MUSEO VIRTUAL DE LA MEMORIA Y VERDAD SOBRE EL STRONISMO
EL STRONISMO – APARATO REPRESIVO
Fuente: http://www.meves.org.py
Registro: Julio 2011
EXTENSIÓN Y COORDINACIÓN - TESTIMONIO DE SOLEDAD VILLAGRA
La dictadura de Alfredo Stroessner diseñó todo un sistema de blindaje y protección a sus atrocidades. El aparato represivo de la dictadura abarcó geográficamente a todo el país, y extendió su influencia al exterior, zonas fronterizas; incluso en colectividades de paraguayos que viven en el exilio político o económico. El aparato represivo contaba con una elevada coordinación y carecía de escrúpulos para la violación de los derechos humanos.
PARAGUAY Y LAS DICTADURAS REGIONALES
La dictadura paraguaya fue tomada en cuenta por otros gobiernos para articular sus acciones y coordinar su inteligencia, logística y operaciones de manera clandestina. Las dictaduras regionales agrupadas bajo la denominación de “Operación Cóndor”. La operación tuvo como principal función el seguimiento y la delación de los ciudadanos en el exterior, constituyéndose en un brazo especializado del aparato represivo durante todo el período dictatorial. Muchos paraguayos fueron desaparecidos en el exterior y algunos extranjeros desaparecieron en el Paraguay, en acciones conjuntas de intercambios de prisioneros.
LAS ACCIONES DE INTELIGENCIA Y CONTROL EN EL EXTERIOR - TESTIMONIO DE ALICIA GALEANO
CENTROS DEL ESPIONAJE EN EL EXTERIOR
Muchas veces, la huida del país no alcanzaba a dejar a la persona fuera de peligro, especialmente para quienes se exiliaban en países limítrofes o quienes no habían logrado legalizar su condición de migrantes, no tenían documentos o tenían documentos falsos, por lo que debían mantenerse en la clandestinidad y evitar todo contacto con las fuerzas de seguridad para prevenir su deportación. Los exiliados paraguayos refieren a una doble persecución política en el exilio. La primera, producida por agentes de inteligencia del régimen paraguayo, conocidos como “pyrague”. El régimen extendía su control sobre los opositores políticos en los países de exilio. Las acciones de inteligencia y control se extendían incluso a las embajadas y consulados, que cumplieron funciones de espionaje de los exiliados.
LA CADENA DE MANDO
Las acciones represivas obedecieron a una cadena de mando centralizada, vertical, obediente e institucional asociada al aparato burocrático del Estado, desde la cúspide del comando estratégico hasta la base de la pirámide represiva, el agente policial, el soldado, el miliciano, y el informante encubierto o “pyrague”. La mayoría de ellas fueron diseñadas con mucha antelación a través de un vasto y múltiple sistema de inteligencia, contrainteligencia y una extensa red de agentes especiales o informantes encubiertos.
LOS DELATORES
El soporte y el apoyo del Partido Colorado a la dictadura stronista se dieron en un amplio espectro. Como función delatora a través del pyrague (termino en guaraní que significa delator) y que se convirtió en una verdadera institución de la dictadura, que aunque ocupa diversos niveles dentro de la estructura de poder, fundamentalmente se ubica en la base y es el soporte logístico primario del aparato represivo. Este método de espionaje mediante los pyrague (delatores) fue un mecanismo central para el funcionamiento de control de los movimientos de personas consideradas sospechosas y organizaciones sociales o políticas. Este mecanismo supuso la necesidad de un funcionamiento en alerta permanente frente a la amenaza de delación por cualquier motivo y extendió la desconfianza entre vecinos y compañeros por todo el país.
LA MANIPULACIÓN DEL SISTEMA LEGAL
El aparato represivo violó y manipuló a su favor la Constitución Nacional y las leyes. Se utilizó la figura legal del Estado de sitio permanente que nunca fue reglamentado y la interpretación de la Corte Suprema de Justicia de que durante el Estado de sitio no rige la garantía del hábeas corpus, acompañado de las leyes 294 de 1955 y 209 de 1970, Ley de la defensa de la democracia y Ley de la defensa de la paz pública y libertad de las personas, debido a la docilidad de los jueces, permitían no solo limitar o restringir el ejercicio de los derechos sino desconocerlos y darles a los represores un respaldo formal por violar la propia ley, garantizando así la impunidad. El régimen instaló tribunales especiales, proscribió la actividad de unos partidos y asociaciones políticas y tornó ilegales las organizaciones sociales, gremiales y medios de prensa. El Poder Judicial se subordinó al Poder Ejecutivo y se transformó en un brazo más del aparato represivo durante todo el periodo dictatorial, por acción, omisión y complicidad.