Portal Guaraní - QUIÉNES SON DEGENERADOS MORALES AQUÍ - Por BERNARDO NERI FARINA

El Paraguay es el país más corrupto de la región. La justicia asegura la impunidad de los ladrones. El sistema sanitario provoca partos en pisos de hospitales; existe una pavorosa tasa de analfabetismo funcional: 7 de cada 10 estudiantes no entienden lo que leen; el transporte público lo maneja una mafia asociada al partido de gobierno para humillación del pueblo. Esta es la verdadera degeneración moral.

Usar la política como escenario para hacerse rico robando el dinero público de manera impune. Eso es degeneración moral.

Desterrar de las filas partidarias a los decentes para dar paso a los facinerosos que entran a saquear el Estado con el objetivo esencial de repartir el fruto del saqueo entre los conmilitones del poder. Eso es degeneración moral.

El haber permitido que una inmensa cantidad del dinero de las binacionales haya ido a satisfacer la sórdida codicia de los círculos de poder en detrimento del país, que perdió así la gran oportunidad de desarrollarse. Eso es degeneración moral.

Condenar a niños a dar clases a la intemperie porque los fondos para las aulas se los tragaron politicastros, intendentes, gobernadores y otros pillos. Eso es degeneración moral.

Aprovechar un cargo público para instalar a toda la parentela propia, hasta a las amantes y su séquito, en la nómina estatal. Eso es degeneración moral.

Crear en oficinas públicas cargos absolutamente inútiles con salarios multimillonarios para los parásitos politiquitos que solo sirven a los popes partidarios, mientras aquellos que cumplen sus funciones con lealtad al trabajo reciben sueldos miserables. Eso es degeneración moral.

Vender el partido político para que el comprador lo utilizase como plataforma de vuelo al poder con el fin de que dicho afortunado multiplicará exponencialmente su fortuna desde su posición privilegiada. Eso es degeneración moral.

Proteger a usureros criminales, a lavadores de activos producidos por los tráficos más innobles. Eso es degeneración moral.

Exhibir la imagen propia como la de una persona preparada por haber estudiado en el exterior y con una supuesta formación técnica, para luego someterse a los caprichos de un bellaco y convertirse en triste prosélito de sus vicios. Eso es degeneración moral.

Cargar sobre los hombros un episodio único en la historia de los crímenes políticos en el Paraguay: el inédito atraco policial a un local partidario a sangre y fuego con la consecuencia de un joven acribillado en la espalda por el escopetazo disparado por un policía. Eso es degeneración moral.

No nos vengan ahora a querer embutir la idea de que la degeneración moral en nuestro país viene de afuera. Tal degeneración moral se aceleró internamente unos 70 años atrás, en un proceso que convirtió a la corrupción en sistema gubernamental y a la impunidad en industria cínica.

La depravación dejó sin decencia a la política y ésta es hoy una ciénaga donde chapotean jolgorientos los viciosos viejos y la nueva tierna podredumbre. Todos alentados por los degenerados morales autóctonos que ambicionan perpetuar la degeneración para que ellos estén mejor.

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