PINTURAS DE HÉCTOR RUIZ, 1994
BELMARCO GALERÍA DE ARTE
Crítica de JUAN MANUEL PRIETO
Asunción - Paraguay
CURRICULUM INDIVIDUALES
1969 Dirección General de Turismo.
1971 Centro Cultural Paraguayo-Americano.
1978 Centro de Artistas Plásticos del Paraguay.
1979 Instituto Paraguayo de Cultura Hispánica.
1980 Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Asunción.
1981 Centro Paraguayo de Ingenieros.
1984 Centro Paraguayo de Cultura Hispánica.
1986 Magister Galería de Arte.
1987 Magister Galería de Arte.
1989 Magister Galería de Arte.
1990 Magister Galería de Arte.
1991 Belmarco Galería de Arte.
1992 Belmarco Galería de Arte.
1994 Belmarco Galería de Arte.
COLECTIVAS
1947 Primer Salón Municipal de Arte, Asunción.
1959 Centro de Artistas Plásticos del Paraguay.
1984 Círculo Paraguayo de Médicos.
1985 Magister Galería de Arte.
1987 «Asunción 450 Años», Magister Galería de Arte.
1988 XV Salón de Primavera «Ateneo Paraguayo»
1991 Espacio de Arte. Galería de Arte.
PREMIOS OBTENIDOS
1945 Primer Premio «Salón de Primavera», Círculo Paraguayo de Médicos.
1946 Segundo Premio «Salón de Otoño», Casa Argentina, Asunción.
1976 Segundo Premio «Concurso de Pintura», Banco de Asunción.
Si el nombre del Héctor Blas Ruíz está estrechamente ligado al arte paraguayo desde hace medio siglo, el hombre, Don Héctor, se encuentra profundamente unido al alma de esta su ciudad, que es Asunción. Como residente de un lugar tan recordado como es la loma Tarumá, Don Héctor vio florecer sus lapachos, sintió en su propia piel la lenta agonía de sus tradiciones y fue -y sigue siendo-testigo de los cambios irreversibles que se suceden en su querido barrio.
Y de cada uno de esos momentos, el hombre y el artista capturaron la luz, devolviéndola sutilmente en cada una de sus exposiciones. Colores y luces de la noche, luces y colores de la madrugada, vienen abrazando la pintura de Héctor Ruíz en esta nueva etapa de su presencia en el arte paraguayo.
Decimos nueva etapa, porque habiendo disfrutado durante décadas de la pintura simplemente académica, Héctor Blas Ruíz dio una formidable evolución a su estilo en los últimos años, recurriendo a los conceptos paisajísticos ya solamente como pretexto, para insistir en cambio en la interpretación sensible de los colores, en su paso a lo largo del día.
Lo hace como lo hacían los impresionistas, y aún los posimpresionistas: la flor y el cielo, la hierba y la nube no valen solamente por lo que son, sino por la luz que los fecunda en cada hora del día.
Hoy recurre al tríptico para darnos un fragmento de su peculiar visión. Y nos sorprende al enseñarnos a mirar la escena de todos los días, con una visión más íntima, pero también más libre. Muy cercano a sus temas, el artista recurre un tanto al lugar común, al simple paisaje austero, para enseñarnos a mirarlo de otro modo. Nos devuelve, paso a paso, las imágenes guardadas durante años, bañadas en el esplendor del verano, en la quietud de la noche y en la dulce pereza de la siesta.
Juan Manuel Prieto.
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