CÓMO ATRAER LAS HADAS AL JARDÍN (POESÍA) y JARDÍN SARAMBÍ (CUENTO)
Obras de RAQUEL CHAVES
RAQUEL CHAVES : Raquel Chaves, paraguaya, es poeta y docente. Ha escrito en diarios sobre temas culturales y ecológicos. Ha coordinado grupos de estudio sobre poetas como Octavio Paz y Jorge Luis Borges.
Es autora de TODO ES DEL VIENTO: SIETE VIAJES, Alcándara, 1984; ESPACIO SAGRADO, Don Bosco Intercontinental, 1989, y PARTES DEL TODO, Arandurã, 2000.
Figura en antologías bilingües como “POESIE PARAGUAYENNE DU XX SIECLE”, Patiño, 1990, y la de SUSAN SMITH NASH, así como en las publicadas por la Sociedad de Escritores del Paraguay y las de Escritoras Paraguayas Asociadas. También aparecen sus poemas en libros de lectura como los de María Isabel Barreto y Ella Salazar
Reside en Asunción, y promete escribir seis partes más del TODO con ese mismo título.
CÓMO ATRAER LAS HADAS AL JARDÍN
El reino de las hadas retrocede
en Asunción, ciudad que vive
tras las rejas y aún así...
El reino de las hadas espera
en Asunción... Ciertas plantas,
ciertas flores, son necesarias
para las hadas del jardín...
Ellas aman que un panambí
vuele a ras de las verbenas;
visitan las lilas del verano
y las clavelinas, el romero,
las modestas zinnias...
El dondiego de noche hará
que vengan al oscurecer
y una fuente de agua será
invitación para nereidas...
Aún así, tras las rejas
de Asunción, un reino sutil
vendrá!
(Partes del Todo , Arandurã, 2000)
JARDÍN SARAMBÍ
Cuando tenía doce años empecé a darme cuenta que todos vivíamos de una manera que abuela Emilia supo definir: jardín sarambí. Ella mezcló jardín con sarambí y recreó, desde las palabras, el desorden que yo veía extenderse desde mi cuarto -sábanas, cuadernos, muñecas de la infancia, medias y zapatos- hasta el resto de la casa y el barrio, Asunción y los confines del país yendo al universo todo. Yo creía natural el desorden de mi cuarto, pues en la casa vivíamos sobresaltados porque venían gentes que tenían miedo de otras -era tiempo de revoluciones- y los afectos estaban divididos en bandos. Luego tuvimos que llevar algunos muebles al sur, porque nos fuimos unos años. Al volver, seguía el desorden que se notaba hasta en las plantas: habían sacado la Santa Rita y el ciprés de las Navidades. El orden lo ejercía el jazmín, clavado ahí, perfumando las noches tórridas. Siguió un largo tiempo sin revoluciones. Pero a no engañarse: el orden era impuesto desde fuera. Dentro mío había un ir y venir de sentimientos opuestos que se reflejaban en lo que hacía. Lo dice el refrán: “lo que está dentro, está fuera". Me pasaba largas horas con un diccionario, haciendo acopio de todas las palabras que expresasen ese par de opuestos, siempre cambiantes, que me habitaba: amor-odio, alegría-tristezas, serenidad-ira, verdad-mentira. Yo era ese ir y venir que me parecía atroz, que iba de mí y retornaba del mundo, como el boomerang de los nativos australianos.
Me sentía a veces cansada. Con los ojos abiertos, andaba por ahí como una Alicia sin el país de las maravillas. Es que mis búsquedas iban del mundo a los libros, pasando por mi corazón, que velaba. La respuesta vino esa tarde que visitamos con mamá a tía Isabelita. Estaba ella con sus ojos azules contemplando lo que más amaba: rosas muñequita con kaaré, reseda y cardosanto, ajenjo entre violetas, el niño azoté junto a las verbenas. Todo mezclado con todo: un desorden que pugnaba por vivir bajo el sol. Tenía razón abuela Emilia. Mi mundo era un jardín en desorden y a mí me tocaba encontrar la armonía. ¿Qué hacer? Recordé el otro libro que tanto amaba, que papá me había traído una tarde de diciembre. Contaba el encierro del Minotauro en un laberinto. Aunque su prisión había sido diseñada, él, como yo, buscaba una salida. La respuesta vino, esta vez, de un epígrafe revelador: "Del laberinto, solo se sale por arriba...". En ese momento comprendí y sentí, casi físicamente, que tenía, a la altura de los hombros, algo parecido a alas. Miré hacia arriba. ¡Era la libertad! Ahora lo confieso: ¡la imaginación me ayudó a volar!
(CUENTOS Y POEMAS PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES)
Editado con el auspicio del FONDEC
QR Producciones Gráficas S.R.L.,
Diciembre, 2002 (210 páginas).