De muy lejos vengo junto a ti, mi amada, para ponderarte;
hace mucho tiempo que vives en mi alma, mi esperanza y fe.
Sediento de amor llego aquí postrado, casi agonizante,
te imploro de hinojos, con tus lindas manos, cálmame la sed.
Como azul del cielo son tus ojos bellos, para mi tormento,
igual que tu boca, capullo de rosa, fragante, punzó;
serán tus gemelas las bellas estrellas de este firmamento,
que irradian su lumbre al llegar la noche, por verte mejor.
II
Si fuera mi vida
perfumada flor.
Yo la arrancaría
al brindarte mi amor.
Azucena blanca,
perfumada flor.
Vení, mi azucena,
bríndame tu amor.
I
Dicen los galanes cuando te recuerdan, en son de alabanza,
mujer tan alegre, cual música hermosa, no tiene rival.
Yo en cambio murmuro al caer la tarde, por ti, mi esperanza,
podré yo algún día este amor sublime llegar a olvidar.
Clavel florecido, imita tu boca, cuando tú sonríes;
eres más hermosa que flores del alba, ángel de mi amor.
Yo he de vestirme con jazmines blancos, porque tú me quieras,
y en mi sueño alado, sentir tus caricias, azucena en flor.
GUARANIA
Letra original guaraní: MANUEL ORTIZ GUERRERO
Música: JOSÉ ASUNCIÓN FLORES
Versión castellana: MAURICIO CARDOZO OCAMPO
Nota: La traducción a la versión castellana fue realizada, a pedido del maestro JOSÉ ASUNCIÓN FLORES, con el fin de una mayor difusión de nuestra canción guaraní.
Grabada por el conjunto «LOS LUCEROS DEL PARAGUAY».