Exposición AVATARES DE LA FORMA, 2009
Obras de SEBASTIÁN BOESMI
Casa Mayor Galería de Arte,
Asunción - Paraguay
Setiembre 2009
SEBASTIÁN BOESMI - AVATARES DE LA FORMA
Hay quienes prefieren obras cuyo contenido concierne a lo que generalmente verían en su experiencia cotidiana. En una anécdota, en un recuerdo, en una imagen que como tal, con entidad una y de lectura tanto obvia que se agota rápidamente, y otras prefieren lo ambiguo o lo diferente. Ninguna de las dos son caminos ciertos o equivocados, son maneras de representación y creo que hay una obra para cada tipo de persona y para cada manera de ver el mundo. Nunca vamos a entender la obra de un artista y es por eso que deberíamos abstenernos de pedir muchas explicaciones de la misma al momento de encontrarnos con ella y acercarnos a las diversas manifestaciones de arte por su valor estético y principalmente, por lo que nos cuentan. Y eso supone un gesto personal, una manera de compromiso a identificarnos como seres sensibles y de cierta manera aprehender la imagen por medio de lo que nos parezca interesante, o no. Al pintar, muchas veces no me interesa lo que represente, me interesan las relaciones que existen entre las múltiples y diferentes imágenes representadas. Las variadas lecturas, el gesto espontáneo, lo no pensado y la expresión de la línea y el color. No temo a la forma y trato siempre de llegar al límite o a lo escaso del plano. Una pintura es el resultado de muchas otras y por eso pinto, por que se que ya el arte no va a cambiar el mundo, pero si puede alterar lo que uno piensa de él.
SEBASTIAN BOESMI
LA EXPLOSIÓN
Boesmi marca en un muestrario obsesivo, su propia infancia. Una infancia que no se recuerda pero que desde el fondo de su memoria brota, dibujada por esa febril e intensa mirada, un mundo de pequeñas figuras sobre fondos de un solo tono o vagos planos transparentes. Reveladores de ese complejo visual, poblado de fragmentos de esa explosión que Boesmi titula "UNIVERSAL STUDIOS" donde coexisten personajes de historietas, de ilustraciones de cuentos infantiles, se establece un "todo de la nada" la nada que no se recuerda pero que la mano controlada por el inconciente se encarga de sacar a la luz, sobre el soporte del papel o tela, las señales, los sobres, los pequeños animales, las aves, aviones, edificios, un contorno y otro en ese universo expansivo del todo, que detrás de ese gesto ingenuo el artista esconde una sutil amenaza.
CARLOS COLOMBINO
LA IMAGEN Y EL TIEMPO
Es posible que el sentido histórico de lo que retorna, de lo que vuelve, no necesariamente responda a determinaciones mecanicistas y a lógicas previsibles; idea que hoy encuentra su confirmación en renovadas concepciones de lo real y su complejo estado de legalidad. Así, discutir el acaecer de las cosas - en lo natural y cultural, se entiende- como regidas por lo azaroso e imprevisible es un lugar común en los ámbitos de reflexión especializados.
Por mucho tiempo se pensó que los cambios en la imagen respondían a regularidades inquebrantables en el desarrollo de lo formal; esta indisimulable idea de progreso, como marcha hacia..., y deudora del hegelianismo, es lo que Clement Greenberg - y antes Duchamp- pondría en tela de juicio.
Para este pensador, la marcha de la forma responde ante todo a una necesidad de ser interna y autosuficiente, cuya historicidad estaría más allá de la ley de causa y efecto. En este sentido, el conjunto de imágenes que presenta Sebastián Boesmi responde mejor a objetivos expresivos particularísimos que a modos remanidos de la forma historicista. De ahí que lo representacional, como contenido histórico, y separado de su tradicional oficio especular, hace visible el universo desbordante de la forma como entidad en plena metamorfosis, siguiendo la pauta dictada más bien por lo que rige a la fantasía visual y a los hábitos contemporáneos de la mirada: discontinuidad, fragmentación, dislocación, superposición, virtualidad...; elementos clave que a la larga acaban por definir el sostenido desafío entre lo ambiguo y lo definido como norma formalizadora substancial.
Aun atribuyéndole una posible filiación surrealista, y sólo como horizonte histórico disparador, Boesmi, conscientemente o no, manipula dos de los componentes esenciales de la imagen y sus principios de relación: la línea y el color en el espacio de composición. En este manipuleo, y allende la "filiación comprometida", el artista puede socavar la espacialidad hasta deconstruirla por iteración del motivo o por el arrojado gesto de confiar en la resignificación instantánea del campo visual: el ritmo de figura-fondo puede incluso poner en el límite a la regularidad gestáltica de la forma, o el "olvido" y las rebabas del soporte, en su materialidad rampante, tensan el ritmo visual con la fuerza de vórtices.
El arte de nuestros días, en porcentaje considerable, olvidó la dimensión placentera del arte al desplazar el valor plástico hacia lo conceptual como sentido último de lo visual.
Este desplazamiento, tantas veces desproporcionado, devaluó la vocación plástico-visual de la forma artística y provocó una creciente desconfianza e inquietud, si no malestar, en la fruición artística y en el placer estético (De Fusco). Salvo una intención orientadora, como idea fundante, la obra que muestra el artista giró hacia la forma bella, pero aquella que se gesta en el retorno de los valores primordiales del color y la línea. Boesmi domeña el color no para cautivarlo en el esquema rígido de alguna forma mimética, sino para liberarla sobre la tela como entidad metérico-plástica y estimuladora, por sinestesia, del fruidor. Al tiempo, la línea se regodea en su extraña manera de administrar y figurar el tiempo en clave de forma. Finalmente, la obra en cuestión es además una transparente muestra de que hurgar en la historicidad del arte no implica, necesariamente, un remedo servil, sino el feliz descubrimiento de una punta de ovillo esperando a quien lo convierta en nueva urdimbre.
CARLOS SOSA
Asunción, agosto 27 de 2009.
SEBASTIAN BOESMI 22/12/1980. Licenciatura en Artes Visuales por la U.N.A. Estudios de arte en The Art Student League of New York y Buenos Aires. Diplomado en Cultura Paraguaya. U.A. Participó en varias exposiciones colectivas y consta con 3 exposiciones individuales. En 2008 le fue otorgado el Primer Premio del Henrl Matisse. En el 2006 Segundo Premio del concurso de pintura Veuve Clicquot Ponsardin. 2004 Segundo Premio del concurso de Pintura del C.C.P.A. 2004 Premio Baviera Arte joven.
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