BRIZNAS. SUERTE DE ANTOLOGÍA
© Ricardo Mazó
Edición al cuidado del autor,
Diseño gráfico: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
Viñeta: CARLOS COLOMBINO
Edición de 1.000 ejemplares
Inscripción solicitada a la Agencia Española del ISBN
Hecho el depósito que establece la Ley 94
Se acabó de imprimir el 28 de abril de 1982
en los talleres de Editora Litocolor
Asunción, Paraguay (111 páginas)
BRIZNAS
En el norte, en el sur,
del este hasta el oeste,
he vivido mi vida
y sólo tengo briznas
de recuerdo.
No importa, ojala
valgan mis briznas
como en alguien vale
un sonoro silencio.
ENVÍO
A César Alonso de las Heras,
quien si bien no me enseñó a escribir,
me enseñó cómo hacerlo.
1981
PRIMEROS POEMAS
(1946)
A UNOS OJOS
Son los tuyos, Gloria
¿Dónde vivió el color que hay en tus ojos?
¿Acaso en el cristal de alguna fuente
que queriendo pensar quedóse quieta?
¿O en un cielo cansado de celestes
y ansioso de vibrar que se volviera
un mar fingido con celajes verdes?
¿Dónde vivió el color que hay en tus ojos?
¿Tal vez en un pincel, tímido, antiguo,
que sobre un lienzo nunca se atreviera?
¿O entre algas, fugaz, en el suspiro
-burbuja para olas- de una perla
por algún verdiazul coral marino?
¿Dónde vivió el color que hay en tus ojos?
Sólo en tus ojos, pues nació contigo.
1946
MOTIVOS GRIEGOS
Grecia llora con lágrimas celestes
y harmoniosa sonríe su esperanza.
Escena
El Olimpo, divino y azulado,
-un párpado a la luz en la campiña-.
I
Sileno canta el goce de la vida
y va tiñendo a Baco de morado.
Una encina, oscura de misterios,
quiere escuchar su verbo milenario.
Al oírlo florece sonriendo
y un fruto cae madurando tardo.
II
Un genio rubio con el fresco pámpano
adornando su frente sonrosada
con azucenas y con mirtos teje
una blanca corona para Diana.
Pero la diosa, malhiriendo un ciervo
de aramanto se ciñe una guirnalda.
III
Agreste Pan de la amarilla flauta,
robusto dios que moras entre encinas,
vuestro fauno del bosque de las hayas
ha corrido, perverso, a mis ondinas
que cubiertos sus senos con medusas
iban buscando a Febo por la playa.
IV
Tres centauros marchitan la pradera
con los rudos martillos de sus cascos
y el labrador lloroso por su tierra
pide a su dios defensa y desagravio.
Hércules usa de su fuerza y deja
en paz a la pradera y sin centauros.
V
Esbelto un efebo el prado guarda
y su oveja del diente de los lobos.
Un homérida pasa, y se detiene
contemplando esa réplica de Apolo.
Y a la sombra del seno de los dioses
hay rubor de la tarde en ambos rostros.
VI
La vid enseña su placer eterno
con gotas de color y zumos agrios.
Y Cupido, travieso y sonriendo,
moja sus flechas en el dulce -amargo
del vino que en hilos va corriendo
para estampar sus vetas en un mármol.
1946
HORAS VACIAS
(Austin, 1948-1951)
En medio del aire tibio
tú no sabes cómo sueño.
Tus sombras se me proyectan
desde algún verano viejo.
"... TU ROSTRO OSCURO DE PERFIL GITANO"
R.A.
No, no se muere el verano.
Está naciendo ahora apenas.
Te he hallado quieta, mirando
un horizonte cualquiera.
Pero, eso sí, entre tus manos
con la rosa de la tarde muerta.
Y contigo en el nervio de la carne
para pedirte cosas que no quiero.
Y contigo, ausente imaginaria,
para buscar tu labio en mi recuerdo.
Siempre vuelves. La voz es diferente
pero el color, la forma y la evasión continua
se parecen a tí, tanto que a veces
no sé con quién estoy, no sé del cambio
que nos diera estaciones invertidas.
Y para qué decirte más, si tú ya sabes
que mis horas se vuelven sentimiento
hacia tí, para tí, todas las tardes.
Todo me trae tu recuerdo.
Es el mismo verano. Y en el aire
las ramas del paisaje van al cielo.
Entonces era así. Violento
y tibio. Solos nosotros para nadie.
Para nosotros, sin mirar el tiempo.
Hoy somos dos. Yo mismo y algún canto.
Astrolabio de fugas sin palabras
unos ojos, los tuyos, y mis manos;
nuestra heráldica frente coronada
y dos flechas sencillas en un arco.
Vamos a huir de los rincones viejos.
¿Para dónde? Quién sabe. El aire es tuyo.
Haré yo mío el mar, harélo nuestro.
Y en la onda nueva, con aliento impulso
zarparemos, amantes, justo en tiempo.
El destino se escapa como siempre.
¿Hay que llegar acaso a alguna parte?
Sin brújula viajemos a un poniente,
un poniente cualquiera, acaso un arte
que fuera todo, menos el presente.
Con la puerta cerrada. En nuestras manos
una flor para el dios desconocido.
Sacrificio de mundos meridianos
para nosotros reavivando el mito.
En la perfecta apreciación del aire
carne de alma y vocación de muerte
nuestros ojos aprenden del desaire
que nace de tenerte y de perderte.
Fue tuya y mía la emoción inerte
del tiempo que se va, gozo de amantes,
en espera mirada, y que se vierte
tembloroso en clepsidras caminantes.
El romance se ha muerto justo en tiempo
para seguir viviendo.
Todo ocurrió tan de imprevisto en esa
vacación sin comienzo.
No nos tentó el cansador pecado
de eternizar el nuestro.
¿Dónde tendré que pronunciar tu nombre
para no escucharlo más en mis sentidos?
¿Dónde tendré que dirigir mis ojos
para verte y no verte tan seguido?
Los lugares comunes
que tus ojos miraron con los míos
ya no están frente a mí. Y las mañanas
tienen otro color y otro sonido.
Las voces son ajenas. La distancia
se mide en paralelos sin motivo.
Sólo tu nombre claro está presente.
Vuelve en sílabas sueltas, repetido,
para decirme lo que quise siempre.
Si fue sin querer que conocimos
nuestra caricia, la prohibida al darse,
yerma en esencia pero tan fecunda
como golfos de mares tropicales;
si fue sin querer que conocimos
esa ansiedad con límites de carne,
piedra de escándalo ante las vidrieras
siempre abiertas del ojo de las calles,
tú no tienes la culpa. Yo tampoco.
Caiga la pena al tibio de la tarde.
RETORNO
(1951-1953)
PRÓLOGO
Después de tanto tiempo
tu figura
en el hueco apagado de la tarde.
Yo contigo
compartiendo la flor por renovarse.
"TU MORENO PERFIL YA RENACIDO... "
JLA
En brazos de la mar hunde cadenas.
Estuario, retorno, flanco, inciertos;
rémora, cumbre, sal, ambos despiertos
con sangre igual, antigua en nuestras venas.
Tensa, veloz, ballesta contra almenas;
ardiente aceite, escala, muro, abiertos;
te entregas tú, me entrego, quedan yertos,
los recuerdos pasados, las faenas,
la sal insulsa, bocas, vientres, voces,
un cúmulo de horas, un perdido
tiempo de espera y repetir de roces.
El ancla aquí, nosotros, lo aprendido
que yo conozco, y nadie y tú conoces
"tu moreno perfil ya renacido".
CANTO NUEVO
y viejo ya porque las cosas
que motivaron tanto gozo han vuelto
a ser amargas por tornarse ajenas.
Entonces eras tú. Ya quedas lejos...
Cuando el sonido
de voces conocidas y paisajes ciertos
me repetía tantas cosas viejas
me encontré yo contigo.
Un mar ausente en tí por imposible
geografía de tierras y testigos.
No fue el motivo
nuestra palabra, pero sí la vida
en la extensión de una firme astronomía.
Y fue la tierra abierta
con color y calor de sangre prieta.
Y fue tu clara
conciencia de las cosas y tu larga
espera de placeres presentidos.
Fue un momento sin horas, sin comienzo
-los dos nos comprendimos plenamente
sin presentir el tiempo venidero-
Fue un momento sin mente y sin embargo
fue la simiente de este canto nuevo.
LA SEGUNDA SOLEDAD
(Nueva York, 1969-1970)
Ausente ya el amor,
todos los días
se han vuelto por fuerza
casi iguales.
Allá mañana,
allí ayer,
hoy aquí.
Variantes de tiempo limitadas
a adverbios de lugar
sin más valía
que el espacio que media
entre los días.
Y así,
en sucesión continua,
como un otoño
que se desnuda imperceptiblemente,
el calendario se ha quedado quieto
y mi alma vacía.
Soy un prisionero de dos celdas:
la celda donde gano el pan
y la celda donde el pan
se vuelve amargo.
En una vivo
la rutina que crea bueyes mansos.
En la otra,
para qué decirlo
la impotencia del buey
se vuelve llanto.
Cuando deje
de tener conciencia de las horas,
de los días, las semanas y los meses.
Cuando acabe
de contar cada fecha con los dedos.
Cuando llegue la noche
y no la busque
para acortar el tiempo.
Cuando amanezca
y me encuentre despierto
será que el ángel que me cuida
ha vuelto.
No ha sido sólo tu color melado
ni tu entrega sin pactos.
Tampoco ha sido tu inocencia abierta
ni tu cuerpo descalzo.
Pensándolo otra vez, quizás ha sido
-ahora con la sal seca en los labios-
el vivo beso de tus ojos niños
y la lágrima mansa de tu llanto.
Pero es cierto y ha sido.
La infancia no se da sólo dos veces
y solamente cuando somos niños.
También se da al amarnos de repente
y se da cuando muere al separarnos.
Y ésto, dime hermano,
¿no es acaso morir antes de tiempo?
El sol amanecido entre la nieve
torna clara
tu forma oscura y fina
e ilumina
las sábanas de sombra.
Quieto tu amor
y yo de ronda.
(Las voces en la calle
me recuerdan
que Harlem no me acoje
como hermano.
He de esperar la noche
para salir callado).
Negra tu piel
y yo el esclavo.
Estar conmigo mismo,
encontrarme
frente a frente.
Mirarme
fijamente en los ojos,
cerrarlos
y verme íntegramente.
Cada rasgo,
cada rictus
y hasta cada poro
donde pugna
por escaparse
en miles
de minúsculas gotas
la esencia
de mi nada.
BASTIÓN ABIERTO
(1951-1982)
¿EROTICA?
Sueño el recuerdo de tus ojos verdes
y aún el engarce de tu boca grana.
Sueño el matiz melado de tu torso
y aún me iridisa el fresco de tus manos.
Sueño y creo tu forma inevitable
y tu fuga al romperse la mañana.
El cuarto es amplio, y con la puerta abierta
quiero volver al cerco de tus brazos.
1951
"ALFONSO LOMA, ASI SE LLAMA..."
Del cancionero popular
Se sublima tu pueblo en canto, viento
que busca, encuentra a veces,
su fecundo penar en cuerda y tiempo
No creas por eso que la rueda
de copa y cuerda y de mujer sencilla
comprada en mercado sin casilla
es bienestar, si bien es apetito.
Saciado por tu haber en banco abierto
y cerrado a la vez, porque penumbras
con tu voz discursos bien escritos,
tu pueblo se sublima y aún proscrito
busca la tierra y deja escritos
en arena o aún en sangre roja
sin límite siquiera, porque sabe
que el sol se pone, y siempre sale
renovando tu culpa y su mancilla.
1960
BIOGRAFÍA SENCILLA
Cita y Prólogo
"Cambiantes sentimientos nos enlazan
con este o aquel cuerpo".
Aún así sin embargo
mi ilusión se proyecta desde un solo recuerdo.
Primeras páginas
Se me viene
toda junta la gracia tersura
de tu piel bien morena
y la lánguida curva de tu torso sin cantos.
Páginas medias
Se me viene
el íntimo momento -nuestra escena-
que no empieza ni acaba
y se prolonga
con la sola intención de la mirada.
Se me viene
esa calma tranquila qué amanece
continua en la mañana
sin predio, sin reyertas, sin la fracción amarga.
Se me viene
la justa apreciación del goce pleno
que se cuaja redondo y se prolonga
al saberse perfecto y satisfecho.
Páginas últimas
Y hoy me encuentro
triste como aquellos poetas que presienten
la veleidad de todo amor humano.
Epílogo
Un. cuerpo nuevo, un nuevo sentimiento,
y sin embargo
sólo a tí te recuerdo:
un mar de riberas remansadas
que venía a dormirse entre mis brazos.
1960
TRÍPTICO A UN RECUERDO
I
Así
La luz se esconde para no cegarse
ante la sombra de tus ojos claros.
Y sobrando penumbra ante sus faros
se enciende el sol y trata de elevarse.
Causa pavor, palabra sin callarse,
la sensación y tanto apremio ignaros.
Para encontrar venenos o descaros
busca la plebe en su caudal alzarse.
No se siente ruín el castellano
ante la escena puesta con tal vilo
porque teme, cegado de antemano
perder la voz y hasta tal vez el hilo
que guía al laberinto deste arcano.
Si así pasara, tú que sabes, dilo.
II
De otro modo
Tiembla la luz en un traspié de sombra.
Se torna en cirio.
La vista de los ángeles se nubla.
Tus ojos. Mi martirio.
La calle ciega y el pasante astuto
murmuran su vileza.
Y tanto
que se envenena el cielo
y mi holocausto.
El hombre sin temor
acalla su conciencia y grita,
con sordina, palabra depurada.
Tú sabes que sus ojos...
No lo digas.
III
Y como quieran
¿Cabe ahora el dolor de Prometeo
en una rima fausta que celebra
la visión de la luz que ciega y quema?
Se abrió la puerta pero no hizo falta
abrir la luz de este rincón sombrío.
Tus ojos fueron el mejor camino.
Y sin siquiera erguirse como aspid de escudo
rastrera vomitó por sus extremos
su contumacia la calle de los hueros.
Sólo calló una voz, palabra ajena,
-de soslayo la luz tal vez la hiriera-
Ya no sufro al pensar. Más bien recuerdo.
Y el que quiera callarlo...
Es libro abierto.
Julio, 1968
POEMA PARA UN HOMBRE AUSENTE
In memoriam
Joel
Nunca nos vimos, pero te conozco
dentro de mí, afuera, y cuando pienso.
Por eso quiero suponer
que amigos fuimos o pudimos serlo
si el tiempo hubiese permitido
el trastocar de ciertas contingencias.
No pudimos serlo.
Pero queda dormida una tristeza adentro.
No importa:
ya iremos a encontrarnos
cuando algún dios senecto nos permita.
1979
CONFESIÓN Y PENITENCIA
Los ángeles del sol
raudos irrumpen
y luego, cautos, vuelan.
El príncipe del sol se está muriendo.
Aún no obscurece, pero ya lo velan
luciérnagas del cielo.
Lo espera un ataúd, burdo, de cedro,
de la madera que taló seguro
un montaraz labriego
-Uno de esos que tanto amó,
tal vez como memoria y penitencia
de aquel hijo que nunca conoció
hasta saberlo muerto.
Velarán por él los ángeles de fuego
solamente,
porque su ángel de la guarda
ya se ha muerto.
También lo velarán acaso
esos muás que siempre aparecían
sobre su predio verde,
donde su infancia fue tal como ellos
-errática de luces y de vuelos.
Y ahora, sin ojos para ver el sol,
acaso le permitan ellos
ver esa estrella
que siempre fue fugaz
cuando él quería
1982
ÍNDICE - BRIZNAS:
*. PRIMEROS POEMAS (1946): A unos ojos, Motivos griegos,
*. HORAS VACIAS (Austin, 1948-1951): En medio del aire tibio, No, no se muere el verano, Y contigo en el nervio de la carne, Todo me trae tu recuerdo, Hoy somos dos, Con la puerta cerrada, El romance se ha muerto, ¿Dónde tendré que pronunciar tu nombre, Si fue sin querer,
*. RETORNO (1951-1953): Prólogo, en el momento en que las cosas pierden, Con alfanges de sueño, En brazos de la mar, Para esperar la cruz del sur, Cómo quisiera, El oeste del pubis invertido, Marinero yo, Canto nuevo,
*. LA SEGUNDA SOLEDAD (Nueva York, 1969-19701): Ausente ya el amor,/Soy un prisionero,/Cuando deje, No ha sido, El sol amanecido, Estar conmigo mismo, El negro baila su sangre, Atropellados mis sueños, La nieve blanca, Cuando el amor se vuelve, Todo se va quedando,
*. BASTION ABIERTO (1951-1982): ¿Erótica?, Quiero tenerte, Repetición de mí mismo, Pienso en tí, Que no se confundan las verdades, No puedes evitar, Revelación diluida, Poema Soez, Tu recuerdo, Porque sólo el tiempo, "Alfonso Loma, así se llama. . .", Biografía sencilla, Quiero estar junto a tí, Escena con cánticos y epílogo, Hoy he mirado, ¿Recuerdas, Carlos, Ven tú, Yo no quiero morir, Navidad, Yo también, Y al amparo de consentida niebla, El mar, crespo, Y tu cuerpo moreno, Tríptico a un recuerdo, Romántico en la sangre, Rueda santo el dolor, Estamos los llamados, A veces queremos, Joven poeta, Leyenda de un marinero, Tienes que acostumbrarte, Presas en el tiempo, Evanescentes tules, Poema para un hombre ausente, He dejado por fin, Mudos de amor, Qué fácil, Si pudiera escribirte, Fábula del cántaro y la fuente - de otro modo, ¿Recuerdan Caacupé?, Confesión y penitencia.
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