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ANÍBAL MIRANDA (+)
  LA TRANSICIÓN: SUS ACTORES - LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS EN PARAGUAY - Investigación de ANÍBAL MIRANDA


LA TRANSICIÓN: SUS ACTORES - LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS EN PARAGUAY - Investigación de ANÍBAL MIRANDA

LA TRANSICIÓN: SUS ACTORES

Investigación de ANÍBAL MIRANDA

LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS EN PARAGUAY



OCHO - GOLPE Y RECAMBIO


Stroessner no esperó ser atacado y menos aun que el atacante fuese su propio consuegro. Los largos años en el poder, la falta de reflejos y el exceso de confianza lo llevaron a desatar otra purga, esta vez contra un sector del Ejército al que creía tener bien prebendado y controlado. Prebendado lo tenía, controlado no tanto como se vería poco después. Había descabezado a tantos adversarios ya. Quizás se sentía omnipotente. No creyó a ninguno de sus subordinados capaz de rebelarse, o se imaginó demasiado seguro que si así ocurriera habría de ganar la partida como tantas otras veces.

Hacía más de 40 años, desde su asunción como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas cuando la presidencia de Chaves, que ganaba cada confrontación. 


EL DÍA FINAL


Aquel jueves 2 de febrero 1989 a la mañana Stroessner decidió el pase a retiro de Andrés Rodríguez y Eduardo González Petit. Fue en la reunión semanal del Comando en Jefe con la cúpula de las Fuerzas Armadas, a la cual no asistió por segunda vez el que sería jefe de la sublevación. La acción ya se venía gestando desde antes de la Navidad en reuniones de los tradicionalistas, por un lado, de los mandos de la Caballería por el otro. Luís María Argaña por aquella corriente del Partido Colorado y Rodríguez por el Ejército habían acordado deponer a Stroessner y constituir un gobierno militar-partidario con inclusión de otros grupos de correligionarios que se hallaban fuera del poder. Habrían de ganar representatividad con ello. Se acordó además la reapertura de los medios de prensa clausurados y el desplazamiento de los elementos leales a la militancia que ocupaban cargos dentro de las Fuerzas Armadas y el Partido Colorado.

Los detalles y ejecución del golpe quedaron a cargo exclusivo de Rodríguez. Este delegó la preparación del plan en el jefe de operaciones de la 1a. División de Caballería, coronel Santiago Zaracho, con los objetivos siguientes:

- neutralizar el Regimiento Escolta Presidencial con dotación aproximada de 1.500 hombres, 12 tanques y armamentos modernos (cañones antitanque, cañones convencionales, morteros, ametralladoras pesadas y otras armas de guerra);

- aislar la Aeronáutica, Artillería y Policía;

- copar otras fuerzas leales al Gobierno.

El plan de operaciones previó uso de armamentos, desplazamiento de blindados y tropas, coordinación de ataques contra blancos seleccionados (Palacio de Gobierno, Cuartel Central de Policía, Regimiento Escolta Presidencial y Gran Cuartel General).

Entre principios de diciembre y la primera quincena de enero Stroessner ordenó una amplia reorganización cíe las Fuerzas Armadas con el pase a retiro de varios generales y unos 180 coroneles como manera de favorecer el rápido ascenso de Gustavo Stroessner. Se estaba implementando el plan de la militancia --que en el fondo era del, mismo Stroessner-- cuyo objetivo central se podría resumir como la instalación de una dinastía. Comandantes cercanos a Rodríguez fueron relevados, paso previo para disponer del mismo.

Simulando acatar lo dispuesto, las tropas de la Caballería quedaron acuarteladas. Fueron casi tres semanas de tensión y acelerados aprestos en los cuales estuvieron envueltos el comandante de la 1ª. División de Caballería general Víctor Aguilera Torres y los coroneles Lorenzo Carrillo, Rodrigo Díaz Delmás, Lino Oviedo, Pedro Concepción Ocampos y Regis Romero, comandos de regimiento y de tropa divisionaria. Se les sumó en las reuniones siguientes el coronel Roosevelt Benítez, jefe de operaciones del RC2, el comandante de la Armada vicealmirante Eduardo González Petit y el comandante de la I División de Infantería general Eumelio Bernal. En ellas se definió el ajuste y coordinación de operaciones Caballería-Armada-Infantería. Los coroneles de Aeronáutica Dionisio Cabello y Carlos Jiménez se unieron con un plan de copamiento de la Comandancia de la Fuerza Aérea, Grupo Aerotáctico y Regimiento Silvio Pettirossi. El comandante de la 4º División de Infantería con asiento en Concepción, general Humberto Garcete, también quedó comprometido.

El alzamiento se inició apenas caída la noche de aquel 2 de febrero, ante la noticia de que Stroessner se encontraba en la casa de Estela Legal, una ex amante suya. El coronel Eduardo Allende fue autorizado por Rodríguez a desplazarse hasta el sitio, cercano a la sede de la Caballería, en un transganado y otro vehículo cargados de soldados. Advertido sobre la marcha, Stroessner huyó y se produjo allí la primera refriega. Comenzó entonces la movilización mayor.

Infantes de Marina atacaron el Palacio de Gobierno, oficiales de la Aviación y el coronel Regis Romero tomaron preso al comandante de la Fuerza Aérea general Alcibíades Soto en tanto los tanques al mando del coronel Lino Oviedo se apostaban alrededor del Regimiento Escolta Presidencial, cercándolo. El cruce de fuego en esa posición, frente al Cuartel Central de Policía y en los bajos del Palacio de Gobierno se hizo intenso.

La batalla en el Escolta fue dura. Allá llegó desde su base en el Chaco, con más tanquetas y refuerzo, el coronel Pedro Concepción Ocampos. Dentro del edificio del Estado Mayor, pegado al Escolta, se encontraban Stroessner con su hijo y la plana mayor de sus generales leales, Germán Martínez, Alejandro Fretes Dávalos, César Machuca Vargas, Gerardo Johannsen, Ismael Otazú, Francisco Ruiz Díaz, Benito Guanes Serrano y varios coroneles. En el combate para tomar el cuartel y el edificio murieron dos civiles y una treintena de soldados, incluso un oficial. Aquello se convirtió en una trampa, sitiada por los sublevados y sin acceso ante el corte de ruta en los puntos estratégicos de la ciudad. Los intentos de resistencia fueron desordenados. No hubo ningún plan defensivo, no se alzaron los batallones de presuntos fanáticos stronistas preparados en las seccionales. El ataque fue eficiente, masivo y bien dirigido. Hubo desplazamiento de buques, helicópteros artillados que dispararon y aviones Xavante que no pudieron descargar sus bombas pero ocasionaron el efecto que faltaba junto con los morterazos. La operación duró unas 5 horas. Al alba del 3 de febrero Stroessner se rindió 1/.

A la tarde ya estaba instalado el nuevo Gobierno. El presidente Rodríguez eligió un equipo de colaboradores de confianza, mitad políticos civiles y mitad militares con probada experiencia de dirección. El general Humberto Garcete fue designado comandante del I Cuerpo de Ejército, el general Eumelio Bernal jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el vicealmirante Eduardo González Petit quedó como comando de la Armada, el coronel Dionisio Cabello fue designado comandante interino de la Fuerza Aérea --más adelante ascendido y confirmado. El coronel Lino Oviedo fue designado comandante de la 1ª. División de Caballería y el coronel Regis Romero jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la República. Esos fueron los jefes militares más cercanos al nuevo gobernante.

El gabinete se constituyó con Juan R. Chaves, ministro sin Cartera (y presidente de la Junta de Gobierno del Partido Colorado), Luís María Argaña en Relaciones Exteriores, Enzo Debernardi en Hacienda, Juan Manuel Cano Melgarejo en Salud Pública, Alexis Frutos Vaesken en Justicia y Trabajo, Orlando Machuca Vargas en Interior, Adolfo Samaniego en Defensa, Porfirio Pereira Ruiz Díaz en Obras Públicas y Comunicaciones, Dionisio González Torres en Educación, Antonio Zuccolillo en Industria y Comercio, Hernando Bertoni (único del gabinete anterior) en Agricultura y Ganadería. Eran 8 integrantes del Partido Colorado y 3 oficiales generales.

Otros nombramientos importantes recayeron en Crispiniano Sandoval como presidente del Banco Central, Zoilo Rodas Rodas como presidente de la ANDE, Enrique Díaz Benza como presidente del Banco Nacional de Ahorro y Préstamo para la Vivienda, Desiderio Enciso como presidente de PETROPAR y José María Fernández como presidente del IPS. Jefe de Policía fue el general Francisco Sánchez.

Argentina de inmediato reconoció al nuevo Gobierno, haciéndolo el presidente Raúl Alfonsín a través de su embajador Raúl Quijano el 4 de febrero 1989, seguido aquel mismo día por el presidente de Brasil José Sarney a través de su embajador Orlando Soares Carbonar. Una semana después el embajador Timothy Towell hizo lo propio a nombre del presidente George Bush 2/.

La flor y nata de la militancia fue detenida con el correr de los días. Varios de ellos quedaron a disposición de la justicia ordinaria: Adán Godoy Jiménez, J. Eugenio Jacquet, Mario Abdo Benítez, Manuel Modesto Esquivel, Raúl Ernesto Villalba, Justo Eris Almada, Carlos Ortiz Ramírez, Juan Eudes Pereira, Ramón Aquino, además de los ex presidentes del Banco Central e IPS César Romeo Acosta y Hugo Dejesús Araújo, respectivamente. Se les sumaron Alberto Ramírez Patiño, Vidal Benítez Alarcón, Delfín Ugarte Centurión, Ramón Centurión Núñez y Roberto Knopfelmaccher de CORPOSANA, Dirección General del Tesoro, Industria y Comercio, INC y ACEPAR. El que huyó a tiempo fue Sabino A. Montanaro, asilado en el Consulado de Honduras. Pero sus colegas Alcibíades Brítez Borges, Pastor Coronel y otros torturadores quedaron entre rejas.

Esto último fue recibido con gran beneplácito por la población, hastiada de tantos excesos de poder. La estima pública hacia Rodríguez subió de punto con el pase a retiro de los jerarcas militares que habían saqueado sin piedad las arcas públicas, comenzando con el ex dictador, su hijo y una partida de allegados grandemente enriquecidos con ellos en cientos de transacciones ilegales 3/. La prensa dio extensa cobertura a las denuncias y procesos contra Gustavo Stroessner y los miembros del cuatrinomio que de bienaventurados pasaron a réprobos y apóstatas, desenmascarando sus miserias en lo que pareció una inacabable catarsis. Ellos tenían mucha miseria encima... y muchos bienes mal habidos.

Pero esos exposés dejaron, como era previsible, tiempo y distracción para que los recién llegados se repartieran tractores, camiones, animales, acciones de empresas, mansiones, estancias, dinero y cuanto otro bien encontraron disponible. Los más agudos en ese trabajo fueron el jefe de Policía general Francisco Sánchez, el comandante del I Cuerpo de Ejército general Humberto Garcete, el comandante de la 1ª. División de Caballería general (recién ascendido) Lino Oviedo y los yernos del presidente, Gustavo Saba y Antonio Saccarello. Fue un proceso extorsivo eficaz amparado en la situación y fuera de toda legalidad, pero como se aplicaba contra ladrones caídos (los Stroessner, Brítez Borges, Araújo, Ugarte Centurión, Montanaro, Knopfelmaccher y otros) ni la opinión pública ni ellos mismos se escandalizaron. Era una cruda transferencia entre piratas. O como se denomina vulgarmente en paraguayo, requecho.

El desplazamiento de los viejos generales adictos a Stroessner --a excepción de los que se plegaron a Rodríguez-- permitió el ascenso de otras promociones. Entre los directamente partícipes en el golpe, Rodríguez, Aguilera Torres, Ocampos, Oviedo, Carrillo, Romero, Garcete, Bernal 4/. Una rotación igualmente significativa se dio en los cuadros policiales. Los pases a retiro y promociones a partir de la presidencia de Rodríguez se hicieron con mayor frecuencia que en la de su predecesor. Ello ayudó a que ambas fuerzas, la militar y policial, entraran en un proceso de profesionalización que tendría sus frutos cuando las crisis políticas de la segunda mitad de la década del '90.

De momento todo era alegría por ver que seres tan abyectos debían presentarse a declarar ante los jueces y volver humillados a sus lugares de reclusión. Algunos se escabulleron. Montanaro obtuvo salvoconducto para Tegucigalpa y allá fue asilado para convertirse eventualmente en pastor protestante. Alejandro Cáceres Almada huyó a Argentina y ya no volvió, Juan Manuel Frutos se enroló al tradicionalismo y en vez de ser procesado ganó una banca de senador. Los legisladores que tanto amenazaban con salir a defender a Stroessner a balazos, brevemente demorados como Martín Chiola, Ramón E. Reverchon, Roberto Velázquez Escobar, Miguel Fernández, Ubaldo Centurión Morínigo, Manfredo Ramírez Russo y otros fueron puestos en libertad y sin consecuencias. Lo mismo ocurrió con el grueso de los generales y burócratas desplazados, generosamente eximidos de responsabilidad. Ellos pudieron así gozar de holgadas jubilaciones. Eran tantos los averiados que meterlos a todos en la cárcel hubiese resultado un problema logístico judicial inmanejable.

Los que tomaron las riendas eran en esencia y mayoritariamente de la misma cofradía, de la misma especie depredadora. De modo que una prosecución en estricto derecho cabía, pero "no se puede perseguir a correligionarios" según declaraba el flamante fiscal general del Estado Diógenes Martínez. Para redistribución de la riqueza y afianzamiento en el poder era justificable, dentro de aquel estado de cosas, un poco de mano dura. Más allá de eso hubiera sido como desmantelar la corporación militar-partidaria trabajosamente construida por Stroessner. Y sabiamente utilizada por quienes lo sucedieron.

De lo que se produjo en aquel periodo de la transición, cambio no hubo en cuanto patrón de acumulación y estrato poblacional favorecido. Se dio sí un recambio en la dirigencia y el marco de libertades públicas se fue ampliando con los años.


LOVERA, ÑA COCA Y OTRAS RARA AVIS


En la administración de los recursos públicos hubo funcionarios civiles y militares que se distinguieron por tratar de cortar el dispendio tan habitual a ese medio. La apertura política permitió que ingresaran a funciones gubernamentales grupos anteriormente proscriptos, algunos de cuyos integrantes eran personas de excepcional integridad. En las elecciones generales de aquel año 1989 que confirmó a Rodríguez en la Presidencia de la República, se renovó a la vez el Congreso Nacional. Diputados y senadores de las facciones MOPOCO y ANRER que soportaron destierro, del PLRA y PRF que lucharon contra la dictadura, tomaron sus bancas al lado de representantes del antiguo orden. La coexistencia no estuvo exenta de roces, pero primó un notable respeto entre bancadas y agrupaciones y personas. Se pagaba tributo al inicio incierto de aquella apertura.

Waldino Ramón Lovera, senador, concitaba respeto por encima de las líneas partidarias. Su dilatada carrera política quedó consagrada en aquella Legislatura de la transición que contó con personalidades relevantes. Ahí estuvieron Mario Mallorquín, Eduardo San Martín, Carmen de Lara Castro y Evelio Fernández Arévalos. Ellos eran de aquella clase de políticos sin apego por la ostentación y así continuaron. Lovera vivía en un apartamento alquilado lo mismo que Mallorquín. Andaban a pie o tomaban el transporte público para desplazarse. El que les sobrevivió, Fernández Arévalos, se hizo de un VW escarabajo que él mismo manejaba siendo ya presidente del Senado. Una mañana le chocaron y el auto quedó destruido, ocasión que aprovecharon sus pares para obligarlo a utilizar el vehículo de la Presidencia del Senado. Ña Coca era de la misma escuela, de su casa iba y venía a pie a su lugar de trabajo. El aprecio de que gozaban esas personas, para no citar sino cuatro distinguidos legisladores, lo tenían bien ganado.

Así como ellos hubo también jueces, administradores y militares. Eran los menos y por eso mismo no pudieron torcer el rumbo del Gobierno para hacerlo servicio público. Un militar que honró el uniforme y a sí mismo fue Pedro Concepción Ocampos. Él fue uno de los principales protagonistas del golpe que tumbó a Stroessner, teniendo entonces el rango de coronel y comandante del RC2 con asiento en Cerrito, Chaco. En la etapa de la transición le fueron asignadas mayores responsabilidades y llegó a general de División por méritos profesionales. Fue nombrado comandante del Ejército en octubre 1992. Se condujo con una probidad digna de admiración, un jefe correcto en aquel relajado estamento que había travestido la noción del deber por la del enriquecimiento fácil y rápido. Su carrera se vio repentinamente terminada por las maniobras del irrefrenable Lino Oviedo, un inescrupuloso militar con ascendencia sobre políticos oportunistas. A días de su investidura presidencial, Juan Carlos Wasmosy firmó el pase a retiro del general Ocampos. Fue otra jugada astuta de Oviedo para subir el escalafón y acceder al poder supremo que le obsesionaba. Habría de llegar cerca a costa de deshacerse de sus camaradas que le hacían sombra, traficar influencias y drogas. Como colofón a sus desvaríos mandó asesinar a jóvenes manifestantes frente al Congreso Nacional. Acabó en el exilio.

Federico Zayas fue electo senador en 1989. De sólida formación, fue llamado a enderezar la Industria Nacional del Cemento en calidad de presidente. Solicitó permiso al Senado y se hizo cargo de aquel elefante blanco plagado de deudas. Su administración fue firme, en poco tiempo puso en orden la contabilidad y la gestión de la empresa. A impulso suyo graves irregularidades fueron registradas una por una, con pruebas, lo que permitió abrir proceso judicial y llevar a condena a dos culpables de los varios que hubo. (Hay más detalles sobre este caso en el capítulo dos). El abogado contratado por el Estado, Alejandro Encina Marín, recibió del procesado Delfín Ugarte Centurión USD 1 millón antes de recaer sentencia, desistió de toda acción y derecho contra aquél y con ello echó por tierra la valiosa tarea de Zayas como también la posibilidad de recuperar USD 450 millones (principal más intereses del fraude cometido en INC) 5/.

El senador Zayas, de nuevo en su banca parlamentaria, denunció el aleve atentado de estos personajes contra el erario público y exhibió copias de los cheques que le extendió el ladrón Ugarte Centurión al venal Encina Marín.

La señora de Lara Castro, Lovera, San Martín, Fernández Arévalos, Ocampos y Zayas no fueron santos. Individuos de carne y hueso, se adaptaron en cierta manera a los moldes de la política criolla. Pero se distinguieron entre tantos salteadores con cargo por esa cualidad de actuar con sentido de responsabilidad. Fernández Arévalos sigue de legislador. Zayas es ministro de Hacienda.

Eligio Ayala, el estadista, tuvo idéntica cualidad. Su trabajo y ejemplo hicieron historia, ésa que es orgullo del Paraguay.

Los que hicieron historia de otro tipo formando legión entre los pokaré terminaron peor de lo que imaginaban 6/. El balance Stroessner así lo corrobora.


ALFREDO STROESSNER MATIAUDA


Nació en Encarnación, Itapúa, en 1912, padres Hugo Stroessner, fabricante de cerveza, y Heriberta Matiauda, maestra. Ingresó al Colegio Militar en 1929, fue trasladado al Chaco y participó como artillero en la batalla de Boquerón hasta el final de la campaña bélica contra Bolivia. En 1938 ascendió a capitán, en 1940 a mayor, en 1943-44 hizo el curso de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra, en 1945 fue designado comandante del Regimiento de Artillería estacionado en Paraguarí y ascendió a teniente coronel. En la guerra civil de 1947 estuvo del lado del presidente Morínigo, cuya victoria más sus propias habilidades como conspirador le abrieron las puertas del escalafón superior. Fue nombrado comandante en jefe de las Fuerzas Armadas en 1951. El presidente Federico Chaves, quien lo promovió a aquel cargo, fue depuesto por un golpe militar el 4 de mayo 1954. El 15 de agosto de aquel año el líder del golpe, Stroessner, asumió la Presidencia de la República.

El no poseía bienes considerables cuando alcanzó el más alto rango en la estructura militar. Una residencia en Encarnación, otra en Asunción, una tercera en Paraguarí y automóvil eran todo su patrimonio. Tenía a su disposición casa, vehículo con cupo de combustible, chofer y servidumbre pagados con fondos del Estado. A partir de ahí las oportunidades y ofrecimientos para hacer negocios fueron constantes. Pero no fue sino hasta que consolidó su poder a principios de la década del '60 mediante profundas purgas del Partido Colorado y las Fuerzas Armadas que realmente comenzó a acumular fortuna. Había derrotado los movimientos insurgentes y sobrellevado las presiones de liberalización provenientes de Washington, aprovechando los créditos del exterior y las relaciones cada vez más estrechas con Brasil. Durante las siguientes tres décadas fue el único líder de Paraguay.

Acometió y dirigió una vasta tarea de construcción de obras públicas (rutas, puentes, hospitales, escuelas, agua corriente en Asunción y en las ciudades del interior, usina hidroeléctrica Acaray I y II, red de distribución de energía, centrales y líneas de teléfono, aeropuertos internacionales de Asunción, Ciudad Presidente Stroessner y Pedro Juan Caballero, fábricas de cemento, acero y alcohol absoluto, terminales portuarias y terrestres de carga y pasajeros, edificios para oficinas públicas) a más de modernizar el sistema de comunicaciones y transportes con una flota mercante renovada, línea aérea de cabotaje y otra internacional, puentes sobre el Río Paraguay en Mariano Roque Alonso y Concepción, central de transmisión y recepción de señales vía satélite. Nada fue más importante que el aprovechamiento del Río Paraná en forma compartida con Brasil y Argentina, Itaipú y Yacyretá, obras de ingeniería a la vez que pilares para la integración física del Cono Sur.

En cada uno de esos emprendimientos Stroessner tuvo sus utilidades particulares y los subordinados y allegados tuvieron las suyas, fuera de los salarios y viáticos que percibían. Su mano derecha para los negocios fue José María Argaña, edecán presidencial famoso por sus dos aviones ZP-TCA que pilotaba personalmente, los jolgorios con abundancia de bebidas y mujeres hasta el amanecer y su trágica muerte en un accidente de aviación en el Chaco. El que lo suplió en las funciones de administrador fue el coronel Pablo Rojas, jefe de la Intendencia del Ejército, promotor de medios de comunicación radial y escrita, dirigente de fútbol.

Argaña y Rojas separaban para "gastos de seguridad" del presidente provisiones y vituallas asignadas a las distintas unidades militares. Los porcentajes en dinero de las obras públicas eran autorizados por el general César Barrientos, ministro de Hacienda, veterano del Chaco y de la distribución de cupos para los altos mandos de las 3 armas. Hacía lo propio el presidente del Banco Central, César Romeo Acosta, para proveer los "gastos reservados" del comandante en jefe. Era la manera de operar de la maquinaria gubernamental. Stroessner recibía lo suyo. Cada comando tenía asimismo a su disposición el cupo de ganado canalizado por COPACAR a los cuarteles, los permisos de importación, más adelante los permisos para introducir mercaderías `en tránsito' y para obtener divisas preferenciales del Banco Central.

Fue así que a las anteriores riquezas de grandes hacendados y comerciantes, la mayoría extranjeros, se superpuso paulatinamente las de una élite local compuesta por generales, directores del Partido Colorado y empresarios favorecidos con contratos de obras y servicios para el Estado. La fortuna acumulada por la familia Stroessner (Alfredo, Gustavo, Graciela con Manuel González Llamas, Alfredo hijo con Martha Rodríguez) se contaba entre las mayores en esta parte de América Latina al promediar los '80, con intereses en industria de la carne, algodón y soja, empresas de construcción, banca y finanzas, seguro, comercio, transporte terrestre, bienes raíces, casas de juego, hoteles, medios de comunicación y supermercados, además de inmuebles, fábricas y cuentas bancarias en el exterior que llegaron a exceder los USD 4.000 millones. La mitad de esa cantidad estaba en poder del viejo dictador, sus prestanombres y socios administradores (Gustavo Gramont Berres, Hirán Delgado von Leppel, Miguel Ángel Villalba de los Ríos, Oscar Barchini, Julio Domínguez, entre otros). El Hotel-Casino Internacional de Foz de Yguazú, categoría 5 estrellas y 12 pisos, era uno de esos fastuosos bienes de Stroessner en sociedad con Oscar Barchini. Fue inaugurado en febrero 1984.

Otro hotel de la misma categoría sobre la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires, el Presidente, también le pertenecía en sociedad con el mismo Barchini. ALEFA era una compañía de construcciones de Stroessner que levantó torres de apartamento y monoblocs por Caballito, Liniers, Flores y Morón en aquella urbe. La empresa NAVIPAR fue creciendo desde su entrada en operaciones en la década del '70 con buques de bandera argentina y panameña utilizados para transportar petróleo y cargas generales entre los países que luego conformarían el MERCOSUR. Stroessner se adelantó comercialmente a la idea de la integración y la realizó por su cuenta, privadamente. Su otra inversión foránea importante era en las minas de oro y diamante de Sudáfrica, cuyo asociado Pieter W. Botha llegó a la Presidencia como líder del Partido Nacional. Por otro lado, era propietario de Panamerican Cement Factory con su pariente José Félix Matiauda, firma que tuvo exenciones para radicación de cuantiosos recursos pero que no produjo una sola tonelada de cemento. Era la pantalla para otros negocios internacionales. En Asunción había una Panamerican Financiera ligada a dicho esquema de movimiento de dinero, probablemente para financiar el tráfico de armas y recibir los correspondientes pagos. La transportadora Chevallier que movía carga y pasajeros entre Asunción, Buenos Aires, Montevideo, Paranaguá, Porto Alegre y puntos intermedios era también de Stroessner, en asociación con indeterminados inversionistas argentinos. La conexión argentina lo manejó más adelante su hijo Gustavo.

Algunas de sus cuentas bancarias eran secretas --como lo permiten las legislaciones de Suiza, Luxemburgo y otros paraísos fiscales-- bajo las cuales operaba con el Bank of Credit and Commerce International (BCCI) cuyo accionista mayoritario era el saudí Gaith Pharaon y en el cual Stroessner mandó depositar además parte de las reservas monetarias internacionales. Tenía depósitos importantes en la Sociedad de Bancos Suizos y Unión de Bancos Suizos como así también en el Credit Lyonnais 7/.

En su momento fue accionista principal de la Compañía de Desarrollo del Paraguay (COMDESA) con sede en Asunción, de la multinacional ADELA con casa matriz en Luxemburgo y del Banco de Asunción. Estas tres sociedades trabajaban distribuyéndose entre ellas y sus empresas satélites los flujos de dinero. La más rentable de tales empresas fue REPSA (con sus firmas vinculadas REFCO y NAVIPAR, más otra en Alemania, ICG). ADELA-COMDESA-REPSA y su brazo financiero, Banco de Asunción, fue por cerca de casi dos décadas uno de los más fuertes conglomerados en Paraguay. La Compañía Algodonera Paraguaya SA (CAPSA) era parte de dicho grupo. REPSA monopolizó el rubro importación y refinación de crudo, CAPSA fue la principal procesadora y exportadora de granos, oleaginosas y fibra de algodón. En cuanto a COMDESA, de ella dependían accionariamente la maderera INFOPA y el frigorífico INPACAR cuyas posesiones agregadas iban de tierra con bosques de tayi e ybyrapytá a estancias con numerosa hacienda y planta procesadora de carne. Una de las mayores de esas haciendas estaba en las cercanías de San Miguel, Misiones. En su calidad de accionista de La Industrial Paraguaya SA Stroessner se convirtió en el segundo mayor latifundista del país (el primero era aún Carlos Casado Ltda.). Ver tabla 13 y notas correspondientes para detalles de esta singular y casi desconocida relación rural.

Al bajar las utilidades del Banco de Asunción --tuvo flujo de caja negativo a mitad de la década del '70-- fue traspasado a un grupo español cuyo principal fue José María Molero. Pero Stroessner se hizo de otro banco, BANCOPAR, el cual en poco tiempo creció grandemente con sus financieras y empresas asociadas, FINANCOPAR, Financiera Estrella, la sociedad de ahorro y préstamo para la construcción de viviendas Hogar Propio SA, varias estancias y un canal de traslado de divisas instalado como off shore en Gran Caimán, el United International Bank (UIB). BANCOPAR tenía participación del grupo español Garriga-Nogués, propietario del Banco Español de Crédito.

En los estudios sobre finanzas e inversiones ADELA, REPSA e incluso Banco de Asunción y BANCOPAR figuran como multinacionales extranjeras. Esto es en parte verdad. Pero así como Bernardino Caballero y otros altos cargos paraguayos fueron en el pasado accionistas de La Industrial Paraguaya SA, también Stroessner formó sociedad con capitalistas extranjeros en empresas multinacionales --varias de ellas con casa matriz en Luxemburgo, otras en Panamá, algunas en Montevideo o Buenos Aires. Al frente puso personas de su confianza también accionistas como Raúl Sapena Pastor en el Banco de Asunción, Manuel González Llamas y Graciela Stroessner en BANCOPAR. Paralelamente y en sociedad con capitalistas españoles extendió sus intereses a Entrecanales y Tavora-Paraguay, la cual quedó con los privilegios especiales intermediados por Gustavo Stroessner. Tanto en BANCOPAR como en las otras sociedades de este grupo el nombre de Alfredo Stroessner nunca apareció como accionista. El que actuaba era Gustavo Stroessner, quien desde principios de la década del '70 secundó a su padre como contralor y recaudador de beneficios.

De la misma manera Stroessner fue propietario del diario El País y Canal 9 TV Cerro Corá (con directores que respondían a la supervisión de Gustavo Stroessner-Mario Abdo Benítez), del Hotel Casino Itá Enramada y del Hotel Presidente en Lambaré y Asunción. Tuvo participación en las ganancias de CONEMPA (para construcción de obras civiles en Itaipú), ERIDAY-UTE (para construcción de obras civiles en Yacyretá), mecanismo acerca del cual se profundizará al referir las riquezas de Juan Carlos Wasmosy. Tuvo participación igualmente en las utilidades de Hotelera Paraguaya, Hoteles y Casinos, Benito Roggio e Hijos filial Paraguay (que construyó aeropuertos y tuvo contratos para pavimentación de rutas), Entrecanales y Tavora-Paraguay (también favorecida con contratos para construcción de puentes y obras viales), Tiendas La Riojana y otras registradas como sociedades anónimas. Algunas de ellas funcionaban tras sociedades de responsabilidad limitada que les servían de pantalla.

Tales empresas fueron transferidas en algunos casos como resultado de los vaivenes del mercado, en otros por el traslado de inversiones a actividades con mayor rentabilidad o por fusión bajo nueva razón social. Así, CAPSA fue vendida a Continental Grain Co., multinacional con base accionaria norteamericana, y REPSA se asoció al Estado para constituir PETROPAR. En modalidad paraguaya sui géneris parte de las propiedades que pertenecían a Stroessner, y también las de su hijo Gustavo fueron transferidas después del golpe de 1989 a quienes coparon el poder. Andrés Rodríguez, sus yernos y unos pocos generales como Humberto Garcete y Lino Oviedo confiscaron de hecho esos bienes. Ello explica el brusco descenso de los activos de Stroessner en los años siguientes.

La tendencia descendente de aquella gran fortuna se debió además a que todos los negocios alrededor del Estado en los que se sustentaba fueron cortados. El ex dictador fue perdiendo lucidez en la medida de su envejecimiento, el hijo mayor nunca fue empresario sino más bien un recolector al amparo del omnímodo poder paterno, de modo que por ahí tampoco hubo reproducción de capital. Ellos contribuyeron a financiar campañas proselitistas del sector Colorado liderado por Luís María Argaña después que éste rompiera con Rodríguez, inversiones que no les reportaron ningún beneficio tangible. Más bien sumaron las pérdidas, revertidas como `haber' para otros personajes dentro de la corporación militar-partidaria (Blas N. Riquelme, Juan Carlos Wasmosy, Conrado Pappalardo, Lino Oviedo) y en el entorno inmediato del presidente Rodríguez (Gustavo Saba,- Antonio Saccarello, Antonio Zuccolillo). La clientela montada alrededor de ellos y entre ellos con la política se repartió los negocios lícitos e ilícitos durante la transición.

Stroessner era muy ordenado y atento a los detalles tanto en su vida pública como privada. Condujo discretamente sus negocios mientras estuvo en el poder. Se notaba por sus gastos y por el despilfarro de sus hijos que le sobraba dinero. Su hijo menor, Alfredo, quien se volvió adicto a las drogas y nunca pudo trabajar, gustaba de las juergas y llegó a tirar unos cuantos millones de dólares entre amigos en Punta del Este y Miami. Se mandó construir una réplica de la Casa Blanca en un amplio terreno de Asunción que llegó a adornar revistas del extranjero, entre ellas un artículo dedicado a Paraguay en National Geographic 8/. La construcción fue suspendida a medio terminar por orden del padre.

En muchos de aquellos gastos se confundía lo que era de Stroessner y lo que pertenecía al Estado, traspasando la línea que separa lo privado de lo público. Así por ejemplo adquirió un bimotor turbo-hélice Otter De Havilland que matriculó ZP-GAS (por General Alfredo Stroessner). Era el avión presidencial comprado con fondos públicos. Él lo utilizaba para sus viajes al Chaco, sus paseos por Ayolas donde iba de pesca o su casa de Guaratuba, Brasil. Llevaba con él a menudo, durante los años que duró la relación, a Estela (Ñata) Legal con quien tuvo dos nenas.

Ñata Legal no necesitó conseguir empleo para tener sus comodidades. Vivía con todas las expensas cubiertas en una mansión propia ubicada sobre la avenida Aviadores del Chaco de Asunción, camino al aeropuerto, tenía además una bonita casa quinta en San Bernardino a más de otros bienes que fue recibiendo con el tiempo como un edificio de varios pisos con salones comerciales en el centro de Ciudad Presidente Stroessner (Galería Futuro), otro edificio en el microcentro de Asunción donde instaló una empresa de equipamiento médico, vehículos de lujo, etc. A Humberto Domínguez Dibb, esposo de Graciela Stroessner, tampoco le faltó medios para salir adelante. El suegro le concedió el monopolio de la fabricación de clavos, alambres, chapas y otros accesorios en ICIERSA, le hizo socio de un frigorífico (INPACAR) que no fue muy bien y tuvo que vender. Como consuelo, le permitió importar maquinarias y papel liberados de impuesto para establecerse como director del diario Hoy. Stroessner entabló otras relaciones de interés con su consuegro Julio Domínguez para la construcción y explotación del Hotel Casino Itá Enramada (levantado con un generoso crédito estatal proveído por IPS), para apuestas deportivas y otros entretenimientos por el estilo (Polla Paraguaya de Fútbol, Lotería Paraguaya SA). Después que el matrimonio HDD-Graciela se rompiera, también terminaron varios negocios compartidos. Graciela volvió a tomar marido. El nuevo yerno Manuel González Llamas fue agraciado con la sociedad en BANCOPAR y con acciones de la firma Entrecanales y Tavora-Paraguay.

El mecanismo utilizado por Stroessner y el selecto grupo de militares más cercanos a él --Patricio Colman, Marcial Samaniego, César Barrientos, Germán Martínez, Pedro Miers, Raúl Calvet, Francisco Feliciano Duarte, Alejandro Fretes Dávalos, Miguel Cirilo Guanes, era simple y efectivo. Consistía en apartar de cada rubro bajo su jurisdicción un cierto monto para los gastos extras. Ese monto era variable y bien podía destinarse a la compra de remedios para una clínica de barrio, pupitres para escuela, provistas para la concentración partidaria o casa para la amante.

Los regalos con fondos del Estado para las seccionales del Partido Colorado --distribuidas por toda la geografía nacional como apéndices de movilización, control de la población y distribución de prebendas menores como medicamentos y ataúdes-- eran aceptados como expresión de la sensibilidad social del Gobierno.

Puestos públicos se repartían de igual modo, más como premio a la lealtad partidaria o al parentesco con algún jefe que como requerimiento organizativo del Estado. Aquellos que imitaron tal estilo, ministros y presidentes de entes como Ezequiel González Alsina, Sabino A. Montanaro, José Antonio Moreno González, Adán Godoy Jiménez, J. Eugenio Jacquet, Argabán A. Amarilla, Blas Chamorro, Juan Manuel Frutos y Emilio Napout parcelaban los ingresos para sueldos, viáticos, ayuda a correligionarios, proselitismo, obras de caridad y gastos personales 9/. Las inversiones programadas, en consecuencia, sufrían retrasos y sucesivos reajustes.

Un caso paradigmático fue el aeropuerto internacional Presidente Stroessner. Su nueva terminal con torre de control y equipamiento, pista de aterrizaje y reparación de la pista de carreteo, iluminación, drenaje, señalización, depósitos, oficinas, estacionamiento y jardines presupuestado en USD 17 millones acabó costando USD 55 millones. Tuvo un atraso de 4 años para su terminación. Se inauguró el 20 de marzo 1980 con graves fallas estructurales del edificio principal. Una sección se derrumbó 10/. La empresa contratista fue Benito Roggio e Hijos, argentina, los fiscalizadores fueron el Ministerio de Obras Públicas con sus técnicos por entonces bajo responsabilidad del ministro general Juan A. Cáceres.

Gustavo Stroessner --con aval de su padre-- había patrocinado la adjudicación a Benito Roggio e Hijos en cuya filial local él tenía participación. Era una suerte de transnacional argentino-paraguaya informalmente constituida y conectada a ALFA-BETA Construcciones, propiedad de Stroessner con José Alberto Planás y prestanombres. Esas empresas ganaron jugosas licitaciones de obras públicas, todas ellas sobre facturadas en un promedio de 300 por ciento como el aeropuerto Presidente Stroessner. Algunas como la terminal de ómnibus de ciudad Presidente Stroessner y la terminal de Asunción cayeron en concesión para ser explotadas por la misma ALFA-BETA Construcciones. El aeropuerto tuvo retracción de hormigón en el techo del edificio y con cada lluvia fuerte el subsuelo se inundaba. La plataforma de parqueo de aviones exhibía cantidad de grietas. El equipo de radar no quedó instalado según las especificaciones. Los costos adicionales se cargaron al Estado, ya en la transición. El ministro de Obras Públicas general Porfirio Pereira Ruiz Díaz era el mismo que anteriormente se había desempeñado bajo Stroessner como intendente municipal de Asunción.

Ese aeropuerto que sirvió para acrecentar fortunas funciona actualmente sin radar por falta de fondos del Estado. El ministro de Obras Públicas es el mismo José Alberto Planás que 20 años atrás hacía en ALFA-BETA Construcciones sus buenos negocios con los Stroessner.

Al final de su longevo mandato el dictador era propietario de una lujosa y bien provista estancia compartida con Ñata Legal de 4.100 has. en el distrito de Teniente Galeano, unos 130 kilómetros de Asunción por la ruta Transchaco, con casa principal, galpones, pista de aterrizaje y hacienda variada. Era la estancia Ñ. Tenía también una mansión sobre terreno de una manzana cuadrada de la zona alta de Encarnación financiada por la Entidad Binacional Yacyretá como compensación a la que se había inundado en la parte, baja de la ciudad, una casa amplia sobre la avenida Carlos Antonio López cerca del Palacio de Justicia, barrio Sajonia, una mansión a medio terminar sobre la avenida Mariscal López casi pegada a la Embajada Americana, apartamentos amplios en pleno centro de Buenos Aires, un edificio de apartamentos en Miami Beach, una casa con vista al mar en Guaratuba, lujosa mansión con terreno de varias hectáreas en una lomada de Zurich, un terreno de 8 has. sobre el Río Acaray kilómetro 4 y otro sobre el lago de la República, ambos en Ciudad Presidente Stroessner, terreno de unas 2 ha. sobre Mme. Lynch y Mariscal López en Asunción, la mitad del edificio PROGRESO en Ciudad Presidente Stroessner, un lote de varias hectáreas en Hernandarias, una casa de campo en Ayolas, una parte del edificio BETON I en Asunción, las acciones en BANCOPAR con sus empresas asociadas y financieras. MUNDO SA de Seguros y Alianza SA de Seguros las compartía con Gustavo y Graciela. Tenía participación en las ganancias de CONEMPA, ERIDAY-UTE, Benito Roggio e Hijos filial Paraguay, cuentas bancarias en Citibank Asunción y Nueva York, BCCI, Banco Unión, Banco do Brasil, Unión de Bancos Suizos Ginebra y Sociedad de Bancos Suizos Zurich, dos aviones turbo-hélice, un yate mediano, una flota de vehículos automotores, billetes en fajos que eran de sueldos guardados en el placard de su dormitorio en Mburuvicha Róga, valores en bonos, monedas de oro, condecoraciones de otros gobiernos con incrustaciones de piedras preciosas, barras de oro y sacos de diamante guardados en cajas de UBS Suiza. Tenía a su disposición y utilizaba como si fueran suyos los bienes del Estado. Nunca mandó hacer inventario de su patrimonio. La mayor parte del mismo durante y después de su mandato estuvo en el exterior.

Anciano ya, Stroessner soporta una serie de causas por homicidio, tortura y otros delitos aberrantes, fraude y enriquecimiento ilícito. En Madrid el juez Baltazar Garzón ha reunido cientos de folios de la Operación CONDOR en el cual el ex dictador paraguayo tuvo participación junto con Augusto Pinochet, Jorge Rafael Videla, Eduardo Viola et al. Sustrajo cuantiosos bienes del Estado, mandó apresar y asesinar sin piedad, forzó al exilio a miles de ciudadanos pero como en esas tragicomedias mal llevadas nunca pisó la cárcel y no devolvió un solo guaraní a sus víctimas.


GUSTAVO STROESSNER MORA


Primogénito    del dictador, egresado del Colegio San José de Asunción y del Colegio Militar, piloto aviador de la Fuerza Aérea, llegó al grado de coronel. Se dedicó preferentemente a la administración de negocios y dinero obtenido ilícitamente. Junto con su padre fue accionista de firmas privadas y agarró "'porcentajes del erario público, manejó diversos rubros desde las finanzas al contrabando a gran escala.

A principios de marzo 1982 adquirió en co-propiedad una pescadería en Mar del Plata, Estrella de Mar SA, de la cual el principal asociado fue el dirigente peronista, Jorge Antonio. Este amigo de Juan D. Perón y Carlos Menem estaba conectado con el chileno Jorge Alcaino Báez quien trabajaba para el cartel de Medellín. Estrella de Mar SA pertenecía al grupo VENTURA-Puerto Madryn, a su vez propietaria de varias pescaderías, hoteles, casinos y Mar del Plata Cambio, contando esta última entre sus directores a José Greco, cercano amigo y asociado del primogénito. El grupo VENTURA se dedicaba a traficar cocaína en latas de camarones y langostinos que llegaban a la costa este de Estados Unidos 11/. La cocaína procedía de Santa Cruz de la Sierra desde donde el cartel de Medellín alimentaba la ruta argentina. El grupo llegó a operar con el BCCI de Gaith Pharaon, uno de los bancos de alcance multinacional dedicado a lavar dinero y financiar compra-venta de armamentos, una de cuyas filiales se estableció en Buenos Aires y otra en Asunción.

Los viajes de Gustavo Stroessner a Buenos Aires fueron constantes durante la década del '80. Tenía en aquella ciudad lujosos departamentos, uno en Juncal c/ Callao y otro en Sargento Cabral c/ Plaza San Martín, de los cuales figuraba como prestanombre Juan Martín Villalba de los Ríos. Con esta persona Gustavo Stroessner era además propietario de las firmas Martinica y Propex, ambas con el mismo domicilio en Estrella 917 de Asunción y dedicadas a la importación-exportación, compra-venta de inmuebles y otras actividades comerciales. A raíz de su conexión con el narcotráfico desarrollado a través de la ruta argentina y en los vuelos regulares de LAP a Miami, Madrid, Bruselas y Frankfurt, el fue investigado por la DEA.

Uno de sus cargamentos cayó en Miami el 12 de mayo 1988 (encargado a su asociado Roberto Paredes), otro anterior en Bruselas el 14 de agosto 1987 (encargado a Erich Bunte, socio del pariente del dictador Hirán Delgado von Leppel, presidente de la Corte Suprema de Justicia durante la última fase del stronato). En el narcotráfico Gustavo Stroessner contaba con la colaboración de Sabino A. Montanaro, ministro del Interior con quien compartía cuota de las utilidades y quien lo apoyó como sucesor del viejo dictador. Con Mario Abdo Benítez estuvo asociado en varios emprendimientos y actividades --vaciamiento del Banco Central y del BNT, extracción de fondos de Itaipú y Yacyretá a través de seguros contratados con MUNDO y Alianza SA de Seguros, control de Canal 9 y tráfico de influencias contra entrega de dinero. Montanaro, Abdo Benítez, Godoy Jiménez y Jacquet formaron el núcleo de la militancia que apoyó la sucesión Stroessner-Stroessner.

Esto no pudo ser ante la reacción del otro hombre fuerte, Andrés Rodríguez. La conexión Gustavo Stroessner-Delgado-Montanaro-Bunte salió a luz a raíz de la detención y condena del último en Bélgica. Bunte y Montanaro vendían además pasaportes a USD 5.000 y USD 10.000 cada uno a libaneses, chinos e iraníes con problemas penales.

Ya a mediados de 1986 Gustavo Stroessner fue el blanco de una operación encubierta de la DEA que tuvo como propósito tomarlo preso en Clorinda, Argentina, y extraditarlo a Estados Unidos para ser procesado por tráfico de narcóticos 12/. La operación abortó ante las reservas levantadas por el embajador Taylor en Asunción debido a las dificultades que acarrearía a la representación diplomática las represalias de Stroessner. Paraguay era utilizado por los carteles de Medellín y Santa Cruz como territorio en tránsito para enviar cocaína a Estados Unidos. Gustavo Stroessner manejaba parte de ese tráfico. Rodríguez controlaba otra conexión, la competencia. Los desencuentros al interior del Partido Colorado se relacionaron a esas esferas de poder crecientemente antagónicas en la cúpula.

Como antecedente de aquella abortada operación encubierta se tuvo el caso de una avioneta caída en enero 1985 en Cadete Pando, departamento de Boquerón, donde se había construido una pista de aterrizaje que servía para el transporte de drogas de Bolivia a Brasil y Argentina. Allá se había instalado un improvisado laboratorio para producir clorhidrato de cocaína. Había decenas de pistas semi-perdidas en el Chaco, algunas en plena jurisdicción militar como la de Parque Cué, utilizadas para el narcotráfico.

En el expediente abierto ante el Juzgado de la Instancia en lo Criminal del Tercer Turno de Asunción caratulado "Gustavo Stroessner Mora s/ delitos contra la administración pública, corrupción y venalidad", se lee lo siguiente:

- "Se comprobó que exigía y obtenía cuantiosos beneficios económicos ilegales, en dinero en efectivo, de las empresas dedicadas a la explotación de los juegos denominados `bingos' como ser Candilejas sito en Bruselas c/ San Martín, Quinta Avenida sito en Avenida Quinta y Tacuarí, y Paraná ubicada en Ciudad Presidente Stroessner. Igualmente de la empresa Royal Park ubicada frente al Club Guaraní. Por orden del coronel Stroessner Mora, las empresas Candilejas, Quinta Avenida y Paraná entregaban mensualmente al coronel Estanislao Lesme en un principio la cantidad de un millón de guaraníes y últimamente la suma de cinco millones de guaraníes"

- "Siempre bajo influencias que ejercía, el sujeto Stroessner Mora ha obtenido ilícitamente la adjudicación de varias licitaciones públicas a favor de la empresa ALFA-BETA Construcciones SA con domicilio comercial en 25 de Mayo 1164 y con sucursal en Ciudad Presidente Stroessner, para construcción de obras públicas varias"

- "Gustavo Stroessner Mora es también principal accionista junto con el Sr. Hirán Delgado von Leppel de la firma Mundo SA de Seguros, con domicilio comercial en Estrella N° 917 de esta capital, empresa ésta que le reporta un enriquecimiento ilícito de 830.000.000 de guaraníes que recibe anualmente por póliza de seguros, obtiene utilidad neta de 43.000.000 de guaraníes debido a que Mundo SA de Seguros y Alianza SA de Seguros han sido beneficiadas con todas las pólizas que corresponden a las empresas binacionales Itaipú y Yacyretá. De los seguros a favor de Itaipú Binacional solamente obtuvo beneficio personal de USD 21.000.000"

- "Gracias también a su influencia, el coronel Stroessner Mora obtuvo la adjudicación a favor de terceros de la empresa Hotelera Paraguaya SRL, concesionaria del Hotel Guaraní, a cambio de una recompensa en efectivo, haciendo igualmente favorecer con la adjudicación a la empresa Cono Sur SRL, concesionaria del Hotel Presidente, exigiendo un porcentaje elevado del beneficio obtenido por dicha empresa conforme al resultado contable de cada ejercicio" 13/.

Independientemente de los errores de la denuncia arrimada por la Policía de la Capital, cuyos extractos se citan arriba, el acusado manejaba varios negocios al mismo tiempo. Todos los testigos desmintieron que hubieran sido objeto de extorsión. Ni falta hacía. Aquellos eran negocios de la familia y lo que hacía Gustavo era recaudar. Él personalmente era propietario de las firmas Gran Park (casinos), VIPAR SRL (juegos de azar, bingos), Mundo y Alianza SA de Seguros entre cuyos activos se contaban los edificios Helipuerto y la sede central de ambas empresas más el edificio Progreso de Ciudad Presidente Stroessner. ALFA-BETA y Cono Sur SRL eran también de los Stroessner, bajo prestanombres y con asociados, dedicadas a construcción de obras públicas y explotación de hoteles, respectivamente.

El hambre y sed de riqueza de ellos llegó a tal extremo que el dictador firmó dos decretos por los cuales resolvió expropiar un total de 1.850 has. de terreno alrededor del aeropuerto Presidente Stroessner, "por ser de utilidad pública", supuestamente para ampliar dicha estación aeroportuaria. El motivo real era un complejo urbanístico-comercial de alto valor que Gustavo Stroessner y la firma Benito Roggio e Hijos tenían planeado construir previa "compra" al Estado de gran parte del área expropiada. Solamente que se olvidaron de indemnizar a los propietarios de las 8.000 viviendas asentadas en el terreno expropiado 14/.

Stroessner Mora poseía una estancia de 9.700 has. en Fortín Caballero, Chaco, una cantera de piedra de 1.000 has. en Ayolas que proveía a Yacyretá y que compartía con sus hermanos Alfredo y Graciela, otra estancia sobre la ruta VI entre Ciudad Presidente Stroessner y Encarnación. Era propietario de una parte del edificio BETON I, del edificio BETON II y parte del edificio Río de Janeiro en Asunción, de 3 apartamentos en Buenos Aires, 3 apartamentos en Punta del Este, 2 apartamentos en Miami, una mansión en San Bernardino, 4 mansiones en Asunción y unos cuantos terrenos esparcidos por la misma ciudad, cuentas bancarias numeradas en Unión de Bancos Suizos y Sociedad de Bancos Suizos con más de USD 300 millones independientes de las cuentas del padre y que a raíz del proceso judicial distribuyó rápidamente en otros bancos 15/.

Su ex esposa María Eugenia (Pachi) Heike1 admite que la fortuna del coronel es inmensa. Fue inmensa cuando estuvo en el poder --sus activos a 1989 eran aproximadamente USD 850 millones y los ingresos acumulados en su proficua carrera comercial incluyendo réditos del narcotráfico rondaban los USD 1.550 millones.

Al igual que el ex dictador, su hijo tampoco supo reproducir aquel capital y en los más de 10 años de exilio ha perdido de diversas maneras más de la mitad de cuanto poseía al momento del golpe. Las propiedades a su nombre han quedado embargadas así como sus depósitos bancarios en Paraguay. Su prestanombre cedió al Estado uno de los departamentos en Buenos Aires. Terminó en poder de terceros como lo fueron las acciones de BANCOPAR, FINANCOPAR, Canal 9 y otros bienes que legítimamente pertenecen al Estado, privatizados a lo paraguayo.

Principales grupos económico-financieros entonces eran:

GRUPO STROESSNER: Cabeza de familia Alfredo Stroessner de ascendencia alemana por el lado paterno, sus hijos Gustavo, Graciela y Alfredo (h), yerno Manuel González Llamas (español). Subalternos/asociados Mario Abdo Benítez, Hirán Delgado von Leppel, Jacques Soustelle (francés), Estanislao Lesme, Gustavo Gramont Berres (uruguayo), Jorge Antonio (argentino), Martín y Miguel Ángel Villalba de los Ríos, Roberto y Adolfo Paredes González, Lázaro Morga (español). Desde la Presidencia de la República, jefatura de la Fuerzas Armadas y del Partido Colorado oficialista controlaba un conglomerado comercial-bancario y de servicios con sociedades anónimas y de responsabilidad limitada y multinacionales radicadas en Francia, Paraguay, Suiza, Uruguay, Argentina e Islas Caimán. Lavado de dinero, tráfico de drogas, armas, triangulación de soja, azúcar, café, apropiación de porcentajes del erario público vía Ministerio de Hacienda, IPS, BCP, BNF, etc. Ingresos adicionales por peaje, combustibles, casas de juego y hoteles.

GRUPO RODRÍGUEZ. Cabeza de familia Andrés Rodríguez con sus yernos Gustavo Saba y Antonio Saccarello. Asociados Blas N. Riquelme, Adolfo Samaniego, Roberto y Alberto Antebi, Carlos Barreto Sarubbi, Jorge Peirano (uruguayo), Enrique Díaz Benza, Conrado Pappalardo. Subalternos en los negocios Juan Domingo Viveros Cartes, Eligio Viveros Cartes, Lino Oviedo, Cecilio Fleitas, Enio Varela. Desde la jefatura del I Cuerpo de Ejército con la Caballería bajo su jurisdicción controlaba medio centenar de empresas entre financieras, industriales y comerciales. Activo en contrabando de mercancías, tráfico de drogas, lavado de dinero. Industrial y hacendado con vasta extensión de propiedad rural. Inversiones mayores radicadas en Paraguay.

GRUPO BO. Cabeza de familia Nicolás Bo Parodi con su hijo Eduardo Nicolás Bo y yerno Néstor López Moreira como principales. Empresas de importación de camiones, automóviles y maquinarias viales y agrícolas, acopio de tabaco, granos y fabricación de cigarrillos. Progresivamente extendido a inmobiliaria, financiera, seguro general, cadena de medios de comunicación con estación de TV, periódico y radio, hotelería, grandes tiendas. Favorecido por liberación de impuestos, Bo Parodi levantó un emporio industrial-comercial. De la comunidad italiana (descendiente), identificado con proyecto político de Stroessner. Inversiones mayores en Paraguay.

GRUPO SCAVONE. Tito, Ubaldo, Pascual y otros descendientes de un tronco familiar de origen italiano dividido en dos ramas, heredaron importante fortuna en industria de medicamentos, farmacias, representación de productos y drogas medicinales. Al igual que los Bo y Zuccolillo, la mayor cuantía de sus activos se generó y reprodujo en la actividad privada. Sin identificación particular con ningún proyecto político, fundamentalmente hombres de empresa. Exenciones impositivas por radicación y reinversión de capitales. Fabricación y comercialización de fármacos y cosméticos, extensión a bancos y financieras, sociedad de ahorro y préstamo para la vivienda, inmobiliarias, bienes raíces. Tito y Ubaldo Scavone (Laboratorio Catedral/Banco Unión), Pascual y Vicente Scavone (LASCA/ Banco Continental), el primero se sobre extendió y su canal financiero-comercial colapsó en la transición. Inversiones mayores radicadas en Paraguay, algunas en Estados Unidos.

GRUPO ZUCCOLILLO. Antonio, Pedro y Aldo Zuccolillo cabezas de familia, negocios compartidos algunos y propios el resto. De la comunidad italiana (descendientes), una proporción de sus bienes fue heredada con extensos inmuebles y empresas constituidas. Representantes de firmas norteamericanas, argentinas y europeas, principal actividad el comercio, extensión a finanzas y medio de comunicación. Intereses en grandes tiendas, inmobiliarias, constructoras y financieras. Favorecidos por liberación de impuestos a las importaciones y exenciones por inversión de capitales. Identificados con la línea de Stroessner y más tarde opuestos a ella, este grupo trabó conexión con Rodríguez y en cierto trecho y actividades sus intereses corrieron juntos. Mayor capital en Paraguay, algunos en Argentina y Brasil.

Empresas de JUAN CARLOS WASMOSY, BLAS N. RIQUELME, ALCIBÍADES BRÍTEZ BORGES E HIJOS, SABINO A. MONTANARO Y FAMILIARES, DELFÍN UGARTE CENTURIÓN E HIJOS, ROBERTO KNOPFELMACCHER y familiares dependían o se hallaban ligadas a los grupos Stroessner y Rodríguez. El listado con las cifras estimadas por activos aparece en la tabla adjunta. Los detalles de empresas e ingresos acumulados se ofrece en los capítulos siguientes.


NOTAS

1/ Ultima Hora, edición especial, 3 de febrero 1989, Noticias, suplemento especial, 3 de febrero 1990

2/ Noticias, 5 de febrero 1989 y 10 de febrero 1989

3/ Los generales de división pasados a retiros fueron Alcibíades Brítez Borges, Alejandro Fretes Dávalos, Germán Martínez; Gerardo Johannsen, Gustavo Prieto Busto, César Machuca Vargas, Eduardo Sánchez, Guillermo Clebsch, Luis González Ravetti, Enrique Duarte Alder, Raúl Calvet, vicealmirante César Cortese. También los generales de brigada Roberto Knopfelmaccher, Luis Rolando Tomassone, Alejandro Schreiber, Bernardino Peralta Báez, Benito Guanes Serrano, Luis Esteban Olmedo, Víctor Florentín, Juan Vicente Rabito, José Roa Benítez, Rogelio Bartolomé Argaña, Miguel Ángel Berino, Francisco Ruiz Díaz, Isidro Gauto, Eladio Iriarte, Trifón López Prado, Ismael Otazú, Alfredo Diosnel Zelaya, Alcibíades Soto, el contra almirante Catalino Moreno Carreras, los generales de Intendencia Joaquín Molas y Elvio Alonso Martino, el general de sanidad Hugo Dejesús Araújo. El general Alfredo Stroessner y el coronel Gustavo Stroessner fueron igualmente pasados a retiro. Ultima Hora, 5 de mayo 1989, p. 13

4/ Fueron ascendidos a generales de división Otello Carpinelli Yegros, Abrahan Abed, Eumelio Bernal, Ramón Humberto Garcete, Juan de Dios Garbett, Juan Manuel Ocampos y Francisco Sánchez. A generales de brigada Eduardo Allende, Ignacio Gamarra, Carlos Egisto Maggi, Luis Valiente Flor, Darío González, Ricardo Rojas Ortíz, Emilio Balbuena, Luis A. Laguardia, José Miguel Giménez, Silvio Rafael Noguera, Marcial David Samaniego, Pablo Escobar Anzoategui, Rodrigo Díaz Delmás, Lorenzo Carrillo, Hugo Escobar Anzoategui, Pedro Concepción Ocampos, Francisco Talavera, Dionisio Cabello, Rodolfo Dávalos Chenú, Francisco Rodríguez, Marino González, Regis Romero, Eduardo Ramón Sosa y Lino Oviedo. A contralmirante Flavio Abadíe y Ramón Legal. De general de ejército quedó investido Andrés Rodríguez. Ultima Hora, 15 de mayo 1989, p. 11

5/ Detalles de la colusión Ugarte Centurión-Encina Marín en ABC, 27 de setiembre 1992, p. 14, y 4 de octubre 1992, p. 14, Ultima Hora, 12 de octubre 1992, p. 20, y Noticias, 17 de octubre 1992, p. 15

6/ Pokaré, vocablo guaraní que significa mano chueca, contrahecha. Alude a los que hacen trampa y se alzan con el botín, generalmente pecuniario. Sinónimo de sucio, tramposo, ladino, ladrón

7/ Ultima Hora, 13 de febrero 1989, p. 12, entrevista a Gustavo Gramont Berres e investigación periodística sobre la pista Suiza de la fortuna de Stroessner. ABC, 18 de junio 1989, p. 8, y 4 de febrero 1990, p.23. U.S. Department of the Treasury, Treasury Bulletin , December 1989, tenía registrado un total de USD 680 millones depositados en bancos norteamericanos por paraguayos, sin contar inversiones. Parte de esos depósitos era de los Stroessner

8/ Gordon Young, "Paraguay ", National Geographic, August 1982

9/ Un recuento más completo de las grandes estafas y sus resultados se halla en los autos Sabino A. Montanaro, J. Eugenio Jacquet, Adán Godoy Jiménez, Justo Eris Almada y otros s/enriquecimiento ilícito, peculado, defraudación (1989), Juzgado de la Instancia en lo Criminal, Capital, juez Eladio Duarte Carballo

10/ Ultima Hora, 6 de octubre 1989, p. 9.,    Hoy, 8 de junio 1989, p. 6, y 9 de junio 1989, p. 6

11/ Artículo de Rubén Bareiro Saguier, "Le dernier des tyranosaures sudaméricains", Le Monde, 29 avril 1984, p. 2. Gabriel Pasquini y Eduardo de Miguel, Blanca y radiante cit., pp. 266/269 y ss.

12/ The Miami News, 29 October 1988, pp. 1 A/ 6 A, transcripto en castellano en La Opinión, 13 de octubre 1989. El agente de la DEA César Palma, estacionado en Buenos Aires, fue el encargado de reunir y procesar la información sobre este caso. Según el seguimiento del semanario La Opinión, el Gobierno de Argentina dio su aprobación para detener y extraditar a Gustavo Stroessner. El ex embajador Taylor confirmó que el referido plan fue puesto a su conocimiento. "En realidad si hay alguien que canceló la idea fue mi colega en Buenos Aires (Theodore Gildred) porque el plan era tocado en territorio argentino", explicó

13/ Autos Gustavo Stroessner Mora s/delitos contra la administración pública y corrupción (1989), Juzgado de 1ª. Instancia en lo Criminal, Capital, juez Darío Caballero Bracho. Un resumen de dichos autos a 1989 se encuentra en Edgar Ruiz Díaz, El juicio a Gustavo Stroessner Mora, folleto. Más información sobre el proceso en ABC, 6 de diciembre 1989, p. 25

14/ La expropiación no llegó a implementarse debido a la resistencia de la cúpula de la Caballería y de propietarios civiles y militares con casas en aquel lugar. Una porción del terreno de la Caballería hubiese quedado afectada por dicha expropiación. El golpe del '89 dio final honroso a la referida disposición gubernativa. Noticias, 18 de marzo 1989, p. 21

15/ Los bienes de Gustavo, Graciela y Alfredo (h) en algunos casos son conjuntos, en otros separados como los apartamentos que cada cual tenía en Buenos Aires, Miami y Punta del Este o sus casas en Asunción, sus propias flotas de vehículos y cuentas bancarias. Gustavo fue el más acaudalado de los hermanos y el único envuelto en el narcotráfico. El valor conjunto de sus apartamentos en Buenos Aires solamente, según pericia, era de USD 1 millón. Uno solo de los cargamentos de cocaína, 300 kilos colocados en Miami, le reportaba entre USD 1.5 a USD 2 millones. La droga, las recaudaciones de casinos y bingos y los negocios bancarios eran sus principales fuentes de ingreso. Datos sobre la fortuna de los Stroessner en Cambio 16 (Madrid), 12 de mayo 1986, pp. 150/153, Ultima Hora , 27 de octubre 1992, p.14, entrevista a Pachi Heikel en ABC, 23 de marzo 1997, p.8, ABC, suplemento especial, 3 de diciembre 1997, y 26 de mayo 1989, p. 20, fotos de residencias a medio terminar para A. Stroessner y G. Stroessner.


TABLA 8. PRINCIPALES ACTIVOS -  1989 (MILLONES USD)

Rango            Nombre                                     Origen            Activo (*)

1.         Alfredo Stroessner Matiauda a/         PAR                1.600

2.         Andrés Rodríguez b/                            PAR/URU      1.300

3.         Empresas Nicolás Bo                         PAR                1.200

4.         Empresas Scavone (rama Banco

Unión) (rama Banco Continental)  PAR                1.000

5.         Empresas Zuccolillo                            PAR                950

6.         Empresas Juan Carlos Wasmosy    PAR                900

7.         Empresas Blas N. Riquelme              PAR                850

8.         Gustavo Stroessner Mora                    PAR                850

9.         Enzo Debernardi                                    PAR                800

10.       Sabino A. Montanaro                            PAR                750

11.       Alcibíades Brítez Borges                      PAR                700

12.       Carlos Barreto Sarubbi                         PAR                650

13.       Empresas Gustavo Saba                     PAR                600

14.       Graciela Stroessner/M. González

Llamas                                                   PAR/ESP      550

15.       Delfín Ugarte Centurión.                        PAR               500

16.       César Romeo Acosta                            PAR                500

17.       Empresas Antonio J. Vierci                  PAR                450

18.       Hugo Dejesús Aráujo                            PAR                450

19.       Roberto Knopfelmaccher                     PAR                400

20.       Empresas Guillermo Caballero

Vargas                                                   PAR/FRA       300

TOTAL                                                                                          15.300


Para fuentes ver notas en tablas 10 y 12. Cambio de USD 1 = G 1.050.

(*)       Incluye activos personales, de sus empresas en Paraguay y en el exterior, inversiones y depósitos totales. Activos 4 y 5 no son consolidados pero se los registra bajo una cifra cada uno con la salvedad de sub-división en ramas.

a/        Ligada a activos de Gustavo, Graciela y Manuel González Llamas. Alrededor de los Stroessner se levantaron las fortunas de Juan Carlos Wasmosy, Blas N. Riquelme, Alcibíades Brítez Borges, Sabino A. Montanaro, Delfín Ugarte Centurión, Roberto Knopfelmaccher, Enzo Debernardi, Hugo Dejesús Araújo y César Romeo Acosta.

b/        Alrededor de Rodríguez aumentaron las fortunas de Blas N. Riquelme, Carlos Barreto Sarubbi y Gustavo Saba.



NUEVE - LA CONEXIÓN RODRIGUEZ


Andrés Rodríguez llegó al poder por medio de un golpe de estado, pero en mayo 1989 resultó electo Presidente de la República como candidato del Partido Colorado por voto mayoritario y abierto. Fue una victoria indiscutida. Esa elección por un hombre de armas se enmarcó en una larga y fuerte tradición autoritaria de la política paraguaya.

Durante la Conquista, los contrafuertes instalados entre los ríos Paraná y Paraguay sirvieron como avanzada y protección a las posesiones de la Corona Española. Asunción se mantuvo como puesto militar, a diferencia de Buenos Aires y otras ciudades del litoral que devinieron en centros de intercambio comercial. Los gobernadores de la provincia del Paraguay actuaron en la doble función de jefes militares y líderes políticos, sin excepción.

Resulta por tanto comprensible que una vez lograda la independencia, aquella tradición perdurara. Bajo la dictadura de Gaspar Rodríguez de Francia se consolidó un estado centralizado y prácticamente autosuficiente. Su sucesor, Carlos Antonio López, emprendió una serie de reformas económicas y abrió la República al comercio exterior. La lucha de poder en el Plata impulsó al general Francisco Solano López a romper la neutralidad que habían sabido mantener los antecesores. Celosos de sus prerrogativas, el Imperio de Brasil con un régimen cliente en la Banda Oriental y el Gobierno de Buenos Aires encabezado por el general Bartolomé Mitre arribaron a un tratado secreto. El motivo fue obviamente rapaz y la guerra devastadora para la nación paraguaya.

El caudillismo sobrevivió, no obstante. Tuvo una fachada liberal burdamente levantada sobre la exótica Constitución de 1870. Aprovechando la pugna entre facciones partidarias rivales, Stroessner estableció en medio de las secuelas de la guerra civil de 1947 su peculiar estilo de `paz y orden'.

Tras 35 años de férrea dictadura, el golpe de San Blas permitió que otro líder militar ocupara la Presidencia. Gran expectativa concitó Rodríguez entre la población. En retrospectiva, hubo nada más que rotación intra-élite con apertura política e integración selectiva al Gobierno de actores anteriormente proscriptos. El Estado sirvió a los mismos fines de sostener una clientela esencialmente parasitaria y permitir que la acumulación continuara dentro del patrón excluyente, dejando postergadas las que eran ya en aquel momento apremiantes necesidades sociales. Con aproximadamente 63 por ciento de la población por debajo de los 25 años de edad y alta tasa de dependencia, la falta de empleo presionaba sobre una estructura económica que no estaba preparada para absorber la sobre-oferta de mano de obra.

Se produjo en consecuencia una serie de movilizaciones campesinas, de pobladores de zonas inundables y marginales con invasión de propiedades rurales y urbanas. Comparativamente, los principales caudillos de la revolución libertadora se repartieron una cuantía de bienes superior al valor de las tierras entregadas a los campesinos y los sin-techo. Maquinaria, dinero, empresas y ganado que pertenecían a los stronistas desplazados quedaron a los caudillos.

Una notable dosis de populismo confundió demandas sociales con delincuencia disfrazada, bajos ingresos con oportunismo. Las elecciones implantaron su propia dinámica de alentar invasiones por un lado, reprimir invasiones por el otro. Por cada 5 invasiones hubo 3 1/2 desalojos en aquellos 3 años iníciales de la transición, lo primero como concesión a los estratos carenciados, lo segundo como respuesta a los terratenientes.

Un absoluto desorden y promiscuidad fue la reacción del estamento dirigente a lo que se estaba convirtiendo en práctica electoral: la manipulación de necesidades sociales para captar votos.

El círculo de clientelismo en medio de la fiebre de elecciones creó desequilibrios a todo nivel. Entre ellos en el campo de las finanzas, con consecuencias rotundamente negativas unos años después. Altas autoridades siguieron robando como en la dictadura de modo que gran disciplina no pudieron imponer, ni siquiera por la fuerza. El poder militar fue llamado a intervenir y Lino Oviedo, mesías del populismo, hizo de las suyas por ambos extremos --con los ricos y con los pobres.

Ganar las elecciones se convirtió en un ejercicio refinado de demagogia, cada fracción partidaria y no pocos aspirantes a cargos rentados disputando abiertamente por ganar el favor del votante de a pie, el votante con Mercedes y el votante con uniforme. Un desmadre total.

En las elecciones municipales de 1991 el PLRA ganó, 44 municipios y el movimiento independiente Asunción para Todos ganó el premio mayor, Asunción. El Partido Colorado que hasta entonces controlaba todos los municipios del país quedó al frente en 159 de ellos. El éxito mayor fue pues para la oposición que de 0 pasó a tener 45 intendentes y un gran número de concejales en ciudades principales, cabeceras de distrito y pueblos 1/. Aquel mismo año, en diciembre, hubo elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente. De esos comicios participaron los partidos Colorado, Liberal Radical Auténtico, Demócrata Cristiano y el movimiento Constitución para Todos conformado por Asunción para Todos con los sindicatos CUT, CNT y la Coordinadora Nacional Campesina. La Convención Nacional se instaló en enero 1992 y de sus deliberaciones salió la nueva Constitución Nacional, democrática, pluralista y con clara división de poderes. Paraguay entraba a la modernidad con el presidente Rodríguez al timón, a impulso de los partidos políticos y de la ciudadanía que participaba con entusiasmo, masivamente.


DESENCUENTRO ENTRE COLORADOS


Una puja mayor se estaba desenvolviendo en el Partido Colorado. Luís María Argaña había sido relevado del cargo de ministro de Relaciones Exteriores. El era visto como el probable sucesor de Rodríguez y su liderazgo en el Coloradismo era amplio. Quedó todavía como presidente interino de la Junta de Gobierno, en ausencia de Juan R. Chaves que guardaba reposo y cerraba ya su ciclo vital. Entre las disposiciones finales y transitorias de la Constitución Nacional se deslizó un artículo, aprobado al cierre de la Convención por acuerdo de toda la oposición y del sector Colorado que respondía a Argaña, a moción de Carlos Romero Pereira. Rezaba el mismo:


"A los efectos de las limitaciones que establece esta Constitución para la reelección en los cargos electivos de los diversos poderes del Estado, se computará el actual periodo inclusive".


Ya había sido aprobado lo referente a duración del mandato presidencial en 5 años y la no reelección en ningún caso, como también la inhabilitación para ser candidato presidencial al "cónyuge o los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad de quien se encuentre en ejercicio de la Presidencia al realizarse la elección o la haya desempeñado por cualquier tiempo en el año anterior a la celebración de aquélla" 2/.

Con estas disposiciones se anulaba en absoluto la posibilidad de reelección y la elección de cualquiera de los miembros de la familia presidencial. La razón era de hierro: evitar que Rodríguez, bajo ninguna circunstancia, pudiera volver a ser presidente una vez finalizado su mandato. Se tuvo en cuenta lo ocurrido con Stroessner, quien mediante argucias batió la marca de años en el poder. Otros adversarios estaban a la espera y consideraron necesario, por sobre las promesas de Rodríguez de entregar el mando en 1993, poner un cerrojo a sus ambiciones. Mejor prevenir que curar, concordaron Luís María Argaña y Domingo Laino, candidatos a la sucesión. Hubo mayoría a favor de tal disposición. Rodríguez no lo tomó a bien, sus colaboradores y los sicofantes que nunca faltan alrededor de los caudillos se lanzaron en improperios, amenazas y lamentaciones pero la cosa no pasó a mayores 3/.

Con aquella resalva, importante desde el punto de vista constitucional y práctico, quedó cerrada la pretensión y virtual intento de que la silla presidencial fuese ocupada hasta el cansancio por algún iluminado. La Convención Nacional representó un hito de la transición y la Constitución un paso trascendental para la organización del Estado sobre cimientos republicanos. La limitación del caudillaje, por de pronto, tuvo expresión de máximo rango.

Faltaba traducirla a los hechos. Esto sería mucho más difícil, como lo demostraron los sucesivos conatos de alzamiento militar y la utilización de los cargos de autoridad para el enriquecimiento ilícito.

Rodríguez era el gran elector y todavía le aguardaba cumplir su promesa de entregar la Presidencia, previo paso por otra elección que sería la última durante su mandato. Los políticos declararon abierta la temporada de caza de votos no bien se juró la nueva Constitución. Argaña quedó fuera de la Presidencia de la Junta de Gobierno del Partido Colorado --una represalia de Rodríguez. Fue reemplazado por el millonario Blas N. Riquelme 4/.

Los Colorados afrontaban la disyuntiva de una división. Por un lado Rodríguez en su calidad de jefe del Ejecutivo y de las Fuerzas Armadas se hallaba en control del aparato estatal, por el otro Argaña contaba con una ancha base electoral. En ese ambiente se fabricó un candidato para competir en las internas de la ANR con miras a las presidenciales del '93. Rodríguez convocó a su casa a los generales de la Caballería. Ni siquiera tuvo la gentileza de invitar a los de otras armas o al presidente del Partido. Estuvieron en la reunión Humberto Garcete comandante del Ejército, Lino Oviedo comandante del I Cuerpo de Ejército, Regis Romero jefe del Gabinete Militar de la Presidencia, Francisco Sánchez jefe de Policía entre los más influyentes, una media docena de otros altos mandos, Gustavo Saba y Antonio Saccarello. Todos sabían lo que se trataría: la candidatura.

Desde fuera la recordación constante era que un civil debía acceder como próximo presidente. Las dos condiciones a que Rodríguez y la cúpula militar se habían comprometido explícitamente ante los presidentes José Sarney, Raúl Alfonsín y Julio María Sanguinetti en 1989 fueron: a/ elecciones libres con candidatos salidos del juego de partidos, b/ presidente civil a partir de 1993. Con ese compromiso Paraguay tuvo entrada al MERCOSUR, cuestión que se decidió en ocasión de la firma del Tratado de Asunción en 1991 5/.

Dos personas se hallaban en carrera dentro de aquel círculo. Horacio Galeano Perrone, ministro de Educación, y Juan Carlos Wasmosy, ministro de Integración. Aquella noche los nombres de ambos fueron presentados. Fue una consulta sujeta a vivo debate. Wasmosy resultó favorecido con el consenso previo de Rodríguez y sus yernos.

La selección le fue comunicada al presidente del Partido Colorado y a los demás referentes de la Junta de Gobierno. Se dieron algunas reacciones adversas. Wasmosy no era hombre de partido. Argaña estaba en plena campaña, tenía su aparato armado y naturalmente que arremetería con todo contra Wasmosy. A fines de octubre 1992 éste concurrió a la Junta, previo desplazamiento de los disidentes y argañistas de la mesa directiva. Blas N. Riquelme no quedó muy impresionado con el candidato, pero prometió cooperar.

Fue una confrontación dura. Argaña estigmatizó a su adversario con el mote barón de Itaipú. Lo zarandeó a placer. En la misma línea pero desde otra carpa, Ricardo Canese del movimiento Asunción para Todos expresó:


"Se le conocía a Wasmosy en la Facultad de Ingeniería como un dirigente estudiantil opositor y simpatizante del Club Liberal Alón... en el `73 se enroló en las filas del Coloradismo teniendo como proponentes al depuesto dictador Alfredo Stroessner y su secretario privado Mario Abdo Benítez... posteriormente lo seleccionaron para conducir las obras civiles de la represa hidroeléctrica (Itaipú) de donde proviene su inmensa fortuna. En la práctica, el ingeniero Wasmosy fue el prestanombre de la familia Stroessner en CONEMPA, empresa que pasaba dividendos importantes al dictador" 6/.


ESCANDALOS Y ELECCIONES


A principios de setiembre 1992 y en medio de esa disputada carrera por la Presidencia, un escándalo mayúsculo se destapó.

Bajo la instrucción del general Emilio Balbuena, comandante del III Cuerpo del Ejército con asiento en Mariscal Estigarribia, el coronel Catalino González Rojas dio inicio a un sumario por tráfico de vehículos. En la zona bajo su jurisdicción, fortín Joel Estigarribia y la frontera con Bolivia, el contrabando era el pan de cada día. Vehículos robados y ganado atravesaban por allí sin ningún problema. González Rojas hizo lo que le dictaba él reglamento, persiguió a los contrabandistas y reportó el hecho. De las evidencias recogidas en el sumario militar quedó patente que en los puestos del Ejército a lo largo de la ruta Transchaco, autovehículos y transportes pagaban para transitar hacia Bolivia sin revisión. Lo mismo ocurría en sentido opuesto, con otro tipo de carga. Esos cobros no terminaban en el fisco. Se distribuían en los cuarteles y más arriba, entre los que permitían aquel negocio desde Asunción 7/.

El robo de vehículos era todo un problema y la población se hallaba sensibilizada por su proliferación impune. No pasaba semana sin que se reportara algún asalto a mano armada, con heridos y bajas. El caso tuvo así inmediato impacto en la opinión pública.

El anterior comandante de la IV División de Infantería, general Lorenzo Carrillo, fue expuesto como quien daba protección a los traficantes. En vez de ampliar el sumario, el comandante del Ejército Humberto Garcete destituyó e hizo arrestar a González Rojas.

Como derivación de ello y por intervención de la justicia ordinaria, la investigación tomó un sesgo insospechado. A nivel de la cúpula militar se trató de obstruir el proceso. El ministro de Defensa Ángel Souto afirmó que la denuncia interpuesta por González Rojas ante la justicia ordinaria estaba siendo aprovechada "para desprestigiar a las Fuerzas Armadas" y sindicó como responsables a "algunos sectores interesados", sin especificar a quiénes concretamente se refería. El presidente Rodríguez secundó esas afirmaciones. Dijo él: "yo no descarto la posibilidad de que el coronel González Rojas esté manejado por otros militares" 8/.

La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Americas Watch y varias organizaciones nacionales e internacionales dejaron escuchar protestas contra el ilegal arresto del denunciante. Se le había abierto un burdo proceso ante la justicia militar por supuesta difamación e injuria. Legisladores de los 3 partidos con representación en el Parlamento decidieron conformar una Comisión Bicameral de Investigaciones (CBI), prerrogativa contemplada en la Constitución Nacional. En sede judicial se dictaron sendas órdenes de detención contra los generales Lorenzo Carrillo, Aladino Enciso y un contrabandista de dilatada trayectoria en el Chaco, Juan de Dios Martínez. El general Emilio Balbuena también fue procesado y el juez Ángel Barchini ordenó su detención. Nada tenía de responsabilidad Balbuena en ese asunto. Profesional dedicado que cursaba la carrera de Derecho y vivía con decoro de su sueldo, lo único que poseía era una casa heredada de sus padres. Nunca estuvo implicado en actividad ilícita o tráfico de ningún tipo. Su carrera se vio inmerecidamente salpicada en los encubrimientos orquestados por orden de Rodríguez.

Garcete cayó en su propia trampa. El ex jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Eumelio Bernal, lo puso al descubierto. Garcete y Juan de Dios Martínez trabajaban en sociedad en el contrabando por el Chaco. Otras pruebas permitieron conocer que no solamente se traficaban vehículos y ganado. También era droga.

El coronel Victorino Amarilla declaró ante la CBI y ante el juez Arnulfo Arias que por el territorio del Chaco se realizaba tráfico de cocaína desde mucho tiempo atrás. Relató que estando destacado en Lagerenza, comunicó al general Ismael Otazú acerca del sobrevuelo de aviones que llegaban de Santa Cruz de la Sierra a las pistas particulares cercanas 9/. Por encima de Otazú en la cadena de mando se situaba el general Eduardo Sánchez, comandante del III Cuerpo del Ejército antes del golpe del '89. El informe fue a parar a manos de la DEA, cuyos agentes fueron precisamente los que alertaron al coronel Amarilla sobre el tráfico Santa Cruz-Eugenio A. Garay-Pedro Juan Caballero.

De una simple denuncia por contrabando de vehículos las averiguaciones pasaron al tráfico de drogas. Se estaban acercando cada vez más a la cabeza de la estructura militar y al presidente Rodríguez.

Paralelamente otros casos saltaron a luz. El general Francisco Sánchez, jefe de Policía y uno de los que participó en la caída de Stroessner, desviaba fondos presupuestados para sueldos de personal que no existía (polifantasmas). Era dinero que mes a mes, puntualmente, iba a parar a su propia cuenta de ahorros. También estuvo implicado en la sobrefacturación de equipos de documentación y víveres, estafa por compra de uniformes, chantaje y extorsión a ex asociados del coronel Gustavo Stroessner, apropiación de lo devuelto por el anterior jefe de Policía Alcibíades Brítez Borges. En total se pudo detectar un monto de USD 25 millones escamoteado por el general Sánchez 10/.

En ANTELCO los manejos eran igualmente sucios. Se seguían realizando escuchas ilegales de comunicaciones telefónicas (fonopinchazos). El centro de espionaje electrónico estaba instalado en el 5° piso de la central II del ente, con modernos equipos comprados de Siemens, Standard Electric y Alcatel. No en balde las sobrefacturaciones de cuentas eran tan comunes. Los propios usuarios del servicio pagaban en sus facturas los precios inflados que demandaba la interferencia de sus teléfonos. El sistema se utilizaba como en tiempos de la dictadura, para acopiar información de todo tipo y entre ella lo referente a los quehaceres de opositores 11/. Los Colorados que militaban en corrientes contrarias a Rodríguez habían ingresado a la fatídica lista --Argaña, Romero Pereira, Lovera y los demás disidentes. No les hizo mucha gracia saberse espiados en la democracia.

A consecuencia de aquellos escándalos fueron pasados a retiro Humberto Garcete y Francisco Sánchez, dos altos cargos del entorno Rodríguez. Lo mismo ocurrió con el general Eumelio Bernal. Perdieron sus puestos también el coronel Guillermo Godoy, presidente de ANTELCO, junto a varios operadores de los fonopinchazos. Otros dos ex administradores del ente, los coroneles Miguel Cirilo Guanes y Francisco Feliciano Duarte, fueron procesados. Emilio Balbuena y Catalino González Rojas fueron jubilados, sin tener culpa alguna y a manera de castigo propiciatorio 12/.

La política se ponía movida a la par de los exposés sobre la corrupción.

Las internas del Partido Colorado estaban marcadas para el 15 de noviembre 1992. Wasmosy gastó millones de dólares en organización y propaganda, pero su movimiento era pequeño y el concurso de la Junta no se distinguió por el entusiasmo. Entre los generales, Lino Oviedo se dedicó al proselitismo con intensidad. Hizo declaraciones públicas como si él fuese el candidato. En un debate televisado de cierre de campaña Argaña vapuleó a Wasmosy, yendo agresivamente contra su talón sensible Itaipú y supuesta filiación Liberal. Las encuestas independientes daban ganador a Argaña.

Argaña ganó en las urnas. Los anuncios de la prensa al final de la jornada corroboraron esa clara tendencia. Wasmosy se dispuso a congratular al ganador. Oviedo se interpuso y le instruyó que permaneciera en su residencia, dejando un tanque con tropas para custodiarlo. Los operadores políticos hicieron su trabajo, suspendieron el conteo de votos, arreglaron lo que debían arreglar y luego de varias semanas proclamaron a Wasmosy ganador. Durante los próximos 5 años Argaña fue el peor enemigo de Wasmosy, a quien se refería despectivamente como mbatará. Argaña nunca fue enemigo endeble. Era bravo.

En otra oportuna manipulación de líneas de comunicación, compra de veedores, presidentes de mesa y demás trampas, el equipo Oviedo volvió a torcer el resultado en las presidenciales. Domingo Laino, del PLRA, ganó las elecciones. Pero Wasmosy ganó en el conteo de votos oficial. El candidato del novel Encuentro Nacional, Guillermo Caballero Vargas, quedó en tercer lugar. Los observadores extranjeros quedaron abrumados. Era un golpe sofisticado con uso de mucho dinero, desinformación y sabotaje electrónico. El ex presidente Jimmy Carter, observador, tuvo que rendirse ante el elaborado montaje 13/.

Rodríguez entregó la banda presidencial como había prometido. Dio su último parte de soldado, felicitó a su sucesor y desde entonces se alejó de la actividad política.


ANDRÉS RODRIGUEZ


Nació en Borja (departamento de Guairá) en 1923, padres Marcos Rodríguez y Elisa Pedotti. Casado con Nélida Reig, hijas Dolly, Mirtha y Martha. Egresó del Colegio Militar con la promoción 1946, ascendió a teniente 1° en 1949, a capitán en mayo 1953 y ese mismo año fue becado para estudios de especialización en Brasil. En 1958 ya era mayor y comandante del RC3 Coronel Mongelós. Tuvo actuación en la lucha antisubversiva desatada entre 1959 y 1960, cuyo comando operativo estuvo a cargo de los generales Patricio Colman e Hipólito Viveros. Ocupó la comandancia de la I División de Caballería desde agosto 1961 con el grado de teniente coronel. Ascendió a general de división en 1969 y a partir de diciembre 1981 fue comandante del I Cuerpo del Ejército. En su carácter de presidente de la República desde 1989, fue comandante en jefe de las Fuerzas Armadas hasta el 15 de agosto 1993.

Sus actividades comerciales comenzaron en la Caballería a principios de la década del '60 y tomaron estado público a raíz del affaire Ricord, cuando Jack Anderson escribió en el Washington Post acerca del tráfico de heroína por Paraguay. Rodríguez y el general Colman eran peajeros, esto es, alquilaban sus pistas en Hernandarias y Santa Elena para que los aviones contrabandistas aterrizaran, cargaran y levantaran vuelo rumbo a Miami. Esto en el ramo de la droga, de la que ellos no eran dueños. Con Miguel Ángel Napout, quien tenía la concesión exclusiva para importación de cigarrillos americanos y wiskey, Rodríguez participaba al mismo tiempo en la provisión de suntuarios y ropa jean para los mercados brasileño, argentino y uruguayo. Esa actividad continuó no obstante el cese del tráfico de heroína. Su operador y luego socio, en Ciudad Presidente Stroessner era Carlos Barreto Sarubbi, comerciante y político de la zona. Rodríguez invirtió en varias empresas que se hicieron prósperas alrededor del comercio intra-frontera y el movimiento de dinero, entre ellas Taxi Aéreo Guaraní (TAGSA) y Cambios Guaraní SA, esta última en sociedad con Jorge Peirano del grupo Velox de Uruguay. La sociedad Rodríguez-Peirano data de 1973.

En la zona de Pedro Juan Caballero la conexión Rodríguez era Fadh Jamil, nombre verdadero Farad Jamil Georges, contrabandista y hacendado de gran fortuna que operaba entre Mato Grosso, Paraná y São Paulo. Con los Jamil Georges, Adilson Rosatti, Joaquim Da Motta, Sebastián Spencer y otros, Rodríguez implantó un segundo emporio de actividad para la salida de productos al Brasil. Las ganancias mayores fueron del tráfico de cocaína proveniente de Santa Cruz, conexión Jorge Roca Suárez y más adelante Oscar Roca Vázquez, con destino a São Paulo-Río de Janeiro y Buenos Aires. Este tráfico se vio momentáneamente interrumpido cuando en junio 1985 cayó un cargamento de coca y precursores en la estancia Fluminense de Adilson Rosatti.

Los negocios de Rodríguez no disminuyeron por ello. Tenía competencia del general Alcibíades Brítez Borges, jefe de Policía quien acaparaba el lucrativo mercado de los autos robados en Brasil y contrabandeados a Paraguay y Bolivia. Esta actividad se extendió posteriormente a Argentina. El otro competidor fuerte fue Gustavo Stroessner, quien ingresó al tráfico de estupefacientes al momento que las conexiones Rodríguez estaban siendo sistemáticamente hostilizadas en Ciudad Presidente Stroessner, Pedro Juan Caballero y Asunción. Pero con su hija casada con Alfredo Stroessner (h) y teniendo el poder de la Caballería detrás, él pudo capear ese nuevo temporal. La pugna A. Rodríguez-G. Stroessner se desenvolvió en varios frentes hasta tornarse una abierta lucha de mafias dentro del Partido Colorado, con progresión a la cúpula militar. El enemigo declarado de Rodríguez desde que estallara el affaire Ricord, Sabino A. Montanaro, unió fuerzas con Gustavo Stroessner en aquella lucha de poder. Ministro del Interior y hombre obsecuente del dictador, Montanaro había sido una de las cabezas de los tradicionalistas y con su paso a los militantes éstos se vieron notablemente fortalecidos 14/. Detrás de las dos facciones mayores del Partido Colorado pujaban los principales grupos económicos, ostensiblemente enriquecidos a lo largo del milagro económico.

Durante esos años Rodríguez desarrolló y llevó a la categoría de empresas modernas varios emprendimientos. El no tenía acceso, como el general Stroessner sí lo tuvo, a los ilimitados recursos del presupuesto público. La porción de asignaciones que le tocaba como comandante no era bastante como para proyectarlo a un lugar de primer rango entre los potentados. El encontró la manera de entrar ahí en base a la contratación de personal calificado --Eligio Viveros Cartes como administrador en TAGSA y Aeroimport, Cecilio Fleitas en Cambios Guaraní-- la asociación con empresarios de mucho oficio --los Peirano, Ferrés y Napout--, la radicación de capital en actividades privadas dedicadas a importación-exportación, provisión de insumos a Itaipú y servicios financieros. Con su equipo de tenis (Luis María Argaña, Enrique Díaz Benza, Juan Cristaldo, Eligio Viveros Cartes y otros) no solo discutió cómo desembarazarse de Stroessner sino también hizo negocios. En ellos tuvo colaboradores para gobernar, llegado el momento, y para repartirse los beneficios consiguientes.

En la medida que crecían sus activos se consolidaron también sus empresas y éstas tuvieron continuado soporte de fondos en el lavado de dinero, una especialidad en el nicho del tráfico de drogas que exige ramificación a nivel internacional. Rodríguez construyó alrededor suyo tal imperio con diversidad de empresas que llegó a especularse acerca de quién era verdaderamente el más adinerado, él o Stroessner.

Eran dos estilos diferentes. Por la jerarquía y antigüedad inferior al de su consuegro, Rodríguez tendió a competir más en la actividad privada y por lo mismo a depender menos que otros generales de las decisiones sobre presupuesto, monopolio de Stroessner a través del Ministerio de Hacienda. Ello le permitió crecer y asentar su propia base de poder, hasta el punto de una cuasi-autonomía respecto del Gobierno Central. La desconfianza de Stroessner hacia Rodríguez, indisimulada al final de la dictadura, no se tradujo en acción precisamente por la red de mutuos intereses entre ambos hombres fuertes y el poder propio que el segundo logró establecer. Cuando Stroessner decidió relevarlo ya fue demasiado tarde.

La diversificación de inversiones y la radicación preferente de éstas en Paraguay fueron dos constantes del estilo Rodríguez. No tuvo gran capital afuera pero sí la capacidad de trasladar libremente sus depósitos a Uruguay y Argentina vía Velox y otra financiera, Urundey. Al frente de ésta figuraban como dueños nominales Antonio Campos Alúm (jefe de la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos del Ministerio del Interior) y el brasileño Carlos Barbieri Filho. Tanto Cambios Guaraní como Financiera Urundey establecieron filiales en los puntos de frontera donde el contrabando generaba altos ingresos, Ciudad Presidente Stroessner y Pedro Juan Caballero. Sus corresponsales estaban ubicados frontera de por medio en Foz de Yguazú y Ponta Porá. En esos sinuosos caminos que entrecruzan tráfico de drogas, lavado de dinero y espionaje, el general Ramón Duarte Vera desde la Embajada en La Paz también contribuyó y se benefició de los negocios manejados por Rodríguez. El tuvo en algunas recepciones diplomáticas a Jorge Roca Suárez, sobrino del rey de la coca. No es de extrañar que Campos Alúm y Duarte Vera permanecieran en sus cargos después del rodrigazo. Solamente ante la presión incontenible de juicios penales, exposición continua en la prensa y agitación pre-electoral ellos fueron jubilados.

Otros amigos venían de la común afición por el hipismo. Aparte la afinidad por el poder y el dinero, la debilidad de Rodríguez eran las carreras de caballos. No era un bebedor ni fumaba, llevaba una vida familiar ordenada. Gran pasatiempo era su cuidado plantel de caballos que competían en el hipódromo de Tembetary y por temporadas en Palermo. Roberto Antebi, dueño de CIPASA con el hermano Alberto Antebi, era su par burrero y socio de negocios. Ellos tuvieron participación en América Textil y Frigorífico San Antonio (FRISA). Estas dos firmas vendían uniformes, carne y otras provistas a distintas unidades del Ejército. Las reses provenían de sus estancias en el Chaco, independientes una de otra, desprendimientos de lo que originalmente fueron propiedades de la International Products Corp. con planta procesadora en el pueblo de San Antonio. Rodríguez y Antebi poseían extensas tierras en la región Oriental y Occidental, un tanto como los anteriores latifundistas descritos en el capítulo uno con la consabida diferencia en dimensiones 15/.

Los intereses empresariales de Rodríguez iban de la mano con amistades de larga data, fruto del sistema impuesto por Stroessner que se traducía en buscar el paraguas de algún general para levantar cabeza en el mundo de los negocios. Los generales a su vez ganaban dinero en licitaciones de obras públicas arregladas, a cambio de protección e influencias. Fue así que Rodríguez tuvo participación en las siguientes grandes empresas.

- GRUPO CONSULTOR ALTO PARANÁ, encargado de los estudios de factibilidad, reasentamiento, catastro e indemnización de los pobladores afectados por las inundaciones de los embalses Itaipú y Yacyretá. Fue el ejemplo inicial para los emprendimientos conjuntos del grupo de los ingenieros bajo la égida de altos mandos militares teniendo como presidente a Raúl Sapena Brugada, firma a la que se integraron abogados como Alexis Frutos Vaesken y Carlos A. Saldívar. El esquema se repitió con Abogados y Consultores Asociados constituido por esas mismas personas y José Antonio Moreno Ruffinelli, Juan Carlos Mendonca, Arnaldo Rojas Sánchez y otras.

- CONEMPA, que era la contraparte de la empresa brasileña consorciada UNICON para la construcción de obras civiles en Itaipú en la que Rodríguez ingresó con la empresa 14 de Julio asociado a Raúl Cubas Grau y con Arenera San Jorge asociado al general Adolfo Samaniego.

- INPACO SA, para la provisión de cables, conductores y artefactos a las empresas ANTELCO y ANDE con extensión a la provisión de equipamiento eléctrico para las villas permanentes de Itaipú y Yacyretá. Rodríguez tenía control accionario con su esposa Nélida Reig.

- CONSORCIO DE INGENIERÍA ELECTROMECÁNICA (CIE), para el equipamiento electromecánico de las centrales Itaipú y Yacyretá con los ingenieros Juan Carlos Wasmosy, Hugo Aranda, Raúl Cubas Grau y Ramón Jiménez Gaona. La firma siguió creciendo hasta convertirse en una de las más eficientes de la región a nivel de industria pesada y ganó licitaciones en Brasil, Chile y otros países.

- CONCRETMIX SA, para obras públicas en consorcio con Enrique Díaz Benza, José Bogarín, Raúl Cubas Grau y asociados.

Con algunos de ellos junto con sus yernos Gustavo Saba y Antonio Saccarello llevaron inversiones hacia la importación de autos de lujo, casinos y otros juegos de azar, moteles y grandes tiendas. Algunas de esas cadenas pasaron de los Stroessner y prestanombres a la familia Rodríguez por diversos procedimientos. Aleccionadora fue la manera como Tiendas La Riojana fue cedida a la familia presidencial en una oscura negociación sobre multimillonarios impuestos que la firma adeudaba al Ministerio de Hacienda.

La historia de Rodríguez con el narcotráfico amerita consideración particular. En ese submundo y en medio de un régimen que fue esencialmente una cleptocracia, él asumió los papeles más diversos. Desde peajero con el clan Ricord a protector de las mafias de la frontera que realizaban contrabando de cocaína y marihuana, su posición de comandante de 1ª. Caballería y luego del I Cuerpo de Ejército le permitió controlar los puntos de tránsito terrestre y aéreo que se extendían desde el Alto Chaco hasta el norte y este de la región Oriental. Esas eran las zonas por donde circulaba la coca proveniente de Bolivia y los químicos de origen brasileño y argentino utilizados para procesar la materia prima. En avionetas y aviones, camiones, acoplados y hasta en bolsones transportados a través del puente Presidente Stroessner-Foz de Yguazú o la avenida que separa Pedro Juan Caballero de Ponta Porá, aquel comercio pudo haber parado en ocasiones ante el embate antidroga pero nunca terminó desde que se instalara como medio de vida de los traficantes, intermediarios, transportistas, plantadores y mano de obra atada al mismo como último eslabón de la cadena.

Rodríguez hizo su aprendizaje y protegido por Stroessner, elevó sus beneficios comprando del cartel de Santa Cruz y de los dueños de plantaciones marihuaneras en Paraguay para revender la mercancía a otros intermediarios en la misma frontera, incluso con despacho a Panamá, México y Miami. El trabajó a fines de los '70 en trato con Pablo Escobar, compartiendo riesgos y ganancias, pero descabezado el cartel de Medellín se las ingenió para adquirir por su cuenta el producto final de los bolivianos. En esta tarea tuvo sus ayudantes de campo, principalmente su compadre Ramón Humberto Garcete, su allegado Carlos Barreto Sarubbi y dentro mismo de la Caballería quien probó estar dispuesto a cualquier encargo con tal de agenciarse dinero, Lino Oviedo. La delegación de funciones en Oviedo comenzó, según fuentes de la Caballería, siendo él teniente coronel. El entonces juez Adalberto Fox ya cita por escrito a Oviedo como supervisor de una carga de droga en 1985, en el departamento de Amambay. "Los bultos contenían artículos electrónicos y paquetes de cocaína... al mando de las operaciones se encontraban el empresario brasileño Fadh Jamil y el militar Lino Oviedo. Luego del operativo ambos se retiraron en una camioneta gris, chapa de Ponta Porá N° 2612, que los llevó a las oficinas del casino (de Pedro Juan Caballero)", señala el documento 16/.

Fueron tan desusadamente voluminosas las pruebas contra Rodríguez que los norteamericanos solicitaron al menos en dos oportunidades su separación de las filas del Ejército. Primero cuando el affaire Ricord. A mediados de los '80 cuando cayeron importantes cargamentos en Ciudad Presidente Stroessner y proximidades de Pedro Juan Caballero ya no fueron simples pedidos sino advertencias de sanciones de la administración Reagan en caso que el Gobierno de Paraguay no echara a las autoridades implicadas en el tráfico. Stroessner no procedió porque eran demasiadas las autoridades de alto rango implicadas, no solamente Rodríguez. Todo su aparato de seguridad tenía vinculación con el tráfico de armas y drogas, monopolio de aquel cuerpo como actividad comercial conexa.

Rodríguez utilizó algunas de sus empresas a ese efecto, tal el caso del conglomerado Aeroimport/TAGSA, AeroTalleres Guaraní, Aeroimport Servicio y Asesoría Técnica que importaba aviones y repuestos, realizaba transporte de carga y pasajeros, mantenimiento de aviones, ventas y servicios pero servía también para trasladar droga y lavar dinero en sus múltiples operaciones con Estados Unidos, Uruguay y Argentina.

Tan pronto asumió como presidente, los norteamericanos le recordaron sus propias declaraciones sobre el combate frontal contra el narcotráfico que hizo desde el Palacio de López. Timothy Towell se encargó de insistir sobre el tema en Asunción y la prensa norteamericana desde más allá. "El contrabando es la base de la importante economía sumergida de Paraguay. Es alta la dependencia de los grupos ligados con el Gobierno por actividades ilícitas como el contrabando de wiskey, cigarrillos y perfumes a Brasil y Argentina, la falsificación de relojes y el tráfico de automóviles robados y narcóticos", decía uno de esos artículos. Otro agregaba: "El nuevo presidente es dueño de la principal casa de cambios de Asunción, tiene varias estancias, posee una fábrica de cerveza e integra el directorio de varios bancos y compañías constructoras. Vive en una inmensa mansión diseñada según los planos de un palacio francés" 17/.

Desde Brasil se informaba que "actualmente el país dedica 3.000 has. de tierra al cultivo de marihuana de alta calidad y presta su territorio para el envió de cerca de una tonelada de cocaína al mes al exterior" 18/.

La fábrica de cerveza a que aludía la prensa era Cervecería Asunción SA, cuyos accionistas eran Lino Oviedo y Blas N. Riquelme. Este último entregó una parte del paquete accionario a Rodríguez, como manera de obtener el favor del caudillo en aquellos primeros meses pos-golpe que a nivel de alta política se desenvolvía con gran incertidumbre. Riquelme y Rodríguez eran además los principales accionistas de Molino Harinero Cereales SA, importadora y distribuidora de harina, Fideos Federal SA que fabricaba fideos y pastas. Otra firma, COGUACA SA, le servía a Rodríguez para exportar soja y café en triangulación por el puerto de Paranaguá.

CAMBIOS GUARANÍ SA, de Rodríguez con los Peirano y Ferrés de Uruguay, tenía ya una red de sucursales y agencias en Asunción, Encarnación, Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero. BANCOPAR con FINANCIERA ESTRELLA, inmobiliarias, casa de seguros y emisora de tarjetas de crédito pasaron a manos de la familia Rodríguez al igual que el Sistema Nacional de Televisión Canal 9 con sus repetidoras, empresas anteriormente bajo control accionario de los Stroessner con Manuel González Llamas y Mario Abdo Benítez, respectivamente. De la misma manera, rodeado de hermetismo, se produjeron negociaciones para la compra de títulos de la deuda pública de Brasil ofertados en el mercado internacional por la Merrill Lynch de Nueva York. El precio de oferta era 40 por ciento del valor nominal y en el caso de transacciones mayores con quitas adicionales. Paraguay tenía una deuda pendiente con Brasil por USD 456 millones y aprovechando la oferta de títulos brasileños se compró para permutarlos por aquélla. En el proceso de compra y transferencia al Banco Central hubo unas interesantes rebajas cuya diferencia más las comisiones fueron repartidas en BANCOPAR. El anuncio oficial fue que por USD 84 millones invertidos en la compra de los títulos brasileños se pagó USD 191 millones de la deuda externa paraguaya. Pero nadie explicó por qué se compró al 40 por ciento de su valor cuando que había descendido a 22 por ciento a fines de 1990 19/.

Solamente entre la propiedad de BANCOPAR y sus empresas asociadas, Canal 9 y las ganancias de la permuta de títulos de la deuda externa hubo unos USD 140 millones que pasaron limpiamente a caja de la familia Rodríguez.

En el caso de las propiedades, las transferencias no fueron directamente de una cabeza a la otra sino que de ellas participaron accionistas emparentados o allegados a la familia presidencial. Por ejemplo, del grupo BANCOPAR quedaron como accionistas Antonio Saccarello, Oscar Carísimo Netto, Miguel Kemper, Christian Zimmerman (ex mano derecha de Eduardo Martínez de Hoz, ministro de Economía de Argentina bajo la presidencia del general Rafael Videla) y otros. Hubo una extensión de inversiones al Banco General cuyo directorio original estaba compuesto por los españoles Fermín de Alarcón y Manuel González Llamas. Este último fue desplazado y entraron Gustavo Pérez Samaniego, Antonio Saccarello, Oscar Carísimo Netto y Miguel Kemper.

El GRUPO DE EMPRESAS GENERAL lo componían Banco General, Financiera General, Inmobiliaria General, Grupo General de Seguros y Reaseguros, Carta Credencial Paraguay y Empresa Informática y Servicios SA. Tenía 5 agencias en Asunción y sucursales en Ciudad del Este, San Lorenzo, Encarnación, San Ignacio, Pilar y Luque. BANCOPAR y General se distinguieron por la modalidad operativa ágil en la captación de depósitos con intereses más altos a los de cualquier otro banco o financiera. Era una trampa como años después quedó en claro. Ambos bancos pertenecían al mismo equipo.

De dicho equipo Saccarello y Kemper concentraron posteriormente sus acciones en BANCOPAR, Carísimo Netto en General.

Oscar Carísimo Netto era nieto de Oscar S. Netto, uno de los grandes comerciantes con representación de autovehículos, maquinarias y valiosos edificios en el centro de Asunción, a más de estancias y animales. El nieto legó esos bienes y los fue aumentando en sociedad con el yerno de Rodríguez, Antonio Saccarello. Por la extensión rápida de esos negocios el grupo General se conectó con Pedro Beneyto Arias, otro español que manejaba Jubilaciones y Pensiones Privadas (JUPEP) y Bienestar Familiar SA, empresas que recibían depósitos del público contra documentos que probarían no tener validez. Con aquel dinero captado del público, Beneyto Arias se hizo accionista de CORFAN Banco y entró a participar del Banco General. Los dueños originales de CORFAN eran militares retirados entre las cuales se encontraban el general Adolfo Samaniego y el capitán Cibar Cáceres.

El Banco General por un lado, Bienestar Familiar y CORFAN por el otro, quedaron así integrados informalmente con otra serie de financieras controladas por Gustavo Saba y Mirtha Rodríguez de Saba. Sobre esto se volverá al referir los activos Saba-Rodríguez en el capítulo doce. El asesor de Fermín de Alarcón, Carlos Mateo Balmelli, realizó entretanto los contactos para que el grupo General apoyara financieramente a Domingo Laino. Los Carísimo Netto, Saccarello y Kemper ponían fondos detrás de Juan Carlos Wasmosy. Esto ocurría en medio de la campaña presidencial `93, un despliegue impresionante de dinero. En el caso de los principales de BANCOPAR-General fue un fino trabajo a dos puntas para asegurarse de que saliese uno u otro vencedor, los negocios continuarían sin tropiezos. Como efectivamente sucedió, incluso fuera de la ley.

Algunas de las operaciones de General estuvieron conectadas con el tráfico de armas, teniendo por detrás al traficante árabe Adnan Kashoggi y al multinacional Bank of Credit and Commerce International. El BCCI fue intervenido y clausurado poco tiempo después a raíz de las investigaciones llevadas a cabo en Inglaterra y Estados Unidos sobre financiamiento del tráfico de drogas y lavado de dinero. Dichas operaciones las realizaba BCCI a través de su red en Panamá, Miami, Medio Oriente, Luxemburgo, Islas Caimán, Argentina, Uruguay y Paraguay 20/. Su sucursal en Asunción también fue clausurada. Esto coincidió con una ofensiva a nivel internacional contra el lavado de dinero que movía miles de millones de dólares. En relación a ella se pudo detectar que BANCOPAR y Cambios Guaraní se hallaban envueltas a nivel regional, teniendo la primera su off shore en Islas Caimán y una extendida red desde Pedro Juan Caballero y Ciudad del Este a Montevideo y Buenos Aires en conexión con el Banco Pan de Azúcar y casas de cambio del grupo Velox.

La comprobación de que un caudal importante de divisas --USD 110 millones en el primer trimestre de 1991 solamente en Paraguay-- era procesado por esas agencias dio lugar a repetidas intervenciones del embajador Timothy Towell ante Rodríguez. En una entrevista de Towell con los legisladores Francisco José de Vargas y Persio Da Silva aquél puso sobre la mesa un viejo tema: altos jefes militares estaban implicados en el lavado de dinero y narcotráfico 21/.

Unos meses antes el periodista Santiago Leguizamón fue asesinado en plena calle de Pedro Juan Caballero como represalia por denunciar la corrupción. Desde el 26 de abril 1991 cuando ocurrió el crimen nada se había avanzado a pesar de haber sido mencionados como pagadores varios mafiosos de la frontera --Fadh Jamil entre ellos. Ni corto ni perezoso, Jamil se presentó en Asunción y ofreció una conferencia de prensa para desmentir su participación en el asesinato. Declaró tener amistad con el general Rodríguez, lo cual era cierto y comprobado. El ministro Orlando Machuca Vargas y el presidente Rodríguez afirmaron que se pondría el máximo empeño para encontrar a los culpables. Los hechos demostraron totalmente lo contrario 22/.

El cambio que Rodríguez había prometido fue retórica pura. El trabajó para sus propios intereses y los de su familia inmediata. Acumuló desde la Presidencia de la República mucho más de lo que ya había amasado como jefe militar. En lo del narcotráfico centralizó la actividad de la SENAD bajo su jurisdicción directa y orquestó con Towell unas entregas vigiladas que sirvieron para acrecentar los ahorros de ambos antes que para cortar ningún tráfico 23/. Towell terminó como empleado de los Rodríguez-Saba a poco de cesar como embajador. Rodríguez quedó protegido por su inmunidad de senador vitalicio tan pronto entregó el mando. 


NOTAS

1/ Comité de Iglesias, Sabe usted lo que debe ser y hacer una Municipalidad, folleto, 1996. El médico Carlos Filizzola triunfó en Asunción al frente de un movimiento coaligado bajo Asunción para Todos

2/ Constitución Nacional, art. 19 de Disposiciones Finales y Transitorias, art. 229 y 235

3/ Tiempo 14, 17 de junio 1992, pp. 1/8 y 33/35. El `acto de desagravio' a Rodríguez tuvo la presencia de todos los altos mandos de la Fuerzas Armadas, ministros del Poder Ejecutivo, miembros de la Corte Suprema, diputados y senadores, miembros de seccionales que apoyaban la labor del presidente. Varios incluso se hallaban a favor de la renovación del mando o en su defecto en la candidatura de Mirtha Rodríguez de Saba, hija del presidente y hasta poco antes apuntada como aspirante al Ejecutivo. Ver también Comité de Iglesias, Notas Trimestrales, abril-junio 1992

4/ El enojo de Rodríguez contra los `desagradecidos' que le impusieron la cláusula constitucional de no reelección se descargó además contra el senador Carlos Romero Pereira. Este fue tratado de `traidor', `mensajero' de Argaña y otras lindezas por el estilo. Vedado de proceder directamente contra él, Rodríguez le despidió a su hermana Lilia Romero Pereira, consulesa en Barcelona

5/ En ocasión de la entrevista Luis María Argaña-Dante Caputo, ministros de Relaciones Exteriores de Paraguay y Argentina, este último oficializó la propuesta para que Paraguay se integrase al Mercado Común que los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney habían iniciado en 1985. El encuentro Argaña-Caputo tuvo lugar en Buenos Aires el 24 de marzo 1989, ocasión en que se decidió una cumbre entre Rodríguez y Alfonsín que poco después tuvo lugar. El Tratado de Asunción por el que se conformó el MERCOSUR fue firmado en Asunción por los presidentes Carlos Saúl Menem, Fernando Collor, Andrés Rodríguez y Luis A. Lacalle el 26 de marzo 1991. Rodríguez no tuvo otra opción que aceptar lo aprobado en la Convención Nacional Constituyente, con cláusula anti-reelección incluida, so pena de desbaratar lo que había conseguido en el campo de las relaciones internacionales y en particular la integración al MERCOSUR

6/ ABC, 27 de agosto 1992, p. 15. Canese repitió esta línea varias veces en su campaña teniendo a mano la detallada denuncia presentada por la CUT a la Comisión Bicameral de Investigaciones del Congreso Nacional. En lo sustancial ésta refería un fraude por USD 29 millones en faltantes de hierro y cemento a Itaipú y al frente de los acusados se situaba precisamente a Wasmosy. Refutación de Ramón Jiménez Gaona y Hugo Aranda, asociados de Wasmosy, en ABC, 11 de octubre 1992, p. 20

7/ Bajo la serie "Tráfico a Bolivia de vehículos robados", ABC, 3 de setiembre 1992, pp. 1/3, 4 de setiembre 1992, pp. 1/11, dio destaque a las denuncias de Catalino González Rojas. Fue el comienzo de una extensa serie que todos los demás medios acompañaron profusamente

8/ Ultima Hora, 11 y 15 de setiembre 1992, pp. 15 y 14. Sin embargo el tráfico de autos era de conocimiento público. Según la Cámara de Automotores y Maquinarias (CADAM), un 60 % del parque automotor era mau o ilegal, la mayoría de ellos robados en Brasil y Argentina e ingresados irregularmente a Paraguay. Un informe de la Embajada Argentina estimó en 10.000 los autos argentinos que circulaban en Paraguay. Clarín, 4 de octubre 1992, pp. 38/39, y 8 de octubre 1992, p. 5

9/ Ultima Hora, 25 de setiembre 1992, p. 14 y 8 de octubre 1992. p. 14

10/ ABC, 11 de octubre 1992, p. 10, y 25 de octubre 1992, p. 4, Ultima Hora, 23 de octubre 1992, p. 13, y 27 de octubre 1992, pp. 12/13. La cifra del desvió de fondos en dólares corresponde al cambio USD 1 = G 1.550

11/ Ultima Hora, 16 de octubre 1992, p. 15, 28 de octubre 1992, p. 12, ABC, 3 de noviembre 1992, pp. 8/9. La bola de nieve de estos escándalos fue observada en el exterior y una prolija versión apareció en el     Financial Times de Londres, a su vez reproducida por Gazeta Mercantil de São Paulo, 10 de diciembre 1992. Traducción completa en La Opinión, 18 de diciembre 1992, p. 12

12/ Garcete purgó una larga reclusión, Balbuena y González Rojas fueron sobreseídos de todo cargo. Los procesos a los demás implicados se estancaron por el camino

13/ Sobre las elecciones de 1993 el informe del observador por el Latin American Studies Association (LASA) es descriptivo de las manipulaciones que dieron como triunfador a Wasmosy

14/ La primera fase de la conexión Rodríguez con el narcotráfico se reseña en el capítulo cuatro, bajo Conexión Latina. Sobre la segunda fase hay datos en el capítulo siete, bajo Cocaína y marihuana, seguido de los entretelones sobre la puja previa al golpe de 1989

15/ En la tabla 13 se ofrece la lista de los grandes hacendados a 1989. Antebi y Rodríguez figuran en ella con 380.000 ha. y 250.000 ha. respectivamente, las de mayor extensión entre los propietarios paraguayos. Eran varias estancias

16/ Informe del juez de Pedro Juan Caballero al presidente de la Corte Suprema de Justicia, 20 de setiembre 1985. Fragmentos de este singular documento fueron transcriptos en Noticias (Buenos Aires), revista del 2 de octubre 1999

17/ New York Times, 4 February 1989, 7 February 1989, Time, 20 February 1989 18/ O Estado de São Paulo, 12 de fevereiro 1989, O Globo, 11 de fevereiro 1989 para más información

19/ Referencias en Ultima Hora, 29 de marzo 1 989, p. 12, y 8 de abril     1992, p. 7. ABC, 22 de abril 1992, p. 3

20/ El BCCI fue clausurado en la sede central de Londres en junio 1991 y desde ese punto sus operaciones en todo el mundo terminaron legalmente. Gaith Pharaon, el principal del BCCI, fue procesado luego en Estados Unidos. Las conexiones políticas más importantes de Pharaon en el Cono Sur fueron Carlos Menem, Alberto Kohan y Jorge Antonio en Argentina, Alfredo Stroessner y Andrés Rodríguez en Paraguay. El gerente general de la sucursal en Asunción era entonces Aijaz Wafai. Sobre las redes ver U.S. Senate, The BCCI Affair. A report to the Committee on Foreign Relations, December 1992

21/ Brecha (Montevideo), 6 de diciembre 1991, pp. 1/4, artículo de investigación de Samuel Blixen. Otra casa que menciona el artículo en relación al lavado es Cambio Amambay. Noticias, 25 de octubre 1994, pp. 6/7, declaraciones sobre entrevista de legisladores con el embajador Towell 3 años antes

22/ Comité de Iglesias, Apuntes Trimestrales, abril-junio 1991, reseña sobre el asesinato de Santiago Leguizamón

23/ Sobre la fortuna de Rodríguez ver Newsweek, 2 November 1992, y ABC, 16 de octubre 1992, p. 8. Los periodistas le preguntaron acerca de los USD 1.400 millones que se le atribuían de fortuna y él respondió "mentira, soy apenas un cabañero".



DIEZ - ALIANZA CAPITAL - PODER POLÍTICO


Juan Carlos Wasmosy descubrió que había algo más rentable que el tráfico de drogas o armas. El despreciaba todo lo que se relacionara con ese negocio y a quienes estaban envueltos en él, si bien su riqueza comenzó y creció bajo protección de los capomafiosos. Con buena formación académica, a Wasmosy se lo podría caracterizar como del tipo que planifica a largo plazo, mide los riesgos, anticipa los resultados y persigue sus objetivos paso a paso como si estuviera construyendo una obra. Algo a su alcance lo impresionaba vívidamente, él se dirigía a conseguirlo con disciplina disimulada tras sus maneras agradables: Así eligió pareja. La vio a Teresa Carrasco y antes siquiera de hablarle decidió "ella va a ser mi esposa". Así eligió tener mucho dinero y no fue diferente cuando se propuso ser el presidente. El no se propuso el poder en abstracto. Tampoco se vio en algún directorio de empresa pública o embajada ni en cualquier puesto de segunda categoría. Cuando en 1991 Luís María Argaña le propuso la candidatura para la Intendencia de Asunción él rechazó cortésmente el ofrecimiento: ése no era el camino para llegar al Palacio de López. Nunca había pisado una seccional partidaria, nunca hizo proselitismo para nadie. De la empresa privada él entró al gabinete Rodríguez como ministro de Integración, cargo más honorífico que real. Desde ahí trabó los contactos políticos requeridos y lanzó su postulación al más alto nivel --entre los generales por vía de Gustavo Saba y Antonio Saccarello.

Expuso su proyecto a Saba y Saccarello, éstos le avalaron de inmediato. Cortejó a los generales, agasajó a los correligionarios con quienes venía alternando en cócteles diplomáticos, reuniones familiares y conversaciones de negocios.

Su soltura y naturalidad fueron convincentes. Los generales Lino Oviedo y Regis Romero, los diputados Eladio Loizaga, Juan Carlos Galaverna, Juan Ernesto Villamayor, Juan Bautista Ibáñez y Eduardo Venialgo fueron ganados a su causa. Desde su posición de ministro él supo exactamente cuándo postular (después del rompimiento Rodríguez-Argaña), con qué probabilidades contaba (muy buenas al entrar en vigor la Constitución Nacional `92) y quiénes podían ser sus aliados (los Colorados que no estuviesen comprometidos con algún otro aspirante presidencial como Ángel Roberto Seifart, Luís María Argaña o Carlos Romero Pereira).

Su estilo fue de persuasión, no de choque. Esto le abrió puertas en aquel coto privilegiado de la Junta de Gobierno donde avezados políticos se movían desde mucho tiempo antes. Sus chances al inicio eran mínimas. Subieron notoriamente al ser votado favorito por los generales de la Caballería. A partir de ahí la Junta de Gobierno le dio su apoyo y varios referentes partidarios se plegaron a su lista. Al terminar el conteo de votos de las internas de la ANR de 1992, lo cual tomó su tiempo extra, Wasmosy superó el más difícil obstáculo interpuesto entre él y el Palacio. Con la proclamación oficial bajo el brazo lo que restaba era ingeniería política y creación de imagen para las presidenciales. El puso dinero sobre la mesa y su cara ante las cámaras. Lo demás lo hicieron los profesionales. A los Colorados les sobraba gente de dilatada experiencia en el oficio de ganar elecciones.

Wasmosy tuvo un jefe de campaña ad-hoc que trabajó como si estuviera en la guerra. Oviedo no dejó nada librado al azar. Planificó las batallas menores y la batalla final al detalle. Sin atender encuestas hizo su propia matemática, afirmó que las Fuerzas Armadas con el Partido Colorado gobernarían per secula seculorum y pese al abierto antagonismo de Argaña alistó a funcionarios públicos, policías, militares, maestras, planilleros, jueces y seccionaleros en orden de combate. Ya había dispuesto la fabricación de unas 200.000 cédulas de identidad en el Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional. La cédula expedida por la Policía Nacional era el único documento habilitante para la inscripción en los padrones y para sufragar. Pero estas 200.000 y pico ordenadas por Oviedo no tenían dueño, no correspondían a ninguna persona física y a pesar de ser auténticas tenían existencia únicamente para sacar un ganador en las urnas. Fue un rebuscado medio que probaría ser valiosísimo y, dentro de lo habitualmente practicado como acto eleccionario oficial, eficaz 1/.

Los Colorados manejaban el padrón por medio de la Junta Electoral Central y tenían bajo su control todas las instituciones del Estado, de modo que el abultamiento en el número de cédulas no fue detectado. El día de las votaciones ellas fueron utilizadas. Un Colorado registrado terminaba de votar con su propia cédula. El operador lo invitaba a votar de nuevo en un distrito distinto, conociendo de antemano su afiliación y lealtad a Oviedo. Le entregaba otra cédula con nombre ya ingresado en el padrón electoral y lo hacía acompañar. El votante se sacaba la marca de tinta del dedo y votaba por segunda vez, recibía una propina y devolvía la cédula prestada.

Así fue que Juan Carlos Wasmosy ganó la Presidencia y Ángel Roberto Seifart la Vicepresidencia. El ganador real, Domingo Laino, tuvo que transigir ante el hecho de que tanto en Senadores como en Diputados la mayoría correspondió a la oposición. Esto es, a los partidos Liberal Radical Auténtico y Encuentro Nacional que por primera vez lograron superar en cantidad conjunta de bancas a la ANR. Sería aquel un Ejecutivo Colorado con el contrapeso del PLRA-PEN más la fracción argañista en el Congreso Nacional. La transición no era sencilla ni limpia pero iba avanzando, dominada desde arriba por la cúpula militar.

El poder real lo tenía Oviedo, heredero de los generales formados en la Guerra Fría, dueños de vida y hacienda durante casi 40 años de mando. Sería difícil borrar tanto poder acumulado. Wasmosy no sabía lo que le esperaba más adelante por el favor de Oviedo. En la euforia del triunfo uno y otro se prodigaron como hermanos, listos para compartir el banquete. Estaban amarrados por una victoria ilegítima y por los intereses político-económicos que los habían catapultado a la posición de cogobernantes.

¿Qué Descubrió Wasmosy? Un filón más rentable que el tráfico de drogas o cualquier otra actividad comercial. Descubrió y explotó la política como medio para acumular sobre lo que ya poseía. En vez de 5 o 10 empresas manejaría todas las empresas del Estado, en vez de 15 o 20 concesiones tomaría control de cientas. El no era un político. Tenía pasión por el dinero y si en la política había mucho dinero, ése debía ser su lugar. Ya lo había demostrado en su juventud al abandonar sus simpatías por el Club Liberal ALON para afiliarse al Partido Colorado, requisito de ingreso a la función pública y a las licitaciones de grandes obras como Itaipú. Se afilió con el único propósito de acceder a esas licitaciones, lo que en términos prácticos y profesionales fue una excelente decisión. Demostraría otras veces su impaciencia ante las nuevas reglas de la división constitucional de los poderes. Al secretario general de la OEA João Baena Soares le manifestó que el Congreso Nacional no le dejaba gobernar. "Voy a disolverlo", dijo a su interlocutor frente a periodistas que cubrían aquel vuelo presidencial poco después de haber prestado juramento. Su incapacidad como líder político quedó confirmada ante los excesos de Oviedo, a quien dio rienda suelta y de no haber sido por la abierta intervención de afuera hubiera entregado la Presidencia.

Eso sí, extendió la cantidad de sus empresas e hizo mucho dinero siendo presidente. Fue lo que se propuso. Mientras el país se hundía en la recesión y la población marginada mendigaba trabajo, él se dedicó a negociar el Estado.

"Bajo mi gobierno no se persiguió a nadie, no tuve un solo preso político en los cinco años, nadie fue perseguido y no se ha derramado una sola gota de sangre de ningún ciudadano paraguayo ni extranjero", reseñó lo que hizo como presidente 2/. Eso es verdad. Pero dejó a la nación más miserable de lo que ya estaba y abrió cauces para que en ancas de esa miseria el caudillo Oviedo se lanzara a otra aventura en pos del poder. Wasmosy encuentra explicación al descalabro. "Antes debíamos ocuparnos de la institucionalización, la democracia y la libertad. Ahora creo que se trata de generar actividades económicas para terminar con el atraso y la miseria..." 3/. Partiendo de alguien que había prometido hacer avanzar al país 50 años en 5, la declaración parecía grandilocuente. 


PACTO DE GOBERNABILIDAD


Wasmosy y Laino comenzaron a negociar cuotas de poder no bien concluyeron los festejos de asunción del primer presidente civil tras la prolongada férula de gobiernos militares. La situación se presentaba ambigua en cuanto a la legitimidad del mandato pero auspiciosa por el hecho de que finalmente los militares hubiesen de retornar a sus cuarteles. Los observadores veían nubarrones en el horizonte por el lado de una cúpula de generales extremadamente apegada a privilegios espureos que, en caso de intentar desactivarse, podría provocar alzamientos o mover al Ejecutivo como marioneta. Wasmosy tenía un frente partidario malamente escindido, la facción Colorada que le respondía era minoritaria y los argañistas habían quedado con la sangre en los ojos. Argaña se llamó a silencio momentáneamente pero su rencor hacia quien le robó la candidatura presidencial no habría de disiparse.

Oviedo tenía la sartén por el mango dentro de las Fuerzas Armadas en su carácter de comandante del Ejército, habiendo maniobrado con prontitud para hacer relevar a varios generales. En las Gobernaciones la oposición PLRA-PEN había avanzado grandemente en relación al cuadro previo en que todos los delegados de Gobierno eran del Partido Colorado y dependían del Poder Ejecutivo 4/. Con gobiernos municipales y departamentales autónomos la descentralización se puso en marcha, en tanto la división de poderes con preeminencia del Congreso Nacional en materia de contraloría y juzgamiento de autoridades del Ejecutivo y la Corte Suprema limitó sustancialmente las funciones que tenía el presidente de la República bajo el anterior ordenamiento jurídico.

La respuesta de Wasmosy a tales condiciones fue la búsqueda de un mayor espacio de maniobra por medio de acuerdos tácticos con la oposición, por un lado, y por el otro la compra de lealtades a nivel partidario para ensanchar su propia base de poder. El presupuesto reflejó nítidamente esto último. Aproximadamente 19.000 nuevos puestos públicos fueron creados entre 1993 y 1994, 28 por ciento sobre lo presupuestado para 1992. La remuneración de militares, maestros y policías fue reajustada, si bien en un porcentaje inferior al de los sueldos, dietas y gastos de representación de los miembros de la Corte Suprema, legisladores y altos cargos del Ejecutivo. El achicamiento de la burocracia vía privatizaciones se había estancado luego de las ventas de la aerolínea estatal LAPSA y la fábrica de alcoholes CAPASA sin que ello resultase en ninguna disminución de personal para el sector público.

Muy por el contrario, el sector público creció de manera desordenada e ininterrumpida para dar cabida a la clientela del Partido Colorado, con progresión a las del PLRA y PEN. Las contrataciones se justificaron a nivel de discurso como necesarias para la reestructuración del Estado y la descentralización 5/.

Debido a su control sobre la administración pública el Partido Colorado continuó sosteniendo un número de correligionarios sobradamente superior al de los otros partidos. Por este lado precisamente se dieron los intercambios para arribar al Pacto de gobernabilidad.

El 13 de enero 1994 rubricaron dicho Pacto el presidente Wasmosy y parlamentarios de todas las bancadas, a instancia de las dirigencias de los 3 partidos. El punto principal de las negociaciones conducidas por Wasmosy y Laino giró en torno a la repartición de cuotas (cargos públicos) en el Poder Judicial, la Justicia Electoral y Consejos de empresas del Estado. La mayor diferencia de posturas se presentó en la conformación de la Corte Suprema y Consejo de la Magistratura, este último con facultad para seleccionar candidatos a ministros de la Corte, ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral, miembros de tribunales y jueces de la justicia ordinaria y la justicia electoral. Había un gran número de cargos en juego. Pero buena voluntad y necesidad de por medio, los políticos arribaron a lo que en términos prácticos representó una distribución de espacios en la administración del Estado. Era la adecuación de la burocracia a los relieves del nuevo mapa electoral y en especial a un Congreso pluripartidista donde el partido de Gobierno tenía 38 bancas de 80 en Diputados y 20 bancas de 45 en el Senado.

La elección de un afiliado al PLRA como presidente del Senado, Evelio Fernández Arévalos, dio la tónica de que la re acomodación de fuerzas tenía lugar dentro de un cauce moderado. Fernández Arévalos fue exiliado durante la dictadura y gozaba de respeto entre sus pares por su versación jurídica y calidad humana 6/. Aparte los cargos judiciales y de consejeros, en algunas embajadas fueron nombrados miembros del PLRA y PEN como jefes de misión.

En la Corte Suprema de 9 miembros la distribución fue de 4 Colorados --ministros Oscar Paciello, Wildo Rienzi, Carlos Fernández Gadea y Felipe Santiago Paredes-- 3 Liberales --Elixeno Ayala, Enrique Sosa y Luis Lezcano Claude--, Raúl Sapena Brugada por el Encuentro Nacional y Jerónimo Irala Burgos confirmado de la Corte anterior afiliado a la Democracia Cristiana. En el Consejo de la Magistratura presidió Federico Callizo Nicora, Liberal, en la Justicia Electoral los Colorados Carlos Mojoli y Expedito Rojas y el Liberal Alberto Ramírez Zambonini. En las votaciones de estos colegiados no hubo adhesión a líneas partidarias, valga aclarar, aunque sí fue explícita la posición de Mojoli y Rojas a favor del condenado Oviedo al momento de diligenciarse su exclusión del padrón electoral.

Con el Pacto de gobernabilidad la oposición ganó lugares importantes en la estructura del Poder Judicial y Justicia Electoral previamente supeditadas al Partido Colorado. El Legislativo lideró la rotación en aquellas magistraturas de acuerdo a sus atribuciones constitucionales. Creció la burocracia y el trabajo de la Contraloría General con ella. El contralor general Daniel Fretes Ventre y el subcontralor general Emilio Camacho, del PLRA y Encuentro Nacional, tuvieron la responsabilidad de vigilar y auditar todas las dependencias públicas. El caudal de información sobre irregularidades administrativas e ilícitos rebasó las posibilidades de la justicia ordinaria. Una revisión somera de los documentos originados en la Contraloría General permite concluir que la transición fue tan pródiga en delitos económicos como la dictadura.

La repartición de puestos no siguió patrón alguno de organización y método, no sirvió para mejorar los servicios públicos y su resultado fue sobrecargar los gastos corrientes frente a unos ingresos que con los años quedaron atrás en progresión real. En ese sentido el liderazgo de los partidos actuó con extremo oportunismo. ¿Cómo sustentar la libertad o encaminar la institucionalidad sobre los gastos improductivos y crecientes de un Estado sobredimensionado? Conceptual y aritméticamente imposible. Pero hubo algo más que irresponsabilidad. En el caso concreto de los bancos cuyos balances no cerraban de acuerdo a las normas de contabilidad se produjo negligencia y complicidad. El directorio del Banco Central ya estaba en conocimiento que al menos 2 bancos caían en esa condición al final del ejercicio 1992 y 4 al cierre del ejercicio 1994. Contrario a procedimiento no abrió sumario ni denunció el hecho a la justicia.

¿Qué ocurría? Sencillo. BANCOPÁR y Banco General habían extendido créditos a la ANR y PLRA, aparte de conceder préstamos al descubierto a sus empresas vinculadas y captar depósitos contra emisión de documentos de cuestionable validez legal. Desde la administración de José Enrique Páez, quien estuvo como presidente del BCP en el periodo marzo 1991-agosto 1993, esa situación fue desarrollándose sin que fueran adoptadas medidas correctivas ni punitorias --por amistades de cúpula entre el poder político y los banqueros implicados. Recién en mayo 1995 se intervino ambos bancos.

En junio 1995 fueron intervenidos BANCOSUR y Banco Mercantil. Cayeron con esos 4 bancos un número mayor de sus empresas vinculadas. El BCP desembolsó en ellos unos USD 240 millones de `asistencia financiera' para intentar reflotarlos y, como era previsible, esos fondos fueron dilapidados. Habría más `asistencia financiera', una tras otra vuelta a dilapidar. Miles de ahorristas quedaron sin sus ahorros. Miguel Enrique Kemper, Antonio Saccarello, Oscar Carísimo Netto, Fermín de Alarcón, Pedro Beneyto Arias, Christian Zimmennan, Rubén Darío Guillén (h), Gustavo Pérez Codas, Julio Regis Sanguina, Mario N. Ortellado, Nelson Peña Mc Coy, Blas D. Rodríguez, entre otros, estaban implicados en lo que la Contraloría General calificó como "un vasto operativo de corrupción en cuya organización y ejecución se encontraban involucrados empresarios inescrupulosos de la banca privada ...(operativo) que pudo mantenerse gracias a la inacción de las autoridades y funcionarios del Banco Central del Paraguay" 7/. El respectivo dictamen precisa que hubo omisión, encubrimiento o complicidad de parte de dichas autoridades, pero lo más grave es que el propio presidente de la República y el Consejo Nacional de Coordinación Económica tuvieron que haber encubierto tal situación dado que los informes de la Superintendencia de Bancos ya venían repitiéndose desde 1989.

El presidente del BCP, Hermes Gómez Ginard, no encontraba palabras para tratar de explicar lo inexplicable. De la misma bóveda del BCP desaparecían los billetes en cantidad. ¡Los barrotes de protección de la misma eran desmontables! 8/. No podía esperarse menos. El propio Gómez Ginard era dueño de la Financiera Integral y Wasmosy utilizaba el Banco Nacional de Trabajadores (BNT) como si fuera cajero automático abierto. Al respecto se dará detalles al final de este mismo capítulo.

¿Y los estafadores? Luego de poner a buen resguardo el dinero apropiado algunos viajaron de vacaciones al exterior, otros fueron prendidos por orden judicial y tras breve reclusión quedaron en libertad. Los respectivos procesos siguieron el curso regular y lento característico de los megafraudes --como aquellos sobre delitos económicos perpetrados durante la dictadura. Esto alentó defraudaciones todavía mayores.

En diciembre 1996 el Banco Desarrollo entró en la misma causal de intervención que sus predecesores en quiebra. Sin embargo, el BCP le extendió `auxilio financiero' por un monto aproximado a los USD 50 millones. A continuación el Instituto de Previsión Social (IPS) adquirió la mayoría accionaria como manera de preservar los depósitos que tenía en dicho banco, a pesar de las recomendaciones y advertencias de la Superintendencia de Bancos y Contraloría General. En la misma línea de extrema generosidad el BCP prestó `auxilio financiero' al Banco Unión y aprobó la fusión de CORFAN Banco (también con problemas de liquidez) al BNT. IPS y BCP parecían piñatas sobre las que se pulseaban los ladrones de guante blanco. Un festín.

Igual que BANCOPAR & compañía, Banco Unión cayó y con él sus empresas vinculadas Ahorros Paraguayos Sociedad de Ahorro y Préstamo para la Vivienda, Unión Paraguaya de Finanzas, la emisora de tarjetas de crédito BEPSA, el correo de dinero Western Union, UNAFON de Fondos Mutuos, Unión Inmobiliaria, Almacenes Generales de Depósito CEREGRAL, la empresa textil SIMPLEX SA, Unión de Mandatos SA, Banco BLADEX en Panamá y off shore Union Trade Bank en Islas Caimán entre las principales. Fue el derrumbe de un gigante, el mayor banco nacional y uno de los conglomerados más poderosos hasta entonces (ver tabla 8 sobre rango y activo). Sus directores eran Tito Scavone, Luis Fernando Meyer, Pedro Rubén Aguilera, José Domingo Vera Aguilera, Julio César Fernández, Juan Manuel Peña Nieto. El que fuera ministro de Industria y Comercio Ubaldo Scavone también poseía acciones en el grupo. Los Scavone de esta rama eran propietarios de Laboratorios Catedral, uno de los mayores del país, la conocida Farmacia Catedral, varios inmuebles de alto precio en el microcentro de Asunción, estancias y acciones en otras industrias. Sus ancestros fueron industriosas personas radicadas en el Paraguay a principios del siglo XX que se levantaron a base de duro esfuerzo, profesionales de la medicina y química fundadores de las farmacias Cruz Roja y La Catedral. El Banco Unión se sobre-extendió, captó depósitos en forma irregular, evadió el pago de impuestos y encaje legal realizando operaciones clandestinas. Ningún banco en el mundo puede permanecer mucho tiempo en esas condiciones, salvo que sea estatal.

En fases sucesivas fueron cayendo otros bancos y financieras. Nada menos que 14 bancos incluyendo el mixto BNT, 30 financieras, 2 casas de cambió, 5 firmas de ahorro y préstamo para la vivienda y 7 aseguradoras cerraron entre 1995 y 1998 por quiebra o disolución 9/. Unos 250.000 ahorristas resultaron estafados, IPS perdió USD 250 millones, ANDE USD 15 millones, ANTELCO USD 12 millones. El Banco Central, es decir el Estado y en última instancia los contribuyentes, fue despojado de USD 1.200 millones 10/. Ese dinero ya es irrecuperable, oficialmente. Fue una dura experiencia para la población.

Wasmosy no comenzó aquella crisis. Se venía gestando años antes de que él asumiera como presidente. Pero estalló durante su gestión. En vez de mandar al mazo a los bancos que se sostenían defraudando clientes y reportar los ilícitos a la justicia, él se tomó su tiempo, maniobró e impulsó un programa de auxilio financiero técnicamente inviable, económicamente desastroso. Quedó al descubierto que su equipo del Banco Central, Coordinación Económica y él a la cabeza estuvieron jugando a la generala con plata ajena. Varios prominentes banqueros eran sus amigos y en tal carácter recibieron recursos públicos.

En esa danza del fraude algunos miembros de la oposición se metieron a pescar billetes. En el Banco Central el PLRA tuvo su representación a nivel de directorio y ahí varios ilícitos fueron encubiertos. Las leyes de `saneamiento financiero' tuvieron votos de las bancadas del PLRA y PEN, con disidencias. El banquero Fermín Ramírez fue uno de los accionistas depredadores de Finanzas e Inversiones/Finámerica/Oga Rapé con Guillermo Heisecke y Camilo Pérez Marsal. Esas instituciones fueron dolosamente vaciadas 11/. Ramírez había sido legislador por el PLRA.

El Pacto promovido por Wasmosy y Laino le abrió puestos a la oposición y permitió oxigenar al primer gobierno civil pos-golpe, pero en contrapartida embarró a parte de la dirigencia opositora y por muy poca retribución canceló la función contralora de sus bancadas en el Congreso Nacional. Los frutos habrían de cosecharse en las elecciones `98. El ex ministro del gabinete Wasmosy y segundo de Oviedo, Raúl Cubas Grau, ganó por amplió mayoría frente a un Laino que hizo suyo el lema "si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él". El enemigo no era Cubas, era la corrupción.


PUJA ENTRE SOCIOS


Wasmosy y Oviedo eran caracteres diferentes y solo coyunturalmente pudieron trabajar en el mismo proyecto. El objetivo que los juntó fue el poder. El poder también los divorció. Wasmosy había tardado 20 años en labrar su fortuna. Era un team player entre los ingenieros que se ganaron los mejores contratos de obra en las binacionales, con respaldo de los generales de Stroessner. Entre los ingenieros y abogados armaban el esquema, realizaban los contactos, distribuían los trabajos (en régimen de subcontratación), a la hora de recibir el pago lo repartían equitativamente dejando un porcentaje para sus patrocinadores y padrinos. Wasmosy siempre trabajó en equipo y nadie recuerda que tuviera dificultad en avenirse a ese tipo de empresa compartida en la que cada cual ponía su capital y era responsable de su parcela de obra.

Deferente y directo, era de aquellos que privilegian el consenso sin imponer y respetan las jerarquías sin inmiscuirse en lo que no fuera de su incumbencia. Nunca cuestionó a quienes estaba supeditado ni la manera como éstos llevaban sus actividades paralelas. El era un empresario y hacía su trabajo, punto.

Cuando Wasmosy ya era millonario Oviedo era apenas un oscuro oficial que se dedicaba a transportar carga en unos cuantos camiones adquiridos con dinero del contrabando. Se encontraron después del golpe, cuando Oviedo andaba auto gratificándose con la imagen gloriosa del que detuvo a Stroessner portando una granada de mano, fantasía que le reportó sus buenos dividendos a nivel popular. La granada Oviedo la tuvo en su cerebro, que nunca funcionó adecuadamente y ni siquiera le permitió manejar en forma el castellano. Era una mezcla amorfa de vanidoso y desequilibrado. Vestido de uniforme y con los galones de general, se convirtió en un peligro social. Sus camaradas ya sabían de estos rasgos, algo que los demás Colorados no pudieron evaluar apropiadamente otorgándole un protagonismo para el cual aquel ciudadano no estaba preparado. Wasmosy entre ellos.

Sus caminos confluyeron cuando Oviedo ya tenía liderazgo político y fue mediante él que Wasmosy llegó a la Presidencia. Audaz, instintivo y con gran capacidad de trabajo, Oviedo le sirvió el cargo en bandeja. Supuso que ambos co-gobernarían, él desde la Comandancia del Ejército para eventualmente preparar su tránsito a la Presidencia.

Andrés Rodríguez supo esperar, nunca antagonizó a Stroessner hasta que lo vio como lobo caído y se le fue encima con la manada. Wasmosy también practicó los rituales de cortesía y no antagonizó a nadie en su ascendente carrera empresarial. Una vez lanzado a la campaña política evitó denigrar a sus adversarios del Partido Colorado. Le costaba absorber acusaciones personales y salvo contadas oportunidades no las devolvió. Era un conciliador inveterado. Oviedo era agresivo, imperativo, un cuartelero que a pesar de su pasión por los deportes no aceptaba perder ninguna partida. La formación que tuvo en Alemania le sirvió para aumentar su histrionismo, a falta de habilidad para comunicarse en alemán.

El motivo principal del distanciamiento fue esa profunda brecha de formación, actitud, visión del mundo y de las cosas que el poder compartido no pudo conciliar.

El segundo, motivo fue más estructural que personal y tenía su raíz en los grandes privilegios de que gozaba el estamento militar en cuanto brazo armado del Estado, pero sobre todo como actor político de primer orden por encima de cualquier asociación partidaria. Las Fuerzas Armadas, bajo la jefatura de Stroessner primero y Rodríguez después, fue un partido en sí mismo. Encumbró a líderes políticos según su conveniencia alineándolos como subalternos a la maquinaria del poder y radiando a quienes se le opusieran, de la corriente o signo que fuere. Fue relativamente fácil pues los jefes militares utilizaron la fuerza, pero más asiduamente los cargos y canonjías e incluso las liberaciones impositivas y permisos para actividades marginales.

Así fue como destruyeron, o atomizaron y desactivaron, las organizaciones de la sociedad civil. La única institución importante que no pudieron copar fue la Iglesia Católica, inficionada solamente en sus bordes. La jerarquía católica fue acosada durante la fase terminal del stronato, cuando el liderazgo de monseñor Ismael Rolón resultó en exceso contraproducente a su permanencia como Gobierno 12/. Todo lo demás quedó controlado, aherrojado por el estado policial o régimen de terror construido por Stroessner. Rodríguez fue partícipe de esa arquitectura. Bajo las presiones de un orden internacional alejado de los moldes de la Guerra Fría y una sociedad civil que empujó transformaciones internas, él tuvo que desmontar de a poco esa estructura represiva. La Constituyente de 1992 fue el punto de partida a otra conformación jurídico-política. Ella puso límites precisos al poder militar y lo subordinó a la función que constitucionalmente corresponde a una Fuerza Armada Nacional.

Pero la Constitución es un documento y otra cosa la costumbre. Las Fuerzas Armadas habían sido tan integralmente desnaturalizadas y el Partido Colorado profundamente prostituido, ambos para prestar servicio al dictador, que de ellas no quedó nada sano como organización. A tal punto que sus jefes contaban con la capacidad de hecho para actividades ilícitas como el contrabando, la venta de documentos de identidad y radicación o la extracción de un porcentaje de los costos de obras públicas, actividades que ejercieron libremente 13/.

Estas prerrogativas no disminuyeron en nada durante el gobierno Rodríguez. Su dirección durante los primeros años de la gestión Wasmosy la compartieron éste con el general Oviedo, en un equilibrio inestable que con la inserción de actores partidarios de peso creciente en el Gobierno se tornó conflictiva. La cúpula militar resintió su desplazamiento a la posición subordinada que las direcciones del PLRA, PEN y una heterogénea fuerza del Partido Colorado trataron de imponerle desde el Congreso. Fuera de los partidos, desde el Movimiento de Objeción de Conciencia a la Asociación de Familiares de Víctimas del Servicio Militar, se gestó un movimiento progresivamente anti-militarista en la medida de los derechos negados y repetidos crímenes cometidos dentro de la institución militar 14/.

Vista la historia de excesos de los altos mandos, en algunos colectivos se discutió la necesidad de reducir el número de efectivos militares e incluso transformar las Fuerzas Armadas en una Guardia de Fronteras adecuada a las funciones estrictas de defensa. Wasmosy nada quiso saber de esto. El deseaba tener a la corporación militar como su as de espada para negociar sus propios intereses y los de su equipo de empresarios de cara a los partidos. Oviedo pretendía recuperar para los militares las facultades discrecionales que tenían anteriormente, con miras a su propia proyección hacia el poder supremo. En esa área ellos persiguieron objetivos divergentes. Era solo cuestión de tiempo para que esa sórdida lucha de poder estallara. De una actitud conciliadora y permisiva Wasmosy pasó a la desconfianza y a los planes para desembarazarse de su hiperactivo comandante. Los norteamericanos tuvieron su parte en este cambio de actitud, los brasileños otro tanto.

La CIA y la DEA anduvieron siguiendo y recogiendo evidencias del ininterrumpido tráfico de drogas por la frontera. Ellos detectaron que Oviedo estaba envuelto en ese tráfico --ver informe de inteligencia en el capítulo siguiente. En algún momento el embajador Robert Service conversó con Wasmosy acerca del tema. Service era un diplomático de carrera poco dado a las manifestaciones públicas, firme pero de mucho tacto. Tenía un buen relacionamiento con el presidente a quien conocía como desafecto al narcotráfico. Precedente mediato de ello fue el asesinato del general Ramón Rosa Rodríguez, secretario ejecutivo de la SENAD. La escalada de Oviedo en su campaña proselitista desembozada concitó cada vez mayor rechazo en las distintas carpas partidarias, campaña que tampoco fue del agrado de Wasmosy.

Brasilia presionaba desde otro frente ante pruebas concluyentes de que las armas y drogas trasladadas desde Paraguay no sufrían interdicción alguna. En consecuencia y a manera de represalia redujo la cuota de compra de USD 250 a USD 150 por persona en la frontera. El presidente Fernando Henrique Cardoso afirmó que el 80 por ciento de las armas ilegales que ingresaban a Brasil lo hacían vía Paraguay. Su ministro de Justicia, Nelson Jobim, abundó en detalles: gran parte del armamento confiscado a los narcotraficantes era de origen norteamericano y pasaba al Brasil por Pedro Juan Caballero. Eran principalmente AR15 y AK45, fusiles automáticos de gran potencia 15/. Los gobiernos de Estados Unidos y Brasil trabajaron coordinadamente en dicho tema.

Detrás de aquel revuelo subyacía una consideración política, a saber, la llegada de un general a la Presidencia no gozaba de predicamento en Washington y tampoco entre los demás asociados al MERCOSUR. Menos aun si tuviese conexión con el narcotráfico. Wasmosy tuvo muy claro el panorama. Oviedo le estaba creando demasiados problemas a nivel internacional e interno, con efecto sobre la gestión gubernamental como un todo.

Pero no era Oviedo el único problema. La mayoría de los generales de la Caballería, además de sinnúmero de jefes y oficiales retirados, respondían a su desafío de tomar de vuelta el mando. Les seducía el pasado. Les atemorizaba el futuro con beneficios que iban siendo recortados año tras año. Les resultaba difícil, en suma, ser privados del desmesurado poder corporativo que poseyeron durante el stronato y su continuación versión Rodríguez.

La puja Wasmosy-Oviedo era pues por las mentes y los estómagos de esa casta militar repentinamente enfrentada a un ambiente en el que los políticos estaban por encima en el Gobierno. La sociedad civil, en su gran mayoría, le condicionaba salir a los militares de la arena política. Extremos éstos que en los cuarteles fueron comentados como 'injustos' e 'irrespetuosos'. Oviedo encarnó esa reacción y tuvo arrastre entre los elementos más retrógrados del Ejército, entre los políticos pro-militaristas de diversas fracciones políticas --no solo en el Partido Colorado-- y en los estratos de ingreso superior e inferior sedientos de las soluciones extremistas asociadas al tendotá, el caudillo.

Esos fueron los motivos no expresados que condujeron al pase a retiro de Oviedo y al abortado alzamiento en abril 1996. De no ser por la postura contraria a un golpe militar y de apoyo a Wasmosy manifestada por los Gobiernos de Brasil y Estados Unidos, por medio de sus embajadores Marcio D'Oliveira y Robert Service, Oviedo se hubiera salido con la suya. Los Gobiernos de Argentina y Chile y el secretario general de la OEA, César Gaviria, tuvieron activo papel en la resolución de la crisis junto a D'Oliveira y Service. Aquella fue una intervención en pro de la institucionalidad --a nivel político y diplomático y altamente positiva. Permitió que la transición continuara. El mundo había cambiado, Paraguay estaba inserto en él y los mesianismos no eran otra cosa que piezas de museo.

Oviedo se había convertido en pieza de museo.

El proyecto del puente Foz de Yguazú-Presidente Franco objeto de un tratado con Brasil que no fue aprobado en el Congreso y en el que Wasmosy tenía particular interés fue accesorio a la trama que ya en aquel momento tenía decisión tomada. Los preparativos militares ordenados por Wasmosy se pueden rastrear a octubre 1995, posterior a otra bravuconada de Oviedo sobre la Fuerza Aérea. Sus chantajes sobre el presidente ya comenzaron en diciembre 1994 cuando exigió la renuncia del comandante de la I División de Infantería general Carlos Ayala y se atrincheró en la Caballería. Ayala fue trasladado al Chaco como concesión, lo que exacerbó en el díscolo jefe la sensación de su omnipotencia 16/.

Oviedo y Wasmosy tenían intereses comunes, no negocios comunes. Se utilizaron mutuamente y cuando la presión de uno sobre el otro resultó insostenible, se declararon enemigos. Aquel fue el penúltimo drama de la transición en Paraguay.


JUAN CARLOS WASMOSY


El primer presidente civil de la República desde que en 1954 fuera depuesto Federico Chaves, afiliado al Partido Colorado y empresario, ingresado a la política como candidato de la corporación militar con aval del general Andrés Rodríguez y apoyo de la Junta de Gobierno presidida por Blas N. Riquelme, allegado de Rodríguez.

Su padre Juan B. Wasmosy fue artillero durante la guerra del Chaco y diputado a fines de la década del `30 hasta la disolución del Parlamento en febrero 1940 bajo José F. Estigarribia. Wasmosy hijo inició su experiencia profesional desde muy joven incursionando en la construcción de obras civiles. Con Denes Tómboly, también ingeniero, formó la sociedad Tómboly-Wasmosy que no tuvo éxito. El mercado estaba dominado por constructoras asociadas o dependientes de los parientes y del entorno de militares cercano a Stroessner en el área de obras públicas. Para evitar la marginación en licitaciones de tales obras, Wasmosy optó por afiliarse al Partido Colorado con padrinazgo del dictador. De esa manera entró, al exclusivo club de los contratistas que con los generales y los directivos de la ANDE tuvieron participación en los trabajos adjudicados por Itaipú Binacional y Yacyretá Binacional desde 1974 en adelante.

La conformación de aquel equipo privilegiado fue básicamente con el presidente de la ANDE Enzo Debernardi a la cabeza, por el lado paraguayo, secundado por sus hombres de confianza los ingenieros Jorge Krisch, Hans Krauch, Fidencio Tardivo, Zoilo Rodas y Raúl Cubas Grau. Alfredo Stroessner puso a su hijo Gustavo, su secretario privado Mario Abdo Benítez y su pariente Hirán Delgado von Leppel, en tanto el canciller Raúl Sapena Pastor llevó a su hijo Raúl Sapena Brugada y como segundos a Carlos A. Saldívar y Alberto Nogués. Andrés Rodríguez en sociedad con Adolfo Samaniego y otros generales fue la tercera pata del trípode. A ellos se sumaron cada cual con sus firmas privadas sea consorciadas a constructoras extranjeras o como consultoras nacionales los demás ingenieros, abogados y profesionales de otras ramas. Wasmosy tenía acciones en ECOMIPA, de inversionistas argentinos, y con dicha empresa integró el Consorcio de Empresas Paraguayas (CONEMPA). CONEMPA fue la contraparte de UNICON de Brasil para la construcción de obras civiles en Itaipú. Los contratos iníciales para estudios, relevamiento y cuestiones jurídicas se canalizaron a través del Grupo Consultor Alto Paraná, en lo esencial dirigido por la misma gente de CONEMPA y extendido a consultoras como MONITOR de la cual formaron parte Enrique Bendaña y Miguel Ángel Manzoni.

Manzoni era pariente de Wasmosy y ambos tuvieron acciones en el Consorcio de Ingeniería Electromecánica (CIE), otra de las empresas principales proveedoras de Itaipú. Además de Wasmosy y Manzoni, en CIE pusieron su capital Raúl Cubas Grau, Hugo Aranda y Ramón Jiménez Gaona, teniendo de cerebro gris y palanca a Debernardi y a otro miembro del aparato, el abogado y empresario Conrado Pappalardo. Hubo muchos asociados dado que la cantidad de trabajo fue muy superior a la de cualquier emprendimiento público hasta entonces.

La alianza entre los caudillos de la corporación militar propiamente con una élite civil salida de las universidades fue en exceso rentable. En ella tuvieron destacado lugar los abogados --algunos de ellos legisladores como Luís María Argaña y Ezequiel González Alsina--, los ingenieros, economistas y arquitectos en un rango generacionalmente más joven y eminentemente técnico. Eran todos Colorados y a través de la afiliación rendían examen de lealtad ante el dictador, compromiso renovado con la membrecía al Centro de Ingenieros Colorados, Centro de Abogados Colorados, Centro de Economistas Colorados, etc.

Quienes no se adecuaron a esta normativa política quedaron relegados. Así por ejemplo Denes Tómboly todavía andaba peleando en 1978 por una licitación para pavimentar el trecho de ruta Coronel Oviedo-Santaní, consorciado con la empresa ECISA. A pesar de haber presentado la oferta más baja en precio este consorcio no obtuvo la adjudicación, siendo favorecida por decisión del Consejo Nacional de Coordinación Económica el grupo Entrecanales y Tavora SA- Entrecanales y Tavora Paraguay SA en cuyo directorio figuraban prominentes autoridades del Gobierno. El Banco Mundial en su carácter de prestamista de la citada obra desestimó la adjudicación irregular a Entrecanales pero el Ministerio de Obras Públicas hizo fuerza detrás de ella para que la decisión fuese aceptada 17/.

Entretanto Wasmosy tenía las puertas abiertas de par en par. Los contratos sobrepasaron la capacidad de CONEMPA y más empresas constructoras fueron subcontratadas. En cada una de las adjudicaciones hubo sobrefacturación, repartiéndose el monto entre los integrantes del equipo privilegiado en la medida de la porción de obra que cada firma iba completando. Se cobraba por el proyecto o diseño, por la construcción, por la supervisión, en los casos de equipamiento electromecánico por el transporte y montaje, los seguros correspondientes. En cada uno de ellos al costo real en insumos de capital, materia prima y horas-hombre se agregaba el sobreprecio (factor K). Este llegó a ser tan alto que, por citar nada más que Itaipú, su financiamiento se dobló (ver punto 4. de tabla 10, costo real y sobrefacturación, y NOTA TÉCNICA de tabla 12).

A los trabajos en Itaipú se superpusieron los de Yacyretá, otro bocado grande para los contratistas. En ésta también participó CONEMPA, dividiendo los contratos desde su dirección central entre Hernandarias/cantero de obras de Itaipú y Ayolas/cantero de obras de Yacyretá. El mecanismo utilizado para cumplir con tantos contratos a la vez fue la cadena de subcontrataciones, quedando siempre para la adjudicataria el mayor porcentaje del dinero.

Luego de desinteligencias por contratos y porcentajes, se formó Empresas Reunidas Impregilo-Dumez y Asociadas para Yacyretá/Unión Transitoria de Empresas (ERIDAY/UTE). Este consorcio tuvo a su cargo la construcción del camino Ayolas-San Cosme, obradores, puente de servicio isla Yacyretá-costa argentina, camino desde la cabecera del puente sobre el brazo Aña Cua y la base naval, embarcadero, presa lateral derecha desde San Cosme hasta el brazo Aña Cua, vertedero, presa isla Yacyretá e instalaciones para peces, vertedero brazo principal, esclusa de navegación en tierra firme argentina, presa principal izquierda lado argentino, presa lateral izquierda lado argentino, tomas de riego y demás obras auxiliares.

ERIDAY/UTE estaba constituida por 32 empresas paraguayas, argentinas, italianas, francesas y alemanas. A las europeas correspondió 50 por ciento de las obras y 50 por ciento a las argentinas y paraguayas. Tenía un directorio de 16 miembros de los cuales 4 eran paraguayos: por CEPAYA los ingenieros Antonio Hernáez y Oscar Gómez, por CONEMPA los ingenieros Juan Carlos Wasmosy y Ramón Jiménez Gaona 18/. CONEMPA y CEPAYA conformaron el consorcio reunido COCEP.

Este fue igualmente un chorrero de dinero. Quien debe saberlo con más certeza es el propio Wasmosy, o en su defecto Magno Ferreira Falcón quien tuvo la honra de ver una de las villas permanentes bautizadas informalmente con su nombre --por las sobrefacturaciones habidas.

Las grandes contratistas tenían sus ramificaciones que a su vez se conectaban con firmas menores y así sucesivamente. Los trabajos de extensión de líneas de transmisión, sub-estáticas, plantas de transformación, líneas de distribución y obras auxiliares con sus correspondientes equipos quedaron a cargo de dichas firmas. CIE construyó las piezas principales del equipamiento electromecánico de ambas centrales, por el lado paraguayo. ELECTROMON se encargó del montaje y la supervisión, control de calidad de la fabricación de equipos electromecánicos (turbinas y generadores, principalmente) e inspecciones en fábrica. En cuanto directores, tanto CIE como ELECTROMON tenían las mismas cabezas y Wasmosy era una de ellas 19/.

Los intereses entre empresas privadas, funcionarios de Itaipú y Yacyretá y altos cargos del Gobierno de Paraguay quedaron tan entrelazados que se confundían funciones de contratista, supervisor, fiscal, autoridad administrativa, ejecutivos, consejeros y directores. El equipo paraguayo, en su nivel más alto, fue uno solo aunque extendido. A veces las mismas personas a cargo de proveer o fabricar eran las que supervisaban, bajo distintas firmas. No era menos frecuente que los mismos directores o consejeros tuvieran participación en las empresas constructoras y proveedoras, de tal suerte que ANDE, las respectivas Comisiones Técnicas, las Entidades Binacionales y los grandes consorcios formados al efecto trabajaran en una simbiosis de identidad y naturaleza 20/.

Honorarios, sueldos, bonificaciones, pago de contratos, regalías y otros se multiplicaron en proporción a la cantidad de integrantes del equipo director, el que hasta febrero 1989 fue una extensión del aparato stronista. En los gobiernos sucesivos los viejos caudillos fueron gradualmente desplazados para dar espacio a los tecnócrata-empresarios. Mucho dinero de por medio, ellos se hicieron dirigentes políticos y, en el caso Wasmosy, gobernante.

Desde la posición de gobernante los negocios de Wasmosy se ramificaron grandemente. Su fortuna creció, se consolidó y superó a la de sus predecesores ya jubilados o radiados del poder. En el comercio exterior encontró un hueco y puso su propia empresa para fiscalizar los movimientos de y a través de Ciudad del Este. Esta fue CIVECA, Centro Internacional de Verificación de Cargas, especie de aduana paralela que recaudaba tasas y porcentajes sobre las mercaderías importadas y las mercaderías en tránsito con destino a Brasil. Sin pasar por ningún proceso de privatización formal Wasmosy privatizó parte de aquella aduana, la de mayor movimiento en todo el territorio. Sus ganancias fueron extraordinarias, 7 días a la semana, 365 días al año sin descanso. De complemento instaló ALGESA, Almacenes Generales SA que operó como depósito de carga diversa e hizo estibaje y warrant. Entre los antiguos aduaneros de la frontera corrió la historia de que Wasmosy comía a dos manos: CIVECA verificaba las mercaderías y ALGESA se quedaba con parte de ellas para autorizar la salida. Naturalmente que su nombre nunca apareció como dueño de tales emprendimientos.

Tampoco aparecía como dueño del ingenio azucarero San Luis ubicado en Puente Kyhá, departamento de Canindeyú, de la desmotadora INAGRISA, de Astilleros Chaco Paraguayo SA fabricante de barcazas, implementos agrícolas y reparación de buques. El astillero se hallaba enclavado en Chaco’í, en la costa del Río Paraguay. Astilleros Chaco Paraguayo y CIE, esta última con planta en Isla Bogado, Luque, fabricaron 30 embarcaciones fluviales de carga por pedido de inversionistas norteamericanos que cubrían el flete por los ríos Paraná-Paraguay-Río de la Plata. También cumplió pedidos para la firma local Vidal Flor Jara, entre ellos una barcaza de 1.500 ton. de capacidad apta para transportar contenedores. En tanto CIE fabricó componentes para hidroeléctricas de 4 países sudamericanos y para Taiwán. Tanto CIE como Astilleros Chaco Paraguayo tienen certificaciones de calidad internacional ISO para sus respectivas líneas de producción. Son industrias pesadas de alta eficiencia, las mejores en el país.

Uniendo varios rubros y recursos, Wasmosy quedó con la concesión del flete y seguro para los embarques de combustible de PETROPAR. Este gran negocio estuvo en manos de los presidentes, desde Stroessner con REPSA-REFCO-NAVIPAR a Rodríguez y finalmente a Wasmosy. Es el negocio presidencial por excelencia y a juzgar por lo que registra el punto 10 de la tabla 10 no es nada despreciable. La incursión de Wasmosy en la fabricación de barcazas tendría algo que ver con el flete de combustibles. El brazo financiero de estas actividades sería EFISA Financiera bajo el control de Wasmosy con Hugo Aranda.

Sin embargo, Wasmosy no precisó tener ninguna financiera o banco propio pues usó al BNT como su fuente de financiamiento particular. Al respecto es ilustrativo lo ocurrido en los emprendimientos Mariano Roque Alonso, COOMECIPAR II y Las Acacias. El primero es un conjunto habitacional situado en Mariano Roque Alonso diseñado para 3.500 apartamentos y cuya inversión ya iba por los USD 25 millones cuando fue suspendido por iliquidez de la prestamista, BNT. El segundo es una torre de consultorios y oficinas del gremio de los médicos y el tercero unos bloques para nichos mortuorios que los mismos directivos gremiales envueltos en el primer proyecto avalaron. Estos eran del CESITEP, gremio de los empleados públicos, CUT y CNT. Las constructoras adjudicatarias de las 3 obras fueron ECOMIPA de Juan Carlos Wasmosy y PEGASUS de un argentino Roque José Carmona.

Otras tantas firmas en las que Carmona aparecía como principal, EACSA, ARENAS y Empresa Hotelera Paraguaya (concesionaria del Hotel Guaraní, propiedad de IPS) también fueron beneficiadas con créditos del BNT que más adelante tanto el Banco Central como la Contraloría General calificaron de "irregulares".

Otros varios préstamos a senadores del Partido Colorado, entre ellos a Amado Enrique Yambay, quedaron en la misma situación 21/. El presidente del BNT, Edgar Cataldi, estuvo ligado comercialmente a Carmona y políticamente a Wasmosy.

El IPS perdió unos USD 95 millones y los trabajadores que aportaban a través del IPS resultaron perjudicados al quedar sin sus fondos y sin su banco. Era de ellos al menos nominalmente, pero las autoridades del Estado fueron las beneficiarias. El precio de COOMECIPAR II, Las Acacias y la veintena de edificios en Mariano Roque Alonso a medio construir fue valuado en unos USD 55 millones que, según los gremialistas, debía servir para reflotar el banco. No había mucho que hacer: su cartera morosa sobrepasaba el 70 por ciento y ninguna asistencia que tuviese podía levantarlo.

Para empeorar las cosas, no bien asumió Raúl Cubas Grau el sector público retiró lo último que tenía allí depositado. El BNT terminó en la quiebra, uno más de la serie de caídos a fines de 1998.

Wasmosy no tenía por qué preocuparse. Contaba con bien montadas estancias, florecientes empresas y otras inversiones esparcidas aquí y allá. Pero como los negocios en el terreno donde él activaba se hallaban estrechamente ligados a la política, antes de finalizar su mandato preparó un seguro especial. Del día a la noche se hizo empresario de prensa. Compró con Hugo Aranda los derechos del que fuera diario Hoy y lo refundó como El Día. Complementó con otro diario, Popular, invirtió en un canal de televisión que poco antes se había hundido --TEVEDOS-- y todavía le quedó recursos para extenderse a la radio. Entre periódicos, canal propio de TV, Radio UNO y, Radio Laser cubrió prácticamente todo el espectro de la audiencia nacional. Lo que se podría llamar un empresario de garra.

Así y todo, no pudo evitar que por el caso de las maniobras dolosas alrededor del Banco Desarrollo fuese enjuiciado, luego que el Senado prestase el acuerdo de rigor para desaforarlo. En su carácter de senador vitalicio Wasmosy no podía ser procesado judicialmente sino una vez levantados sus fueros. Otros juicios le esperaban.

Cuando Wasmosy asumió la Presidencia no hubo buena voluntad hacia su persona en los grandes centros de poder. Hubo extrema buena voluntad. En Londres, París, Nueva York, Brasilia, en las reuniones presidenciales del MERCOSUR, era el niño mimado. Le tendían alfombra roja y le preguntaban cómo podían ayudar para que la naciente democracia paraguaya se afianzara. Las fuentes crediticias internacionales estaban abiertas. El presidente de Paraguay era bien mirado, un hombre dinámico que había sorteado las trampas del camino sin las lastimaduras de los políticos profesionales.

Al principio se justificó que el Congreso no lo dejaba gobernar. Menos mal que no fue lejos en su idea de disolverlo. Luego fue Oviedo quien metía la mano en todo. Pero si era su compinche. Lo concreto es que Wasmosy hipotecó su crédito, tanto fuera como dentro, y teniendo todo a su alcance para enderezar la nave del Estado hizo lo contrario. Se enfrascó en sus propios proyectos personales sin importarle para nada la suerte de la ciudadanía y mucho menos el país.

La opinión de Alfredo Boccia es que la historia lo juzgará, pasado su buen tiempo, con menos dureza que al presente. Ayudó a preservar la libertad, que no es poca cosa. En eso Boccia tiene toda la razón. Pero Wasmosy nunca podrá ser mirado como el presidente de la libertad sino como el oportunista que privilegió sus empresas y las de sus amigos a costa del bienestar de la población.


NOTAS

1/ El descubrimiento de la emisión de cédulas a personas virtuales tuvo lugar al revisarse los registros del Departamento de Identificaciones. El salto de más de 200.000 números tuvo lugar en 1992 y principios de 1993, irregularidad que las autoridades justificaron como un "error informático" cuando el Tribunal Superior de Justicia Electoral (que reemplazó a la Junta Electoral Central) pidió informes al respecto. Esto ocurrió 4 años después del hecho y no existía en Identificaciones ninguna constancia de que las cédulas hubiesen sido expedidas. La persona virtual es una constante en Paraguay y se utiliza para distraer fondos y disfrazar fraudes tales como el cobro de haberes para ex combatientes ya fallecidos, la facturación de medicamentos e internación para pacientes inexistentes y el cobro de sueldos de funcionarios fantasmas.

Datos en Comité de Iglesias, Derechos Humanos en Paraguay 1994, pp. 27/28, y Apuntes Trimestrales, N° 42, enero-marzo 1997, pp. 9/11

2/ El Día, 23 de abril 1999, p. 82, entrevista a Juan Carlos Wasmosy

3/ Idem., p. 81

4/ La Constitución Nacional '92 estableció una nueva estructura política, con gobiernos por departamentos presididos por un gobernador y una Junta Departamental elegidos por voto directo. Quedaron suprimidas las Delegaciones de Gobierno. De acuerdo a los art. 156 y 164 de la Constitución Nacional las Gobernaciones gozan de autonomía política, administrativa y normativa como también de autarquía presupuestaria con asignaciones impositivas fijadas por ley

5/ El crecimiento de los cargos públicos, sueldos, dietas, gastos de representación y demás gastos de personal se encuentra en Ministerio de Hacienda, Presupuesto general de la nación 1992/1998. El año 1995 la remuneración del presidente de la República era de USD 93.500 por año, ministros USD 46.100 por año, diputados y senadores USD 46.100 por año, generales de división USD 26.000 por año. Al año 1993 el número de cargos públicos había ascendido a 173.000 de los cuales 55.600 eran del Ministerio de Educación, 30.500 del Ministerio de Defensa y 37.900 de las entidades descentralizadas. En el Ministerio de Defensa la mayor cantidad de personal eran soldados. A las empresas privatizadas LAPSA y CAPASA luego se sumaron ACEPAR y FME dividida en 2 compañías de transporte fluvial y una marítima. Las ventas de CAPASA, ACEPAR y la compañía marítima terminaron en acciones impagas, fraude y el abandono de 2 buques de ultramar en Brasil. Más referencias en ABC, suplemento económico, 15 de noviembre 1992, p. 7, y suplemento económico, 16 de abril 1995, p. 4, Ultima Hora, 17/18 de abril 1999, pp. 16/17, y 28/29 de agosto 1999, pp. 17/18

6/ Otros dos miembros de la resistencia contra la dictadura exiliados habían ocupado previamente la presidencia de Diputados y Senadores, Miguel Ángel Aquino y Waldino Ramón Lovera, ambos del Partido Colorado. A partir de la presidencia de Fernández Arévalos en el Senado, la rotación de cargos entre bancadas se hizo rutina en base a negociaciones repetidas cada año

7/ ABC, edición especial, 31 de diciembre 1997, p. 64, reseña del dictamen de la Contraloría General de la República en relación al fraude bancario desatado en 1995

8/ Noticias, colección de abril-junio 1995 y agosto 1995. Comité de Iglesias, Apuntes Trimestrales N° 40, octubre 1996, pp. 9/11

9/ Los bancos disueltos por resolución judicial o voluntaria fueron BANCOPAR, General, Bancosur, Mercantil, Unión, BIPSA, Itabank, Paraguayo Oriental, Finamérica, SSB Banco, Nacional de Trabajadores, Desarrollo, CORFAN (fusionado con Nacional de Trabajadores) y Corporación. Las financieras que siguieron igual suerte fueron Urundey, Sauce, Vanguardia, Sur de Finanzas, Estrella, Industrial, Mercantil de Finanzas, Corpus, Curupayty, Ortumar, Integral, Empresarial, Alfa, Unión Paraguaya, Plata, Everest, Finanban, Finanzas e Inversiones, Paraguaya, Sol, El Productor, Roble, Sudamérica de Finanzas, Finamérica Paraguaya, Ejecutiva, Caaguazú, Activa, Paratodo, Divipar y Cifra. Igual ocurrió con las casas de cambio Plata y Ortumar. En cuanto a las sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda que salieran de mercado: Hogar Propio (vinculada a BANCOPAR), Ahorros Paraguayos (vinculada a Unión), Consolidar, Oga Rapé (vinculada a Finanzas e Inversiones y Finamérica) y Nanawa. También salieron las siguientes empresas de seguro: Cristal, Génesis, La Continental, Ñane Retá, Oriental, Suiza y Unión Paraguaya. Banco Central del Paraguay, Superintendencia de Bancos, Listado de entidades financieras autorizadas a operar y entidades en liquidación, Ultima Hora, 4/5 de diciembre 1999, p. 31, y Superintendencia de Seguros, Empresas de seguros autorizadas a operar y empresas de seguro con intervención o en proceso de liquidación, Ultima Hora, 11 de setiembre 1999,p.61

10/ Análisis en profundidad en Marta González Ayala y Madelín Otazo, Porqué quebraron los bancos (Asunción: s/e, 1999). Más datos en Ultima Hora, 16 de abril 1999, p. 13, y 16/17 de octubre 1999, p. 19, Noticias, 19 de setiembre 1999, p. 29, Ultima Hora, 21 de octubre 1998, p. 13, y 26/27 de setiembre 1998, p. 23

11/ Ultima Hora, 16 de abril 1999, p. 13, y 13 de mayo 1999, p. 13. La mayoría de los depositantes del fraude bancario recuperó parte de su dinero ya devaluado y sin los intereses, el resto quedó en la calle o tuvo que impulsar engorrosos juicios ordinarios

12/ Información al respecto se lee en Miguel Carter, El papel de la Iglesia en la caída de Stroessner (Asunción: RP Ediciones, 1991), en especial capítulos 5 al 9

13/ Sobre la descomposición de las Fuerzas Armadas y el Partido Colorado así como su evolución ver Marcial Antonio Riquelme, Stronismo, golpe militar y apertura tutelada (Asunción: CDE/ RP Ediciones, 1992). Benjamín Arditi, Adiós a Stroessner. La reconstrucción de la política en el Paraguay (Asunción: RP Ediciones, 1992)

14/ El ejercicio del derecho a la objeción de conciencia tuvo auge a partir de 1995 con 1.547 declaraciones, las que aumentaron después de los sucesos de abril 1996. Sobre el particular ver Alter Vida, Amnistía Internacional Paraguay y otros, Derechos humanos en Paraguay 1996 y 1998, "Objeción de conciencia al servicio militar", por Hugo Valiente (SERPAJ -PY)

15/ "Presidente de Brasil se quejó y aplicaron sanción a nuestro país", Comité de Iglesias, Apuntes Trimestrales N° 40, 1996. "Tráfico de armas y drogas generó conflicto con Brasil", Comité de Iglesias, Apuntes Trimestrales N° 37, 1996. Comentario de Mauricio Schvartzman sobre relaciones ambiguas Wasmosy-Oviedo y atención de Estados Unidos sobre el narcotráfico en Noticias, 2 de octubre 1994, p. 6

16/ Secuencia de los desencuentros y movimientos de Wasmosy y Oviedo que desembocaron en la crisis del 22/23 de abril 1996 se encuentra en José María Costa y Oscar Ayala Bogarín, Operación Gedeón. Los secretos de un golpe frustrado (Asunción: Ed. Don Bosco, 1996), capítulo 5

17/ La Tribuna, 29 de setiembre 1978, p.5

18/ ABC, 13 de enero 1984, pp. 16/17

19/ Las empresas asociadas en CONEMPA fueron Barrail Hnos. SA, Compañía General de Construcciones SRL, ECCA SA, ECOMIPA-Empresa Constructora Minera Paraguaya SA, Ing. Civil Hermann Baunman, Jiménez Gaona & Lima Ingenieros Civiles Empresa de Construcciones. El Grupo Consultor Alto Paraná (GCAP) tuvo como contraparte a las firmas brasileñas ENGEVIX, PROMON, THEMAG e HIDROSERVICE. En cuanto a ELECTROMON, sus contrapartes de Brasil fueron THEMAG, PROMON, HIDROSERVICE, ENGEVIX, BERENHAUSER, BARBOSA y MONTARA. CIE quedó a cargo de los equipos permanentes con ITAMON de Brasil. A su vez, las mayores empresas electromecánicas de Paraguay y Brasil quedaron consorciadas en ITAMON para llevar a cabo la fabricación y montaje de las turbinas y generadores de Itaipú. Información en Itaipú Binacional, Aprovechamiento hidroeléctrico de Itaipú, 1995, pp. 13/15

20/ La lista de autoridades de la Entidad Binacional Itaipú se lee en Comisión Mixta Técnica Paraguayo-Brasileña, Informe resumido sobre el proyecto Itaipú, 1974. Dicha Comisión Mixta estuvo presidida por los representantes Enzo Debernardi y Amyr Borges Fortes, de Paraguay y Brasil respectivamente. Por el lado paraguayo en el Comité Ejecutivo estuvieron Hans Krauch, Carlos Facetti, Federico León Bojanovich y Zoilo Rodas Rodas. El directorio ejecutivo de la EBI estuvo integrado por Enzo Debernardi, Hans Krauch, Antonio Colman Rodríguez, Victorino Vega, Fidencio Tardivo y Carlos Facetti. El representante por el Ministerio de Relaciones Exteriores fue Carlos A. Saldívar

21/ Ultima Hora, 16 de setiembre 1998, p. 18, 7/8 de agosto 1999, p. 22, y 11/12 de setiembre 1999, p. 25.


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Fuente: DOSSIER PARAGUAY

LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS

Obra de ANIBAL MIRANDA

Impreso por AR IMPRESIONES,

Asunción – Paraguay

Abril 2000 (358 páginas)

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