JUAN BUGGINO DUARTE.-
Oriundo de Villarrica, nació en el año 1900; fueron sus padres Pedro Boggino y Rufina Duarte: Realizó sus estudios inicialmente en su ciudad natal y culminó el bachillerato en la capital. Ingresó luego en la Facultad de Medicina; fue el mejor egresado -medalla de oro- de su promoción, en 1927. Alumno del Prof. Louis Gery, de la misión médica francesa, el Dr. Boggino a poco de graduarse fue profesor de Histología y Embriología en la Facultad de Medicina. Luego viajó a Europa; realizó cursos en Italia y Francia, y fue designado asistente extranjero del Instituto de Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina de Estrasburgo, con el Prof. Gery, que había terminado su misión en nuestro país. La referida misión francesa, integrada por los Profs. Gabriel Delamare, Charles Py, Louis Gery y Henry Roger, sumados a otros profesores contratados; Manuel Lefas, Roquete Pintos, Walter Capelle y Charles André, se constituyó en el más gravitante aporte científico que contribuyó a formar calificados profesionales a partir de su reapertura, en 1918.
La guerra del Chaco llevó al Dr. Boggino al frente de operaciones, inicialmente como Jefe del Servicio Sanitario del II Cuerpo de Ejército. De su labor humanitaria y sacrificada, existen testimonios laudatorios de paraguayos y bolivianos, y las condecoraciones Cruz del Chaco, Cruz del Defensor y Medalla de Boquerón, que testimonian su trayectoria de hombre de bien y paraguayo amante de su patria.
Terminó la guerra y volvió a sus cátedras, plenas de sabiduría, y a los trabajos de laboratorio. Profesor y Decano en las Facultades de Medicina, Odontología, Agronomía y Veterinaria, Rector de la Universidad Nacional, miembro y Presidente de innúmeras entidades culturales; la Sociedad Bolivariana del Paraguay, la Academia de Cultura y Lengua Guaraní, la Sociedad de Antropología y Etnología, el Ateneo Paraguayo, la Honorable Junta Municipal de Asunción. Llevó la presencia humanista y científica del Paraguay a varios Congresos. Sus trabajos fueron publicados por las más calificadas entidades científicas; y ganó numerosas distinciones.
Con más de 50 años de ejercicio de la cátedra, fue declarado Profesor Emérito por la Facultad de Medicina; y siguió enseñando hasta sus últimos días. Falleció en 1981; casado con Ángela Villalonga, dejó descendencia.
"Como verdadero sabio, fue de una sencillez sin nombre. Maestro por su saber y por su conducta intachable, constituyó desde su juventud un vivo ejemplo de bondad, de humanidad y de valor... Dr. Juan Boggino: todo un hombre, todo un sabio, todo un humanista.. todo un paraguayo". (Trinchera, octubre; 1981).
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)
BOGGINO, JUAN
Compañía Carovení tuyá/Guairá, 1900 - Asunción, 1981. Poeta y ensayista. Médico de formación humanística y de trascendente trayectoria intelectual, hizo suyos, con igual destreza, los principios de la ciencia y los de la literatura.-
Su estilo era sobrio, preciso, aunque no desprovisto de galas imaginativas, manifestándose en forma de ensayos breves y discursos, a través de los cuales puede advertirse su buena formación. Se inició como poeta pero luego fue inclinándose a la prosa, donde al inicio sus propensiones se hicieron más evidentes.
Entre sus trabajos más estimables, que aunque no rozan lo imaginativo se acercan a él, merecen citarse: “SOBRE HUMANISMO”, “EL MEDIO Y EL HOMBRE”, “SOBRE LA NECESIDAD DE LA CULTURA ARTÍSTICA” y “EL PUEBLO DE LA PROMESA DIVINA”.-
Fue uno de los propulsores del Ateneo Paraguayo y de su revista (1941-1945). [Ficha bio-bibliográfica preparada por el profesor Raúl Amaral].-
Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – TERESA MENDEZ-FAITH. Editorial EL LECTOR, Asunción – Paraguay, 1998.
JUAN BOGGINO (1900 – 1981)
He aquí reunidos en una misma persona, un científico y un artista. Prodigio de la Naturaleza! Entonces, Boggino, médico y esteta; y, como tal, mentado galeno y buen poeta.
Boggino, émulo del que fuera su gran maestro, el español Santiago Ramón y Cajal. Por lo tanto, su fama como histólogo, también traspuso los lindes de su patria, el Paraguay.
Como literato, se sabe que él fue uno de los críticos más representativos del país.
Se recuerda que sus discursos y conferencias, eran de gran valor literario.
Alguien ha dicho, que Boggino era tan poeta como médico, o, tan médico como poeta. ¡Bella y envidiable combinación de valores! Su extremada modestia nos ha privado de acceder a una mayor cantidad de sus producciones poéticas. De ahí que; en este Parnaso se podrán disfrutar de tres de ellas solamente, bajo el título de TRIP-TICO DE LAS INDUSTRIAS DE ATENAS, y que son: LA MIEL, EL VASO y LA FLAUTA.
Su alma jesucristiana, pronto lo alejó de su consultorio médico, porque carecía del valor prosaico de tomar dinero (como paga de una consulta) del que no poseía, salud en el cuerpo, ni dinero en su bolsillo. Eso -reñía con su filosofía y su alma de filántropo. El amaba a su semejante y quería servirle, darle cuanto estaba a su alcance, sin exigirle nada a cambio, nada que no sea el aliviarle su padecimiento físico o de otra índole.
Ante tal temperamento, cerró su consultorio y se dedicó hasta el fin de sus días a las investigaciones científicas y a las cátedras, hasta su muerte, ocurrida en 1981, luego de haber celebrado sus bodas de oro en la disciplina científica.
Juan Boggino nació en Villarrica en 1900. Hizo sus estudios primarios en la misma ciudad; el bachillerato en el Colegio de San José de Asunción, de donde pasó a la Facultad de Medicina, graduándose de médico en 1927.
TRIPTICO A LAS INDUSTRIAS DE ATENAS
LA MIEL
Ya vuela el enjambre en el prado tranquilo
libando de paso licores florales,
y llenándose presto en el rústico asilo
los múltiples vasos de dulces panales.
(Dedica su vida y sufre el martirio,
melisa, de Ceres al culto preciado;
y grata la Diosa, su carne de lirio
la torna de abejas enjambre dorado.)
¡Oh rubias que amaba Filisco de Tasos,
que al bosque desierto siguió vuestros pasos!
¡Oh hijas del sol y melisa, la fiel!
Aún de remota edad a distancia ...
Himeto es recuerdo de preclara fragancia
y añora la boca el sabor de su miel ...
EL VASO
El torno ya gira; ya brotan las formas
sutiles y finas del "oinocoé".
¡Loados los Dioses! ¡Triunfan las normas!
... Sonríe de orgullo la Atena Ergané.
La llama que atiza de Hefesto la fragua,
tu arcilla divina, Demeter, besó;
tu arcilla doró, que Dionisos, con agua
del lago Copais, diligente amasó.
Henchiendo tu seno latino Falerno,
yo voto, ¡oh vaso, que imperes eterno
con el agua y el aire, la tierra y el fuego.
Imagen inerte del sueño primero,
¡milagro del Arte! Revives entero
la curva de gracia del genio griego.
LA FLAUTA
¡Oh, plácida paz de la orilla cefisa
do Eolo murmura nostalgias extrañas,
-canciones antiguas de llanto y de risa-
y al décimo Otoño mandarán las cañas!
Tres años aun bajo el sol de la Focia
sazonan los tallos de vientre sonoro
que luego tendrán en la dulce Beocia,
su forma de flauta y su acento de lloro.
Agreste canuto, del órgano madre:
¿tus sones evocan, de Pan, el Gran Padre,
su angustia de humano o su gloria de Dios?
O, áulica caña: en la orilla cefisa,
-cantando sus cantos extraños la brisa,-
¿cuajóse en tu hueco sonoro su voz?
Fuente: EL PARMASO GUAIREÑO. Obra de ROMUALDO ALARCÓN MARTÍNEZ. Ediciones INTENTO. Asunción – Paraguay, 1987 (1ª edición – 407 páginas)