LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL PARAGUAY
Autor: JOSÉ ZANARDINI
COLECCIÓN - LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 1
© El Lector
Director Editorial: Pablo León Burián
Coordinador Editorial: Bernardino Neri Farina
Director de la Colección: Herib Caballero Campos
Diseño de portada: Celeste Prieto
Diseño Gráfico: César Peralta G.
Corrección: Nidia Campos
Foto de portada: Indígenas chaqueños,
Museo de Historia Militar de Asunción.
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PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
LAS PRIMERAS INMIGRACIONES AL CONTINENTE
La Escuela Americana/ La Escuela Europea
LOS PROTOPOBLADORES
Los Guarani Prehistóricos/ Los Guara
DESPUÉS DE 1492
La mita y el yanaconazgo/ Las reducciones Jesuíticas/ Los Chaqueños/ Luego de la Expulsión de los Jesuitas/ Los Chaqueños al final de la colonia
SIGLO XIX y XX
Las Misiones Salesianas en el Chaco/ Las Misiones de los Oblatos/ La Declaración de Barbados/ Capítulo V de la Constitución Nacional
LOS INDÍGENAS SOBREVIVIENTES
LAS LENGUAS INDÍGENAS
Pueblo ACHÉ
Aspecto Físico/ La Esclavitud de los Ache/ “Sacar del Monte"/ Los últimos Silvícolas Ache/ Sociedad y Costumbres/ La Comunicación Facial/ Cultura Material
Pueblo ANGAITÉ
Ciclo de escasez y abundancia/ La Aculturación
Pueblo AVA GUARANÍ
Ubicación geográfica/ La cultura Ava guaraní/ Economía/ Organización Política/ Medicina Tradicional/ Cultura Material
Pueblo AYOREO
Un moro por la Baja/ La captura del Primer Ayoreo/ Los Primeros Contactos/ La Masacre de 1986/ La Misión María Auxiliadora
Pueblo ENLHET
Pueblo ENXET
Vida Económica/ Alcohol como Salario/ Cultura Material/ La Religión
Pueblo GUANÁ
Ubicación/ Costumbres y Organización sociopolítica/ Ritual de Pubertad/ El Matrimonio Guaná/ La Gestación y Nacimiento/ El Período de Lactancia/ La Muerte en la cultura Guaná
Pueblo GUARANÍ ÑANDÉVA
Lengua/ Religión/ Economía
Pueblo GUARANÍ OCCIDENTAL
Ubicación/ La Migración del Siglo XVI/ Organización Social/ Cultura Material
Pueblo ISHIR YBYTOSO
Grupos
Pueblo ISHIR TOMARAHÔ
Economía/ Ritual de Iniciación/ Cultura Material
Pueblo MAKÁ
Los enimaga/ Contacto con los Maká/ Juan Belaieff/ Ubicación/ Actividad Económica/ Cultura Material
Pueblo MANJUI/LUMNANAS
Congreso Manjui de 2005/ Los Grupos Manjui/ Organización Social/ Fiestas estacionales/ Creencias Religiosas/ El Arte Manjui
Pueblo MBYÁ
Situación Económica/ Lengua/ Cultura Material
Pueblo NIVACLÉ
Ubicación/ Grupos/ Actividad Económica/ Aspecto Social/ Organización Política/ Ceremonia de Iniciación/ Ceremonia Fúnebre/ Cultura Material/ Creencias
Pueblo PAÎ TAVYTERÂ
Ubicación/ Grupos de la Nación Paî/ Los Cerros Sagrados/ Creencias Religiosas/ La tierra sin Mal/ Organización Social/ Aspecto Económico/ Actitud ante la muerte/ Rito de Iniciación/ Cultura Material
Pueblo SANAPANÁ
Ubicación/ Actividad Económica/ Celebraciones y Fiestas/ Cultura Material/ Creencias Religiosas/ El chaman
Pueblo ENENLHET (TOBA)
Pueblo MASKOY
La Venta de Tierras Públicas de 1885/ Situación Sanitaria
Pueblo TOBA QOM
Perla Etnográfica
¿HABRÁ FUTURO PARA LOS PUEBLOS INDÍGENAS?
El Autor
Bibliografía
PRÓLOGO
La Gran Historia del Paraguay se inaugura con una obra resultado del conocimiento científico y humano de un destacado antropólogo como el Doctor José Zanardini. El conocimiento del autor es el resultado de varias décadas de investigación teórica y de convivencia con los indígenas del Paraguay.
El libro nos sitúa en primer lugar en el origen del hombre americano, para luego discurrir sobre los primeros pobladores del territorio actual del Paraguay. En dicho marco los lectores podrán comprender la realidad de la población indígena que habitaba estas tierras en el momento de la Conquista Española.
Cabe señalar que los primeros contactos y las realidades producidas en la colonia también son analizados por José Zanardini, así como las relaciones con el Poder de la República a partir de 1811.
Tras una visión histórica de las relaciones de los blancos con los indígenas, la obra nos da la cabal idea de cada una de las naciones supervivientes, y sobre cuyo futuro se ocupa el autor finalmente en toda la obra.
De ese modo el autor nos proporciona informaciones sumamente relevantes para comprender en su justa medida las realidades socioculturales, las creencias y la riqueza de la cultura material de los diversos pueblos que habitan nuestra nación.
Pero el Padre Zanardini no escatima en relatar las duras realidades que soportaron y todavía hoy en día soportan los pueblos indígenas. Es así que relata los casos de moros asesinados o encerrados en jaulas como animales, la venta de esclavos Aché hace tan sólo unas décadas atrás, o negarles el acceso a los pozos de agua para no contagiarse con lo "indígena", todas situaciones verídicas que demuestran cuanto debemos esforzarnos por conocer a los otros con quienes convivimos.
Esta obra es un brillante aporte para comprender esa historia de los otros, la denominada etnohistoria, poco conocida y muchas de las veces ninguneada por prejuicios insensatos de quienes pretenden negar la existencia de una diversidad cultural que enriquece a nuestra sociedad.
Es indudable que esta obra será imprescindible para conocer a Los pueblos Indígenas del Paraguay.
INTRODUCCIÓN
Un niño de la primaria preguntó un día a la maestra: "¿Quiénes son los indígenas? y ¿Por qué existen?" La maestra quedó sorprendida y luego respondió: "Ellos son nuestros antepasados que viven en la selva en espera de ser civilizados". El niño casi lloró exclamando: "yo no quiero ser descendiente de los indios, de esas personas incivilizadas y salvajes".
Esta anécdota verídica denota una actitud bastante difundida en la sociedad nacional. Existe una versión oficial la cual reconoce que el pueblo paraguayo mestizo desciende del pueblo guaraní. Por eso la lengua guaraní es hablada por más del 90% de la población paraguaya; pero existe también la otra versión que rechaza las tradiciones y las culturas indígenas considera-das primitivas e inadecuadas para el mundo contemporáneo. Es frecuente entre la población paraguaya ofenderse con las expresiones: "nde indio", "guaicurú", "ava", "bajo la piel tiene plumas" y otras del mismo tenor. Muchos prejuicios rondan en la mente de quienes tienen dificultad en aceptar la realidad del país; que es multicultural, donde existe una veintena de culturas originarias, autóctonas, existentes antes de la formación del Estado paraguayo. La misma Constitución Nacional en el art. 62 afirma: "Esta Constitución reconoce la existencia de los pueblos indígenas, definidos como grupos de culturas anteriores a la formación y organización del Estado Paraguayo".
Al hablar de culturas indígenas no entendemos solo los conocimientos, las expresiones espirituales, intelectuales, éticas y artísticas sino también todas las manifestaciones externas, el estilo de vida, la comunicación lingüística y gestual, las estructuras sociales, políticas, económicas, educativas, y más ampliamente todo lo elaborado, creado y compartido por las personas de un mismo grupo.
En este sentido la cultura es un patrimonio de cada grupo humano y no existe grupo humano que no posea cultura propia. Es además inapropiado hablar de culturas superiores y de culturas inferiores; más correctamente se habla de culturas diferentes. Es cierto que algunas han desarrollado ciertos aspectos más que otros (por ejemplo en el campo tecnológico) mientras que otras se han desarrollado más en sectores menos visibles (por ejemplo: conocimientos naturales y conservación de la naturaleza, medicina natural, etc.)
El etnocentrismo, postura de quien considera su cultura superior a las demás, y que es quizás todavía la actitud de las culturas europeas con respecto a las demás culturas del mundo. Pero el virus del etnocentrismo afecta también a buena parte de nuestra sociedad que se siente superior a los pueblos indígenas, siendo incapaz de reconocer las diversidades culturales. Uno de los desafíos del mundo es justamente la convivencia de culturas diferentes. En el pasado los "vecinos" eran de cultura más homogénea mientras que hoy debido a la gran movilidad migracional nos encontramos con personas de lenguas, tradiciones, creencias, sistemas éticos, etc. muy diferentes. El proceso educativo para convivir pacífica y respetuosamente en las respectivas diversidades y en la búsqueda de un bien común no es fácil y requiere predisposiciones teóricas y actividades prácticas sostenidas por políticas adecuadas para lograr los objetivos deseados.
El tema indígena se ha vuelto de moda y suscita preguntas, dudas, opiniones, tomas de posición a favor o en contra; más de una vez te habrás preguntado de dónde vienen los indígenas, qué lengua hablan, qué hacen, dónde viven.
Llama la atención que después de miles de años aún existan estos pueblos considerados por algunas personas como portadores de culturas y conocimientos ancestrales, ignorantes, atrasados, incapaces de valerse por sí mismos. Además desde hace unos años se registra presencia de indígenas, prevalentemente mujeres y niños por las calles de Asunción y en otras ciudades del interior como Encarnación, Ciudad del Este, Concepción, entre otras. El fenómeno de la migración urbana no es desconocido en las otras capitales latinoamericanas, pero para nosotros es relativamente nuevo, por lo que genera intranquilidad e inquietudes. La ocupación de algunas plazas céntricas de Asunción y el bloqueo de calles con la intención de manifestarse y de exigir mejoras, han aumentado la preocupación de los ciudadanos y de las organizaciones públicas y privadas.
Frente a este problema indígena, aparentemente sin solución, ya que al apagar un fuego social se enciende enseguida otro, se pueden encontrar por lo menos dos posiciones con una amplia gama de posturas intermedias ubicadas entre los dos polos opuestos.
Una primera posición es: rechazo del mundo indígena, crítica severa a su estilo de vida considerado primitivo, pasivo con actitudes de haraganería y dependencia; esta posición se encrispa aun más cuando los indígenas reclaman parcelas extensas de su territorio tradicional. Son los conflictos generados entre los dueños ancestrales versus los nuevos propietarios que explotan la tierra con conceptos y tecnologías modernas.
La segunda posición es reconocer y valorar las culturas indígenas como culturas diversas con sus patrones de pensamientos y de vida peculiares; una variante de esta posición es la "utópica" que auspicia una vida natural de los indígenas en su hábitat; una vida simple, tradicional, basada sobre la caza, la pesca y la recolección, sin contacto con otras culturas.
Sin embargo, los pueblos indígenas están en un proceso de profundo cambio cultural; observan el estilo de vida de la sociedad nacional e incorporan en su vida una gran cantidad de expresiones culturales del mundo de los "blancos" como, por ejemplo: radio, grabadoras, televisor, telefonía celular, deportes, ropas, escuelas, tipo de trabajos, tipo de familia, etc.
Otro niño de la misma escuela primaria arriba mencionada preguntó a la maestra: "¿Seguirán viviendo en el futuro los indígenas o desaparecerán?" La maestra quedó pensativa, y después de un rato dijo: —no sé; a lo mejor sí, a lo mejor no".
Esta pregunta la dirigimos a cada lector y lectora de estas páginas que están haciendo un acercamiento histórico cultural a los actuales pueblos indígenas del Paraguay, sobrevivientes tras un largo proceso milenario que pasó por luces y sombras hasta nuestros días.
Empezaremos con dar noticias e informaciones sobre cómo se pobló el continente americano, siguiendo las hipótesis más atendibles de acuerdo a los descubrimientos arqueológicos.
Seguiremos luego con los movimientos y las migraciones históricas hasta 1492 año de la así llamada "Conquista de América" o "Encuentro de dos Mundos" o según algunos movimientos indígenas radicales "Desencuentro de dos Mundos". Teniendo en cuenta las investigaciones etnohistóricas de Branislava Susnik describiremos los sucesos indígenas en el tiempo de la colonia y finalmente la situación de los indígenas en el periodo republicano de acuerdo a las informaciones de Miguel Chase Sardi.
Finalmente presentaremos los actuales pueblos indígenas que aún sobreviven en el Paraguay y enriquecen a nuestro país con sus lenguas, tradiciones, ritos, símbolos, conocimientos y estilo de vida; utilizaremos para esta parte la publicación de J. Zanardini y W. Biedermann titulada "Los Indígenas del Paraguay".
Al final intentaremos responder a la pregunta del niño de la primaria: "¿sobrevivirán los indígenas, tendrán futuro?".
LAS PRIMERAS INMIGRACIONES AL CONTINENTE
La opinión generalizada de los antropólogos contemporáneos es que el hombre paleoamericano no es ni autóctono ni originario de este continente. Desde la primera población humana, entonces, la nuestra fue una tierra de inmigrantes.
Los autores no están de acuerdo en la datación cronológica de esta penetración humana en América.
Algunos hablan de 30.000 y otros de 15000 años a.C., posiblemente durante la última glaciación. Los hallazgos arqueológicos demuestran, casi con certeza, que 10.000 años a.C. América ya estaba poblada por cazadores especializados o superiores.
En cuanto al origen étnico del hombre americano, se han establecido dos escuelas contrapuestas.
LA ESCUELA AMERICANA
La llamada «Escuela Americana» liderada por Alex Hrdlicka (1925), basándose en la homogeneidad racial del hombre americano, postula la existencia de sucesivas oleadas migratorias en los períodos inter-glaciales que, a partir de 30.000 años a.C., habrían llegado a este continente a través del Estrecho de Bering (convertido entonces en puente entre América y Asia). Los científicos adscriptos a esta Escuela reconocen que las variaciones en la tipología étnica de los antiguos hombres americanos serían consecuencias de la adaptación a nichos y hábitat ecológicos nuevos.
El ser humano de América tendría entonces un homotipo mongoloide; sería originario de Asia y habría llegado solamente por el Estrecho de Bering.
Las culturas de estos primigenios migrantes habrían sido semejantes y solo después de su llegada al llamado Nuevo Continente se habrían diferenciado.
LA ESCUELA EUROPEA
Paul Rivet, fundador del Museo del Hombre de París, fue el líder de la llamada «Escuela Europea» o «de las Corrientes Interoceánicas». Publicó en Montreal (1943) su teoría, basándose en la heterogeneidad o pluralidad racial de los antiguos americanos.
Estos habrían llegado al continente no solamente por el Estrecho de Bering, sino por los océanos, que no constituirían vallas, sino rutas abiertas a la migración. Supuso que el arribo de cada corriente se realizó por caminos diferentes, trayendo una variedad racial distinta y siendo portadora, cada una de ellas, de culturas con peculiaridades diversas.
Siguiendo la idea de Rivet, varios antropólogos hablan de sucesivas corrientes migratorias que habrían dado origen al poblamiento primitivo de América.
Así podemos presentar, en un cuadro esquemático, algunos de los orígenes posibles:
FUÉGUIDOS: Se trata de los habitantes primigenios del Sur de América (Tierra del Fuego y Patagonia). Procederían de Tasmania y habrían llegado al continente atravesando, según teorías, un corredor de tierra que unía el sur de Australia con la isla de Tasmania, la Antártida, la Tierra del Fuego y el Cono Sur. Esto, teniendo en cuenta que la Antártida presentaba condiciones climáticas mucho más favorables en las épocas interglaciales que en la actualidad.
PÁMPIDOS: se habrían afincado originariamente en las grandes llanuras de Norte y Sudamérica. Su origen geográfico los ubica entre las poblaciones australianas y habrían llegado también por vía terrestre. Se supone que sus descendientes más conocidos serían los llamados pieles rojas o plánidos de Norte América y los llamados pampas en América del Sur.
LÁGUIDOS: Se habrían ubicado en la región geográfica conocida como el escudo oriental de Brasil, concretamente en Lagoa Santa. Serían originarios de la Melanesia y habrían llegado al continente por vía terrestre.
AMAZÓNICOS: Se concentraron originalmente en las cuencas de los grandes ríos americanos: el Amazonas y el Orinoco. Se cree que habrían llegado por vía marítima. Sus descendientes más conocidos serían los jíbaros y guaraní.
ÁNDIDOS: procedían del Pacífico Occidental. Se ubicaron en México y en toda la franja de la cordillera de los Andes. De estos grupos habrían provenido los mayas, aztecas e incas.
Otros grupos poblacionales habrían sido los ÍSTMICOS que se ubicaron en el istmo centroamericano; los COLÚMBIDOS, que se asentaron en el noreste de América del Norte; los ESQUIMALES, cuyo hábitat se circunscribió a la zona circumpolar.
La corriente migratoria de los AMAZÓNICOS (Proto-Malayos o Proto-Indonesios) es una de las que más nos interesa, pues del mestizaje de estos con los españoles, se originó la gran mayoría del pueblo paraguayo.
Los PROTO MALAYOS o PROTO-INDONESIOS MONGOLOIDES son, posiblemente, procedentes del Sureste asiático, Malasia e Indonesia. En América del Sur, se los llama Amazónicos o Brasílidos. Su hábitat general estaba en la Cuenca del Amazonas y se extendió por todo el Brasil, el este de Bolivia, Paraguay, Argentina, la selva peruana y ecuatoriana, Colombia y Venezuela.
Branislava Susnik les asigna un gran dinamismo migratorio («ethos del aguatá») y un impulso guerrero que les permitió empujar a los láguidos y pámpidos hacia zonas marginales desérticas y de escasos recursos. Al agotarse la tierra, necesitaban trasmigrar y disgregarse en innumerables fracciones, buscando siempre tierra virgen para su incipiente horticultura.
En el transcurso de los tiempos se diferenciaron (o tal vez traían ya elementos diferenciales de sus lugares de origen) constituyéndose en grandes conjuntos lingüísticos, étnicos y socio-culturales por los cuales se los clasificó en tres familias: Arawak, Karibe y Tupí-Guaraní.
Hacia el 2.000 a. de C. se había producido una catástrofe natural en esa zona del continente americano, que se conoce a partir de estudios realizados recientemente con motivo de la explotación de la selva amazónica. Dichos estudios señalan la existencia de un dramático cambio ecológico en la región al sur del río Amazonas, que dio como resultado la invasión de la ecología de sabana aniquilando prácticamente a la selva tropical. Estas alteraciones obligaron a los pueblos de cultura neolítica a salir a la búsqueda de nuevas tierras que fueran aptas para su tradicional pauta cultural: el cultivo y la caza. Fueron numerosos los pueblos del ámbito original amazónico que iniciaron grandes migraciones, especialmente los pueblos pertenecientes a dos grandes familias lingüísticas: Arawak y Tupí-Guaraní.
A la llegada de los españoles, según Branislava Susnik, los antiguos Tupí-Guaraní tenían sus límites bien definidos por accidentes naturales. Estos territorios, que albergaban verdaderas naciones, se llamaban «guara». El más conocido era el de los Cario, que abarcaba la costa atlántica desde el norte de la Laguna de los Patos hasta la actual ciudad de Curitiba. Propiamente Cario era el guára donde estaba la actual ciudad de Asunción, abarcando el espacio entre el río Manduvirá y el Tebicuary, cuyo límite occidental era el río Paraguay.
El guára de los Tobatí, entre el río Manduvirá y el Jejuí, era el paso de migraciones guaraní a contrafuertes andinos, según las fuentes españolas. Otros guára eran, el de los Guarambaré, los Itatí, entre otros.
La otra corriente migratoria prehistórica que pobló América, y resulta interesante desde el punto de vista del rastreo del origen de los proto pobladores de la Región Occidental o Chaco del Paraguay, es la de los Pámpidos que habrían migrado desde las llanuras del sur del continente, empujados por sus necesidades de caza y recolección; y serían los actuales pobladores del Chaco. Son grupos que se diferenciaron siempre cultural y lingüísticamente. Vivieron en constante enfrentamiento guerrero con los amazónicos
LOS PROTOPOBLADORES
Las informaciones sobre los protopobladores de nuestra región no son numerosas proceden de las investigaciones arqueológicas; por lo tanto están sujetas a modificaciones de acuerdo a nuevos descubrimientos arqueológicos.
En este capítulo seguiremos principalmente las investigaciones etnohistóricas de Branislava Susnik, quien, con sus estudios, ha llenado un gran vacío de este período de nuestra historia.
En base a los hallazgos se deduce que desde los años 8000 hasta el 2000 a.C. se encontraba en la región de Lagoa Santa una proto-población llamada láguida, paleolítica con utensilios característicos de piedra, de la familia lingüística kain-gang-gé, a lo que pertenecerían sucesivamente también grupos guaranizados como los aché-guayakí.
Los guaraní amazónicos en el primer milenio d.C. habrían invadido la zona de los kain-gang-ge, desplazando a los protopobladores láguidos. El tema era la tierra: ocupar tierras más fértiles. Así los protopobladores guaraní amazónicos desplazaban a los kaingang y se instalaban en lo que es ahora la parte oriental del río Paraguay; esta migración sería de los primeros proto-mbyá guaraní.
Parte de estos kaingang que fueron guaranizados serían los guayakí de cultura paleolítica.
En la zona del río Apa y Aquidabán los protopobladores eran también láguidos y fueron desplazados por las nuevas migraciones paleoamazónicas, luego guaranizados por los itatí-guaraní pasando así a una cultura neolítica. En la cordillera del Amambay los protopobladores vivían principalmente en cuevas donde dejaron incisiones rupestres de hace aproximadamente 7.000 años atrás, aún hoy visibles.
En la región Occidental o sea en el Chaco, los proto pobladores pámpido-patagónicos, resultado de muchos movimientos migratorios y de muchas diferencias lingüísticas en el último milenio a.C., habrían llegado hasta el río Pilcomayo. El grupo proto-guaycurú comprendía varios grupos étnicos, entre ellos los abipones, los mocovi, los toba y los eyiguayegi-mbayá. Estos grupos sureños entraron en guerra con los grupos más antiguos para apropiarse de sus cazadores y los empujaron hacia el norte del Chaco; igualmente desde la zona del Río Parapití de Bolivia los proto-chané neolíticos presionaron sobre otros protopobladores que se adentraron en el Chaco.
Los paleolíticos mbayá y los neolíticos chapé-arawak hicieron un acuerdo inter étnico con recíprocas ventajas económicas; y con esta estructura socio-cultural se llegó hasta al tiempo de la conquista.
Por otra parte los pueblos canoeros y pescadores utilizaban los ríos Paraguay y Paraná para sus movimientos migratorios dando origen a diferentes grupos, mientras los cazadores y recolectores, sea láguidos que pámpidos se dispersaban siempre a través de la selva; los guaraní amazónicos solían utilizar los ríos para su desplazamiento.
La relación interétnica entre los canoeros agresivos y los cultivadores relativamente sedentarios tuvo también momentos de tregua, y de alianzas, para salvaguardar su misma incolumidad y los bienes.
La configuración etno tribal pre-colombina del Chaco es bastante compleja, con escasas informaciones. Son pocos los hallazgos arqueológicos y se depende mucho de los antiguos cronistas del tiempo de la colonia. En el mapa 1 se pueden ver los principales grupos pre-históricos del Chaco.
LOS GUARANI PREHISTÓRICOS
Los guaraní prehistóricos se distinguían por algunas peculiaridades: un movimiento migratorio constante en búsqueda de la "tierra sin mal", tierra fértil con abundantes alimentos silvestres. Manifestaban su superioridad etnocentrista; al dominar a los protopobladores que encontraban en el camino, hasta llegar a formas de esclavitud.
En los territorios ocupados por los guaraní abundan restos arqueológicos como cerámica con pinturas y diseños ornamentales, urnas funerarias, utensilios de cocina, pipas de barro y otros enseres de utilidad personal o grupal.
Se pueden distinguir dos grupos de dispersión guaraní: el primero serían los proto-mbyá de culturas neolíticas que preferían desplazarse por los pequeños ríos, el segundo grupo migratorio serían los proto-carios procedentes de las zonas amazónicas y que tenían cultivos, cerámica pintada, aldeas relativamente numerosas; se dispersaron por los grandes Ríos: Paraguay, Paraná y Uruguay, llegando hasta la costa atlántica.
Los guaraní precolombinos manifestaban una acentuada unidad etnocultural. La conciencia de su superioridad étnica y su ambición de dominio los llevaba a guerras sangrientas para dominar a otros pueblos para someterlos como siervos y generando una discriminación social; probablemente la práctica de la antropofagia tenía su origen en la prepotencia étnica.
LOS GUARA
Los guaraní precolombinos se agrupaban socialmente en territorios bien delimitados donde se practicaban además de los cultivos, la caza y la pesca. También era el lugar de la vida social, de la trasmisión cultural a las nuevas generaciones; era una unidad socio-político-territorial llamada "guará".
Según B. Susnik al comienzo del 1.500 se conocían los siguientes "guará":
El "guará" de los CARIOS con una cohesión muy fuerte habiendo integrado culturalmente a los proto pobladores de lago Ypacarai y del Río Salado; estaba entre los Ríos Manduvira, Tebicuary y Paraguay.
El "guara" de los TOBATÍ entre los Ríos Manduvira y Jejui hasta Caaguazú.
Al norte de los Ríos Jejuí e Ypane estaba el "guará" de los GUARAMBARÉ; este grupo fue muy activo en la expedición del 1524 capitaneada por Alejo García.
A orilla del Alto Paraguay y hasta el Amambay se extendía el "guará" de los ITATI GUARANÍ.
El "guara" de la zona de Amambay y Mbaracayú sufría molestias por parte de los protopobladores; y por lo tanto se reunían en aldeas bastante numerosas.
El "guará" de MBAEVERÁ entre los Ríos Acaray y Monday. Estaba rodeado de pobladores kaingang y de aché-guayakí; conservaron por varios siglos sus tradiciones culturales
El "guará" del PARANÁ-GUARANÍ ubicado entre los Ríos Tebicuary y Paraná.
LOS GUARANÍES AL INICIARSE LA CONQUISTA
¿HABRÁ FUTURO PARA LOS PUEBLOS INDIGENAS?
En mayo de 1988 el Papa Juan Pablo II durante su estadía en Paraguay tuvo un encuentro en Mariscal Estigarribia con una multitud de indígenas del Chaco y de la. Región Oriental. En aquella mágica y silenciosa noche chaqueña, resonaron las palabras del cacique René Ramírez, denunciando las penurias, los atropellos, los despojos de sus territorios y las vejaciones padecidas. Esas palabras difundidas por los medios de prensa nacionales e internacionales provocaron la ira de los jerarcas políticos del tiempo, habiéndose puesto el dedo en la llaga. Al regresar en Asunción, en el avión, el Papa visiblemente emocionado y preocupado preguntó a Mons. Ismael Rolón, entonces arzobispo de Asunción: "¿Sobrevivirán los indígenas? ¿Habrá futuro para ellos?".
La pregunta es de gran actualidad para la sociedad nacional y para los mismos indígenas. Parte de la ciudadanía piensa que los indígenas deben desaparecer como tales, deben dejarse de sus tradiciones y tolderías para convertirse en "ciudadanos normales" o sea como los demás paraguayos. Esta postura radical niega la existencia de la diversidad cultural. Y por lo tanto apunta a crear ciudadanos todos iguales, con una misma cultura... Es una postura obsoleta que va de contramano a toda teoría socio-antropológica; una mirada aunque sea superficial a muchos países del mundo nos demuestra fehacientemente que allá donde no se respetan las culturas de los diferentes grupos étnicos, lingüísticos y religiosos, surgen conflictos, revoluciones y hasta guerras.
Luego está la postura opuesta que sostiene: los indígenas deben vivir en su hábitat, en la selva, en comunidades pequeñas pero con grandes extensiones de sus territorios ancestrales para seguir reproduciendo sus sistemas tradicionales de vida y vivir de los recursos del monte.
Entre las dos posturas extremas están las posturas moderadas que intentan compaginar elementos de la una y de la otra.
¿Y cuál es la postura de los indígenas, qué quieren ? En los últimos años ellos han formado numerosos movimientos y asociaciones en distintos niveles: por comunidades, por etnias y por regiones. Son instrumentos nuevos que utilizan para tener un poder político de negociación frente a las Instituciones públicas y privadas.
De los varios Congresos y reuniones étnicas e interétnicas se pueden captar, entre otras, las siguientes aspiraciones y deseos:
-Quieren ser respetados como personas y como comunidades con sus respectivos territorios.
-Quieren tener acceso a los bienes materiales y tecnológicos, a los servicios escolares, sanitarios y laborales.
-Quieren seguir siendo indígenas con una fuerte cohesión étnica y en un proceso de cambio cultural que se produce inevitablemente al aspirar a las metas arriba mencionadas.
El punto crucial para el futuro de los pueblos indígenas es sin duda el cambio cultural y la adaptación al nuevo mundo. La cultura que permanece estática se autocondena a la marginación y por ende a la extinción. El pase de una cultura de cazadores y recolectores (ya es imposible este tipo de cultura en las nuevas situaciones socio-económicas) a una cultura de criadores de animales y de agricultores, es un cambio enorme que la humanidad ha cumplido en miles de años. Y ahora los indígenas, para sobrevivir, están obligados a cumplir este cambio en pocos años, lo que les acarrea muchos problemas, sufrimientos, incomprensiones y conflictos.
Los indígenas de hoy no son los mismos de ayer, ni serán iguales a los de mañana, porque el encuentro de culturas genera un proceso reciproco de "dar y recibir": un determinado grupo cultural recibe elementos de otras culturas y a la vez transmite elementos culturales propios a otras culturas. Para que este proceso no dañe a nadie y no sea asimétrico, se necesita partir del presupuesto que no hay culturas superiores y culturas inferiores, sino simplemente culturas diversas. Y entonces lo que llamamos interculturalidad enriquecerá a todos. Con estas condiciones los indígenas sobrevivirán con sus nuevas culturas, que serán síntesis de lo antiguo y de lo nuevo, de su pasado y de su presente, conforme a los cambios generados por la interculturalidad.
Y entonces podemos responder a la inquietante pregunta inicial: sí, hay futuro para los pueblos indígenas.
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