Hay historias difíciles de contar. Ésta, de la MI BARQUITO DE ESQUELITA es una de ellas. Se preguntarán por qué. Ocurre que tiene dos versiones. Contaré ambas en homenaje a quienes hace un buen tiempo me relataron cómo nació esa conocida y muy cantada polca.
GREGORIO PÉREZ BURGOS -nacido en Tapití, de la compañía Potrero Angelito, del distrito de Itacurubí de la Cordillera-, maestro y músico que vive en Eusebio Ayala, registró en Autores Paraguayos Asociados, APA, tanto la letra como la música. Él, en una amena conversación, aclaró que "Villa San Pedro" -a la que alude la letra- es una compañía de Caraguatay -pueblo del Dpto. de la Cordillera-, y no "Villa de San Pedro", la capital del segundo Departamento.
"Resulta que yo enseñaba en la compañía Vera Costa, en la escuela 10.311. Allí me enamoré de IGNACIA RAMONA VERA.
Amoñuhâ chupe ha upéi, sa'i sa'ípe a'amansa (La perseguía y, de a poco, la fui conquistando). De ahi me trasladé a Villa San Pedro, como profesor. En la década de 1970 compré para mi casa en Eusebio Ayala y, un día menos pensado, su abuela la trae junto a mí. Opytaitemavoi (Ya se quedó)", contaba el docente-músico, hermano de RUFINO PÉREZ (fallecido) que conformaba con Abdón Peralta (ya fallecido también, primo de ellos) el recordado DÚO PÉREZ-PERALTA.
En Villa San Pedro el corazón del maestro se rinde ante una mujer cuyo nombre se niega a decir. "¿Se llamaba Rosa o solo la llamas rosa?", le pregunto. No contesta. Prefiere guardar silencio. Y yo respeto su voluntad.
Cantaban y reían juntos. Ella era la primera voz, él la segunda. El amor revoloteaba en medio de las canciones. Los padres de la estudiante que caminaba cuatro kilómetros para llegar al colegio, en Alfonso Loma, se oponían tenazmente al romance. Un sábado ella y su madre vinieron de Villa San Pedro junto a él en Eusebio Ayala. Llegaron justo en el momento en que le tenía sobre sus rodillas al hijo que había tenido con Ignacia. Las dos dieron media vuelta y regresaron a su casa, profundamente decepcionadas.
Los padres de la joven -¿"Rosa del alma" o, simplemente "rosa del alma" ?- se pusieron furiosos. Tuvo que cambiar de ruta para llegar a su escuela. Aun así, por el camino, sintió cerca de Isla Pucú el retumbar de la ira del padre de la cantante.
Una noche, en el casamiento del hermano de GREGORIO MARTÍNEZ -según sigue relatando GREGORIO-, arpista del conjunto de QUEMIL YAMBAY, el dúo volvió a encontrarse en Villa San Pedro. Bailaron juntos. Él le pidió que depusiera su enojo. Ella aceptó y acordaron encontrarse al día siguiente en el arroyo Remanso, donde ella lavaba ropa.
"No pudo venir a la cita. Entonces, en el amambái kua donde le esperaba en vano, escribí MI BARQUITO DE ESQUELITA. Fue en 1974. Al terminar los versos, hice un barquito y lo tiré al agua para que llegara hasta ella", concluye GREGORIO PÉREZ BURGOS.
En Villa de San Pedro -capital del segundo departamento-, la conocen como MI BARQUITO DE ESQUELITA. Ella se llama ROSA CORONEL y asegura que ABDÓN PERALTA le decía que él hizo a su nombre la música.
En una conversación mantenida con ella el 21 de octubre del 2000 en el tinglado municipal de Villa de San Pedro recordaba que tenía un novio que le pidió a Abdón Peralta que compusiera una obra para ella. El músico, sin embargo, se enamoró de la que debía servirle de musa inspiradora para la música por encargo. Lo conoció en una fiesta que se realizaba en La Colmena. "Upépe che mongeta puroite voi (Allí me cortejó sin disimulos)", comenta Rosa, refiriéndose a Abdón.
"Lo que dice, en todo coincide conmigo porque yo soy de Villa de San Pedro. Vino a verme aquí. En lo único que no concuerda es que no era mi madre la que le despreciaba por ser músico sino que mi tía", concluye.