** Al grupo o promoción que siguió a la guerra civil de 1947, no se lo puede estudiar sin considerar previamente una acertada observación de Guillermo de Torre donde aclara que
el espíritu, el aire del tiempo, la atmósfera epocal que cada momento posee, del que
nadie se libra, pero que sólo son capaces de captar con plenitud de impregnación los
más jóvenes...
** Y la pregunta que sigue a esta referencia es obvia: ¿quiénes suceden a la hornada del 1940? Trataremos de responder cronológicamente, aún con las reservas de que sabemos lo que ello implica: continúa en la brecha una pléyade de escritores que -en su mayoría- nació en el decenio de 1924 a 1934. La segunda interrogación es aún más apropiada que la formulemos: ¿Cuál era el espíritu del tiempo; la atmósfera epocal?... Y otra respuesta lógica asoma: dicho spiritus no es más que aquel vaho deprimente que sigue a toda guerra civil, no siempre el más apto para producir y crear en el campo literario debido a circunstancias dominantes, que de una forma u otra, restringen o aplastan la imaginación creadora. En esa endosfera, con ese aire poco salubre, hubimos de comenzar o proseguir lo que la cisura bélica fratricida había tajado tan drásticamente. La promoción post 1947, o si se quiere dar una cronología más aceptada, la de 1950, no constituyó parte de una escuela estética o literaria bien definida, pues estaba buscando las sutiles nervaduras de una parábola creacional, una exploración ansiosa en las trochas poco transitables del momento.
** Los más representativos intelectuales del grupo del 40, como negativo corolario de la guerra civil, quedaron en el exilio, y la vanguardia cultural y creativa la constituye la promoción que nos ocupa, aún verde y ansiosa, que se reunía en grupos muy pequeños para no llamar la atención de las autoridades «con mando» (los mbaretés del momento) y ser destruidos o arrinconados en celdas como entes peligrosos o «subversivos» antes de ni siquiera poder pensar... Esa «atmósfera del tiempo» no era por cierto la que reinó en la Alemania del Weimar. El grupo del 50 -nunca se aclaró esto- vivió angustias en una era de difícil comunicación humana, en terreno hostil y poco propicio.
- II -
** La guerra civil de 1947 colocó a hermanos mayores y menores en centros dispares. Los de afuera soñando el retorno imposible y los de adentro -que de suerte o circunstancia diferentes-, quedamos en Asunción con la definitiva ruta trazada en los días más difíciles por los que pasó el país en lo que va de este siglo.
** Existe la tendencia de querer llamar al grupo post 1947 con el atractivo nombre de generación del 50. En ello hay que andar con cuidado. Si bien expresa Carlos Federico Sáinz de Robles que para hablar de generación la existencia de una fecha decisiva central es necesaria, y en este caso dicha condición existe, para concebir rigurosamente una generación faltan muchos otros requisitos que no entraremos a discutir. Es probable no obstante, que al grupo de 1950, en un futuro no muy remoto, se lo una a otros movimientos también representativos que lo siguieron y se lo conozca como el grupo de medio siglo, ya que en Alcor, en la Facultad de Filosofía, o en la Academia Universitaria, autores del grupo 50 o de la década que le sigue se entrelazan en la cronología.
** Una especial recordación merece el escritor y poeta hispano-paraguayo reverendo padre César Alonso de las Heras por haber sido el creador y mentor de la Academia Universitaria del Colegio de San José, institución que nos acogió a todos con el único afán de aunar esfuerzos y de romper las vallas del momento. Su obra será siempre evocada con cariño por quienes hemos recogido de él el Verbo y el empuje necesario, su entusiasmo sin límites y su clara trayectoria en el campo de las letras.
** Existe otro índice de autores coetáneos que no pertenecen por circunstancias diversas a ninguna de las instituciones arriba mencionadas, pero han dejado obras de mérito y serán considerados como componentes de este grupo del 50. Ignorarlos, sería un acto de arbitrariedad que siempre hay que evitar en recuentos de este tipo para no caer en partidismos o ismos insalubres.
** El grupo de 1950, que tuvo una definitiva gravitación en la cultura paraguaya, no era muy numeroso pero sus componentes participan en diversos géneros como veremos en este texto ulteriormente. En la obra de Josefina Plá, Literatura paraguaya del siglo XX, figuran algunos escritores de nuestro grupo y agrega ella con acierto, la función aglutinante que ejerció la revista Alcor, fundada por Rubén Bareiro Saguier y Julio César Troche en diciembre de 1955, cuyos dos números iniciales aparecieron con el nombre de Cuenco. En sus editoriales está la voz del grupo y hasta diríamos, la palabra sin concesiones. Los autores del grupo 1950 -permítase la repetición- nacieron todos entre 1924 a 1933-34. Algunas excepciones lógicas existen, como el caso de Elvio Romero, quien de acuerdo a la cronografía puede ser ubicado en la misma década, y no estuvo sin embargo vinculado a nosotros sino al final, cuando ya una parte del grupo se hallaba dispersa en los Estados Unidos de Norte América y Europa.
** A esta altura (1980) se puede comenzar a valorar y a estimar la obra del grupo post 1947 con cierta perspectiva. Muchos han errado, por juicio precipitado y quizá con una visión parcial, al juzgar la obra del grupo. Hoy podemos decir que esta promoción ha meditado la voz, intentando así que el verbo tenga su peso y su medida precisa. De a poco se desatan y se liberan las inhibiciones iniciales y comienza el continuo mensaje de la palabra esperada. No es cierto que la promoción haya sido estrictamente intimista o personal. En ella se notan -poesía, prosa o ensayo- todos los acentos universales, desde la protesta más violenta que traspasa los umbrales del grito hasta el murmullo de un viento apenas perceptible. Y esto se aplica a todas las ramificaciones culturales, es preciso repetirlo.
** Salvo alguna excepción que no corresponde detallar, todos los miembros de nuestra promoción permanecieron. Existen con una idéntica enseña. Ninguno ha llegado a la literatura comprometida ni aceptó la tarea fácil de la prostitución intelectual. Creemos que el mensaje de Viriato Díaz-Pérez, escuchado desde las aulas de la Facultad de Filosofía de Asunción, su reconocida, repulsión al vellocino de oro, entró y se incrustó en el espíritu de sus componentes representativos.
** Es probable que algunos nombres no los recordemos en estas pocas páginas, escritas lejos del terruño. Por otro lado, no todos prosiguieron el camino de las letras, al menos no han dejado obra escrita y deben ser considerados como estrellas que han tomado un curso errático o que sencillamente se han extinguido. No es intencional ninguna omisión que pudiera ocurrir salvo la mía propia. Puedo decir que hoy día en el exterior, y quizá en el Paraguay -no lo sé- se habla de los grupos de la Facultad de Filosofía de Alcor, y de Academia Universitaria. Luego de un cuarto de siglo los miembros del grupo han demostrado que la tarea literaria en ellos no era una postura momentánea, superficial y diletante. Persiste. Y como dice William Faulkner, ello en sí, constituye la función del hombre, la que finalmente lo distingue y lo eleva. No solamente llegar sino resistir, perseverar.
- III - El teatro
** Josefina Plá nos habla de numerosas caídas y levantadas de nuestro teatro en general. No hace referencia desde luego al grupo que nos ocupa en estas páginas. O sea, habla de la existencia de vaivenes u oscilaciones que a veces conllevan una lamentable etapa de muda esterilidad. Rubén Bareiro Saguier quizá apunta con certeza cuando dice «los regímenes dictatoriales desconfían del impacto directo que puede tener el teatro». Y agrego: ¿equivaldría ello a pensar que hacer teatro es estimular la subversión? ¿El mero pensar es subversivo? Fiat Lux! Audi alteram partem!... Manuel E. B. Argüello cree que nuestro teatro no cumple con sus funciones y finalmente Rudi Torga piensa que «La alternativa es entender el teatro como se lo entendió siempre: una actividad humana que no sólo es la expresión de un pueblo o de una nación, sino el testimonio más verdadero y viviente de una civilización». -Cuatro opiniones escritas en cuatro épocas algo separadas, aplicadas a un mismo problema: nuestro teatro. Naturalmente que ello incide en el reducidísimo número de coetáneos que hace teatro. Y explica la reticencia de nuestros autores para volcarse hacia la obra teatral. No hablamos aquí del teatro sainetero o barato. Ni del pagado o apoyado. Hacemos referencia a la seria dramaturgia. No debe culparse al público, que hoy, en una ciudad de medio millón de habitantes posee receptividad para un teatro de ideas, un teatro que huya del fácil halago y que trate de elevar creativamente. Pero un teatro serio, por otra parte, requiere madurez cívica, y por sobre todas las cosas, debemos decirlo con franqueza, exige libertad. Un mundo sin temores a represalias o a coacciones de diversa índole, que impone una constante autocensura depresiva y poco estimulante. En las décadas que serán brevemente bosquejadas por nuestro compañero de labor, el profesor Guido Rodríguez-Alcalá, se podrá observar que los entusiastas grupos de teatros vocacionales o independientes, han sido blanco de injustas persecuciones. Ello no es estimulante, por cierto. Si el autor teme ser perseguido por sus ideas, es lógico que no halle campo propicio para seguir produciendo. O en nuestro grupo, para pensar producir algo que escape las esferas concesivas o los mundillos cursis del melodrama. Un grupo brillante de autores como Sastre, Arrabal, Buero Vallejo, etc., de la España actual, no existe en nuestro teatro, y siempre debo decir bien claro que me refiero a nuestra década.
** Dejemos que el lector concluya las razones o causas, pues la polémica no es nuestro objetivo.
** No obstante todas las reservas apuntadas, que no son pocas, hay dramaturgos como Mario Halley Mora (1928), que han producido obras de mérito. Citemos, sólo para recordar algo de su cosecha, las piezas recogidas en el volumen Teatro paraguayo de Mario Halley Mora que demuestran su interés y su activa participación en el teatro: Interrogante, Un rostro para Ana, Magdalena Servín, etc. Halley Mora es también periodista y en tal concepto, es jefe de redacción de Patria, vocero oficial del gobierno.
** José Luis Appleyard en 1961 obtiene el Premio Municipal del Teatro con su drama poético Aquel 1811. Esta obra fue representada en la Casa de la Independencia con música del eximio concertista de guitarra paraguayo Sila Godoy. En el jurado que concedió el premio, figuraba entre otros, Rubén Bareiro Saguier. También periodista, es jefe de la Sección Literaria de La Tribuna, diario independiente.
** Ramiro Domínguez en el libro Teatro Breve publica un drama en acto único que titula Cantata Heroica, en el que una voz rebelde elogia la varonil prestancia de Pedro Juan Cavallero.
** Julio César Troche (1927) posee una pieza premiada, que titula El pan de tus maizales, concluida en 1955 de la que se dio a conocer una parte en la obra de Manuel E. B. Argüello (MEBA), publicada en 1956 con el título de Introducción a la literatura.
** Entre los de la promoción del 50 seriamente interesados en el teatro, debe mencionarse a Manuel E. B. Argüello, actor y director de la Escuela de Arte Escénico «Roque Centurión Miranda». Su dedicación al arte teatral es excepcional.
** Y desde donde estamos, no conocemos otros exponentes cronológicamente hablando, que hayan publicado. Una década es un trecho mínimo para juzgar a toda una veintena de autores, la mayoría de ellos inéditos, cuya labor no ha llegado a las tablas. Una observación de Josefina Plá quizá valga para concluir este sumario: «Decenas de obras permanecen desde hace treinta años en carpeta, sólo leídas en cenáculos, pasadas como fragmentos por la radio, o estrenadas precariamente en algún rincón como un pecado secreto...».
- IV - El ensayo
** Existen ensayistas de realce en las diversas provincias literarias. Juan Santiago Dávalos (1925-1973) estudió filosofía en Buenos Aires, donde fue alumno de Francisco Romero. Hizo trabajos postdoctorales en España y Alemania. La Universidad de Berlín lo contó entre sus profesores visitantes, lo que debe aclararse que es una rara distinción. Su formación está basada esencialmente en la filosofía clásica alemana, que le permitió adentrarse en el conocimiento de campos nada fáciles, como es la lectura, en alemán, de Kant, Hegel, Heidegger, etc. Sus ensayos sobre las ideas políticas constituyen renovadas expresiones del pensamiento. En dicho campo -entre muchos otros estudios- se destaca «Cecilio Báez como ideólogo», donde la labor y la esencia del político liberal paraguayo son revisadas objetivamente con la luz de un análisis desprovisto de partidismos insanos. También se ocupó del dictador Francia y su época. Dejó sin concluir un estudio sobre «Las Ideas Esteticistas en Hispanoamérica», de vasto enfoque continental, que apareció en forma de artículos en La Tribuna y en separatas de Criterio. Fue profesor de Filosofía en la Universidad Católica de Asunción. Su ubicación filosófica -en momentos en que trágicamente le sorprende la muerte en un accidente de automóvil- podríamos decir que toca las fronteras de la teoría de la crítica social, y es evidente que su paso por la vida -breve pero intenso- ha dejado huellas y seguidores. Sus amigos, los estudiosos paraguayos Lorenzo Livieres y Guido Rodríguez-Alcalá, intentaron después de su tránsito, una recopilación de sus obras para publicarlas, pero un excesivo celo familiar no pudo facilitar esta tarea.
** Coetáneo de Dávalos es Lorenzo Livieres, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad de Asunción, donde egresa como escribano. Su admirable fluidez en el alemán, le permite leer en fuentes originales a los clásicos de la filosofía alemana. Ha publicado una serie de ensayos.
** Es heideggeriano en su pensar filosófico. Actualmente es profesor de Filosofía en la Universidad Católica de Asunción. Publicó en Alcor un excelente trabajo sobre Gabriel Casaccia que tituló «Estudio sobre la babosa». En 1967 escribe conjuntamente con Juan Santiago Dávalos «El problema de la Historia en el Paraguay», seria interpretación de un viejo y delicado punto. Otro ensayista de nota es Adriano Irala Burgos, que estudió filosofía en la Argentina, Estados Unidos de Norte América y Lovaina (Bélgica), donde llegó hasta el doctorado. Su tesis doctoral es un enjundioso análisis de la «Teoría de la alienación en Marx». Es profesor de Filosofía de la Universidad Católica de Asunción. El dogma religioso posee en él un magnífico expositor. Su ensayo «El horizonte ideológico de Yo el Supremo» es un criterioso acercamiento a la obra de Roa Bastos y a la vez arroja conclusiones altamente reveladoras con respecto a la presencia del dictador Francia, su obra y su lucha por la preservación de la nacionalidad. En 1975 publica La ideología del Dr. Francia, estudio fascinante y substancioso. Hermano de Adriano es Jerónimo Irala Burgos, cuyas valientes páginas de Comunidad son expresiones vibrantes y de una postura democrática sin entregas.
** Rubén Bareiro Saguier es un ensayista y crítico literario severo y ecuánime. Su opinión es altamente respetada. Consideramos que su estudio sobre Yo, el supremo de Augusto Roa Bastos es posiblemente lo más acertado en materia de análisis e interpretación crítica que sobre dicha obra se ha escrito. No podemos por razones de espacio, hacer una lista completa de sus ensayos en estas páginas. Son realmente numerosos y han visto la luz en las más prestigiosas revistas literarias de los Estados Unidos de Norte América, Europa y América del Sur. Una mera ojeada a Revista Nacional de Cultura (Venezuela), Hispamérica (Estados Unidos de Norte América), Caravelle (Francia), Desquicio (Francia), Bordas études (Francia), Revista Iberoamericana, Revue de Psychologie des Peuples (Francia), Libre (Francia), etc., dan una idea muy restringida de la tarea enciclopédica de este autor paraguayo, cuya voz señera alguna vez ha de recuperar la patria, que no siempre será injusta con sus hijos!
** Dos ensayos de Bareiro Saguier merecen ser recordados con cierto detalle: uno de ellos, Le Paraguay cuyos capítulos, documentos y bibliografía, son imprescindibles para el estudioso que desea tener una visión imparcial del Paraguay, sin coloridos costumbristas para el turista y sin patrioterismo barato. El libro tiene 128 páginas, con un apéndice documental en francés y en español, este último con trozos de autores nacionales seleccionados con gran rigor. El otro ensayo que creemos conveniente señalar, se titula "Le Paraguay, nation de Métis", que lo consideramos como un documento de antropología cultural muy valioso, que explica nuestros orígenes y que a su vez posee una interesante bibliografía para quienes -como Alves Froes da Fonseca- quisieran ahondar en el apasionante tema del mestizaje.
** Junto con Manuel E. B. Argüello, escribe un manual de literatura que titulan Cuento y novela, donde enfocan la enseñanza de la literatura de una forma muy diferente y atractiva, sin olvidar que «el hombre está concebido a la imagen y semejanza de Dios, que nace a la Libertad y es, en la vida terrena, la medida de todas las cosas», concepto elevado que nos hace recordar a John Donne cuando dice «la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte y me hallo envuelto en la humanidad». Cuento y novela es un texto de 96 páginas, dividido en seis unidades, un anexo amén de la bibliografía. Rubén Bareiro Saguier no puede retornar al país por su calidad de exiliado político, por razones que hasta hoy no las podemos entender, pero que el tiempo aclarará en sus orígenes reales.
** Juan Carlos Mendonça (1928) estudia la «Cronología de las generaciones paraguayas» y menciona Efraím Cardozo su Descubrimiento de su misión vital por el hombre americano publicado en 1953.
** Alfredo Viola historiador bien documentado, autor de Desarrollo Cultural del Paraguay, Facetas de la política gubernativa del Dr. Francia y de otros ensayos de importancia. Benigno Riquelme García lo recuerda como «el investigador por antonomasia: el que derriba los muros y señala horizontes nuevos».
** Juan F. Bazán (h) (1927). Escribe varios ensayos de mérito y nos presenta una interesante y objetiva visión del hombre docto en «El papel del intelectual». Es autor además de ¿Dónde está el Paraguay? y de Eligio Ayala, el Pensador (1976, Asunción).
** Evelio Fernández Arévalos (1931). Abogado y licenciado en Filosofía (Universidad de Asunción). Profesor de Sociología, durante tres cursos lectivos (Universidad de Asunción) y durante diez años profesor de Filosofía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Ensayista de estilo refinado, conocemos de él «El arte de nuestro tiempo», «La crisis protagonista de nuestro tiempo», «En el jardín del silencio», «Presupuestos para una política lingüística en el Paraguay». De voz medida y hondura en el pensar, es uno de los señeros exponentes del pensamiento de la promoción de medio siglo.
** Laureano Pelayo García (1926). Filósofo y ensayista, egresado en la Universidad de Madrid (1955) con una tesis sobre «Las ideas estéticas de Esteban Arteaga. Contribución de Arteaga al nacimiento de la estética en España», donde se ocupa del musicólogo y esteticista español que fue estudiado por don Marcelino Menéndez y Pelayo en su Historia de las ideas estéticas. Es miembro del PEN Club de Asunción. Escribe en 1962 Filosofía y Cultura. En 1978 publica «Sobre la creación artística: concepto y artesanía». Durante nuestra década recordamos «Algo sobre Camilo José Cela», de carácter informativo donde brevemente se estudia la labor del autor de La familia de Pascual Duarte. Es profesor de las Universidades Nacional de Asunción y Católica.
** Rafael Eladio Velázquez (1926). Abogado, licenciado y doctor en Historia, Universidad Nacional de Asunción. Estudia además en Francia y España. Profesor de la Universidad Católica y miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, director a la vez de su Anuario. Es un investigador y crítico de nuestro proceso socio-político. Autor de una interesante Breve Historia de la Cultura del Paraguay. Publica en Alcor un detenido estudio sobre «La Real Provisión del 12 de Septiembre de 1537 en la formación de la conciencia nacional», donde aclara las repercusiones de dicha provisión en nuestra historia, incluyendo su efecto en el episodio de la Revolución de los Comuneros. Una bibliografía que creemos valiosa, que menciona la labor de este compañero de promoción, nos ha sido remitida desde La Asunción por el profesor don Raúl Amaral, que agregamos sin cambios
1956: Los estudios históricos en el Paraguay, Sevilla.
1957: Un antecedente próximo de la Revolución Comunera del Paraguay, Buenos Aires, 1957.
1962: El Cabildo Comunero de Asunción, Asunción.
1962: El Paraguay en 1811. Asunción, 2.ª ed., 1966.
1964: La Fundación de la Villeta del Guanipitán en 1714 y el poblamiento del Litoral paraguayo. Sevilla; 2.ª ed. Asunción, 1966.
1965: La rebelión de los indios arecayá en 1660, Asunción.
1966: La educación paraguaya en el siglo XVII, Asunción.
1972: La población del Paraguay en 1682, Asunción.
1973: Formas especiales de sustitución de gobernador en el Paraguay, Asunción.
1978: Breve historia de la Cultura en el Paraguay. Asunción; 1.ª ed., 1960.
** Ramiro Domínguez es autor de un estudio de sociología rural que titula El valle y la loma publicado bajo los auspicios del Centro de Estudios Antropológicos del Ateneo Paraguayo.
** Gustavo C. Gatti (1930), (en colaboración con Víctor Silva) estudia La guerra del Chaco y la Revolución en el Paraguay y Bolivia, que constituye un estudio bien documentado sobre el problema de la revolución inconclusa. Una bibliografía bien actualizada completa el esfuerzo.
** Manuel E. B. Argüello (1925), junto con Rubén Bareiro Saguier, escribe la obra ya comentada sobre Cuento y novela y es además autor de varios ensayos sobre nuestro teatro. Escribe interesantes textos de literatura, de indudable impacto didáctico. Recordamos su Introducción a la literatura, Asunción. Colegio Internacional, 1956.
** Como brevemente hemos anotado, el ensayo cuenta con exponentes meritorios entre los autores surgidos en esta década que nos ocupa. Demás está aclarar que la aparición de la mayor parte de dichos ensayos, escapa la cronología estricta. No nos es posible en esta breve reseña, estudiar a todos los ensayistas coetáneos ni profundizar en la labor de los mentados. El ensayo filosófico y el histórico son dominantes al menos en número. También ha estado presente la etnología y la sociología. La aparición de trabajos críticos en función meramente política, no cabe en los límites de este breve inventario, pero hay que agregar que posee encendidos, explosivos exponentes en ambos bandos del campo de Agramante. La crítica literaria es escasa, pero es buena y poco concesiva. Ya puede, en cierta forma, juzgar, sin que entre en el proceso de la misma, en sus orígenes creativos (hablemos como lo haría nuestro maestro el siempre recordado Luis Emilio Soto) otro aspecto que no fuese precisamente valorativo. Los críticos literarios de esta época -citemos sólo a Bareiro Saguier y a Appleyard- no demuestran ningún tipo de canibalismo contra sus maestros y más bien admiran -con entera justicia- la labor de los grupos anteriores. Expresan una visión global del mundo, sin olvidar los factores circunstanciales dominantes y a veces -muchas veces- opresivos y definitivamente peligrosos.
- V - Agregados
** José María Gómez Sanjurjo, escribe El español del almacén que obtiene en 1955, en el Premio Menorca, una distinción especial en el concurso de novelas cuyo jurado tenía altos exponentes de la literatura española contemporánea, como ser Dionisio Ridruejo, Gonzalo Torrente Ballester, Melchor Fernández Almagro, el colombiano Eduardo Carranza y otros. En su relato, Gómez Sanjurjo presenta la enorme aflicción y luchas interiores de un joven, quien por encima del esfuerzo y preocupación de sus padres, rechaza la protección de sus padrinos, que lo quieren retener en retaguardia, y se lanza a la guerra del Chaco. En sus páginas se nota un duro realismo, que en cierta forma lo acerca a Camilo José Cela, sin llegar desde luego al tremendismo de éste. Nuestro poeta permaneció aparentemente callado por un tiempo. Las antologías y los recuentos lo ignoran (con protesta mía) hasta que últimamente su voz poética llena, pura y noble se nos presenta en dos volúmenes que publica la editorial Losada de Buenos Aires y que son comentados en otra parte de este volumen.
** Coetáneo de Gómez Sanjurjo es Rubén Bareiro Saguier, el narrador que más alto ha llevado el estandarte del grupo, ganador del Premio Casa de Las Américas en 1971, por sus relatos editados en español con el título de Ojo por diente, que fueron publicados en Venezuela por la editorial Monte Ávila y vertidos al francés como Pacte du Sang «Les éditions du cerf», 1971. Bareiro Saguier actualmente se halla en el exilio y no está en París como se pretende hacernos creer «porque el autor haya preferido vivir en París», sino víctima de una injusta o incomprensible medida. La editorial Du Cerf dice de Pacte du Sang que «ces nouvelles nous font sentir le climat de violence sourde, de corruption, de peur, qui pèse sur la vie quotidienne...». Una segunda selección de narraciones está en prensa en este momento. Bareiro Saguier es profesor en la Universidad de París, abogado y licenciado en Literatura. Es autor además de los poemas que componen la Misa por un Continente, con elogioso introito de Miguel Ángel Asturias, editorial Barclay, 1972.
** María Luisa Artecona de Thompson (1927), poetisa de voz vibrante, licenciada en Literatura, es una de las pocas autoras interesadas en las letras infantiles, pero su obra no debe ser encasillada en dicho campo. Su voz es también expresión de protesta y de projimidad, que pulsa los temblores de una era en lucha contra la coerción, que de una forma u otra afecta a todos. De sus publicaciones recordamos El sueño heroico, Canción para dormir una rosa, 1964, Cartas al señor sol, 1966. Haciendo un paréntesis de su obra, debemos recordar que en las peñas literarias que se realizaban en su casa se reunía inicialmente lo que después vendría a constituir la promoción de la década que nos preocupa. Sin saber, estábamos escribiendo estas páginas en su casa de la calle Pettirossi... Actualmente es profesora de Literatura en colegios de La Asunción. En 1965, obtuvo el premio Doncel de narrativa infantil. Viriato Díaz-Pérez la distinguió como alumna durante la década del 50.
** Roberto Thompson Molinas (1928), narrador de mérito, hasta hoy no reunió en volumen sus cuentos que vieron la luz en revistas y semanarios culturales. Recordamos su relato «Lacu», donde los duelos a cuchillo en un ambiente de violencias primitivas, recobran la fuerza de silencios embrujados. Nos es difícil seguirlo, pues ha publicado con más de un seudónimo y en épocas distintas, pero esperamos de él una mayor concentración hacia el logro de la obra medular, que él es capaz de componerla. Una hora con Thompson Molinas, es un viaje a cualquier parte del mundo, que él lo conoce de primera mano por ser viajero sin descansos. Creemos que aún reside en el Paraguay.
** Gonzalo Zubizarreta-Ugarte (1930). Abogado por la Universidad Nacional de Asunción y Doctor en Letras por la Universidad de California (Riverside) en 1974. Presenta su tesis sobre «El Arte Poético de Elvio Romero» (1974) y publica reseñas en importantes revistas literarias como Ínsula (Madrid), A la luz (Universidad de California) y en otras expresiones suramericanas del pensamiento. Se ha ocupado de Ana María Fagundo y de Soto Vergés. Su libro Poemas para Judas Iscariotes es toda una revelación de nuestra lírica y por lo que conocemos de su novela (no concluida) Cantar de Gesta podemos anticipar una prosa florida y renovadora en el Paraguay. Es actualmente profesor de Literatura en el Riverside Civic College de California.
** Ana Iris Chaves de Ferreiro (1922). Inició su actividad intelectual en 1958 con colaboraciones en la revisa Ñandé. Ha obtenido premios en concursos de cuentos (1961), de teatro (1966) e Hispanidad (1975). Es fundadora de los Clubes del Libro (1968) que cuentan con 17 filiales en todo el país. Publicó dos libros de narraciones: Crónica de una familia (1966) y Andresa Escobar (1976). Ha sido presidenta del PEN Club del Paraguay. En la actualidad ejerce el periodismo profesional. Es hija del editor y educador Manuel W. Chaves y de la escritora María Concepción Leyes de Chaves; hermana del ensayista y filósofo Osvaldo Chaves y esposa del poeta Óscar Ferreiro.
- VI - En guaraní...
** Aunque el sistema ortográfico guaraní aún tiene dos corrientes diferentes, la fonética, preconizada por el profesor doctor Reinaldo Decoud Larrosa, y la tradicional con varios meritorios exponentes, no entraremos a considerar cuál es la más apropiada, pues carecemos para ello de la perspectiva necesaria para juzgar el problema con acierto. En el presente (1980) -entre otras publicaciones- existen dos revistas, Ñemity, de orientación fonética y Hoy donde aparecen trabajos de cuño tradicionalista que presentan una parte del quehacer cultural en guaraní. En la década que nos ocupa o por lo menos trabajando conjuntamente con autores del grupo del 50, debemos mencionar a Carlos Martínez Gamba, poeta y narrador de obra importante. Su primer volumen édito, apareció en 1970, en Buenos Aires con el título de Pychäichi, prolongado por Ramiro Domínguez, quien dice que el autor vuelca en Pychäichi «su carga anímica y vivencial saturada de guaireñismos». También en 1970 Martínez Gamba publica en Buenos Aires Plata Yvyguy maravilloso relato en poesía, obsesión constante del paraguayo de todos los tiempos, quien asediado por una miseria secular, sueña con hallar un tesoro escondido alguna vez en su vida, que elimine de una vez por todas los avatares de una existencia sin luces. Martínez Gamba ha escrito mucho. Tanto en prosa como en poesía. Tradujo además los poemas de Rodrigo Díaz-Pérez al guaraní con el título de Ñe'ë Yvoty/aty poravó pyré, con prólogo de Rubén Bareiro Saguier. (Buenos Aires, 1973). Es la primera antología de un poeta paraguayo contemporáneo vertida al guaraní hasta la fecha (1970). Allí el traductor recoge los poemas de El minuto de cristal (1969) (Sapy' ami i ñe mbo itá verava), Los poros del viento (1970) (Yvytú piré kuara mimí), Astillas del sol (1971) (Kuarahy yvyra ku'i kué), etc.
** Escribe además Martínez Gamba, varias narraciones que versan sobre temas sociales. Recordemos Hose Dolore Martine yvytypä üpea a guatahendape' y ha manopaha editado en Buenos Aires en 1972. Amondyryry petei ñe'ë yvyra kuapy, Buenos Aires, 1972, Tapekué Ka'á, Buenos Aires, 1975 (poemas), Amombe'úta avañe'ëme, Buenos Aires, 1972. Estos trabajos reflejan una constante dedicación a cultivar la voz de ñande ypykuéra desde lejos y con la encendida esperanza del retorno. En Hoy, la revista cultural dirigida por Aurelio González Canale, colabora con bastante frecuencia Basilídes Brítez Fariña (1929), poeta del grupo tradicionalista, miembro de la Asociación de Escritores y ensayista de nota.
** Creemos que la unificación ortográfica, será de gran beneficio para el futuro de la literatura en guaraní, tan hondamente presente en el corazón del pueblo.