cosas para el desenvolvimiento del progreso y bienestar de todos los pueblos del Río de la Plata". Era, pues, la violación del territorio argentino por él Paraguay la condición puesta para formalizar la Triple Alianza que ya había sido concertada en Puntas del Rosario el 18 de junio de 1864, pero que aún no tenía fuerza de un tratado internacional. El Imperio del Brasil de esa manera se blindó anticipadamente ante una eventual ayuda del Paraguay, al gobierno constitucional uruguayo.
Por esa circunstancia era casi imposible que el gobierno argentino dirigido por el general Bartolomé Mitre, autorizara el paso de tropas de una nación en guerra, para atacar a un país aliado, para ello sobró el argumento de la neutralidad que el gobierno argentino esgrimió al gobierno paraguayo.
2. LO CRISIS POLÍTICA URUGUAYA
En la noche del 19 de abril de 1863, el caudillo oriental general Venancio Flores y sus hombres cruzaron el Río Uruguay desde la Argentina, levantando la bandera de la revolución contra el Gobierno Blanco del presidente Bernardo Berro, que siguió durante todo el año siguiente.
En 1864, don Anastasio Aguirre reemplazó a don Bernardo Berro en la Presidencia del Uruguay, y más tarde el senado uruguayo declaró caduca dicha situación, resolución rechazada por referentes del ala dura del Partido Blanco uruguayo. La situación política en el Uruguay varió radicalmente en la noche del 14 de febrero de 1865, en que la guarnición de Montevideo decidió reconocer la legalidad del Senado y acatar la decisión de la elección del nuevo presidente. Con éste apoyo el Senado se reunió el día 15 de febrero y eligió a don Tomás Villalba como nuevo Presidente de la República Oriental del Uruguay. Unos días más tarde terminó la revolución uruguaya con el triunfo del Partido Colorado, liderado por el general Venancio Flores, quien venció con la ayuda política, económica y militar del Imperio del Brasil.
La revolución colorada iniciada el 19 de abril de 1863 fue el motivo ocasional de la guerra que se entabló poco tiempo después entre la República Argentina, el Imperio del Brasil y la República Oriental del Uruguay, unidos en Triple Alianza por un lado, y por el otro, la República del Paraguay, finalmente derrotada el 1 de marzo de 1870, con la muerte de su Presidente y general en jefe de sus ejércitos, mariscal Francisco Solano López.
3. LA INTROMISIÓN BRASILEÑA-ARGENTINA EN LA CRISIS URUGUAYA
La intromisión del gobierno argentino en la crisis política uruguaya se inició en el momento en que, el general Bartolomé Mitre y su Ministro de Guerra y Marina, general Juan Andrés Gelly y Obes, dieron su consentimiento para que el general Venancio Flores, exiliado en la Argentina, utilizará los recursos bélicos de dicho país, como el caso del buque de guerra CAAGUAZÚ.
El 16 de abril de 1863, el general Flores y algunos de sus hombres, se embarcaron en el CAAGUAZÚ, de la Armada Argentina, con destino a la costa uruguaya, desembarcando en un lugar llamado Rincón de las Gallinas, desde donde inició la revolución contra el gobierno constitucional, de Bernardo Berro.
Este hecho reveló la actuación hipócrita del gobierno argentino que negaba una y otra vez, que el general Flores esté preparando una revolución en su territorio. Además el representante uruguayo Dr. Octavio Lapido entregó al canciller argentino Rufino Elizalde una carta firmada por Flores, en la cual invitaba al coronel Manuel Carbajal a sumarse a la revolución que estaba por estallar. Aún así, el presidente Mitre siguió negando las actividades conspiratorias de su protegido y amigo personal, general Venancio Flores. Inclusive el aprovisionamiento bélico de los rebeldes se hacía desde Buenos Aires, donde la prensa porteña realizaba vibranles campañas a favor de la causa revolucionaria.
Desde el lado brasileño la intromisión en la cuestión interna uruguaya se realizó, con la pública colaboración que prestaba a las fuerzas insurrectas del general Flores, por parte de las propias fuerzas armadas Imperiales del Río Grande do Sul, donde los generales Canavarro, Fidelis y Antonio de Souza Netto hacían su arbitraria voluntad, a pesar de las lamentaciones oficiales del Gobierno del Brasil. Así la Triple Alianza había nacido en la crisis interna del Uruguay.
4. LA CONFORMACIÓN DE LA TRIPLE ALIANZA EN PUNTAS DEL ROSARIO
El 18 de junio de 1864, en un lugar conocido como Puntas del Rosario, se realizó la conferencia entre los ministros: Edward Thorton, británico; Rufino Elizalde, argentino; Antonio Saraiva, brasileño; el caudillo oriental, general Venancio Flores; y los representantes del Gobierno del Uruguay, los señores Andrés Lamas y Florentino Castellanos, quienes firmaron una "parodia" de convenio entre el Gobierno y los revolucionarios, en que ambos sectores resolvieron sus dificultades con la garantía del Imperio del Brasil, la República Argentina, y la presencia del Ministro Inglés que legitimó el acuerdo.
El historiador argentino José María Rosa afirmó que en 1894, José Antonio Saraiva escribió en una carta enviada a Joaquín Nabuco, que la Triple Alianza no surgió después de la agresión paraguaya a la Argentina en abril del 65, sino "que dichas alianzas entre Argentina, Brasil y Flores contra el Paraguay empezaron el día en que el ministro argentino Rufino de Elizalde y el ministro brasileño Saraiva conferenciaron con Venancio Flores en Puntas del Rosario, el 18 de junio de 1864, y no el día en que Octaviano y yo, como Ministros de Estado, firmamos el pacto del 1 de mayo de 1865".
Lo señalado más arriba constituye una de las causales exógenas más relevantes de la guerra de la Triple Alianza, debido a que ese acuerdo firmado entre los representantes de los tres países integrantes de la tríplice, se firmó 72 días antes de que el Gobierno paraguayo iniciara su incursión diplomática en la crisis uruguaya, enviando la nota, conocida como "el Ultimátum del 30 de agosto de 1864".
5. EL TRATADO SECRETO DE LA TRIPLE ALIANZA
El 1 de mayo de 1865 se firmó el Tratado entre la Argentina, representada por Rufino Elizalde, el Emperador del Brasil, por Octaviano de Almeida, y el Uruguay, por Carlos de Castro. Los tres países contraían una "alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el Gobierno del Paraguay". La independencia, soberanía e integridad del Paraguay eran garantizadas por cinco años, y en ajuste de límites que ya se establecía de antemano, a la Argentina se le reconocía las tres cuartas partes del territorio paraguayo, y al Imperio del Brasil todo el territorio que disputaba al Paraguay, que quedaba reducido a la Mesopotamia comprendida entre los ríos Paraguay y Paraná, lo que hoy es la Región Oriental; es decir, era más una guerra de despojo territorial que una guerra de redención del Paraguay oprimido por su gobierno.
III. CAUSALES ENDÓGENAS DE LA GUERRA
1. EL TRATADO VARELA-BELLEGARDE DE 1850 Y LOS COMPROMISOS DEL GOBIERNO PARAGUAYO
Este tratado de alianza defensiva fue firmado por don Benito M. Varela, por el Paraguay, y por don Pedro D'Alcántara Bellegarde, en representación del Emperador del Brasil, en Asunción el 25 de diciembre de 1850, del cual extractamos la esencia del acuerdo que hace mención al Uruguay en el Art. 4°, que decía:
"El presidente de la República del Paraguay se obliga tanto cuanto le permitieren la posición y circunstancias de la misma República, a coadyuvar a S.M. el emperador del Brasil en el empeño de mantener la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, acordándose las altas partes contratantes, oportunamente, sobre los medios de hacer efectiva esa coadyuvación".
Es decir los dos países tenían la obligación de sostener la independencia oriental. Después del canje de las ratificaciones, el Tratado entró a regir desde el 26 de abril de 1851. El mismo trajo aparejado dos aspectos fundamentales que incidieron en el estallido de la Guerra contra la Triple Alianza: la invasión militar brasileña del territorio uruguayo, violando la responsabilidad de velar por la independencia del Uruguay; y el compromiso paraguayo de defender dicha independencia, que en esos momentos estaba amenazada por la invasión brasileña. El general Francisco Solano López no hizo otra cosa que cumplir con los compromisos asumidos por el gobierno de su padre don Carlos A. López.
1. LO DOCTRINA DEL EQUILIBRIO DEL PLATA, DEFENDIDA POR EL MARISCAL LÓPEZ
Muchos historiadores y escritores han endilgado al mariscal Francisco Solano López, el rótulo de megalómano y amante de la "gloria de las armas", sin haberlo estudiado con el rigor científico necesario. Ante tales aseveraciones encontramos, las afirmaciones del entonces general López, que había dicho a Don Andrés Lamas:
"...si algún pensamiento lo agita es el de pensar en la política del Río de la Plata en un sentido pacífico y sin más propósito que el de que se conserve el actual equilibrio, buscando en ello la garantía de su propia conservación y autonomía, beneficio que peligraría en el día en que el Brasil o la Argentina, los eternos rivales, lleguen uno u otro, a predominar decididamente sin control alguno en esta región de América."
Era la tesis de la política internacional que abrigaba el futuro presidente del Paraguay, que consideraba que la doctrina del equilibrio en el Río de la Plata era vital, para la conservación de la independencia y el porvenir del Paraguay. Defendiendo este derecho, se enfrentó a la política imperialista del Brasil y la política pusilánime del Gobierno argentino.
3. EL CAMBIO DE LA POLÍTICA EXTERIOR DEL GOBIERNO PARAGUAYO 1863-1865
La política exterior paraguaya comenzó a cambiar desde la asunción a la Presidencia del general Francisco Solano López. La postura de la absoluta neutralidad que siempre mantuvo ante los problemas políticos de los países platinos comenzó a variar paulatinamente, debido a que el nuevo Presidente paraguayo consideraba que "ya no era prudente el alejamiento del Paraguay en los asuntos del Río de la Plata", que sus predecesores habían implementado. Según algunos historiadores, el triunfo diplomático de López, en la pacificación argentina de 1859, fue el punto de partida de la nueva política internacional del Paraguay.
El 6 de setiembre de 1863, fue la fecha en que el Gobierno paraguayo tomó una decisión histórica: la de intervenir en los asuntos políticos del Río de la Plata, a través de una nota del Canciller, don José Berges, donde se solicitaba al Gobierno argentino explicaciones sobre los hechos denunciados por la legación uruguaya en Asunción, en fecha 2 de setiembre de 1863, acerca de la intervención argentina en la guerra civil uruguaya apoyando a las fuerzas del general Venancio Flores.
El gobierno paraguayo reiteradamente solicitó las explicaciones correspondientes sobre el este hecho y repetidamente la Argentina respondió con evasivas y mentiras. Lamentablemente, la sincera intención del Paraguay en la cuestión interna del Uruguay, fue utilizada por fuerzas fácticas inescrupulosas para empujar a la guerra contra el Imperio del Brasil y la Argentina, defendiendo los derechos avasallados del Uruguay.
4. LA INGENUA ACTUACIÓN DE LA DIPLOMACIA PARAGUAYA EN LA CRISIS DEL PLATA
El 19 de abril de 1863, fue un día nefasto para las naciones sudamericanas, porque fue la fecha en que el caudillo oriental Venancio Flores, prendió la hoguera de la revolución, que más tarde arrastraría a cuatro naciones platinas a una guerra de exterminio. Ante esta situación el Gobierno paraguayo comenzó a prestar tibiamente atención a la crisis interna del Uruguay.
Las primeras tramas de la farsa de la neutralidad argentina en la guerra civil uruguaya, fueron a través de una carta de Bartolomé Mitre a Francisco Solano López -de fecha 16 de junio de 1863- donde el general argentino informo al Presidente paraguayo: "que en los sucesos que se desenvuelven actualmente en la República Oriental, en cuyas cuestiones internas me he propuesto ser completamente neutral". A lo que el López respondió en fecha 5 de julio del mismo año: "la completa neutralidad que V.E. se ha propuesto seguir, es altamente satisfactoria para el gobierno de aquel país y yo agradezco a V.E. las explicaciones con que ha querido favorecerme, para apreciar el pensamiento de VE.".
La primera noticia que el Gobierno paraguayo tuvo de la intromisión argentina en la sublevación del general Venancio Flores, fue a través de una carta que Joaquín Requena García -hijo de un político uruguayo -, quién escribió en fecha 20 de agosto de 1863 a don Juan José Brizuela, encargado de Negocios del Paraguay en Montevideo: "la neutralidad argentina es una farsa, porque desde el general Mitre hasta el último empleadillo procuran todos los medios en ayudar la invasión".
El Paraguay había sido acusado por el Gobierno argentino de conformar una alianza en vísperas de una supuesta guerra contra la Argentina. El general Francisco Solano López, le respondió al general Bartolomé mitre en fecha 20 de diciembre de 1863, diciéndole que "era mentira que el Paraguay se disponía a la guerra contra la República Argentina, en combinación con el Estado Oriental y el general Urquiza". Además le ratificó el compromiso paraguayo de que "los principios de la más estricta neutralidad, al igual que todos los gobiernos del Paraguay han observado". Mientras la intervención argentina se sucedía a favor del general Flores.
Meses más tarde, por otra nota -2 de enero de 1864-, el general Mitre decía al general López, que "el gobierno Oriental estaba muy empeñado en que se declarase árbitro para todas nuestras cuestiones internacionales al Emperador del Brasil". En ésta misiva el argentino responsabilizaba al Uruguay de la insistencia del nombramiento del Emperador del Brasil como árbitro en las cuestiones del Plata. Sin embargo dos meses antes aplaudió la nominación de don Pedro II como árbitro de las cuestiones platinas, a quien le atribuía ser "el monarca estable de un país libre amigo", Es decir, Mitre implementó una táctica hipócrita contra el Gobierno paraguayo, quien debió responder con la misma forma, pero no lo hizo.
El cónsul paraguayo en Paraná, don José Rufo Caminos, escribió al canciller nacional don José Berges, el 18 de agosto de 1864 diciéndole que "tan pérfido es el gabinete imperial, como lo es el argentino, y ambos con desmedidas pretensiones sobre nosotros, que ellos sabrán conciliar, si no lo tienen ya todo coordinado, como es de esperarse y yo lo infiero". Esta afirmación del Cónsul tenía mucho grado de verdad, porque a esa altura de los acontecimientos, ya se había establecido el nacimiento de la Triple Alianza contra el Paraguay -en Puntas del Rosario el 18 de junio de 1864-, mientras la cancillería paraguaya seguía con los pedidos de aclaraciones al Gobierno argentino, que respondía con evasivas y negativas.
Finalmente, en una carta de don Nicolás Calvo, Encargado de Negocios del Paraguay en Europa, dirigida a López desde Londres -en fecha 8 de diciembre de 1864- decía: "que la diplomacia brasileña y los agentes argentinos realizan un trabajo diplomático a gran escala, revirtiendo el disfavor que el Reino Unido estaba obligado a manifestar respecto al Brasil". Mientras la República del Paraguay carecía de un servicio diplomático exterior que, hiciera valer sus intereses, tanto en el Plata como en Europa, el Imperio del Brasil y la Argentina enviaban agentes por toda Europa y los Estados Unidos de América, con la intención de obtener opiniones favorables a la causa que abrigaban. Por ello fue significativa la falta de una embajada paraguaya en Buenos Aires y Río de Janeiro, para evitar que el Paraguay fuera envuelto en la genocida guerra contra la Triple Alianza.
5. LAS RESOLUCIONES DEL CONGRESO EXTRAORDINARIO PARAGUAYO DE 1865
El 5 de marzo de 1865, en el Salón de Actos del antiguo Palacio de Gobierno de Asunción, inauguró sus deliberaciones el Congreso Nacional Extraordinario convocado para considerar la grave situación internacional. En la sesión inaugural se leyeron las memorias sobre los conflictos del Paraguay con el Imperio del Brasil y la Argentina. Al día siguiente, en la segunda sesión, el primero en usar la palabra fue el Presidente de la República, general Francisco Solano López. Después de la participación de algunos diputados, se aprobaron las siguientes propuestas hechas por los diputados:
1° Se confirió el grado de Mariscal de los Ejércitos al general Francisco Solano López, con un salario de 60.000 pesos, como Presidente y Mariscal. Además se aprobó la ley para elevar a seis el número de brigadieres y a tres el de generales de división.
2° Aprobación del salario de Mariscal López a 60.000 pesos anuales y la autorización para la contratación de un empréstito de 25.000.000 duros en el exterior.
En la misma tarde del 7 de marzo, el Mariscal López, envió al Congreso Extraordinario un mensaje donde aceptaba el rango de Mariscal de los Ejércitos del Paraguay, y rechazaba el sueldo estipulado por el Congreso extraordinario de 60.000 pesos a favor de las arcas del Estado fundamentando: "declino tan generosa dotación a favor de los crecidos gastos que el erario tiene que hacer frente". "Mí fortuna particular me permite conservar sin mengua la dignidad de mi alta posición y contribuir con ella al servicio de la Patria", añadió. Los debates continuaron los días subsiguientes, hasta día 18 de Marzo cuando se aprobó la conducta del Gobierno con el Imperio del Brasil y la declaración de guerra al Gobierno argentino; al día siguiente el Congreso General Extraordinario efectuó su sesión de clausura.
IV. CAUSALES ECONÓMICAS DE LA GUERRA
1. EL IMPERIO DEL BRASIL Y SUS INTERESES ECONÓMICOS EN EL URUGUAY
Según el Dr. Luiz Alberto Moníz Bandeira, "lo que efectivamente le interesaba al Imperio del Brasil no era acoplarse con Gran Bretaña en la política del Río de la Plata, sino utilizarla para el robustecimiento de su propia hegemonía". A propósito, éste fue siempre el objetivo de su diplomacia y para ello no solo explotaba antagonismos locales, sino también la rivalidad entre potencias que se disputaban la hegemonía comercial en el Río de la Plata, como sucedió en 1845, cuando fue comisionado a Europa al Vizconde de Abrantes con la misión de inducir a Francia y a Gran Bretaña a intervenir en la contienda contra Oribe y Rosas. Además la diplomacia imperial intentó atraer también a los Estados Unidos a las cuestiones platinas.
La unión financiera entre el Imperio del Brasil y la Confederación Argentina fue fruto de los tratados de 1856 y 1857 y se profundizó cuando el banco MAUA & Cía., se instaló inicialmente en Montevideo, y luego amplió su red a otras ciudades del Uruguay como Salto, Paysandú, Mercedes y Cerro Largo, para luego proyectarse en la Confederación Argentina, abriendo sucursales en Buenos Aires, Rosario y Gualeguaychú. El Banco pertenecía a Ireneo Evangelista, más tarde Barón de Maúa, quien estaba ligado a los intereses de la banca británica representada por la BARING BROTHERS.
A inicios de 1850, la República Oriental del Uruguay, estaba bajo el dominio del Gobierno de Río de Janeiro, legitimado por cinco tratados, que Honorio Hermeto Carneiro Leao, Marqués de Paraná, y Antonio Paulino Limpo de Abreu, luego Vizconde de Abaeté, negociaron con Andrés Lamas, representante de Montevideo, el 12 de octubre de 1851. A través de estos tratados, el Imperio del Brasil alcanzó sus objetivos económicos y políticos en aquel país, o sea, la fijación de límites territoriales, extradición de esclavos, la libre navegación del Río Uruguay y sus afluentes, el derecho a intervención con el pretexto de defender al Gobierno legal y la garantía de reembolso de los subsidios mediante la hipoteca de las rentas del Estado, y, principalmente, la exención del pago de tributos por el paso de ganado en pie para el abastecimiento de las charqueadas de Río Grande do Sul. Sin embargo el Imperio del Brasil, trece años más tarde, en 1864 intervino militarmente en el Uruguay, no para defender al Gobierno legítimo, sino para derribarlo.
Mientras todos los tratados eran altamente lesivos a los intereses de Uruguay, el de Comercio y Navegación constituía el de mayor transcendencia, pues consolidaba el acoplamiento de su economía a las necesidades del proceso de acumulación de capital en el Imperio del Brasil. Por medio del mismo, el Uruguay se comprometía a abolir la cobranza de los derechos sobre exportación de ganado en pie para Río Grande do Sul, cuyos estancieros poseían casi todos los campos al norte del río Negro. En compensación, el Imperio del Brasil exceptuaba al charque procedente de aquel país, a través de la frontera, del pago de cualquier tarifa. El Dr. Luiz Alberto Moniz Bandeira señala "que con esta excepción, sin duda el Brasil lucraba".
En 1861, fenecieron los Tratados de 1851 y el Gobierno uruguayo se negó a prorrogarlo. Cuando los gobiernos uruguayos de Bernardo Berro y Atanasio Aguirre, entre los años 1863 y 1864, intentaron mejorar la recaudación mediante el cobro de los derechos aduaneros sobre el paso de ganado en pie hacia las charqueadas de Río Grande del Sur, además de exigir que los peones brasileños al llegar a territorio uruguayo comparecieran ante las autoridades con sus cartas de libertos. Estas disposiciones chocaron con los intereses de los estancieros brasileños que solicitaron la ayuda de su Gobierno. El Imperio del Brasil intervino en defensa de los intereses de sus súbditos, lo que desencadenó la guerra con el Paraguay, planeada desde hacía varios años.
2. EL IMPERIO DEL BRASIL Y LA AMENAZA DE SUS INTERESES ECONÓMICOS POR EL PARAGUAY
En 1854, don Andrés Lamas fue el primer patrocinador que tuvo el Imperio del Brasil para tener en cuenta al Paraguay como competidor económico. Advirtió a Limpo de Abreu, Vizconde de Abaeté y Ministro de Asuntos Exteriores del Imperio del Brasil, que la competencia económica'' con el Paraguay estaba a punto de comenzar.
"...el Paraguay tiene todos los productos del Brasil y los tiene de calidad superior. Esta superioridad existe en la yerba mate, el tabaco, las maderas. Mañana existirá el azúcar, porque la caña se produce maravillosamente en el Paraguay y porque, al ser allí una industria montada de modo novedoso, no estará sujeta a la rutina y a los vicios que actualmente perjudican a esos ramos de la producción brasileña."
En el mismo año, Zacarías de Goes e Vasconcelos, Presidente de la Provincia de Paraná, aludió también a "la temible competencia de la yerba paraguaya, más barata y de mejor calidad, en los mercados de Buenos Aires y Montevideo", que hasta entonces estaban dominados exclusivamente por productos brasileños. La yerba mate brasileña ocupaba todos los mercados que el Paraguay perdió, luego del enclaustramiento obligado por Buenos Aires que vivió durante el gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.
En 1853 las exportaciones de yerba paraguaya sumaron 985.274 kg. En 1854, saltaron a 1.436.295 kg, y a 2.000.737 kg en el 1860. En aquella época el mercado comenzó entonces a dar señales de saturación y hacia 1862, ya había superabundancia de ofertas, desvalorizando el producto, lo cual afectó más al Imperio del Brasil, y también al Paraguay, a pesar de que los precios paraguayos ya eran bajos.
La crisis comercial coincidió con el final del plazo de seis años del Tratado de Berges-Paranhos de 1856, para la solución del litigio en torno de las fronteras y, según el Dr. Luiz Alberto Moníz Bandeira, "bajo el cual se camuflaba la disputa del área más rica de los yerbales paraguayos", por parte del Imperio del Brasil. Estas verdaderas intenciones fueron llevadas a la práctica el 9 de enero de 1872, cuando, por el Tratado Loizaga-Cotegipe, el Imperio del Brasil se adueñó de casi un tercio del territorio paraguayo, según lo afirmó años antes el Ministro británico en Montevideo, W.G. Lettson, responsable de la divulgación del Tratado Secreto de la Triple Alianza. Decía que los territorios a ser anexados por el Brasil "incluían el distrito donde la yerba de alta calidad o el té paraguayo, era cultivado". En opinión del intelectual brasileño Temístocles Linhares, el Imperio del Brasil aseguró una línea de límites muy ventajosa que le cupo por derecho de conquista, "incorporar a su territorio el área más rica de yerbales del Paraguay, liquidándole con la guerra la hegemonía en el mercado de la cuenca del Plata". Y fue para siempre, nunca más un producto paraguayo tuvo hegemonía en los mercados del Plata.
Concluimos el apartado dedicado a las causales económicas con las palabras del Barón de Maúa quien dijo: "la maldita guerra sería la ruina del vencedor y la destrucción del vencido". En efecto, si el Paraguay, arrasado perdió su autonomía económica y se incorporó al sistema capitalista mundial, el Imperio del Brasil, a fin de obtener los recursos para la guerra, tuvo que hacer concesiones aduaneras, financieras y políticas que entorpecían su esfuerzo de industrialización y asumió compromisos para el futuro, difíciles de cumplir. Gran Bretaña, la gran ganadora de éste conflicto internacional, en pleno boom de sus industrias, se valió de aquellas franquicias para atropellar aún más el mercado brasileño y la primera víctima de su ofensiva fue el propio Barón de Maúa, cuyo banco, como consecuencia de presiones y maniobras de la Casa Rothschild (red de bancos y entes financieros propiedad de la familia Rothschild), quebró en 1878, juntamente con los Astilleros de Ponta Areia y las demás empresas. Por otro lado, las inversiones de Gran Bretaña en el Uruguay, a partir de 1870 suplantaron la influencia del Brasil.
Las manufacturas británicas cubrían un 75% de las importaciones paraguayas, casi todas proveídas desde Buenos Aires, en transacciones controladas por comercios británicos, lo que significaba que la economía británica había consolidado su presencia en el Río de la Plata y el Paraguay. También la COTTON SUPPLY ASSOCIATION con sede en Manchester, era la principal organización que se encargaba de estimular el cultivo del algodón en toda la región del Plata, enviando semillas para el cultivo del algodón, que llegaban al Paraguay, a través de Buenos Aires.
Uno de los productos paraguayos, que generaba gran interés al gobierno británico era el algodón; debido a su éxito en Europa, el gobierno nacional, dispuso la obligatoriedad del su cultivo, y durante aquel año fueron cultivados poco más de 10.000 hectáreas. Un dato que nos presenta el historiador Juan Carlos Herken Krauer sobre el punto: " el Brasil fue uno de los países que mejor aprovechó la crisis mundial, generando un auge sin precedente en el cultivo del algodón, así como las bases de una industria textil nacional". El esplendor de la producción algodonera brasileña se produjo mientras el Paraguay era reducido a escombros, desapareciendo definitivamente como país competidor en la exportación de la fibra.
4. LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LOS LÓPEZ VERSUS EL LIBRE COMERCIO CAPITALISTA
Herken Krauer afirma que "el proceso de expansión del capitalismo a escala mundial se basa en época en la estructuración de una división internacional del trabajo en las que ciertas naciones desempeñan el papel de proveedores de materias primas y otras la de productores de manufacturas". Y para los intereses capitalistas de la Gran Bretaña, el Paraguay, era uno de los países proveedor de materias primas para las industrias británicas.
Hasta allí todo se ajustaba a la normalidad. La política del socialismo de Estado del gobierno de los López, iba de contramano a los intereses británicos, quienes sostenían la bandera del libre cambio. Debido a que el aparato estatal gozaba por sobre todo de una formidable participación en el comercio exterior, en el que poseía el monopolio de la yerba mate, y el cuasi monopolio de otros productos. Esta situación permitía al Gobierno paraguayo obtener buenos ingresos de divisas, lo que le facilitaba comprar al contado todo lo que precisaba en el extranjero, o pagar con sus productos exportados, sin necesidad a recurrir a ningún tipo de empréstitos o créditos leoninos, característicos de la banca británica.
En fin, el modelo de economía autónoma estatal, practicada por el Paraguay, atentaba contra los intereses económicos británicos en el Río de la Plata, era de mal ejemplo para los demás países sudamericanos. Por eso se debía eliminar al tirano, general Francisco Solano López, que impedía la proyección del libre comercio en el Paraguay; lo que Mr. Edward Thorton se encargó de impulsar y supervisar mediante la creación de una Triple Alianza contra el Paraguay, el 18 de junio de 1864, en la reunión de Puntas del Rosario.
V. CAUSALES INMEDIATAS DE LA GUERRA
1. LA PRESENCIA DE LA ESCUADRA IMPERIAL EN AGUAS TERRITORIALES URUGUAYAS
Una fuerte escuadra naval brasileña al mando del Almirante Tamandare, llegó a Montevideo a mediados de 1864, con el fin de advertir y presionar al gobierno uruguayo, para que cumpla con los pedidos de satisfacciones exigidos por el Brasil a dicho Gobierno, por los atropellos que los súbditos brasileños sufrían en territorio uruguayo. A esto se sumó que en los primeros días del mes de setiembre de 1864, el buque de guerra uruguayo VILLA DEL SALTO, fue atacado, sin existir una declaración de guerra por un barco de guerra imperial.
2. LA INVASIÓN MILITAR BRASILEÑA DEL TERRITORIO URUGUAYO
El 12 de octubre de 1864, una brigada de Caballería al mando del general Juan Manuel Mena Barreto, cruzó la frontera uruguaya y dos días más tarde se apoderó de la Villa de Melo. Más tarde las fuerzas brasileñas tomaron la ciudad de Salto; finalmente, el 6 de diciembre de 1864, hlr atacada la ciudad de Paysandú, donde el coronel Leandro Gómez y sus tropas fueron pasados a degüello. Con éstos hechos el Imperio del Brasil, pisoteaba el tratado de 1850, que le obligaba a salvaguardar la independencia del Uruguay y no invadirla.
3. EL APRESAMIENTO DEL MARQUÉS DE OLINDA
En la madrugada del 11 de noviembre de 1864 fondeó en Asunción el barco brasileño MARQUÉS DE OLINDA que hacía regularmente el servicio de cargas y pasajeros entre Montevideo y Corumbá, con escalas en Buenos Aires y Asunción, para proveerse de carbón, en el mismo viajaba el nuevo Presidente de la Provincia de Matto Grosso. Al día siguiente el buque fue capturado. El gobierno paraguayo no se consideró obligado a una declaración formal de guerra: mediando la protesta del 30 de agosto de 1864, en el mismo el Imperio del Brasil ya la había declarado con la invasión del territorio oriental.
4. LA NEGACIÓN DEL GOBIERNO ARGENTINO AL PEDIDO DE PASO DEL EJÉRCITO PARAGUAYO POR SU TERRITORIO
El 14 de enero de 1865, el canciller paraguayo don José Berges, se dirigió al Gobierno argentino pidiendo la autorización correspondiente, para que "los Ejércitos del Paraguay puedan transitar el territorio de la Provincia de Corrientes, en el caso que ello fuese impelido por las operaciones de la guerra en que se halla empeñado este país con el Imperio del Brasil", recordando como antecedente de tránsito de ejércitos por territorios de la Argentina lo sucedido en 1855, cuando el gobierno de la Confederación Argentina toleró el tránsito a través de sus ríos de una numerosa escuadra y tropas de desembarco del Imperio del Brasil, quienes se dirigían al Paraguay trayendo vientos de guerra. La nota fue entregada al Gobierno argentino el día 6 de febrero del mismo año, por el representante paraguayo don Luis Caminos.
La contestación argentina se produjo el 9 de febrero de 1865, cuando el Ministro de Relaciones Exteriores Rufino de Elizalde, suscribió la respuesta a la solicitud paraguaya, denegando el permiso para transitar con un ejército el territorio de la provincia de Corrientes, so pretexto de absoluta neutralidad argentina. La respuesta llegó a Asunción el 22 de febrero de 1865. La posición asumida del Gobierno contra el Paraguay, no era sino el reflejo de lo acordado en Puntas del Rosario y más tarde en los tratados Elizalde-Saraiva del 22 de agosto de 1864 y Elizalde-Pereira Leal del mes de octubre del mismo año.
VI. LOS EMIGRADOS PARAGUAYOS Y LA GUERRA
CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
1. LA SOCIEDAD LIBERTADORA DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY
La persona que tuvo gran influencia sobre los emigrados paraguayos en Buenos Aires, fue el publicista Francisco Bilbao, quién estimuló a reunirse y formar en dicha ciudad un Comité destinado a revolucionar el Paraguay y bajo su dirección el 17 de diciembre de 1857, Manuel Pedro de la Pena, Carlos Loizaga, Luciano Recalde, Serapio Machaín y Gregorio Machaín acordaron iniciar un movimiento encaminado a poner fin al régimen imperante en el Paraguay. Así, el 12 de agosto de 1858 fundaron la Sociedad Libertadora de la República del Paraguay", entidad de carácter político-revolucionario, como su nombre lo indicaba y destinada a combatir y cambiar el estado de cosas en el Paraguay.
2. LA ASOCIACIÓN PARAGUAYA
El 18 de diciembre de 1864, los emigrados paraguayos resolvieron constituir una organización "creyendo haber llegado el momento de dar uniformidad a sus trabajos tendientes a la regeneración de nuestra patria, en un acuerdo privado reservado, de cinco artículos, por los cuales se obligaban a que las resoluciones fuesen adoptadas en asambleas generales y por mayoría de votos; a guardar absoluta reserva de las deliberaciones; a considerar como propiedad de la Asociación, todo pensamiento o escrito", que se hubiese de publicar en la prensa por cualquiera de sus miembros; a levantar actas de deliberaciones, firmadas por el presidente y secretario nombrados; y a todos y cada uno de los firmantes respondiesen de sus actos ante la Asociación y ante Dios y la Patria, que demandará cuentas por los de infidelidad al secreto, o de traición a los altos fines que por el acuerdo se proponían. El acta de constitución se firmó al día siguiente 19 de diciembre de 1864. Don Carlos Loizaga fue elegido Presiente de la Asociación Paraguaya.
3. LA LEGIÓN PARAGUAYA
La comisión directiva de la Asociación Paraguaya, obedeciendo a los propósitos de su constitución, buscó ponerse de acuerdo con los altos poderes miembros de la Triple Alianza. Para ello dispuso la formación de un cuerpo armado integrado por los paraguayos emigrados, el que unido en alianza con el ejército brasileño, marcharían contra el gobierno de López, para derrocarlo. Al decir de don Juan E. O'Leary: "los emigrados no irían contra la patria, sino contra un gobierno que detestaban". La comisión directiva de la Asociación Paraguaya aprobó el 28 de febrero de 1865, "la creación de un cuerpo de ejército con fin combatir y liberar al Paraguay de un gobierno tiránico". Al día siguiente fueron designados, Fernando Iturburu y Juan Francisco Decoud, primero y segundo jefes de las fuerzas expedicionarias, con grado de Coronel y Teniente Coronel, respectivamente.
XIII. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Las consecuencias de la guerra contra la Triple Alianza pueden resumirse en los siguientes puntos:
a) Demográficas: de una población aproximada de 500.000 habitantes, el Paraguay perdió dos terceras parte de ella; es decir, murieron entre 350.000 y 360.000 personas, en su mayor parte del sexo masculino. Según un censo de 1870, la población sobreviviente del Paraguay era cerca de 140.000 personas, la mayoría mujeres, niños y ancianos. La guerra de exterminio hecha al Paraguay casi se cumplió.
b) Geográficas: a pesar de que el Art. 8° del Tratado Secreto de la Triple Alianza (que parece nunca fue derogado) establecía el respeto a la soberanía territorial paraguaya, el Imperio del Brasil, se adjudicó 63.325 km2, territorios de grandes yerbales naturales comprendidos entre los ríos Apa y Blanco. La Argentina, a su vez, se apoderó de más de 95.000 km2, territorios que actualmente forman parte de las provincias de Formosa, Misiones y parte de Corrientes. Es preciso mencionar que la apetencia Argentina era hasta la Bahía Negra; es decir, todo el Chaco Boreal paraguayo.
c) Económicas: el sistema económico paraguayo fue destrozado, debido a que el incipiente sistema de industrialización estructurada e implementada durante los gobiernos de los López, fue enteramente arrasada. Además en la posguerra se inició un nuevo fenómeno económico, desconocido hasta 1870, que fue el endeudamiento estatal y el inicio de la hegemonía económica y financiera del capital extranjero; como lo fueron la INDUSTRIAL PARAGUAYA, la MATE LARANGEIRA y otros. También el Paraguay perdió para siempre algunos mercados en el exterior, como en el caso de la exportación de la yerba mate.
d) Políticas: en este campo, las principales consecuencias fueron la introducción de las ideas liberales en el Paraguay, la aparición de la figura del caudillo, la división de la sociedad paraguaya, producto del antagonismo político entre connacionales, desde la aparición de los clubes políticos y posteriormente de los partidos políticos tradicionales, que existen hasta el presente: el Partido Liberal y la Asociación Nacional Republicana; lo que llegó a enlutar en muchas ocasiones a muchas familias paraguayas, producto de revoluciones fratricidas y lo más grave: el inicio del tutelaje político extranjero.
e) Sociales: la pobreza y la explotación de miles de paraguayos en manos de los nuevos poseedores de riquezas en nuestro país, marcaron con fuerza su presencia en el Paraguay, a partir de 1870, a pesar de que los aliados siempre habían anunciado que venían a traer felicidad al pueblo paraguayo, no hicieron otra cosa que esquilmarlos. Además, las tierras fiscales donde muchas familias paraguayas estaban asentadas desde tiempos inmemoriales pasaron a manos extranjeras, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.
f) Culturales: sobre las consecuencias culturales de la guerra, podemos decir que ella fueron muy fuertes. Un ejemplo de ello es el Art. 10° del Decreto del 7 de marzo de 1870, que "establecía la prohibición del uso del idioma Guaraní en las escuelas". Intentaron borrar un elemento fundamental de nuestra identidad nacional y cultural. Además de la "argentinización" de nuestro sistema educativo, especialmente en la educación primaria y normal; para encontrar prueba de esta afirmación, basta con leer las memorias del eminente maestro paraguayo don Ramón Indalecio Cardozo.
Jinete paraguayo ataviado con chiripa y descalzo.
CONCLUSIÓN
Un tema que hasta el presente eriza la piel del paraguayo de bien, es la Guerra contra la Triple Alianza, donde se decidió el exterminio de todo un pueblo considerado por sus oponentes, indignos de tener el privilegio de existir como una nación independiente. Para lograr sojuzgar a la próspera nación paraguaya, se precisaba de una excusa política válida, para volcar a la opinión pública rioplatense a favor de la guerra contra el Paraguay. Para ello se construyó una leyenda de marras, convirtiendo al mariscal Francisco Solano López, como el verdugo de la libertad, del progreso humano y del libre comercio; lo llamativo, fue que la misma prensa que exaltó superlativamente su gestión en la unificación Argentina del 1859, un lustro después lo convirtió el ser más bruto y violento que la humanidad haya conocido.
Parafraseando al mariscal López, quién señaló "que la historia siempre la escriben los vencedores", la visión historiográfica de Guerra de la Triple Alianza siempre estuvo influenciada por la visión y concepción del vencedor; es decir, descargando toda la responsabilidad del conflicto en el gobierno paraguayo. Hasta el patriotismo y el heroísmo del pueblo guaraní se puso en duda por algunos historiadores y escritores hostiles a la causa paraguaya, considerando a los paraguayos cretinos que se dejaban matar.
Pero aparecieron personas como don Juan E. O'Leary el Dr. Manuel Domínguez, y otros, quienes fueron los primeros en reivindicar la causa paraguaya y la figura del mariscal López, primeramente durante el gobierno del Dr. Eligio Ayala, y finalmente fue rehabilitada totalmente durante el gobierno del coronel Rafael Franco.
Sin embargo, muy pocos historiadores citan como causales de la guerra, la intromisión argentina y brasileña en la guerra civil uruguaya y el acuerdo de Puntas del Rosario del 18 de junio de 1864, donde se establecieron las bases de la Triple Alianza contra el Paraguay, según afirmaciones del mismo Antonio Sáraiva -consejero de Estado de S.M.I.-, donde el Paraguay fue sentenciado a muerte. Además de la falsa neutralidad argentina, demostrada por la utilización del buque Caaguazú de la Armada Argentina, por el general Venancio Flores, para iniciar su revolución. Además de la autorización argentina para el paso de la escuadra y, ejército imperial por su territorio, negando el mismo pedido al gobierno paraguayo.
Finalmente, nos hacemos las siguientes preguntas: por qué fueron degollados los rendidos de Yatay en 1865; por qué el saqueo y la devastación de la capital paraguaya en 1869; por qué fue incendiado el Hospital de Sangre de Piribebuy en 1869, en que perecieron calcinados varios centenares de inocentes; dónde fueron degollados varios jefes paraguayos rendidos, además de los oficiales degollados en Ka'aguy juru en el mismo año. Finalmente dos hechos que acontecieron en Cerro Corá en el epílogo de la guerra: el asesinato del Mariscal López -¿será que fue imposible tomarlo prisionero?- y el degüello del coronel Delvalle y sus hombres tres días después de haber terminado la guerra. En conclusión: ¿la guerra fue contra el gobierno o contra el pueblo paraguayo?
Los hechos demuestran que fue contra el segundo, debido a la pérfida intención de los miembros de la Triple Alianza, que después se repartieron los despojos del Paraguay, cual sayo de Cristo, en una guerra de supuesta redención, que terminó en una guerra de destrucción y cercenamiento territorial del Paraguay.
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COLECCIÓN JAVIER YUBI
CRONOLOGÍA DE LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
1863:
El 16 de abril. A bordo del barco de guerra de la Armada Argentina, partió el general Venancio Flores, con dirección a las costas uruguayas.
El 19 de abril. El general Venancio Flores y sus acompañantes, iniciaron la guerra civil en el Uruguay, tras el desembarco en un lugar conocido como "Rincón de las Gallinas".
2 de septiembre. La legación uruguaya en Asunción, presentó la denuncia al Gobierno paraguayo de la intervención argentina en la guerra civil uruguaya apoyando a las fuerzas del general Venancio Flores.
6 de setiembre. El Gobierno paraguayo tomó una decisión histórica: la de intervenir en los asuntos políticos del Río de la Plata, a través de una nota del canciller José Berges, donde se solicitaba al Gobierno argentino explicaciones sobre la intervención argentina en la guerra civil uruguaya apoyando a las fuerzas del general Venancio Flores.
1864:
20 de abril. Inicio de la intervención brasileña en las cuestiones internas del Uruguay, siendo designado como Consejero, Antonio Saraiva.
18 de junio. En el lugar llamado Puntas del Rosario, se establecieron las bases de la Triple Alianza contra el Paraguay.
4 de agosto. El consejero imperial Antonio Saraiva entregó el ultimátum al Gobierno uruguayo.
30 de agosto. La cancillería paraguaya, entregó el ultimátum al Gobierno brasileño sobre la invasión militar del Uruguay.
12 de octubre. Una brigada de Caballería al mando del general Juan Manuel Mena Barreto, cruzó la frontera uruguaya causando el estallido de la Guerra de la Triple Alianza.
14 de octubre. La brigada de Caballería al mando del general Juan Manuel Mena Barreto, que cruzó la frontera uruguaya, tomó la Villa de Melo.
28 de octubre. Fuerzas navales y terrestres brasileñas inician el bloqueo de la ciudad uruguaya de Paysandú.
6 de diciembre. Las fuerzas combinadas del Imperio del Brasil atacaron la ciudad uruguaya de Paysandú, donde fueron pasados a degüello, los defensores de dicha ciudad.
12 de noviembre. El Gobierno paraguayo ordenó la captura del barco brasileño Marqués de Olinda, y dispuso de la declaración de Guerra al Imperio del Brasil.
27 de diciembre. Batalla de Coímbra, la primera de la Guerra contra la Triple Alianza.
1865:
6 de febrero. La solicitud de permiso para el tránsito por territorio fue entregado al Gobierno argentino por el representante paraguayo, Don Luis Caminos.
9 de febrero. La República Argentina deniega el permiso solicitado por el gobierno paraguayo de pasar sus tropas por las Misiones rumbo al Uruguay.
20 de febrero. Finalizó la guerra civil uruguaya, asumiendo el Gobierno el general Venancio Flores.
7 al 18 de marzo. Se reunió el Congreso Extraordinario en Asunción, donde se aceptó la declaración de guerra al Imperio del Brasil y a la República Argentina, hecha por el Gobierno.
1 de mayo. Se firmó en Buenos Aires el Tratado Secreto de la Triple Alianza.
11 al 13 de junio. Se desarrolló la batalla naval de Riachuelo.
17 de agosto. Batalla de Yataí, donde prisioneros paraguayos fueron cobardemente degollados por orden del general Venancio Flores.
18 de septiembre. Rendición de la División mandada por el teniente coronel Antonio de la Cruz Estigarribia.
1866:
31 de enero. Batalla de Corrales.
2 de mayo. Batalla de Estero Bellaco.
24 de mayo. Gran batalla campal de Tuyutí, la más grande de América.
16 al 18 de julio. Se combatió en las célebres batallas de Yataity Corá, Sauce y Boquerón.
12 de septiembre. Encuentro de Yataity Corá, entre el Mariscal López y el general Mitre.
22 de septiembre. Triunfo paraguayo en la batalla de Curupayty.
1867:
3 de octubre. Batalla de Tajy librada entre fuerzas brasileñas y las tropas paraguayas comandadas por el coronel Bernardino Caballero.
21 de octubre. Batalla de Tatajyvá, entre las fuerzas brasileñas y las tropas paraguayas comandadas por el coronel Bernardino Caballero.
3 de noviembre se combatió en la 2º Batalla de Tuyutí, entre las fuerzas aliadas y las tropas paraguayas comandadas por el general Vicente Barrios.
1868:
16 de julio. Batalla de Humaitá. El I Cuerpo Brasileño atacó la fortaleza de Humaitá, siendo rechazado con grandes pérdidas. El coronel Paulino Alen era el comandante de la fortaleza.
18 de julio. Batalla de Akajuasa, acaecida entre las fuerzas brasileñas y las tropas paraguayas comandadas por el coronel Bernardino Caballero.
5 de agosto. Capituló la guarnición de la fortaleza de Humaitá.
6 de diciembre. Se libró la célebre batalla de Ytororó, donde las fuerzas paraguayas a cargo del general Bernardino Caballero, se enfrentó al II y III Cuerpo Ejército Imperial a cargo del Marqués de Caxias; resultando un triunfo de las armas paraguayas.
11 de diciembre. Batalla de Avay a orillas del arroyo Avay, donde las fuerzas paraguayas a cargo del general Bernardino Caballero, se enfrentó al I, II y III Cuerpo Ejército Imperial, dirigido por el Marqués de Caxias. La división mandada por el general Caballero sucumbió casi en su totalidad.
21 al 27 de diciembre. Batalla de Itá Ybaté que se llevó a cabo durante siete días, en dicha batalla, el mismo Mariscal López comandó las tropas nacionales. En esta batalla fue destruido el último Ejército paraguayo que fuera reorganizado por el Mariscal López en el mes de setiembre de 1868.
30 de diciembre. El coronel George Thompson, comandante de la Guarnición de Angostura, se rindió al enemigo con toda su división sin disparar un solo tiro.
1869:
5 de enero. Tropas brasileñas ocuparon la ciudad de Asunción, iniciando así días de saqueo y destrucción de las propiedades públicas y privadas de la capital paraguaya.
8 de junio. Tropas paraguayas al mando del general Bernardino Caballero, derrotaron en el paraje de Ybytymí a las tropas brasileñas, logrando rescatar alrededor de 6.000 familias paraguayas.
12 de agosto. Se libró la batalla de Piribebuy, donde 1.600 paraguayos a las órdenes del teniente coronel Pedro Pablo Caballero, se enfrentó a las fuerzas brasileñas, infinitamente superiores, en cantidad de hombres y en la calidad de armas. El comandante Caballero y otros oficiales fueron degollados por orden del conde D'Eu; además el mismo ordenó la quema del Hospital de Sangre de Piribebuy, pereciendo en ella más de 800 paraguayos.
16 de agosto. Batalla de Acosta Ñu, de Rubio Ñu o Campo Grande, donde una división paraguaya conformada en su mayoría de niños y adolescentes, a las órdenes del general Bernardino Caballero, enfrentó a las tropas brasileñas, casi cinco veces superiores, con el saldo de cerca de 1.700 niños muertos en combate.
18 de agosto. Los restos de la flota de guerra paraguaya, fueron inmolados en las aguas del río Yhaguy.
1870:
1 de marzo. Combate en Cerro Corá. Se desarrolló el último combate de la guerra contra la Triple Alianza, donde fue muerto el mariscal Francisco Solano López.
4 de marzo. Fueron degollados el coronel Juan Bautista Delvalle y sus hombres, por no develar el sitio de entierro de las cajas del Estado paraguayo que custodiaban.
8 de abril. Se entregó el general Bernardino Caballero con sus hombres a un regimiento de caballería brasileña
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EL AUTOR
César L. Cristaldo Domínguez, nació en Caapucú el 26 de octubre de 1971. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Escuela N° 356 "Héroes del Chaco" y en el "Colegio Nacional Próceres de Mayo" su pueblo natal, graduándose de Bachiller en Ciencias y Letras en el Colegio Nacional don José Berges de Asunción. Sentó plaza en la Dirección del Servicio de Intendencia de la Armada Nacional en los años 1988-1989. Formó parte de la primera guardia naval que tomó posesión del Palacio de Gobierno aquel febrero de 1989.
Es Doctor en Historia y Magister en Ciencias de la Educación con Especialización en Investigación Socioeducativa, ambos por la Facultad de Filosofía de Universidad Nacional de Asunción, donde además se graduó en las licenciaturas Ciencias de la Educación y en Historia. Obtuvo la mención de "Honor al Mérito" de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, como mejor egresado de la Licenciatura en Historia en el año 2000. Igualmente es Profesor en Lengua Guaraní por el Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay "Prof. Dr. Reinaldo Decoud Larrosa".
Cursó estudios de especialización en "Técnicas de Investigación Científica: Cómo se hace una Tesis Doctoral" y "El Mundo Cronístico Medieval para la Investigación Histórica", en el Centro de Altos Estudios de Historia de la Fundación Sánchez Albornoz en la ciudad de Ávila - España. Fue Consultor - Especialista - Área Lengua Guaraní en el Proyecto de Fortalecimiento Educativo para el Nivel de Formación Docente Inicial - Proyecto de la Escuela Viva Hekokatúva - Año: 2004.
Actualmente se dedica a la docencia, siendo Profesor Escalafonado en Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, en las cátedras de Historia de la Educación Paraguaya e Historia Paraguaya Contemporánea. Asimismo es docente de postgrado en la Universidad Nacional del Este, Universidad del Norte, y el Instituto Superior de Educación "Santo Tomás". Además es profesor del Colegio Nacional de la Capital "General Bernardino Caballero" y el Colegio Nacional EMD "Prof. Juan Ramón Dalhquist"
Escribió las siguientes obras: el tomo VI La Guerra Contra la Triple Alianza 1864-1870. PARTE I 1864-1867, de la Colección La Gran Historia del Paraguay Año: 2010, Proyectos Educativos durante los Gobiernos de los López 1844-1870, en la Revista Científica Kuaapy Ayvu del Instituto Superior de Educación. Año: 2010, el tomo III Francisco Solano López en la Colección Protagonistas de la Historia Año: 2011, Ramón Indalecio Cardozo. Una aproximación a su pensamiento. En La educación en el Paraguay Independiente. Tomo I Año: 2011.
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