JUAN ALFONSO RAMÍREZ nació en la compañía Bombilla -ubicada entre Coronel Martínez y Hy'aty, hoy Félix Pérez Cardozo, en el departamento del Guairá-, el 15 de enero de 1925. A los dos años murió su padre, FÉLIX ALFONSO. Y su madre, MARÍA SANTA RAMÍREZ, tuvo que hacer maravillas para mantener a sus hijos y sobrevivir en medio de la pobreza con dignidad.
La muerte de su padre no llegó sola: vino acompañada de fuego. Los vecinos dijeron que había muerto de una enfermedad contagiosa y que, por lo tanto, había que extinguir toda posibilidad de multiplicación de su mal. Las llamas devoraron la vivienda de los ALFONSO RAMÍREZ. La mujer y los niños buscaron refugio primero en Hy'aty y luego los recogió el abuelo paterno en la compañía Potrero Villar, no lejos de Coronel Martínez.
"Allí, ya instalados, pasamos momentos muy gratos. El abuelo JUAN ANTONIO ALFONSO, un caudillo colorado que tenía 13 hijos, nos quería mucho. En Potrero Villar empecé a entrar en la escuela. Mamá vendía queso y banana en la estación del tren. En ese tiempo yo recorría con mis amigos los lugares del entorno. No había secretos para nuestras travesuras de niños. Ore ãkãhãtã. Un hermano, Calixto, llegó a trabajar en la Azucarera Tebicuary, de Tebicuary. La empresa le envió a Asunción para estudiar. Lastimosamente murió de tifus", recuerda Juan Alfonso Ramírez en su casa de Lambaré.
La vida de Juan ancló después en Asunción. Su itinerario de músico le llevaría, con los años, a Europa, Asia y África. El CONJUNTO "LOS INDIOS", recogiendo a su paso aplausos y homenajes, a lo largo de 55
años, hizo presentaciones en 53 países. Juan Alfonso Ramírez y Chinita Montiel - a quienes luego, de la familia, se sumaría JUANITO ALFONSO MONTIEL más conocido como JOHNNY MONTE-, lejos de su patria, no se olvidaban de su patria, el Paraguay. Lo llevaban en su memoria y en sus canciones.
"Así como recordaba siempre a mi país estando en lugares muy remotos para actuar, tampoco olvidaba al terruño que me había visto nacer y donde viví los primeros años de mi vida. Yo había compuesto ya A MI ROQUE GONZÁLEZ inspirado en el amor de mi esposa, Chinita. Y mis valleygua, celosos, cada vez que me encontraban por allí me decían: 'Peteĩ kuña rapykuéri oho Roque González-pe ha pya'e pya'e ojapo la música. Ha ivállegui katu hesarái (Detrás de una mujer se fue a Roque González y rápidamente compuso una polka para ese pueblo. De su tierra natal, sin embargo, se olvidó'. Ese reproche me dolía porque yo le seguía queriendo a Coronel Martínez aunque nunca le había dedicado una canción", cuenta Juan.
Él era consciente de la deuda con su pueblo. Y con sus compueblanos. No llegaba, sin embargo, ese instante en que el silencio se vuelve música y la espera, de repente, se acaba.
"En 1984, estando en Taipei, China Nacionalista, la nostalgia me golpeó con fuerza. Ndavy'avéi, parecía que nada me importaba. No es poca cosa estar tan lejos durante tanto tiempo. Fue en ese lugar, en 1984, que compuse la letra de Coronel Martínez sobre una antigua y hermosa melodía de FÉLIX PÉREZ CARDOZO. En la letra puse lo que para mí era imborrable. De esa manera pagué la deuda que tenía con mis amigos", concluye Juan Alfonso Ramírez.
CORONEL MARTÍNEZ
Mombyrýgui nderehe che mandu'áva Coronel Martínez
hi'ãitépa peteĩ ára aguahẽ ha rohechami
hãtãitépa ro'añuáne mborayhu, vy'a ha torýpe
tahecha nde jasy rendýpe tomimbi che sy guaĩguĩmi.