LÓPEZ CARRILLO, ÁNGEL BENIGNO
Ministro. Nacido hacia 1828, fue hijo del presidente Carlos Antonio López. Estudió en la escuela del célebre maestro Juan Pedro Escalada, en la Academia Literaria y en el instituto dirigido por el jesuita Bernardo Pares.
Fue ministro de Estado y, durante la Guerra de la Triple Alianza, fue hallado culpable de conspiración y ejecutado el 21 de diciembre de 1868, en Pikysyry.
Fuente: ENCICLOPEDIA BIOGRÁFICA PARAGUAYA DEL BICENTENARIO. Investigación, compilación y redacción: LUIS VERÓN. ALVARO AYALA PRODUCCIONES, Asunción - Paraguay, 2009 (612 páginas)
BENIGNO LÓPEZ (1837/1868)
Nacido en Asunción, su padre, Carlos Antonio López, lo favoreció con el importante cargo de ministro, situación que mantuvo incluso bajo la Presidencia de su hermano mayor, Francisco Solano López. Había estudiado con el maestro Juan Pedro Escalada, por lo que proyectaba un buen nivel de preparación.
Cuando se lo nombró a Francisco Solano López como sucesor, su madre se solidarizó con él, preguntando doña Juan Pabla a Don Carlos “¿por qué no Benigno?”, ante lo que el padre de ambos prefirió guardar silencio, pues se sentía muy débil para perder su tiempo en discusiones estériles. No obstante, le pidió a Juana Pabla que le trajera junto a él. Su mensaje fue claro:
-Benigno, tu hermano tiene mejores condiciones para liderar esta nación. Solamente te pido que le acompañes en todo.
Benigno le prometió al padre que le sería fiel a Francisco Solano y de una u otra manera fue coherente con el compromiso, incluso después de declarada la guerra. Y más: incluso después de los primeros reveses militares.
1868 - 21 de diciembre. Era el día marcado para su ajusticiamiento por medio de lanzas. De acuerdo con lo dispuesto por Francisco Solano López, su hermano, no valía la pena perder un proyectil “por ese miserable, a quien se le dio todo y pagó con la traición”.
Se levantó muy temprano. Llamó de nuevo al teniente Alfredo Candia y le pidió que hiciese todo lo posible por conseguir que pueda hablar con su hermano. El oficial le comentó que en tres oportunidades le pidió y que si bien en dos no obtuvo respuesta, en la tercera le dijo el presidente: “No hay nada de qué hablar”.
Benigno le culpó a la madre, pues si bien los reveses eran varios, no había razones para traicionar al hermano. Antes del ajusticiamiento, hizo llamar al padre Arévalo, su confesor, y le dijo con claridad:
-Padre, para decir la verdad, y nada más que la verdad, no estuve a la altura de las circunstancias.
Fuente: 200 MUERTES 200 AÑOS. Texto: ROBERTO PAREDES. Ilustración de JUAN DE DIOS VALDÉZ BARBOZA y RAQUEL ROJAS PEÑA. , Asunción – Paraguay 2011.