JUAN BAUTISTA GILL
Nació en Asunción en 1840. Enviado a Buenos Aires para estudiar medicina; con motivo de la guerra regresó al país y fue destinado a prestar servicios en la Sanidad militar. Cayó prisionero en Angostura, en diciembre de 1868; liberado enseguida, sumó su concurso a la tarea de reconstrucción patria. JBG fue con Cándido Bareiro, la figura civil de mayor gravitación del reducido grupo identificado con el "lopizmo", frente a los opositores, vinculados casi todos a la legión paraguaya. A ese reducido grupo civil, se sumaron heroicos ex combatientes, encabezados por B. Caballero y P. Escobar. En esas horas difíciles, JB Gill se movió con habilidad y energía, haciendo uso y abuso de recursos políticos deleznables, así la utilización irrestricta del batallón "Guarará" de triste historia. La firma del Tratado de paz con la Argentina, negociada por su canciller, Facundo Machaín, tuvo otra trascendencia, además de salvar el Chaco arriba del Pilcomayo; la de cumplir la condición para que las fuerzas brasileñas abandonen el país, ocurrido el 22 de junio. En homenaje al acontecimiento, el Congreso nacional sancionó una Ley que declaró feriado ese día, Ley promulgada por el PE ese mismo día de 1876. Su gabinete: Interior, general Germán Serrano; Relaciones Exteriores, Facundo Machaín; Hacienda, Emilio Gill; Justicia, Culto e instrucción Pública, general Caballero; Guerra y Marina, general Escobar.
J.B. Gill fue en los inicios de la presidencia constitucional de CA Rivarola, en cuyo gabinete ejercía el Ministerio de Hacienda, el instrumento de vigencia de la influencia brasileña en el país. Brasil ya había firmado el Tratado de Paz y Límites con el Paraguay, y se empeñaba en poner vallas a la pretensión argentina de ganar todo el Chaco, hasta la Bahía Negra; la línea limítrofe admisible para el Brasil no pasaba el Pilcomayo. Por el sostenimiento de la política brasileña, JB Gill tramó la conjura increíble, que condujo a la defenestración de CA Rivarola, su protector. Ya Presidente de la República, con el apoyo brasileño, y embarcado en una política económica que produjo graves desequilibrios; la enajenación de bienes inmobiliarios, del ferrocarril, etc., la inquietud de la banca inglesa arrastró al Brasil, lo que dio motivo al Presidente para un giro espectacular; el entendimiento con la Argentina.
J.B. Gill fue ultimado por Nicanor Godoy de un escopetazo; en la esquina de Pte. Franco e Independencia Nacional, el 12 de abril de 1877. JBG no había cumplido aún 37 años de edad. Casado con Concepción Díaz de Bedoya, dejó descendencia proyectada hasta nuestros días.
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas).
JUAN BAUTISTA GILL
Juan Bautista Gill es, indudablemente, la figura de más relieve y el político con más enérgica personalidad en la primera época de la era constitucional. Perteneciente a una ilustre familia patricia, fue su padre Juan Andrés Gill, convencional para la Constitución de 1844, ministro de Relaciones Exteriores de don Carlos y primer diplomático paraguayo; su madre, doña Escolástica del Barrio y Bedoya, una de las pocas damas condecoradas con la Orden Nacional del Mérito por su abnegada contribución a la guerra de la Triple Alianza. Juan Bautista, nacido en Asunción el 28 de octubre de 1840, era uno de los ocho hijos.
En 1854, marchó a Buenos Aires para proseguir sus estudios secundarios y emprender la carrera de Medicina, que no terminó. Regresó a su patria en 1863 y, dos años después, se alistaba como soldado en el célebre Batallón 40 formado con la juventud dorada de Asunción. Pero sus conocimientos médicos adquiridos en Buenos Aires determinaron pronto su traslado a la sanidad militar, en la cual hizo la campaña de la guerra bajo las órdenes del doctor Steward, hasta que cayó prisionero de los aliados en Angostura, el año 1868.
En marzo de 1869, apenas liberado de su prisión, figura entre los asistentes a la asamblea reunida en Asunción para solicitar de los aliados la constitución de un gobierno nacional. En 1870 es electo convencional por el distrito de la Encarnación y, el 25 de noviembre de ese mismo año, integra el primer gobierno constitucional de don Cirilo Rivarola como ministro de Hacienda.
Espíritu enérgico y ambicioso, político hábil de gran arrastre popular, Juan Bautista Gill personaliza al "hombre fuerte" en ese ambiente turbulento e incierto de primeros balbuceos democráticos, por natural ineptitud para amoldarse a las nuevas normas institucionales que van a suplantar las caducas del paternalismo. Gill se destaca por su tendencia reaccionaria y conservadora.
La señalada preponderancia lograda por el ministro de Hacienda en el gobierno provoca una crisis política. El juicio político promovido en las Cámaras contra su prepotencia determina al presidente Rivarola a disolver el Parlamento, el 15 de octubre de 1871, y los nuevos representantes electos, que apoyan la política de Juan Bautista Gill, le llevarán pronto a la presidencia del Senado. Rivarola se ve precisado a renunciar y el Congreso pone en ejercicio del Ejecutivo al vicepresidente Salvador Jovellanos, el 18 de diciembre. El antagonismo de Gill con el ministro del Interior ocasiona por fin su exilio, desde el cual el político desplazado organiza dos revoluciones con el general Bernardino Caballero como jefe militar. Triunfante el segundo movimiento después de la acción de Campo Grande, el 12 de febrero de 1874, Gill se hace cargo del Ministerio del Interior, desde el cual preparará su propia candidatura, y luego de la Cancillería en la que se señala por su enérgica actitud internacional con la Argentina para salvar el patrimonio territorial del Paraguay.
El 25 de noviembre de 1874, Juan Bautista Gill asume la presidencia de la República en momentos difíciles para la nación y durante ella le cabe la honra de ejercitar su más honrosa gestión pública al desautorizar, con la comisión conferida a Facundo Machaín, a Jaime Sosa Escalada que, como representante del Paraguay ante el gobierno argentino, había cedido por el ajuste Sosa-Tejedor la Villa Occidental con el territorio comprendido desde el Pilcomayo hasta el río Verde. Inspirador de esa gestión, Gill consigue con su energía y habilidad la firma del ajuste Machaín-Irigoyen, el 3 de febrero de 1846, por el cual la Argentina reconoce la soberanía paraguaya sobre el territorio chaqueño desde el río Verde hasta la Bahía Negra, comprometiendo al arbitraje la zona desde el Verde al Pilcomayo, que el laudo Hayes debía adjudicar al Paraguay. La firma del ajuste y el coincidente arreglo de límites con el Brasil hacen entonces posible la desocupación del territorio nacional por las fuerzas aliadas, finiquitada el 22 de julio de 1876.
A gestiones de su gobierno se deben también los empréstitos para aliviar la angustiosa situación económica del país, postrado por la reciente guerra, la fundación del Colegio Nacional, del Seminario Conciliar y del primer Museo de Historia Natural. Pero el rigor de su política y su tendencia reaccionaria hacia los "gobiernos fuertes" le concitan sañudos enemigos en la oposición.
Un grupo de complotados para eliminarlo del poder lo asesinó la mañana del 12 de abril de 1877, en la calle Presidente Franco, antes de llegar a la esquina de Independencia Nacional y frente al edificio ocupado por el Ateneo Paraguayo, mientras se dirigía a pie al Palacio de Gobierno, acompañado de sus edecanes. Nicanor Godoy, hermano de Juan Silvano, fue el designado para darle muerte con dos tiros de fusil a boca de jarro. Mientras huían los matadores del Presidente, también dieron muerte a su hermano el general Emilio Gill, en Manorá. La víctima venía de su quinta al centro de la ciudad. A Juan Bautista Gill sucedió en el gobierno el vicepresidente Higinio Uriarte. Muerto Gill, su viuda doña Concepción de Bedoya contrajo nuevo matrimonio con el general Bernardino Caballero, correspondiéndole así el honor de ser esposa de dos presidentes.
BIBLIOGRAFÍA
Gómez Freire Esteves: Historia contemporánea del Paraguay.
Héctor F. Decoud: Cuatro décadas de vida nacional.
Silvano Mosqueira: Semblanza paraguaya.
Juan Bautista Gill Aguinaga: Archivo inédito.
Carlos R. Centurión: Historia de las letras paraguayas.
Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)
Enlace interno recomendado al espacio: Presidencia de Juan Bautista Gill (25 de noviembre de 1874 al 12 de abril de 1877). Segmento: Historia Política de la República del Paraguay.
JUAN BAUTISTA GILL (1840/1877)
Político destacado, nacido en Asunción, Juan Bautista Gill llegó a la Presidencia de la República en noviembre de 1874. Anteriormente ya se había destacado, precisamente cuando en febrero de 1869, un año antes de terminar la Guerra de la Triple Alianza, cuando junto a otros (José Segundo Decoud, Cayo Miltos, Carlos Loizaga, Juan A. Jara y Salvador Jovellanos). Fue ministro de Hacienda de Cirilo Antonio Rivarola.
Corría el mes de abril de 1877 cuando en informal conversación recordó a Elisa Linch, de quien decía sin ponerse colorado que era “una hembra fantástica”. Su esposa, María Concepción Díaz de Bedoya, muy adinerada, por cierto, tenía que callarse ante estos comentarios, pues Juan Bautista era una figura emergente, prometedora.
En ese mismo tiempo, denuncias de corrupción afectaban muy negativamente a su gestión. Había radicales que incluso hablaban de poner punto final a su administración a como diera lugar. Juan Bautista sabía de ello, pero invariablemente desestimaba toda y cualquier versión:
-No nació aún paraguayo con suficiente coraje para enfrentarme.
1877 - 12 de abril. En compañía de sus edecanes, que no se separaban del presidente, sobre todo desde que se hiciera más fuerte la versión sobre que sería ajusticiado, salió un poco después del mediodía, dirigiéndose al Palacio. Pero al cruzar la calle Independencia Nacional, sobre la actual avenida Presidente Franco, su cuerpo se encontró con un mortal escopetazo, que salió de uno de los tres hombres encapuchados, liderados por Nicanor Godoy.
Juan Bautista cayó mortalmente herido; apenas pudo ver a Molas, Goiburú y Godoy alejándose de la escena del magnicidio. A escasa distancia, los mismos se encontraron con el hermano de Juan Bautista, Emilio, a quienes mataron y le cortaron una oreja.
Fuente: 200 MUERTES 200 AÑOS. Texto: ROBERTO PAREDES. Ilustración de JUAN DE DIOS VALDÉZ BARBOZA y RAQUEL ROJAS PEÑA. Asunción – Paraguay 2011.