HAY QUE PAGAR MÁS IMPUESTOS, PERO...

 Por LUIS BAREIRO

lbareiro@uhora.com.py

Un sector de la sociedad, que podríamos considerar progresista o con tendencia a la izquierda, insiste en que el principal problema del país es la pésima distribución de la riqueza que generamos y que se refleja en la bajísima presión tributaria, vale decir, en lo poco que se destina de los ingresos que tiene la gente al pago de impuestos.

Otro sector de la sociedad, que podríamos calificar como conservadora o con tendencia a la derecha, afirma que el verdadero problema es el malgasto público, la forma como los partidos políticos moldearon el presupuesto del Estado, de forma tal que casi la totalidad de los impuestos que pagamos financian exclusivamente los salarios de los funcionarios, los mismos que en más del 90 por ciento ingresaron sin haber concursado, por la vía de la filiación política, el parentesco o el amiguismo.

Ambos sectores tienen razón. No hay contradicción en la visión que tiene cada grupo. Pagamos pocos impuestos y lo poco que pagamos se gasta mal. No podemos financiar políticas públicas de calidad que reduzcan estructuralmente los problemas de la pobreza si no pagamos más impuestos, y aún si pagáramos más impuestos tampoco podríamos hacerlo si el dinero se sigue gastando en mantener la clientela política de los partidos enquistada en el presupuesto público.

Un ejemplo concreto de este drama del huevo o la gallina es la educación pública. Ningún otro factor puede modificar substancialmente las posibilidades reales de una persona de abandonar definitivamente los niveles de pobreza que una educación de calidad.

Pues bien, solo para alcanzar niveles básicos de calidad, el presupuesto de Educación que hoy raya los mil millones de dólares anuales tiene que ser duplicado. Esto es mil millones de dólares más de aportes al Estado por año.

¿Cómo convencer a una sociedad que pague mil millones de dólares más por año cuando no ha visto que los incrementos en los ingresos de las arcas del Estado hayan mejorado en algo su calidad de vida? ¿Cómo pedirle que pague más si solo en un año el aumento concedido a funcionarios del Estado supuso un gasto adicional de 800 millones de dólares?

Creo que la única propuesta razonable es crear impuestos atados a gastos específicos. Por decir, podemos crear un impuesto progresivo a la tenencia de tierras atado a proyectos concretos de desarrollo rural, o un aumento de los tributos que gravan la venta de alcohol y tabaco, pero atado a programas de salud pública.

Podemos crear impuestos determinados para financiar el programa de educación, pero amarrados por ley, de forma que ni un solo guaraní pueda desviarse a financiar más burocracia.

Hay muchas figuras que podemos aplicar inteligentemente para asegurarnos de que un mayor esfuerzo impositivo se traduzca efectivamente en mayores oportunidades para la gente. Y es algo que tenemos que hacerlo ya.

El conservadurismo hoy no es una opción, es un camino seguro al caos.

Fuente:  ULTIMA HORA (ONLINE)

Sección OPINIÓN

Domingo, 11 de Mayo de 2014, 01:00

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