CHE LA REINA
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: FÉLIX PÉREZ CARDOZO
CHE LA REINA
CANTO DE AMOR Y DE GUERRA
En 1928, tras el asesinato del Teniente Adolfo Rojas Silva y sus compañeros, en el Fortín Sorpresa, la guerra con Bolivia se hacía cada vez más inevitable. El sentimiento colectivo clamaba venganza cumplida. Y, en ese clima que presagiaba ya el tronar de los cañones en el Chaco, Emiliano R. Fernández escribió los versos de Che la Reina, que, inicialmente se llamó Aháma che china. El pueblo le dio esa seña de identidad definitiva.
Emiliano, andando y desandando caminos, anclaba en Villa Aurelia, en la casa de su amigo Manuel González. Allí sonaba la guitarra con aires de fiesta y no faltaba la guaripola. A un paso vivía Catalina Gadea, una joven hermosa, de 19 años, de pelo castaño y ojos azules. Parecía una actriz. Emiliano la vio y quedó cautivo de su mirada.
Hoy, Catalina vive en Villa Morra. Había nacido el 30 de abril de 1909. Aunque le cueste hablar sobre su romance con el vate guarambareño, suelta, de a poco, prendas. Largo había sido su silencio sobre lo ocurrido hasta que le concedió, por primera vez, una entrevista a Marlene Sosa Lugo, periodista del diario Noticias.
- Si, chéve che renóimiva'ekue Che la Reina. Ha oscribi najéko chéve, pero che ndaikuaái voi (A mí me llamaba con ese nombre. Decía que a mí me escribió, pero yo no sabía nada)-, cuenta después de muchas vueltas, porque, evidentemente, le es difícil abordar un tema tan personal e íntimo.
Lo que había pasado es que Emiliano, después de establecer un canal de comunicación firme con la moza que ya tenía una hija -nacida en Puerto Pinasco, donde ella había ido a trabajar-, le escribió la poesía. Fue en la casa de su amigo Manuel González, donde, con frecuencia, porque era también músico, aparecía el tío de Catalina, Benito Blanco.
Emiliano se despidió después de ella, como si ya partiera para la guerra. Eso, sin embargo, ocurriría solo cuatro años después. «Chéngo ni pintado ndahechavéiva chupe (Ni pintado lo había vuelto a ver)», confiesa la casi nonagenaria, cuyo rostro deja adivinar el antiguo esplendor de la belleza.
Acerca de A Catalina y A mi bella Catalina -dos poesías también dedicadas a ella-, asegura no saber nada. Tampoco de que esperara al poeta en Prevención -lugar de concentración de los soldados, para embarcarse o desembarcar, en Asunción-, o que recibiese la promesa de tener entre sus manos la oreja del sargento boliviano Tejerina, acusado de matar a Rojas Silva como dice la última estrofa que casi nadie canta.
La composición -con música de Félix Pérez Cardozo-, se apoderó del alma popular. Voló a alturas insospechadas. Fue una despedida, pero también un canto al coraje y el amor a la patria. Y fue profética: anunció la llegada al Parapití.
Su aceptación fue tan grande que, por aquellos años difíciles, con ella, Eladio Martínez, en el Teatro Municipal, ganó una competencia, derrotando al favorito Sebastián Arriola, que se había presentado nada menos que con Paraguaype, con letra de Manuel Ortiz Guerrero. Para esa ocasión, según señala Mauricio Cardozo Ocampo en su libro Mis bodas de oro con el folclore paraguayo (Memorias de un pycháî),1 el autor de la poesía (Ortiz Guerrero) adaptó su obra a la melodía de autor anónimo, llamada Santa Teresa. Después, José Asunción Flores le pondría la música con la que hoy la conocemos.
CHE LA REINA *
Ajumíko ipahaite Che la Reina nerendápe
apurahéi mbarakápe si ahátama katuete
Paraguay niko chave ahuráva che retâme
amanóvo hayhupápe a la óra ojofrece.
Péina ágâ ahendu che renóirô la corneta
akaláta bayoneta ha chakopýre asururu
ahamitánte amoirû Valinoti-pe ikatúrô
aloamíne ajuhúrô Rojas Silva kurusu.
Ahayhúgui che retâ Che la Reina rohejáta
frontera lado aháta ahuguâitîvo umi ava
ndaipotánte che kamba che myakÿ nde resaýpe
aipotánte ere che sýpe heta tacherovasa.
Che fusil je oime ipotî che rechaséma je hina
Prevención-pe Catalina tereho che ruguâitî
rehecháne guaraní hekove odespresiáva
López ra'yre opytáva bajo el sagrado poyvi.
Ikatúnte aju jevy ndahái katuete amanóvo
ndékena che ra'arôvo siempre firme nde poty
che araha iñongatuhápe ko che korasô kuápe
amoite ñorairôhápe ne angue che tupâsy.
Aimérô en Parapiti amoguâhêne nde apysápe
che ñe'êmi kuatiápe ne'irâha asapymi
ha ndekena eñapytî ko verso ndéve ahejáva
topurahéi ndéve ijára el soldado guaraní.
Amalája atopa al famoso Tejerina
inambikue ko che china ndéve ahechaukavarâ
ha upépe terehecha la bravura guaraní
oimévaha gueteri López ra'yre opyta.
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: FÉLIX PÉREZ CARDOZO
* Su título original fue Aháma che china
(1) Cardozo Ocampo, Mauricio: Mis bodas de oro con el folklore paraguayo (Memorias de un Pychái). Asunción, 1980.
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Fuente 1 :
LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO I
HISTORIAS DE CANCIONES
POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: ENZO PERTILE
Diseño de tapa: Miguel Ángel Sosa
Asunción-Paraguay 2003
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Fuente 2 :
LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO VIII
HISTORIAS DE CANCIONES POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: ENZO PERTILE
Armado y diseño: Isaac Duré Giménez
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay 2008