Portal Guaraní - HISTORIA DE UN AMOR CON MORETONES - Por ALFREDO BOCCIA PAZ

Cuando la joven de 21 años llegó al Hospital del Trauma los médicos quedaron asombrados por la desfiguración de su rostro y la geografía purpúrica de su cuerpo. Hubo que operarla para reconstruir su tabique nasal. Días después, cuando pudo abrir los ojos, un precipitado amigo le mostró a la chica la foto de su rostro. Ella preguntó: ¿quién es ella?

Para entonces su tragedia ya era conocida. Vivía desde hace tres años en Ñemby con su pareja, un muchacho celoso y violento. El amor entre ambos era periódicamente perturbado por sus arranques de furia. Dos años atrás, él la había golpeado tanto que ella llegó a presentar una denuncia en la Comisaría. También había herido a su padre cuando este intentó calmarlo durante una de las tantas palizas a las que la sometía. El tipo practicaba sipalki-do, un arte marcial que enseña técnicas de defensa ante ataques con sables, palos o sogas. Aunque para torturarla, apelaba a elementos más caseros, como cables, palos de escoba o el mazo de cocina.

Luego de cada una de esas ocasiones el agresor mostraba un gran remordimiento, se arrodillaba, traía flores o regalos y conseguía ser perdonado. Luego de una breve luna de miel, el ciclo se repetía con pocas variaciones. La manipulación se manifestaba por un control obsesivo de sus llamadas telefónicas y de sus relaciones en Facebook. Un "me gusta" sospechoso se transformaba en una garroteada. Las ausencias de la mujer al trabajo, para no mostrar los moretones, se hicieron frecuentes.

Cuando, por fin, ella se animó a decirle que lo iba a dejar, el hombre se exasperó. Fue entonces cuando sufrió la madre de todas las golpizas. No la mató por milagro. Durante más de una semana quedó tendida en la cama, aislada del mundo. El bruto respondía su WhatsApp y no le permitía contactos con su familia. Ella hubiera protagonizado el feminicidio número 39 de este año si no fuera por algunas circunstancias inusuales. Sus compañeros de trabajo se preocuparon por ella y buscaron comunicarse. En un descuido de su captor, ella pudo enviar una foto de su cuerpo a una compañera y así la familia fue advertida. La denuncia al Ministerio Público obtuvo la respuesta eficaz de una fiscala que allanó la casa, la rescató y apresó al infeliz sujeto. Todo sucedió en los últimos días, pero sigue ocurriendo en otros hogares. Cada cuatro días una mujer paraguaya es atacada con fines mortales por su pareja. No todas sobreviven.

Los amores con moretones tienen otra cosa en común: los comentarios despectivos contra la mujer. La tratan de idiota por no animarse a marcharse de la casa. Son los ignorantes que desconocen la compleja trama de dependencia y terror en las que están atrapadas las víctimas.

Hoy, en el Día de la No Violencia Contra la Mujer, es un buen momento para enterarse por qué ellas suelen volver junto al animal que terminará matándolas.

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)