EL URUTAU ELECTRÓNICO
AÑO 8, NÚMERO 01. ENERO 2010
ASOCIACIÓN GUYRA PARAGUAY
Foto de Tapa: Banco de Imágenes de Guyra Paraguay
Diseño y diagramación: Andrea Ferreira
Recopilación de textos: Lourdes Aquino
Revisión de Textos: Alberto Yanosky y Silvia Centrón
Guyra Paraguay
Gaetano Martino 215 esq. Tte Ross
Asunción - Paraguay
( 595921) 229097
www.guyra.org.py
ESPECIE DEL MES
SURUCUÁ - (TROGON SURRUCURA)
Texto: Leticia López
Ilustración: César Brítez
Fotos: Banco de Imágenes de
Guyra Paraguay
El surucuá es una de las especies de la familia Trogonidae, una amplia familia de especies de los bosques tropicales del mundo, entre las que se encuentra el Quetzal, reconocida especie bandera de países como Costa Rica y Colombia.
La palabra griega trogon significa mordisqueando y se refiere al hecho de que estas aves roen agujeros en los árboles o en termiteros para construir sus nidos.
En Paraguay contamos con tres representantes de este género: una especie endémica del Bosque Atlántico, y otras dos especies que ocurren en casi todo el territorio nacional.
El surucuá es la especie de trogon endémica del Bosque Atlántico del Alto Paraná, según Brooks (1999), pero con registros en todo el territorio nacional, excepto el Chaco Seco y el Pantanal.
Es una especie difícil de observar pero fácilmente detectable por el canto característico, principalmente porque se oculta entre la vegetación del estrato alto del bosque, lugar donde vive. Presenta un plumaje muy vistoso, principalmente el macho, quien tiene el pecho azul y la panza roja con el dorso azulado; la hembra es de una coloración dorsal negra.
Esta especie nidifica en la primavera o a principio del verano; en donde ambos miembros de la pareja colaboran para construir el nido.
Es una especie muy carismática, una de las estrellas del Bosque Atlántico del Alto Paraná. Se posa muy quieto, con la cola apuntando verticalmente hacia abajo. Realiza vuelos cortos y silenciosos entre los árboles.
El canto es una sucesión de notas entrecortadas que repite con mucha frecuencia durante la época de reproducción. Durante la construcción del nido repite el canto más quedamente.
Construye un túnel en los árboles en descomposición, cactus o termiteros de árboles, y ambos miembros de la pareja se turnan para ir cortando trozos de madera con el pico, mientras el otro percha en una rama cercana. El túnel es ascendente y conduce a una cámara incubatoria. (Canevari et. al. 91)
AVES DEL NIDO DE GUYRA
Por ROB CLAY
Diciembre fue marcado por la aparición de más juveniles y de más especies. Los primeros juveniles de mbyju’i ogaregua (Progne chalybea) tomaron vuelo el 11 del mes, mientras que los primeros juveniles de suiriri guasu (Tyrannus melancholicus) fueron observados el 21 de diciembre (en el centro de la ciudad), y al día siguiente en la oficina de Guyra Paraguay. También apareció un individuo juvenil del pepitero gris (Saltator coerulescens), con las plumas de su cola y de sus alas obviamente aún creciendo. Este plumaje de pepitero gris es muy parecido al plumaje del pepitero verdoso (Saltator similis) (el cual no suele aparecer en la ciudad). El juvenil (del pepitero gris) de la temporada pasada sigue en la oficina, reconocible por el patrón de algunas plumas juveniles (oliváceas) restantes en su espalda, corona y alas.
Durante la primera mitad del mes, una de las parejas locales de san francisco (Zonotrichia capensis) seguía criando a un juvenil de guyraû (Molothrus bonariensis), pero no fue observado en la segunda mitad. La pareja seguía alimentándose en la oficina, entoncesnos quedamos con la esperanza de que tiene un nuevo nido con pichones propios. Otro juvenil de guyraû sólo fue visto un día a principios de mes (también siendo alimentado por un san francisco).
Visitantes notables al nido durante diciembre incluyeron una golondrina cabeza rojiza (Stelgidopteryx fucata) el 7 de diciembre, una nueva especie (número 106). Esta golondrina formaba parte de un movimiento de golondrinas rabadilla canela (Petrochelidon pyrrhonota), el cual continuó el día siguiente, cuando fueron observados cientos de individuos desplegándose a bajas alturas por la ciudad. Y el 27 de diciembre apareció un carpintero real (Colaptes melanochloros), sólo el segundo registro en el nido. Pero también hubo pérdidas durante el mes: un “despliegue” de plumas de dos alas en el patio de la oficina fue todo lo que sobró de uno de los jeruti (Leptoptila verreauxi), seguramente víctima de uno de los gatos del vecindario.
El gran éxito del mes fue el bebedero. A finales del noviembre comenzó a ser frecuentado por tres mainumby hovyû (Chlorostilbon aureoventris), y ya para mediados de diciembre dos machos adultos diariamente disputaron su “tenencia”, mientras que al menos dos hembras y un macho inmaduro también lo visitan con frecuencia. Y hacia finales de mes, una hembra de mainumby jetapa (Heliomaster furcifer) comenzó a visitarlo.
Esperamos un 2010 lleno de fructíferas observaciones de aves en el nido. Cada mes que pasa agregamos a nuestro conocimiento de las aves locales, desde la llegada de las especies migratorias, al éxito reproductivo, y patrones de muda. En otros países, el seguimiento de estos variables año tras año ha proveído datos valiosos acerca de cambios en el ambiente.
NOTAS DE INTERES
LA LEYENDA DEL PINGÜINO,
EL AVE QUE PAGÓ CARA SU SOBERBIA
La vida de estas aves es muy curiosa. Viven en grandes colonias que, más que colonias, son ciudades, con sus senderos por donde van y vienen hacia el mar en busca de alimento. Al andar se balancean como péndulos, haciendo pasos cortos, y si se los apura, se enredan y caen. Buscan compañera y cuando la eligen, es para toda la vida; y dice la leyenda que cuando uno de ellos muere, el otro toma el camino del mar y se interna sin regreso.
En estas grandes aglomeraciones de pingüinos, cada uno sabe dónde se halla su nido y nunca se equivoca; si lo hace, es corrido por los otros pingüinos, después de una buena paliza para que escarmiente, porque se piensa que es un ladronzuelo que anda detrás de huevos. Los malvinenses, en cierta época del año hacen su recorrido por las colonias y se llevan todos los huevos que pueden, pues los consideran un gran alimento. El pingüino es un ave simpática. Le llaman también pájaro bobo. Será porque en fila india, si el primero tropieza y cae, lo hacen todos en la misma forma.
La leyenda dice que “hace muchísimos años, el pingüino poseía grandes alas, con las cuales podía volar libremente a grandes alturas. Subía y bajaba por el espacio con velocidad increíble y se posaba en los árboles cerca de los ríos o el mar. Desde allí observaba con disimulado desprecio a los peces, a los que consideraba seres inferiores, seguramente ignorando que la vida en el planeta había comenzado precisamente en el mar”.
El pingüino es un ave palmípeda oceánica, incapaz de volar, por sus alas reducidas, en forma de aleta. Se alimenta de pequeños crustáceos y otros animales marinos. Nidifica en grandes colonias y pone uno o dos huevos. Tiene una cabeza negra con una banda blanca hasta el cuello, pico negro con una mancha roja en la base. Es típico de la Tierra del Fuego, costa patagónica y las Malvinas. Pero continuemos con el relato: cuenta la leyenda que tanto despreciaba a los peces, que no sólo se alimentaba con ellos, sino que llegaba incluso a matarlos con su fuerte pico cuando no tenía hambre, sólo por el puro placer de hacerlo porque sí. Dios, que desde su trono todo lo veía, decidió entonces condenarlo, pero no a dejar de ser ave, sino a que, siéndolo, no pudiese volar; además, a vivir la mayor parte de su vida en las frías aguas de las regiones australes. Así fue como al pingüino se le acortaron las alas, que ya jamás volvieron a servir para volar, y tuvo que aprender a nadar como los peces a los que tanto había despreciado en su libre vida anterior.
FUENTE: “Aves argentinas y sus leyendas”, de Carlos Villafuerte.
NOTAS DE INTERES
GANADERÍA Y CONSERVACIÓN DE CHORLOS EN LAS COSTAS URUGUAYAS.
El lunes pasado 20 de enero tuve la oportunidad de visitar uno de los tantos subproyectos que financia el Proyecto de Producción Responsable (PPR) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Gobierno de Uruguay, que demuestran que conservar la biodiversidad y producir son totalmente compatibles.
El Sr. Enrique Zunini es dueño de un predio en el que se produce ganado vacuno y ovino, además de ciertas áreas para producción agrícola (por ejemplo papa), Aves Uruguay, el socio BirdLife en Uruguay desarrolla actividades en conjunto con el PPR para incorporar la conservación de la biodiversidad, aves y las IBAs en el sector productivo uruguayo. El Sr. Zunini maximiza la eficiencia del pastoreo en las zonas productivas del predio para poder liberar en pastoreo las áreas claves para aves migratorias de importancia internacional. El playerito canela (Tryingites subruficollis) y el chorlo pampa (Pluvialis dominica) son especies de aves que nidifcan en el hemisferio norte y habitan los campos del cono sur durante nuestras primaveras y veranos. Durante la visita de campo se pudieron observar grandes bandadas de playeritos canela y chorlos pampas alimentándose en los pastizales del Sr. Zunini y entre el ganado. El Sr. Zunini manifestó que es una cuestión de conocer, para él manejar el campo para beneficiar a los chorlos no tiene impacto económico, falta que los técnicos puedan asesorar a los propietarios para hacer el manejo adecuado. También tuvimos la oportunidad de ver otro predio en el Departamento Maladonado en cercanías de la Laguna José Ignacio, en el cual el Sr. Andrés Barilani está incorporando árboles al paisaje degradado, habiendo incorporado más de 2000 plantas de más de 160 especies nativas. Uruguay está demostrando cómo conservar biodiversidad, estos son dos de los muchos ejemplos que tienen para compartir.
Texto y fotos: Alberto Yanosky
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