CRÓNICA DE UNA VALIOSA JOYA EN EL PARAGUAY
DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XVIII
Por ROBERTO QUEVEDO
A pedido del señor Carlos Colombino, como anexo a mis Apuntes sobre Platería Paraguaya, hacemos un comentario y transcripción documental sobre una joya de valor, que puede datarse de fines del siglo XVII, o principio del XVIII. En nuestra bibliografía no contamos con investigaciones y estudios sistemáticos de los inventarios de los bienes y testamentos para conocer en conjunto, y de acuerdo a la documentación que existe en nuestro Archivo Nacional de Asunción. Cuando se realicen estos trabajos podremos ensayar una historia de la vida cotidiana de cómo vivían y qué poseyeron nuestros mayores en siglos pasados.
Cada casa medianamente acomodada poseía escasa vajilla de plata que generalmente se componía de cucharas, tenedores, una o dos tembladeras para tomar caldo, fuentes, platos con sus jarros, algunas vasinicas y candeleros. Así fue desde fines del siglo XVI y, más adelante aparecen citados algunos objetos de azófar o latón. Desde mediados del siglo XVIII aparecen piezas de plata que enriquecieron los arreámenes de la gente de a caballo.
La documentación que transcribimos se halla en el volumen 1312, Nº 3 de la Sección Civil y Criminal del Archivo Nacional de Asunción y forma parte de un juicio por bienes paternos entablado por doña Margarita Quiñones (1708-1778) viuda del sargento mayor don Francisco Cavañas Ampuero, contra su hijo don Salvador Cavañas Ampuero. (1729-1789) entonces capitán y vecino feudatario de Asunción. El expediente es de finales del año 1752.
En el folio 302 leemos una presentación del apoderado de don Salvador que afirma: "En el inventario, tasación y participación no manifestó la señora la Aguila de oro, y dice que reservó para hacer de ella algunas alajas para sus dos hijas, y que con efecto las mandó hacer, que las abrió el platero Nicolás Gómez, que se le entregó sin pesar, pudo ser assí más la dicha Aguila era bien conocida de todos en los préstamos para los días de regosijo, como de peso de dos marcos poco más o menos por que era grande con esmalte, de veinte y cinco esmeraldas bien ralos, en el pecho tenía la más grande, sobre todas coronadas (debe referirse a que el águila era bicéfala), y con las alas tendidas, y en cada un geme poco más o menos de cadena de lo mismo, y por asiento de los pies una varilla como de dos onzas de oro; y a mi parte le comunicaba su Padre, que le avía costado mill pesos, aunque el vendedor certifica que solo fueron seiscientos pesos".
El licenciado Alberto Duarte de Vargas investigador de nuestro pasado hispano y con conocimientos de pesas y medidas, me comunica que "dos marcos" son: 460 gramos = 0,46 kilogramos. "Un geme" es de 15 a 18 cm. "dos onzas" son 57,5 gramos = 0.70 kilogramos. Estos datos nos aproximan a lo que fue la joya en cuestión.
Para imaginar cómo pudo haber sido el "águila" que adquirió don Francisco Cavañas Ampuero, como ilustración ponemos la fotografía de una custodia de plata u oro, que posee la iglesia de San Agustín de la ciudad colombiana de Popayán. El águila bicéfala, coronada data del año 1673. La doctora Cristina Esteras Marín, de la Universidad Complutense de Madrid, España, comentando los trabajos de plateros de la Nueva Granada, afirma: "se disfrutó, como Perú, de una bonanza, su sociedad se desenvolvió igualmente entre el lujo y fasto en las casas de los poderosos"... "sin embargo son muy escasas las piesas que han llegado a la actualidad incluso la más famosa, que es la custodia del templo de San Agustín (1673) fue transformada en el siglo XIX".(1)
Observamos que el águila bicéfala coronada de 1673 está trabajado en filigrana, nada tiene que ver su factura con su base que es trabajo posterior de siglo XIX. Publicamos su fotografía que nos da una idea aproximada con el "águila" que perteneció a don Francisco Cavañas en Asunción.
Don Salvador Cavañas Ampuero, el 21 de noviembre de 1752 hizo una presentación en defensa suya ante el alcalde de primer voto don Pedro Cavallero Villasanti, afirmado: "Quando hize el segundo viaje a Buenos Aires de orden de mi padre me dio un aguila de oro" ... "para que la vendiese en aquella ciudad en el precio mejor que pudiese, y por qué no ubo quien se atreviese a comprar y ser alaja tan preciosa la volví y entregué a mi padre, y está en una cajeta dorada con sus esmaltes"... Con otras alhajas como una venera de oro de la Santa Inquisición, y "quedaron entre los bienes de mi padre... y "no se trajeron al inventario en la tasación ni partición, y pasan en poder de mi madre, y así están en perpetuo silencio atento al respeto maternal"... (2) nosotros ignoramos cuando don Salvador realizó su segundo viaje a Buenos Aires.
En el expediente estudiado, en el folio 291 se encuentra una declaración del presbítero don Juan Joseph Dávila del 25 de enero de 1753 a pedido de doña Margarita Quiñones, diciendo que vendió al sargento mayor don Francisco Cavañas Ampuero, "un águila de oro esmaltada con veinte y cinco piedras de esmeraldas, en precio de seiscientos pesos en moneda de esta Provincia, y que tocante sobre el peso de dicha Águila, no tiene presente por razón de que nunca la avía pesado que la vendió como Alaja tan solamente sin pesarla" ... firmó ante don Agustín de los Reyes, provisor y vicario general del Obispado.
Como vimos el presbítero con Juan José Dávila le había vendido el águila de oro cuajada de veinticinco esmeraldas a don Francisco Cavañas Ampuero, antes del año 1740. Presumimos que Dávila fue natural de Santa Fe y avecindado en el Paraguay. Otorgó testamento en Asunción el 14 de junio de 1774, sin mencionar su naturaleza ni a sus padres. Hace un legado a su hermana doña Juana Dávila vecina de Santa Fe. Con él está su sobrina doña María Ventura Arias Montiel, santafecina que administra su casa en el barrio de San Francisco "el viejo" donde vive con unas sobrinas pequeñas de la familia Ledesma Valderrama, Don Francisco Roldán es su sobrino también vecino de Santa Fe.
Declara que luego de su viudez ingresó como sacerdote. Antes fue casado con la asuncena doña Francisca González de Acuña, hija legítima de don Juan Manuel González de Acuña y de doña Thomasa de Ledesma Valderrama. De su mujer le quedó una estancia en Quyquyó herencia de su abuelo materno don Francisco Ledesma Valderrama, estancia que está ligada a una capellanía fundada en 1727. Poseyó muchos bienes adquiridos por él, comerciando con yerba y tabaco que trocaba en Santa Fe con los comerciantes José Antonio de Gaínza, don Juan Paniagua, don Francisco Candioti y otros. Falleció en junio de 1774.(3)
Volviendo al "águila de oro y esmeraldas", ya sabemos que no habiendo podido vender en Buenos Aires, doña Margarita Quiñones y Osorio, la mandó deshacer para que un platero hiciera unas "alhajitas" para sus hijas menores.
CUSTODIA PAYENESA - 1673
ARZOBISPADO DE POPAYAN (COLOMBIA)
CITAS
1. Pintura, escultura y artes útiles en Iberoamérica 1500-1825, Cristina Esteras Marín: Aproximaciones a la Platería Virreinal Hispanoamericana - pág. 377 a 403. Madrid, 1995.
2. (Vol. 1312 N° 3 S. C. y C. folio 280 v. )
3. (Vol. 560, N° 10 SPT)
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ORO Y PLATA EN EL PARAGUAY
CARLOS COLOMBINO
CENTRO DE ARTES VISUALES/MUSEO DEL BARRO
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Este libro ha sido escrito y publicado gracias a los auspicios de la Autoridad Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI).
© Carlos Colombino
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Impreso en Imprenta Editorial Arte Nuevo
Asunción - Paraguay 1999
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