EL PAÍS DE MI INFANCIA (CUENTO) y
VERANO ; LA PALABRA (POESÍAS)
Obras de SUSANA RIQUELME
SUSANA RIQUELME : Escritora y poetisa. Tiene en su haber doce poemarios inéditos y cinco libros editados:
- ENTRE LA CUMBRE Y EL ABISMO (CUENTOS)
- LAS VOCES QUE ME HABITAN (POEMAS)
- DESDE MI ESPACIO (REFLEXIONES)
- LA LUZ DEL PENSAMIENTO (REFLEXIONES, LIBRO VIRTUAL)
- POEMAS PARA YULA
Cuenta con 14 premios y menciones en concursos de cuentos y dos primeros premios en concursos de poesía.
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EL PAÍS DE MI INFANCIA
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¿Dónde está el camino que conduce al país de mi infancia? Luminoso país. ¡Esplendoroso! Lluvias de plata dibujando pedacitos de mar en las veredas. Tardes doradas de sol paseando libremente por las calles. Mariposas azules alborotando el aire tibio de verano. En el país de mi infancia era siempre verano, siempre, jamás hubo un invierno desnudando los árboles, dejando a los pájaros huérfanos del calor de sus nidos.
Estoy buscando el camino que conduce al país de mi infancia.
¡Ah, si yo pudiera volver! Si yo pudiera recuperar esa inocencia que me llenaba de estrellas los ojos, si yo pudiera beberme las gotas de rocío que titilan sobre las hojas del rosal y perfumarme con ese aroma de jazmines impregnando las noches de verano. Si pudiera treparme a mi bicicleta verde y jugar carrera con el viento. Si pudiera dejar mis zapatitos blancos en la ventana, y espiar oculta detrás del sillón de mimbre de mamá, hasta que el sueño me venciera.
¡Oh, dichoso país el de mi infancia!, no existe otro lugar en todo el mundo que quisiera visitar con tantas ansias.
Niñita tímida y frágil de largas trenzas doradas, ¿estás allí? ¿En qué exacto momento te has quedado? ¿No quieres compartir conmigo tus mantecados con dulce de guayaba, tu libro Botón Tolón, tu rosario celeste? ¿No quieres que juguemos juntas con tu muñeca Lulú, con tus figuritas, con tu pizarrón verde y tus tizas de colores? Yo te prometo limpiarte las rodillas cada vez que te caigas y no contarle a mamá que te sacaste los zapatos para correr descalza por el patio. Yo te prometo bajarte la pelota que quedó sobre el techo y ayudarte a hacer amiguitas de pan para arrojarlas a los pececitos del aljibe.
Solo te pido a cambio que me ayudes a recordar algunas cosas, algunas cosas que se me extraviaron en los trajines de mi largo viaje. Cuéntame dónde quedó mi capacidad de ser feliz, tan pero tan feliz como eras tú, niñita dulce como los mangos dorados que mojaban tus labios.
Yo te prometo espantar a los monstruos que se esconden detrás de las columnas de la terraza, y a los jinetes de fuego que se escapan de las ventanas del garaje. Yo te prometo apagar la lluvia el día de tu cumpleaños, ayudarte a buscar tus caracoles y curarle la oreja a Bugui.
¿Ves Chiquita? También yo te hago un poco de falta, también yo tengo algo que darte. Es absolutamente necesario que encuentre el camino que lleva al país de mi infancia. Hay una niña que me espera allí, impaciente, con una impaciencia parecida a la mía, con unos miedos parecidos a los míos, y unos enormes ojos asustados que miran desde el fondo de mis ojos.
¡Ah!, querida mía, cuánto te extraño, ¡cuánto te necesito!, ¡cuánto te amo!
Enséñame a tener paciencia, a creer en la gente, a rezar el yo pecador, a esconderme de la soledad para que nunca me encuentre. A ponerle una trampa a la tristeza y arrojarle piedras a la intrusa de la guadaña si es que intenta acercarse.
Enséñame a contar estrellas fugaces en el cielo de verano.
Enséñame a bailar el vals de la viuda alegre con zapatitos de punta y un tutú blanco.
Enséñame a jugar descanso en el patio de piedras, y a pescar en el río Pilcomayo, bajo un árbol dormitando en la siesta de mi querida Clorinda, tan lejos en la distancia y en el tiempo.
Enséñame a recorrer pesebres y decir: Está muy lindo tu pesebre.
Enséñame a ser niña, enséñame a recobrarte, en cada día que se enciende, en cada noche que se apaga. En cada rosa que florece en el rosal de rosas encarnadas. En esa paloma extraviada que no decide hacer su nido en un alero de la casa. En esa niña de ojos color bruma, con chispitas doradas, como los tuyos, que Dios me mandó de regalo.
También yo tengo muchas cosas que enseñarte, todas esas corsas que querías saber y nunca te atreviste a preguntar. Yo puedo explicarte el significado de esas palabras que daban vueltas en tu cabecita, y luego quedaban allí, acurrucadas en un rincón, lastimándote, clavándote con un puñal de adentro para afuera, y abriéndote una herida por la que un día escaparon tus ilusiones, tus anhelos, tus sueños de niña.
Abrázame fuerte pequeña, fuerte, y déjame que yo te abrace hasta fundirte en mi cuerpo. Y sentir que somos dos, dos para espantar el dolor y las penas, para caminar juntas por la vida, y saber que si puedo recobrarte a ti, iré recobrando poco a poco la inocencia y mis ojos volverán a poblarse de estrellas.
VERANO
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Una pandorga remonta
el cielo azul de verano.
Una rosa nos ofrece
sus pétalos encarnados.
Es verano, es sol, es vida
risas sueltas sobre el prado,
nostalgias alborozadas,
noches cortas, días largos.
Los gorriones con su trino
ensordecen el verano,
por una miga de pan
un canto desafinado.
Y a la distancia se escuchan
los acordes de un piano,
no sé por qué se me ocurre
que es un viejo piano blanco.
Y yo me tiendo en la hamaca,
el sol se tiende a mi lado.
LA PALABRA
La palabra está viva
la palabra no muere,
vibra, se hace camino
en el espacio denso.
Y a veces se oye un verso
flotando a la deriva
y un poeta sonríe
sin que nadie lo note.
Y a veces una rosa
arroja su fragancia
y todos se detienen
a aspirarla en silencio.
Porque no hemos perdido
el amor a lo bello
y una esperanza débil
empuja nuestros pasos.
Fuente:
(CUENTOS Y POEMAS
PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES)
(Enlace a datos y obras publicadas
en la GALERÍA DE LETRAS del
QR Producciones Gráficas S.R.L.,
Diciembre, 2002 (210 páginas).
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