Una película se rodaba en los cañaverales de Arroyos y Esteros en las cercanías del río Manduvirá. ADIÓS A MI VALLE se llamaba la aventura -porque, en realidad, era eso, como se verá-, filmada con actores nacionales y plata de algunos empresarios locales que habían sido convencidos por un argentino. El relato hacía alusión a la vida en los takuare’êndy, con un romance como eje central.
CÉSAR DE BRIX, RAFAEL ROJAS DORIA, CÉSAR ALVAREZ BLANCO, MATÍAS FERREIRA DÍAZ y ULISES AYALA, entre otros, formaban parte del elenco que se había establecido en la compañía Isla Guasú, en la propiedad de VICENTE GONZÁLEZ ROLÓN, uno de los financistas del proyecto.
"Creo que habrá sido a mediados de la década del '70. A mí me había tocado interpretar el tema de fondo que era Adiós a mi valle", recuerda Ulises Ayala, músico nacido el 3 de junio de 1938 en Paraguarí.
El trabajo de filmación era arduo. Los inconvenientes que surgían eran solucionados con creatividad y buena voluntad.
"En un momento dado, se habló de la necesidad de tener una composición musical que se escuchara mientras los cañeros trabajaban y llegaban las carretas para alzar la caña pelada. Entonces, Matías Ferreira Díaz, que era actor y poeta, escribió la letra de CAÑERO. Me entregó una siesta y en medio del trajín de esos días, en algún momento, me apartaba y me colocaba en un yvyraguy solitario para buscarle la melodía. Al poco tiempo estuvo terminada y lista para ser cantada en el momento necesario", cuenta ULISES AYALA.
La vida de este hombre estuvo siempre ligada a la música. "Desde que comencé a hablar, cantaba", comenta. Su padre, AGILEO AYALA quien llegó a integrar el elenco de JOSE L. MELGAREJO, actuando con JULIÁN REJALA, los hermanos Larramendia y la orquesta de los hermanos Cabrera, en Encarnación-, le enseñó el abecedario básico del instrumento. En 1950 se fue a la Argentina con su familia. Regresó para hacer el servicio militar. "Eso fue en Encarnación. Allí formé parte de un grupo musical. Después integré Los Indios, con Juan Alfonso Ramírez y Chinita Montiel. Hice con ellos una gira por Europa y otros continentes. Volví. Quería ser solista, pero OSVALDO MONTÓRFANO y FERNANDO FERREIRA me convencieron para ser con ellos LOS TROVEROS DE AMÉRICA", resume su vida Ulises.
Volvamos a la película que todavía no acabó. No acabó nunca. Había sido que más que un filme era un cuento muy bien montado. Hasta Luis Alberto del Paraná -que puso plata y entró a cantar en la película-, cayó en la trampa.
"Terminó el trabajo de campo y vinimos a ver en el cine Victoria los rollos filmados. Allí nos percatamos de que tenía fallas. El productor argentino dijo que eso no era problema, que él iba a Buenos Aires, resolvía el problema y volvía", relata Ulises.
Lo cierto es que hasta hoy el de la promesa no vuelve. Por eso, haciendo humor de la decepción, los que actuaron en Adiós a mi pueblo le llamaron Adiós a mi plata. Y a los sueños de muchos, obviamente.