-Vamos a publicar esta poesía. Tendrá mucha difusión-, le dijo TADEO ZARRATEA a RUDI TORGA (seudónimo de GABINO RUIZ DÍAZ TORALES conformado con el anagrama de sus apellidos y su nombre) cuando éste le mostró su poema VY’APAVÊ NENDIVE. Los dos, junto a FELICIANO ACOSTA y NATALIA CANESE, acababan de gestar la edición de la revista bilingüe ÑEMITŶ. A su primer número, aparecido a fines del invierno de 1977, se refería el autor de KALAÍTO POMBÉRO, Zarratea.
"Esas palabras resultaron premonitorias, porque así fue", recuerda Rudi. Otras obras suyas que parecían estar destinadas a gozar de una mayor adhesión popular quedaron a la sombra del silencio. Ésta, en cambio, continúa disfrutando del fervor de la gente.
En el N° 1 de Ñemity los versos llevaban otro título: VY’ARÂMI. Y su texto difería del que hoy se conoce. Ambos, al musicalizarse, adquirirían su molde acaso definitivo. Esa publicación precisa que la poesía fue escrita en marzo de 1977.
"En esa época se me encimaron situaciones -rememora Torga-. Por un lado la falta de libertad era asfixiante. Yo había estado preso en el '64 porque en una carta se había encontrado mi nombre. Eso fue suficiente. De allí, a los ocho días, salí con el mote de comunista, izquierdista. Era muy difícil vivir en ese ambiente. Por otro lado, había entrado en una crisis de pareja. La separación a mí me pesaba mucho. Entonces, me asaltaban muchas preguntas. Quería saber por qué uno no podía lograr la estabilidad afectiva, qué es la vida, para qué vivimos. Esto es lo que se refleja en ese trabajo mío".
Rudi -nacido el 19 de febrero de 1938 en la Cuarta Compañía de Capiatá, según afirma el poeta-, había sido agente de tránsito en la segunda mitad de la década del '50. Después entraría como maletero de Aerolíneas Argentinas en el aeropuerto. Ya vinculado al teatro, durante cinco años, fue el director del Teatro Popular de Vanguardia, TPV, realizado su labor más fecunda y extensa al frente del Teatro Estudio Libre, TEL y el Programa de Acción Comunitaria de la Misión de Amistad.
Algún tiempo después de la publicación del poema, Rudi conoció al arpista y compositor CÉSAR CATALDO. Le entregó algunas letras. Entre ellas la de VY’APAVÊ NENDIVE, que le gustó al joven creador, componiendo su primera parte nada más. La poesía da la idea de que para el autor todo lo que le acerca a la felicidad, se esfuma. Desaparece. El yvága es esquivo para él.
Transcurrieron los años y el GRUPO JUGLARES quizo presentarse al capítulo de composiciones del Festival de Ypacaraí. Buscaron una obra. César se acordó de la melodía que había quedado varada en el tiempo. La completó contra reloj. Juglares ensayó, se presentó y ganó el tercer premio, con lo cual el NUEVO CANCIONERO accedía por primera vez al escenario de Ypacaraí.
"Ya después, extraoficialmente, supe que hubo presiones de parte de PASTOR CORONEL al Jurado para que un autor como yo no fuese galardonado ", cuenta el poeta y hombre de teatro.