CORPORACIÓN MILITAR-PARTIDARIA
Investigación de ANÍBAL MIRANDA
LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS EN PARAGUAY
TRES - EN MEDIO DE LA GUERRA FRIA
El embajador norteamericano en Paraguay, vice almirante (ret) Arthur Ageton, informó inmediatamente al presidente Alfredo Stroessner de la concesión de un crédito de USD 7 millones por parte del EXIMBANK. Estaba destinado a la empresa estatal CORPOSANA para la construcción y operación inicial del sistema de agua corriente en Asunción, pagadero a 20 años y con plazo de gracia de 4 años. El correspondiente telegrama del secretario de Estado John Foster Dulles fue remitido a Asunción el 6 de mayo 1955. La Junta de Directores del EXIMBANK ya había aprobado dicho crédito en setiembre 1954, cuatro meses después del golpe que tumbó al presidente Federico Chaves y a semanas de la arrolladora victoria de Stroessner en las elecciones con candidato único previamente consensuado entre las cúpulas del Ejército y del Partido Colorado 1/.
El Gobierno de Estados Unidos estaba comenzando a cumplir el compromiso con Stroessner. Era mucho dinero USD 7 millones para un país escaso de fondos. Para Stroessner era el medio fundamental para realizar obras. Llegaría mucho más desde Washington para permitir al nuevo presidente afianzarse en el poder.
El primer préstamo de Estados Unidos al Paraguay fue de USD 3 millones para construcción de ruta y estabilización monetaria. El respectivo acuerdo fue rubricado por el entonces jefe de la misión paraguaya en Washington, general José F. Estigarribia, en junio 1939. Con ese acuerdo el héroe del Chaco retornó a Asunción y fue designado candidato del Partido Liberal a la Presidencia de la República. No hubo otro candidato, de modo que Estigarribia ganó la elección y se puso a trabajar como era su costumbre. Ordenó desactivar la infiltración nazi que se estaba propagando rápidamente entre las élites civil y militar del país. El proselitismo de los alemanes en los cuarteles, colegios y en las calles fue firmemente prohibido. Poco después, el 7 de setiembre 1940, Estigarribia murió en un accidente de aviación. Una evidencia primaria de veneno en el cuerpo del piloto nunca fue investigada 2/.
Los militares pro-Eje actuaron sin demora. El ministro de Guerra y Marina, general Higinio Morínigo, fue ungido presidente provisorio con el apoyo de la cúpula del Partido Liberal convenientemente purgada. En mayo 1942 el préstamo original de USD 3 millones otorgado por el EXIMBANK fue elevado a USD 6 millones. Ese dinero sirvió a Morínigo para consolidarse en el poder, en tanto que al presidente Franklin D. Roosevelt le significó ganar un aliado en medio de la guerra contra las potencias del Eje. Lejos de convertirse en un incondicional de Estados Unidos, Morínigo impuso una férrea dictadura vagamente similar al modelo Estado Novo inaugurado por el presidente brasileño Getulio Vargas. En junio 1942 Morínigo recibió un crédito del Gobierno de Brasil por valor de 100 millones de cruceiros, equivalente a USD 6 millones, para continuar la ruta al este en el tramo Asunción-Coronel Oviedo 3/.
Aparte de establecer una cerrada censura de prensa, proscribir toda actividad partidaria y mandar encarcelar a opositores, entre ellos a los mismos Liberales que lo habían apoyado para hacerse del mando, Morínigo no hizo gran cosa. Los créditos del exterior fueron escasamente aprovechados. La construcción de la ruta hacia el este comenzó y paró por el camino, se nacionalizaron las propiedades alemanas y una serie de empresas estatales se fundaron con capital público y mixto. Creció la burocracia y salieron a luz algunos casos de corrupción como el que determinó el cierre de la Administración Nacional de Subsistencia.
La asistencia financiera junto con veladas amenazas de Estados Unidos tuvieron como propósito desembarazar al Gobierno de la influencia pro-alemana predominante entre los ministros y altos mandos militares. Una vez terminada la II Guerra Mundial, Washington cortó abruptamente la asistencia técnica y económica a la vez de presionar al régimen para que permitiera una apertura política. El activismo partidario en Paraguay fue en aumento y eventualmente desembocó en una sangrienta guerra civil. Entre la caída de Morínigo en 1948 y la inauguración de Stroessner, seis presidentes Colorados se sucedieron en un periodo de solamente seis años (Juan Manuel Frutos, J. Natalicio González, Raimundo Rolón, Felipe Molas López, Federico Chaves, Tomás Romero Pereira). Ninguno de ellos estaba calificado en términos de riesgo para recibir crédito. Aun así, los delegados del presidente Chaves negociaron la asistencia del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial).
El presidente Harry Truman y el Departamento de Estado actuaron sobre la premisa de que cuando se precisa combatir al enemigo --esta vez los Comunistas y la URSS-- no se mira las credenciales de los amigos. La guerra de Corea estaba en progreso y la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas compuesta básicamente por tropas de Estados Unidos fue desplegada para contener el avance de los norcoreanos, posterior a una resolución de la Asamblea General que permitió invalidar el veto soviético en el Consejo de Seguridad. El presidente Chaves tomó partido por Estados Unidos y ofreció un contingente de tropas paraguayas para combatir en aquel lejano paraje asiático. Los norteamericanos tomaron nota del ofrecimiento: un crédito del Banco Mundial por USD 5 millones fue aprobado en diciembre 1951. Los correspondientes fondos, así como aquellos del EXIMBANK contratados en 1942, habían sido solo en parte desembolsados cuando Stroessner decidió golpear a su benefactor el presidente Chaves. La porción restante de los créditos de 1942 y 1951 --más de un tercio del total-- fueron transferidos después del golpe para la compra de maquinaria y equipo, pago de contratos de obras con firmas norteamericanas y bajo la mesa, para comprar la lealtad de los altos mandos militares.
SEGURIDAD HEMISFÉRICA
Durante el periodo de mayor desafío a Stroessner por sus adversarios, la administración de Dwight Eisenhower le otorgó USD 36 millones en asistencia extranjera 4/. La ayuda económica y militar que incluía armamentos y municiones, equipos de comunicación, vehículos para transporte de personal y aviones, piezas de repuesto, entrenamiento militar, policial y de seguridad sirvieron para afianzar al crecientemente represivo régimen militar y aplastar a los sectores de oposición, entre ellos a una mayoría de la Junta de Gobierno del Partido Colorado que apoyaba el cese del estado de sitio y un tímido programa de reformas políticas. Todos ellos pudieron comprobar, duramente, que la competición y participación estaban cerradas.
Los motivos de parte de Estados Unidos para avalar la dictadura de Stroessner son variados. Regía entonces un sistema bipolar y las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, trataron de alinear a su lado tantos estados como les fue posible.
Estados Unidos firmó tratados separados de paz con Alemania y Japón, propulsó la formación de mecanismos regionales de cooperación y defensa comenzando con el Pacto de Río en 1947, los organizó adecuadamente y los puso bajo su control. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca o Pacto de Río acordó que en caso de agresión desde dentro o fuera del hemisferio a cualquiera de los estados signatarios, ellos estaban facultados por voto de dos tercios a imponer sanciones económicas, ruptura de relaciones diplomáticas y el uso de la fuerza en contra del agresor. El concepto defensa colectiva quedó así contenido en un acuerdo vinculante para Estados Unidos y todas las naciones de América Latina, a su vez trasladado a pactos similares como los de la OTAN, SEATO Y CENTO. A poco de asumir Eisenhower, el secretario de Estado Dulles anunció que la escalada militar soviética, evidente en el sur y centro de Europa así como el Lejano Oriente, constituía un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados. Cualquier agresión de la otra parte "será respondida con una represalia masiva, instantánea, por los medios y en lugares que sea", agregó Dulles. Quedó así abierta la posibilidad de utilizar armas nucleares tácticas y estratégicas, de haber una invasión soviética en cualquier lugar del mundo, para detenerla. Esas armas estarían apuntando tanto a las tropas que eran numéricamente superiores en el área de influencia soviética como también al territorio de la URSS propiamente.
Estados Unidos estaba al frente en armamento nuclear y vehículos lanzadores, en especial cohetes balísticos y bombarderos de largo alcance. Ante ello, el secretario general y premier Nikita Krushchev que había sucedido a José Stalin en 1953, dio prioridad a un vasto programa de tecnología militar (incluyendo investigación y desarrollo espacial) e incrementó el apoyo a movimientos comunistas e insurgentes en el Tercer Mundo para contrarrestar la presencia e influencia norteamericana.
A medida que el poder de la URSS se expandía por el mundo, a la par que los movimientos y partidos comunistas leales a Moscú, Estados Unidos buscó neutralizarlo y promover sus propios objetivos. Las superpotencias permanecieron así inmersas en una guerra total, directamente y en la periferia. Era comunismo vs. anti-comunismo. El precio consiguiente lo pagaron las poblaciones en África, Asia y América Latina donde aquella suerte de cruzada se libró con descarnada brutalidad.
Unos pocos países de la periferia pudieron desalinearse de la bipolaridad, notablemente Yugoslavia y la República Popular China, luego Egipto, India e Indonesia. Otros lo intentaron con menos éxito. En Guatemala el presidente Jacobo Arbenz legalizó el Partido Comunista, expropió bienes de la United Fruit Co. y otros intereses norteamericanos e intentó llevar a cabo un ambicioso programa de reforma agraria. Washington presionó para revertir los acontecimientos. Por un lado entrenó y equipó tropas mercenarias en el exilio al mando del coronel Carlos Castillo Armas. Por otro lado logró que la 10a. Conferencia de Cancilleres de la OEA reunida en Caracas, marzo 1954, condenara implícitamente al Gobierno de Guatemala 5/. El apoyo del bloque soviético a Guatemala se dio abiertamente, en tanto Estados Unidos la aislaba cada vez más y ponía en marcha la invasión del territorio a través de Honduras y Nicaragua.
Las reverberaciones de la intensa actividad diplomática y militar con epicentro en América Central se hicieron sentir en Asunción. El presidente Chaves, con más de 70 años y ya en su segundo periodo, fue arrastrado a una incontrolable lucha de poder. Un sector del Partido Colorado bajo el liderazgo de Epifanio Méndez Fleitas pugnaba por copar los resortes del poder a nivel partidario y gubernamental. Méndez Fleitas era elocuente, persuasivo y políticamente audaz pero le faltaba el soporte militar suficiente para llegar a la cima. Además, los informes de la Embajada de Estados Unidos en Asunción no eran positivos. Lo describen como pro-Perón con antecedentes de haber estado cerca de los Comunistas. Los altos mandos militares con Stroessner a la cabeza maniobraron, se adelantaron y desataron el golpe del 4 de mayo 1954 6/.
Paraguay no habría de caer, por inacción de Estados Unidos, en la `conducta irresponsable' que estaba siendo combatida en Guatemala. Para Washington, el general Stroessner era más confiable que cualquiera de los líderes Colorados y ciertamente más útil para combatir al comunismo que Méndez Fleitas. Meses después de haber caído Juan Perón en medio de un golpe militar --y de su breve asilo en Paraguay-- el más fuerte competidor de Stroessner perdió su puesto en el Banco Central y fue obligado a salir del país. Méndez Fleitas nunca volvió, al igual que muchos de sus correligionarios del MOPOCO.
En Guatemala todavía faltaba el último esfuerzo. Arbenz cayó el 18 de junio 1954. El secretario de Estado Dulles justificó la intervención norteamericana en términos prácticos. "No era el poder del gobierno Arbenz lo que nos preocupaba sino el poder detrás de aquél. Si el comunismo internacional captura cualquier estado americano, por más pequeño que fuere, un nuevo y peligroso frente se establece, aumenta el riesgo para el mundo libre y requiere más sacrificios del pueblo norteamericano" 7/.
Dos años después, el 4 de noviembre 1956, el Ejército Rojo invadió Hungría. En vez de mover tropas mercenarias, el Kremlin envió unos 200.000 soldados y 4.000 tanques para aplastar el alzamiento nacionalista húngaro. Así como los soviéticos no pusieron un solo personal militar en Guatemala, los norteamericanos tampoco desplegaron tropas en Budapest. En ese sentido las esferas de influencia de cada cual fueron recíprocamente respetadas.
En el tablero de ajedrez mundial, los dos grandes adversarios disputaban implacablemente en medio de la Guerra Fría que por momentos se hacía caliente (crisis de Berlín, crisis de los misiles en Cuba). Los estados pequeños como Guatemala, Paraguay y Hungría eran piezas secundarias. Paraguay estaba en la órbita de Estados Unidos. Stroessner se hizo "el mejor amigo de los Estados Unidos en Paraguay", como él mismo lo declaró una y otra vez. Pero además cortejó y obtuvo beneficios de los sucesivos presidentes de Brasil, comenzando con Juscelino Kubitschek que asumió la Presidencia en 1955. La ruta hacia el este prosiguió a paso acelerado y quedó abierta al tránsito poco después de quedar inaugurada Ciudad Presidente Stroessner. A ello siguió la construcción del Puente de la Amistad entre aquella ciudad y Foz de Yguazú, totalmente financiada por el Gobierno de Brasil. Al terminar la década del '50 el Gobierno de Paraguay se hallaba en conflicto con las autoridades argentinas por las incursiones guerrilleras a través de la frontera sur y sureste, mantenía estrecha cooperación con las autoridades norteamericanas y brasileñas y buscaba ampliar sus relaciones con los países de Europa Occidental. La respuesta de esa parte del mundo vino por el lado del generalísimo Francisco Franco. El Banco Exterior de España concedió un crédito de USD 1.8 millones para la adquisición de buques destinados a la Flota Mercante del Estado (FME). También para buques mercantes se obtuvo USD 3.8 millones del Japón, y más adelante otros USD 4.5 millones del Estado Español 8/.
A partir de principios de la década del '60 y coincidente con la implementación de la Alianza para el Progreso, los mayores créditos fueron obtenidos del Gobierno de Estados Unidos y del Banco Interamericano de Desarrollo. Dirigidos a obras de infraestructura, mediante ellos se asfaltó la ruta Coronel Oviedo-Ciudad Presidente Stroessner y la ruta Paraguarí-Encarnación, se abrieron nuevas rutas hacia el norte y continuó avanzando la ruta Transchaco, comenzó a construirse la central hidroeléctrica Acaray y la conexión de aquella central con Asunción, se impulsó la colonización de nuevas tierras y la producción agropecuaria con apoyo del BNF y el IBR 9/.
ESTACIÓN DE LA CIA
En aquel entramado de intereses político-económicos, un elemento estratégico se sumó a favor de Stroessner. El vicepresidente Richard Nixon había visitado Asunción el 4 y 5 de mayo 1958, dentro de su gira por varios países de América Latina. Una de las actividades más importantes de aquella visita no fue registrada por la prensa. Quedó instalado en presencia de Nixon un centro de inteligencia inusual en el predio de la misma sede de la Embajada Americana sobre la Avda. Mariscal López. El complejo era bastante grande y todo un edificio quedó equipado para llevar a cabo rastreo de señales de radio y otras comunicaciones por aire, con alcance sobre Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, gran parte de Brasil y naturalmente Paraguay. Era la estación de la CIA pero con el añadido de las facilidades para el monitoreo regional 10/.
En toda América Latina solo hubo otra instalación similar en la Zona del Canal. Ese territorio bajo jurisdicción de Estados Unidos fue asiento de bases norteamericanas, entre ellas la Escuela de las Américas donde una mayoría de los jefes militares paraguayos recibió entrenamiento. En Asunción la estación de monitoreo tuvo una función menos obvia. Fue utilizada para espionaje electrónico avanzado y demostró su relevancia en los sucesos que llevaron al derrocamiento de Juan José Torres en Bolivia, Salvador Allende en Chile y paradójicamente, el mismo Alfredo Stroessner. También hizo su importante contribución en el seguimiento de las actividades del narcotráfico y en especial sobre las pistas clandestinas de la región.
Aquella estación sirvió para recopilar información sensible de todo el Cono Sur. La información que no es secreta o clasificada aparece en un boletín diario, FBIS DAILY REPORT, el cual contiene extractos de transmisiones de radio, TV, editoriales e informaciones de periódicos y revistas, despachos de agencias de prensa y en especial las referentes a temas militares, de política, economía y ciencias. La información restringida es sobre cuestiones referentes a la seguridad nacional de Estados Unidos 11/.
En mayo 1973 un nuevo acuerdo entre los dos gobiernos extendió los alcances de los servicios que realizaba Estados Unidos en el campo de operaciones secretas en Paraguay. Un escueto comunicado sobre el particular apareció en medio de la noticia sobre la firma de otro tratado que amplió los alcances de la extradición de delincuentes. Ambos documentos fueron firmados por el canciller Raúl Sapena Pastor y el embajador George Landau 12/.
Por entonces la ofensiva norteamericana contra el Gobierno de Chile se hallaba en marcha. El propósito era desestabilizarlo por dentro y presionarlo desde fuera para provocar un golpe. En esa operación la CIA tuvo importante papel y uno de los memorandos secretos permite observar la magnitud del esfuerzo. La CIA consultó acerca de las connotaciones legales para interceptar "radio-comunicaciones de alta frecuencia entre Nueva York y América del Sud" 13/. Como se trataba de comunicaciones con Estados Unidos el procedimiento de consulta inter-agencias era de rigor. Tratándose de tráfico entre otros países no regía lo mismo. Cables previos y ese revelador memorando confirman la extendida capacidad operacional que tenía la estación de la CIA en Asunción.
En Paraguay nunca hubo una presencia norteamericana sustantiva en inversiones o población. No hubo tampoco vecino en el Cono Sur que por algún armamento sofisticado amenazara la seguridad nacional de Estados Unidos, directamente. Gobiernos que no estuvieron dispuestos a aceptar orientaciones de la política exterior desde fuera sí hubo, o países donde el movimiento comunista fue de alguna manera intenso. Pero en términos de seguridad, un estado poderoso precisa saber tanto de sus adversarios como de sus amigos y aliados. De modo que aquella estación de inteligencia hizo de elemento estratégico en Paraguay. Fue una base para operaciones especiales y secretas, prácticamente irremplazable por su ubicación en el centro de la zona sur del subcontinente y por el hecho de ser imposible instalar semejante facilidad en cualquier otro estado, con un servicio regional vital a los intereses de Estados Unidos.
Stroessner supo tejer una relación particular con Washington, teniendo aquel elemento estratégico como su propia pieza de juego. El se colocó como centinela o custodio de las operaciones de inteligencia norteamericanas en la región. De esa manera obtuvo continuado apoyo y protección en momentos de crisis.
NOTAS
1/ Despachos y telegramas entre la Embajada Americana en Asunción y el Departamento de Estado sobre los acontecimientos políticos, económicos y de seguridad se encuentran en Aníbal Miranda, Estados Unidos y el régimen militar paraguayo (1954-1958). Stroessner dependió grandemente desde un primer momento de la asistencia norteamericana, extendida con reservas debido a la filtración de dinero al exterior calculada en USD 3 a USD 4 millones por año. Decía el Despacho No. 488 del 8 de abril 1957 de Amembassy Asunción: "El Gobierno, durante 1956, no ha llegado a controlar sus gastos militares y tal como se apunta en la sección sobre presupuesto nacional, una vez más gastó arriba del 50 por ciento para mantener sus fuerzas en el Ejército y la Policía. El favoritismo y la corrupción en los permisos de importación y la consecuente dislocación de los canales establecidos de comercio tuvieron un efecto negativo en la comunidad mercantil y en tanto el Gobierno se declaraba pobre de solemnidad, seguía encontrando suficiente dinero para financiar nuevos automóviles y casas palaciegas para los políticos colorados de alto nivel"
2/ Detalles sobre el accidente, sobre Estigarribia y Morínigo se hallan en Michael Grow, The good neighbor policy and authoritarianism in Paraguay (Lawrence: The Regents Press, 1981)
3/ Los créditos anteriores al Gobierno de Paraguay fueron en 1871-1872 y en 1915 de la Baring Brothers contra emisión de bonos, en 1927 de Asunción Port Concession Corp. para construcción del puerto de Asunción contra cesión de explotación, en 1934 de proveedores argentinos para aprovisionamiento durante la guerra del Chaco, en 1928-1933 del Conzorcio Italiano d'Export. (Roma) para compra de dos buques de guerra y de Aeroplani Caproni (Milán) para compra de aviones militares, los que con los saldos de los préstamos de EXIMBANK, Banco Mundial y Banco do Brasil que venían amortizándose hacían una deuda total de USD 9.6 millones a fines del año 1953. A fines de 1957 y merced a varios nuevos créditos contratados por el régimen Stroessner, la deuda externa era ya de USD 26 millones. Ver Naciones Unidas, Las inversiones extranjeras en América Latina (Nueva York: ONU, 1955), p. 144 y ss. Foreign Service Despatch N° 220, Amembassy Asunción, 3 January 1958. Frederic Fisher, Some aspects of the Paraguayan Economy as to the end of 1955, USOM, 1956
4/ U.S. Agency for International Development, A.I.D. History in Paraguay (Asunción: AID, 1988). Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Situación y perspectivas económicas del Paraguay (Washington: Banco Mundial, 1965)
5/ Referencias sobre los efectos de la Guerra Fría en cuanto a su componente militar en América Latina y Paraguay se encuentran, entre otros, en John Johnson, The military and society in Latin America (Stanford: Stanford University Press, 1964). Robert Wesson, ed., The Latin American Military Institution (New York: Praeger, 1986). Lars Schoultz, Human rights and United States policy toward Latin America (Princeton: Princeton University Press, 1981)
6/ Los documentos de archivo sobre este cambio de gobierno se leen en Alfredo Seiferheld y José Luís de Tone, La caída de Federico Chaves. Una visión documental norteamericana (Asunción: Ed. Histórica, 1987). Análisis en Fátima Yore, La dominación stronista. Orígenes y consolidación (Asunción: BASE/IS, 1992)
7/ Department of State, Foreign Relations of the United States 1952-1954, vol. IV, The American Republics (Washington: U.S. Government Printing Office, 1983)
8/ Banco Central del Paraguay, Deuda externa al 31 de diciembre 1964
9/ Banco Central del Paraguay, Deuda externa al 31 de diciembre 1968
10/ La primera mención oficial acerca de la estación de monitoreo instalada en Asunción aparece en Foreign Service Despatch N° 424, Amembassy Asunción, 23 May 1958, conversaciones de Stroessner con el embajador Walter Ploesser acerca de un préstamo de Estados Unidos para la prosecución de la ruta hacia el este. En la ocasión el embajador entregó a Stroessner una carta del presidente Eisenhower que refiere las facilidades de radio comunicación inauguradas durante la visita del vicepresidente Nixon a Paraguay. En retribución, durante el resto de aquel año el Development Loan Fund aprobó dos préstamos de USD 2.5 millones para la pavimentación asfáltica del tramo Coronel Oviedo-Ciudad Presidente Stroessner y USD 2.6 millones para la modernización de la planta procesadora de carne y operaciones conexas de International Products Corp. (IPC, firma norteamericana). Otro USD 1 millón fue aprobado para la extensión de la red de agua corriente en Asunción encarada por CORPOSANA. Estos préstamos públicos --el destinado a IPC fue de la misma naturaleza-- se sumaron al envío de armas y equipos a Paraguay bajo el programa de asistencia militar sustancialmente incrementado en 1958 y 1959
11/ FBIS son las siglas de Foreign Broadcast Information Service. FBIS Daily Report está complementado por Trends in Communist Media (semanal). Los documentos desclasificados se encuentran en el Archivo Nacional de Washington, entre ellos transcripciones de emisiones radiales de los países aliados al Pacto de Varsovia dirigidos a América Latina
12/ ABC, 25 de mayo 1973, p. 9
13/ CIA Memo, 26 January 1973, "Request for views as to legality of interception by CIA of high frequency international radio communications between New York and South America".
CUATRO - AVIÓN PANAMA
Cuando Stroessner estaba al mando, el crimen organizado estaba verdaderamente bien organizado. Era vertical en su estructura, cerrado para los no-leales, había pugnas entre grupos relativamente antagónicos que de todos modos coexistían bajo el arbitrio --y la brutalidad-- del jefe máximo. Las manifestaciones de tales pugnas ocasionalmente salían a luz. La evaluación de un observador informado luego de las sucesivas purgas de disidentes Colorados, militares no alineados y la destrucción de la insurgencia, era la siguiente. Refería como introducción el estado general del país y de las distintas agrupaciones político-partidarias, para profundizar más adelante en el núcleo del poder con sus `grupos'.
"a/ Grupo Stroessner, integrado por las unidades militares de Artillería con asiento en Paraguarí, Batallón Escolta, Aviación con asiento en Asunción, Estado Mayor General y, de buena o mala gana, la oficialidad que forma parte de las mismas.
b/ Grupo Samaniego, integrado posiblemente por las divisiones de Concepción, Chaco y la Marina.
c/ Grupo Caballería-Policía, integrado por la Caballería y la Policía, dirigido u orientado por el ministro Edgar L. Ynsfrán (del Interior).
d/ Grupo Colorado, integrado por los militares que son más Colorados que stronistas entre los cuales se destaca el general Patricio Colman, comandante del Regimiento 14 1/.
Entre estas fuerzas el grupo Samaniego parece el más débil, con el Partido Colorado, ya que el general Colman oscila entre el partido y Stroessner. El ministro Ynsfrán trata de granjearse y sumar a su grupo al Regimiento 14. Se disputan realmente el poder Stroessner y Caballería-Policía.
Cada grupo trata de fortalecer su cohesión y potencialidad para cuyo fin han creado 'intereses comunes'. Desaparecidos los cupos y permisos de importación han encontrado nuevas fuentes de recursos que son:
El abigeato, beneficiario grupo b/ y algunos generales del grupo a/. Se roban partidas de centenares de vacunos, especialmente novillos. Parte se lleva a las estancias de los generales Leodegar Cabello, Alberto Grenno y otros y parte a la división de Caballería (teniente coronel Andrés Rodríguez) donde se los faena para vender la carne en los alrededores de Asunción. Ynsfrán ha formado una bolsa común que funciona en la Caballería, cuyos ingresos proceden de la hacienda robada y de las exacciones de la Policía, inclusive rescate que se cobra a los presos políticos para ponerlos en libertad. -El jefe de Policía (coronel Ramón Duarte Vera) percibe y retira unos mil dólares semanales que gira a Estados Unidos por intermedio del City Bank. Casi todos los oficiales de la Caballería retiran semanalmente su cuota.
El contrabando, lo dirige el capitán de Fragata Hugo González del grupo b/ con los del grupo a/. Comprende el contrabando por agua, por avión, por tierra del Brasil camino de Ciudad P. Stroessner y en lanchas y canoas desde la Argentina. El cargamento fluvial desembarca en puertos vecinos a Asunción con destino a la estancia del mayor José María Argaña (edecán de Stroessner) ubicada cerca de Villeta.
El café, es la fuente de recursos en la que está interesado el propio presidente (Stroessner) y posiblemente altas autoridades brasileñas. Se trata de la exportación de miles de toneladas de café brasileño como de procedencia paraguaya que se embarca en sacos con rótulo de origen en los puertos de Asunción y Concepción, con destino a la Argentina, Estados Unidos y Europa. Son excedentes del cupo de exportación brasileño.
Los Colorados disidentes tenían en marcha una vasta conspiración cuyo jefe era el general José L. Couchonnal que se encuentra preso. Contaban probablemente con la colaboración del general (Marcial) Samaniego, ministro de Defensa y candidato a presidente del nuevo Gobierno. No han sido descubiertos los complotados. . . El ministro Ynsfrán con su grupo Caballería-Policía se propone reemplazar a Stroessner cuando fenezca el mandato de este último" 2/. Fin del informe.
Aquellos eran tiempos en que los miembros de la Junta de Gobierno del Partido Colorado habían perdido totalmente el control de la política nacional. Como destaca otro informe del mismo archivo, "ellos se contentan con los puestos públicos". Los partidos de oposición estaban fuera, proscriptos de hecho, salvo una pequeña fracción Liberal que se hallaba negociando su ingreso como minoría parlamentaria. "Los militares son los que gobiernan y se benefician con el poder", concluían ambos informes.
El abigeato y el contrabando se habían establecido, efectivamente, como prácticas para mejorar los magros sueldos públicos y para proveer a los cuarteles. Se realizaba un activo trueque con frigoríficos, carnicerías y mercados en base al ganado robado, el cual era además vendido por dinero y vehículos importados. El arreo de animales lo hacía personal de las Fuerzas Armadas y agentes del Ministerio del Interior o la Policía. La Asociación Rural del Paraguay (ARP) llegó a protestar ante el despojo que sufrían sus miembros, hacendados del estrato acomodado pero víctimas igualmente del abigeato. Decía uno de sus pronunciamientos:
"Desde el faenamiento clandestino de unos pocos animales en forma casi imperceptible pero continua que desangra los planteles, hasta el contrabando organizado y el arreo impune de centenares de cabezas por vez, se nota un incremento que ha motivado la incesante intervención de la Asociación Rural en defensa de los intereses de sus asociados
Aparte del perjuicio económico que irroga a los productores, y por ende a toda la economía nacional, no es menos importante el desaliento que causa el hecho de ver esfumarse el fruto del propio esfuerzo en provecho de personas para las cuales aparentemente no rigen las leyes penales. . . En muchos casos los aprehendidos y procesados por nuestros Tribunales no son sino ejecutores materiales a los que apenas alcanza una ínfima parte del botín. Los verdaderos autores se exhiben como honorables ciudadanos y saben ponerse a cubierto de la ley, ya que no de la conciencia del gremio ganadero que los conoce y condena... Más grave todavía que la insatisfecha sed de justicia es el riesgo que para la vida del estanciero, sus familiares y empleados, implica la actividad de los cuatreros que generalmente integran grupos más o menos numerosos y bien armados. Cabe recordar aquí al Sr. César Silvera, quien fue muerto en enero del corriente año siendo presidente de la Regional de General Bruguez, así como al encargado de la estancia `Rancho Gavilán', Sr. Sergio Vera, que fue brutalmente ultimado... La labor de fiscalización se ve obstaculizada por la invocación por parte de quienes arrean ganado, de personas de figuración de los que dicen ser empleados y poseer recomendaciones con lo que obtienen la posibilidad de evitar controles para sus arreos" 3/.
La preocupación de los ganaderos iba por el lado de que la corporación mixta de carne, COPACAR, asignaba a la Fuerzas Armadas y Policía un cupo por año pero gran parte del mismo volvía al consumo público vía mercado negro. Eso constituía una competencia desleal con hacienda hurtada a los ganaderos en sus propios establecimientos. Las protestas y denuncias no tuvieron otro resultado que una andanada de vulgaridades de parte de Duarte Vera y algunos de sus compadres de la Caballería, sobre quienes recaía la ira contenida de los hostigados productores.
COMPLOT Y ELECCIONES
De otro lado también hubo presión sobre Stroessner, aunque diplomática. Adlai Stevenson, representante de Estados Unidos ante la ONU y enviado especial del presidente John F. Kennedy, visitó Asunción para entrevistarse con las autoridades paraguayas. Antes de su regreso ofreció una conferencia de prensa en la que resaltó:
"La protección de los derechos cívicos, elecciones libres y del procedimiento democrático ayudarán grandemente a que se brinde respeto a Paraguay. . . el clima de tensión política existente en Paraguay obstaculiza la cooperación económica, ante lo que el presidente Stroessner me aseguró que se habrán de realizar elecciones nacionales, que ellas serán libres y limpias y espera que todos los paraguayos tanto aquí como los que están afuera participen" 4/.
Año y medio después se realizaron las elecciones en las que participó un desprendimiento del Partido Liberal dirigido por los hermanos Carlos y Fernando Levi Ruffinelli. Para ello Washington tuvo que presionar un poco más a la vez que concedió préstamos blandos, estrategia orientada a impulsar la recientemente inaugurada Alianza para el Progreso. En los otros países con regímenes militares pro-norteamericanos se dio igual presión con incentivos. Al concluir aquel periplo sudamericano, Stevenson señaló respecto al Paraguay que "el general Stroessner está claramente al mando ... su liderazgo está muy próximo a un estado totalitario-policial hasta ahora. Pero él se ve remiso y espero que estas opiniones se vean desmentidas en el futuro cercano, para cumplir su promesa de democratización" 5/. Sus expresiones tenían asidero en el encarcelamiento y deportación de miles de paraguayos. Los líderes del Partido Febrerista y del Partido Liberal, Rafael Franco y Carlos Pastore, habían tratado de ingresar desde Argentina para hablar con el enviado especial norteamericano pero fueron obligados a cruzar de vuelta, ocasión en que también fue expulsado el dirigente de la Democracia Cristiana, Jorge H. Escobar.
Las elecciones "libres y limpias" con participación de los opositores prometida por Stroessner vendría a ser una mera cortesía. En dos frentes. Uno, hacia el desprendimiento del Partido Liberal que postuló a Ernesto Gavilán como candidato a presidente de la República sin que hubiera tan siquiera atisbo de libertad electoral, de reunión ni de prensa. Esa participación fue generosamente premiada con 1/3 de curules en la Cámara de Representantes más la Embajada en Gran Bretaña para el mismo Gavilán. Dos, hacia el Gobierno de Estados Unidos que de esa manera vio medianamente satisfechas sus demandas de liberalización cual condición para continuar el desembolso de préstamos concesionales vitales al régimen Stroessner.
El acto comicial fue precedido mucho antes por amplias y brutales redadas en relación a un abortado complot liderado por el general José L. Couchonnal. La conspiración se había gestado en el seno del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO). Stroessner se movió con pies de plomo multiplicando en torno suyo las medidas de seguridad, creando compartimientos estancos entre civiles y militares, entre militares, policías y milicias armadas, entre ciudadanos que acataban su autoridad y los acusados de promover el caos y la subversión. Por más elemental que fuera, la aplicación del principio divide para reinar funcionó. Se profundizaron las divisiones estamentales, partidarias e ideológicas pero en medio de ellas los Colorados desplazados se mostraron obcecados. Defenestrados de sus cargos, humillados y desterrados, no tenían otra opción más que la conspiración.
Epifanio Méndez Fleitas, cuyas conexiones militares todavía se mantenían junto con su posición de carismático líder en el exilio, el ex combatiente de la guerra del Chaco coronel Enrique Jiménez, Colorado triunfante en el '47 que había ayudado a Stroessner en su carrera, lograron interesar a varios jefes retirados y otros en servicio activo. Entre ellos al coronel Enrique García de Zúñiga, al coronel Aníbal Clavell, al mayor Virgilio Candía, al mayor César Machuca Vargas entre otros. El mismo comandante de la Caballería, coronel Sixto Duré Franco, habría participado de las tratativas.
Con Méndez Fleitas estaban como principales los políticos José Zacarías Arza, Waldino Ramón Lovera, Osvaldo Chaves, Miguel Ángel Aquino, J. Virgilio Cataldi, Fulgencio Aldana y el teniente coronel Nelson Rolón. No todos ellos estaban exiliados entonces ni supieron en detalle lo que se estaba tramando.
El complot tenía por objetivo terminar con la rabia matando al perro. Uno de los cañoneros, el Humaitá, debía apostarse en la bahía de Asunción y desde allí bombardear el Palacio de Gobierno con Stroessner dentro. El apoyo por tierra vendría desde la Caballería, donde estarían acuarteladas y prestas las tropas. En tanto unidades cercanas de la Marina y la Policía tomarían puntos estratégicos de la ciudad. La operación acabaría en pocas horas con cualquier intento de reagrupamiento, una vez que Stroessner fuera muerto o apresado 6/. Pero Dionisio González Torres, padre de un oficial de Marina, Eduardo González Petit, se enteró de los preparativos. Hombre ambicioso aunque de segunda importancia en la escala de poder --González Torres era ministro de Salud Pública- instó al hijo para que fuera a informar inmediatamente. Al parecer González Petit no dio los nombres de ninguno de los complicados en la Marina. De inmediato fueron apresados Couchonnal, García de Zúñiga y Clavell, yernos del miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, Rigoberto Caballero. Este conocido y apreciado hombre público era descendiente del general Bernardino Caballero. No sufrió persecución abierta aunque sí quedó bajo discreta vigilancia hasta el día de su muerte en una operación quirúrgica.
Sixto Duré Franco fue despedido de la Caballería a principios de 1961, en otra fase de la purga por etapas de la que era tan hábilmente adepto Stroessner. Después se detuvo y torturó horriblemente a varios capitanes de la misma unidad. Este fue un castigo demorado. El motivo, según la versión oficial, fue "una conspiración para matar al presidente". Se la conocería como el caso Ortigoza, urdido en base al asesinato del cadete Alberto Anastasio Benítez y atribuido a capitanes de la Caballería. El asesinato fue en realidad obra del comisario Raúl Riveros Taponier, bajo orden del ministró Edgar L. Ynsfrán quien por ese medio tuvo vía libre para limpiar el Ejército de los conspiradores 7/. Con la prisión, más bien entierro en vida de los capitanes Napoleón Ortigoza, Hernán Falcón e Hilario Ortellado, se dio una dura lección a los supuestos complotados dentro del Ejército 8/.
Los yernos de Rigoberto Caballero fueron liberados después de cierto tiempo pero quedaron bajo estricto control. Un informe de prensa de la época cita que el general Alberto Grenno estuvo envuelto y fue apresado, pero dicho militar en realidad quedó libre --existe duda de que haya estado en la conjura-- al igual que César Machuca Vargas 9/. Lo cierto es que hubo una deflagración bastante importante, especialmente dentro de la Caballería. Stroessner logró neutralizar como foco de rebelión aquella unidad que en el pasado había servido como pieza definitoria para los relevos palaciegos.
La conspiración MOPOCO-militar desarrollada cuando el régimen estaba atravesando una afligente situación financiera, paralelo a la presión de los insurrectos agrupados en FULNA y Movimiento 14 de Mayo, llegó sin duda al punto más cercano de forzar la salida de Stroessner. En aquella oportunidad, 1960 y principios de 1961, el complot se truncó y su contra efecto fue la exclusión de quienes en las Fuerzas Armadas aún no habían hecho voto de obediencia al dictador. Cosas de la política. Las mismas unidades y hasta algunos de los hombres que se echaron atrás tomarían por asalto el poder el 2 de febrero 1989.
La anécdota de aquella oportunidad perdida refiere que Stroessner hizo apresuradamente sus valijas y fue retenido camino al aeropuerto por el ministro de Defensa Leodegar Cabello (con su habitual copa de más). Fue cuando un sector de la Marina y la Caballería ya no le estaban respondiendo. Las flaquezas del régimen no fueron debidamente capitalizadas entonces, lo cual en parte ocurrió por las pugnas personales entre los líderes de la oposición y entre partidos que ni siquiera trataron de ponerse de acuerdo. La conspiración fue una apuesta que pudo haber ido mejor, pero al igual que la insurrección de los grupos armados fue derrotada.
La mafia stronista desde entonces se hizo un paseo por Paraguay. Después de las elecciones de 1963 que demostró la fortaleza de Stroessner ante sus menguados adversarios, cayeron definitivamente el general Couchonnal y el general Felipe Velilla, el mayor Virgilio Candía, los mayores José Tomás Núñez y Eladio Gómez, el capitán Geraldo Osta, los ex ministros Ángel Florentín Peña y César Garay, Faustino Centurión, Enrique Riera y otros tantos miembros del Partido Colorado, todos apresados. Napoleón Ortigoza fue condenado a muerte por un Tribunal Militar bajo el cargo de homicidio del cadete Benítez 10/. También fueron condenados los capitanes Hernán Falcón e Hilario Ortellado. El abogado defensor de Ortigoza, Alberto Varesini Closa, fue amenazado de muerte, detenido y deportado. El grupo de militares fue responsabilizado de cometer el horrendo crimen para dar un escarmiento final a cualquier conspirador potencial o real dentro de la Fuerzas Armadas.
LOS DEPREDADORES
Stroessner y sus lugartenientes del estamento militar actuaban como los piratas. Eran depredadores eficientes. Utilizaban a sus subordinados para saquear y distribuir el botín según la jerarquía que ocupaba cada cual. Discriminaban certeramente entre los que estaban con ellos y los que estaban contra ellos. A los primeros dispensaban favores y prebendas. Para los otros era el garrote y la ley del mbareté, código no escrito de la violencia que dirimía sumaria y extrajudicialmente cualquier litigio del que fuera parte algún miembro, pariente o allegado a esa peculiar sociedad 11/. En los casos de colisión entre el mbareté y la ley escrita, cedía esta última. Los jueces conocían y se regían por esa realidad que, de ser transgredida, conllevaba severo castigo. La administración de justicia en tal situación fue una burla continuada y un sabotaje sistemático al debido proceso. La causa Ortigoza fue calificada de "monstruosidad jurídica" por la Corte Suprema de Justicia, pero debió transcurrir 35 años para que recayera tan esclarecedor fallo.
La sociedad del pillaje, su administración bastarda de justicia y su ejército de ocupación tuvieron lógica y objetivo. No era cosa de lunáticos. No había un pandemonium. La lógica era el poder en su forma cruda, primitiva. El objetivo era la acumulación. El poder fue ejercido para acumular. Esto se hizo tan consistentemente que el tejido social quedó socavado, descompuesto y de resultado una suerte de apatía generalizada y quietud descendió sobre la población.
La cofradía de los filibusteros, como denominó oblicuamente García Lupo a Stroessner & Cia., hizo de Paraguay un remedo de la Isla de la Tortuga del siglo XVII. El pirata Henry Morgan construyó allá su feudo desde donde partían los navíos para asaltar los buques y puertos españoles y portugueses más próximos, contrabandear todo tipo de mercancías para acabar como rico propietario de plantaciones gentilmente protegido por la monarquía británica. La actividad era ruidosa, los hombres se reunían en grandes comidas donde bebían y disparaban sus armas, las mujeres aumentaban sus vestuarios, se comerciaban dagas, monturas, botas de segunda mano y los prostíbulos funcionaban día y noche al final de las correrías corsarias. Una de ellas se produjo contra Portobello, donde Morgan dio la orden de escarmentar a la población por resistir al sitio. Sus filibusteros asesinaron, violaron y robaron durante una orgía que duró 2 semanas. "Durante 35 años el Paraguay fue gobernado por un hombre que reunió en sus manos tanto poder como Morgan", concluyó García Lupo luego de comparar la forma de vida bajo tales liderazgos en la isla caribeña y su par mediterráneo de Sudamérica 12/.
A diferencia de aquellos piratas que asolaban los mares, quienes amasaron fortuna en Paraguay no hicieron guerra fuera de las fronteras. Asaltaron y se alzaron con los bienes de los propios habitantes, en ocasiones compartiendo el botín con prófugos de la justicia y criminales de la peor ralea que encontraron refugio en el país. Narcotraficantes, asesinos, estafadores convictos, hampones de todos los rincones del mundo eran bienvenidos siempre que vinieran con suficiente dinero para comprar papeles de radicación y `seguridad'. Nada era imposible en Paraguay: cédulas de identidad auténticas, pasaportes auténticos, certificados de buena conducta auténticos se entregaban cada cual por su precio. Cuando se trataba de pedidos de extradición para personajes de mucho vuelo como Auguste Joseph Ricord, Alexander y Thomas Bartonr o Joseph Travers, no faltaban los mejores criminalistas para darles una mano. Los abogados Luís María Argaña y Roberto Velázquez Escobar, quienes eran a la vez diputados, Oscar Paciello quien fue años después ministro de la Corte Suprema, los defendieron ante la justicia paraguaya --que también tenía su precio. Juan Félix Morales, Luís María Argaña e Hirán Delgado von Leppel, presidentes de la Corte Suprema digitados personalmente por Stroessner al igual que Rodney Elpidio Acevedo y Clotildo Jiménez Benítez que ocuparon el cargo de Fiscal General del Estado, hicieron su trabajo dentro de los cánones de aquella sociedad del crimen que fue la dictadura. En ella había un núcleo de intocables para la justicia, los generales y caudillos Colorados que rodearon a Stroessner.
Edgar L. Ynsfrán, uno de aquellos caudillos que emergió inicialmente de las filas del Guión Rojo del Partido Colorado, hizo sus méritos para ocupar la jefatura de Policía y más tarde el puesto de ministro del Interior. A raíz de los acontecimientos de principios del '59 en el seno del Partido Colorado, cuya facción disidente impulsó una amnistía para presos políticos, el levantamiento del estado de sitio y el cese de la proscripción impuesta sobre los demás partidos, un acaudalado estanciero quedó `marcado'. Era Martín Venialgo, anteriormente amigo de Stroessner. Ynsfrán supo que en sus viajes a Buenos Aires y Montevideo, Venialgo había conversado con varios correligionarios suyos, entre ellos Méndez Fleitas. No tardó mucho para que comenzara una campaña de intrigas contra el sindicado como `epifanista' y `traidor'. Su extenso establecimiento que lindaba con el Río Paraná, Ganadera San Cosme (anterior propiedad de la firma Domingo Barthe) quedó bajo mira de Ynsfrán y del no menos codicioso Patricio Colman. Hicieron correr la versión de que en aquel sitio se estaba acumulando un parque de armamentos a ser utilizado por exiliados Colorados para invadir el Paraguay. La estancia fue asaltada por tropas del Regimiento 14 y Venialgo conducido preso a Asunción con la mandíbula rota. Ynsfrán se encargó del resto. En batidas sucesivas mandó arrear el ganado, más de 6.000 cabezas que fueron faenadas y otra parte vendida en pie. A ello siguió la confiscación de un barco, un camión y un automóvil del prisionero, a quien se expulsó finalmente del país. Ese despojo alevoso concluyó con el remate de la estancia y el producto fue a engrosar las cuentas de las autoridades encargadas de la seguridad interna. (Después de asumir Juan Carlos Wasmosy, el heredero de Martín Venialgo, su hijo Eduardo Venialgo, recibió del Gobierno una indemnización extrajudicial por los bienes expropiados, reconocimiento explícito de que hubo abuso de poder y despojo contra su familia).
Ynsfrán no solo acumulaba dinero, accesorio natural de su cargo y jerarquía. También se hizo de una muy valiosa colección de tallados, artesanías y libros de la época jesuítica que guardó en su biblioteca particular --y que años después, ya defenestrado, exhibía con orgullo a sus pocos visitantes aunque sin explicar cómo los había conseguido.
El saqueo de los bienes de Venialgo fue otra de esas maquinaciones de Ynsfrán, similar al affaire Ortigoza, sazonada con historias sobre conspiración, inminente invasión y peligro marxista epifanista destinadas a acrecentar sus amplios poderes en el ramo de la represión 13/.
Patricio Colman, Ramón Duarte Vera y José María Argaña no le iban en zaga al ambicioso ministro en cuanto a la adquisición de bienes por la vía rápida. Pero fue posiblemente Andrés Rodríguez, entre ellos, el más diligente en ese menester. En asociación con Carlos Barreto Sarubbi, jefe político de la polvorienta Ciudad Presidente Stroessner, dedicó ingente esfuerzo para establecer en la frontera una cabecera de puente. El propósito era aumentar el contrabando a los países vecinos. Rodríguez había escalado rápidamente en la Caballería, donde a principios de 1955 figuraba como comandante del R.C. 4 con el rango de capitán. El comandante de la Caballería era Virgilio Candía, mayor, a quien sucedió el también mayor Sixto Duré Franco. Este cayó con la purga de los elementos no leales a Stroessner en 1961. Lo reemplazó Rodríguez. Cuando entonces la Caballería era ya la más poderosa de las divisiones del Ejército.
Un informe norteamericano sobre la situación militar en Paraguay, muy descriptivo por cierto, refería que "muchos de los presidentes y dictadores del país han sido militares. El Ejército está muy envuelto en la política... sin embargo, no está usualmente unido durante una crisis, agrupándose y reagrupándose los oficiales en combinaciones de poder, diferentes regimientos enfrentando unos a otros en una revolución (sic) como la de mayo de 1954 cuando el Regimiento de Artillería, el Batallón 40, el Regimiento de Infantería (R.I.14) y la Armada se alinearon contra la División de Caballería y la Policía. En la resolución de disputas, el Ejército usualmente tiene la última palabra. Sale victorioso el militar o civil que puede reunir el apoyo de la mayor fuerza en el Ejército" 14/.
Esto lo entendía muy bien Stroessner. También Rodríguez. El ascenso de este último tuvo mucho que ver con su disciplina, su absoluta lealtad a Stroessner --hasta febrero 1989-- su amistad con Colman (al lado de quien participó en las acciones anti-subversivas de 1960 en la zona de Alto Paraná y Caazapá) y con el edecán presidencial Argaña. Argaña murió en un accidente en julio 1964 cuando Rodríguez acababa de ascender a coronel e iba labrando paso a paso su fortuna. Tuvo que tomar algunos atajos para lograrlo.
CONEXIÓN LATINA
Barreto Sarubbi pidió y obtuvo de José Melgarejo, propietario de una tierra bien ubicada en Hernandarias, 350 hectáreas de superficie, el permiso para construir una pista de aterrizaje donde pudieran aterrizar los transportes que llegaban de Asunción en misión oficial. Una vez emplazada la pista, el ir y venir de aviones y avionetas se tornó constante. No provenían solamente de Asunción y Barreto Sarubbi no trabajaba solo sino con capangas que movían toneladas de mercadería. Su padrino era Rodríguez. Molesto por el trajín, la cantidad de gente instalada al costado de la pista, las fiestas con prostitutas y los tiros en medio de la noche, Melgarejo solicitó a Barreto Sarubbi evacuar el negocio. Un buen día Rodríguez mandó por Melgarejo y le advirtió que dejara de molestar a "esa gente de trabajo que construye la grandeza de la patria". Como el dueño insistiera en desalojar a tan poco confiables huéspedes, comenzaron las amenazas y los incidentes. Hasta que sucedió lo inevitable. Uno de los capangas disparó contra Melgarejo y lo mató, quedando en desamparo la viuda y los hijos. Final del episodio, Rodríguez quedó con el título de la propiedad que puso a nombre de su esposa y el contrabando siguió viento en popa 15/.
"Ou'ma avión Panamá", decían los pobladores cuando veían los aviones de gran porte que 2 o 3 veces por semana llegaban del oeste 16/. Eran cuatrimotores Douglas DC-6, Lockheed Constellation, Curtiss C 46, incluso bombarderos B-25 y B-26 convertidos en cargueros y DC-3 bimotores que venían de Florida. Pasaban en tránsito por Panamá, se dirigían a lo largo de la costa ecuatoriana, peruana y chilena hasta Antofagasta. De ahí viraban rumbo al este para cruzar uno de los pasos de frontera sobre los Andes, tomaban dirección a la ciudad argentina de Salta y sobrevolaban en un suave arco el Chaco, dejaban atrás el Río Paraguay y la planicie circundante para aterrizar finalmente en la pista Hernandarias. Aquello era como un supermercado del contrabando en los años '60. Los cuatrimotores y bimotores descargaban cigarrillos, vaqueros, prendas de nylon, wiskey, perfumes, aparatos de radio y TV, cosméticos, en fin, todo lo que la industria norteamericana producía en cantidad y tenía un mercado en la región. Los mismos DC-3, Beechcraft de uno y dos motores, Cessna y Piper transportaban esa carga a São Paulo, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires y dondequiera en el Cono Sur hubiera demanda. Las máquinas volaban con matrícula norteamericana, algunas panameñas y las menos argentinas o paraguayas. Los pilotos eran de aquí y allá, todos de mucho oficio. Era trabajo duro pero se ganaba al contado y mejor que en tierra.
Aparte los deudos del finado Melgarejo, el vecindario de la pista Hernandarias andaba contento y activo con el trabajo a destajo generado por la actividad contrabandista. En verdad solo una parte de ella era ilegal. Paraguay --al igual que Panamá, otra importante zona de comercio libre del hemisferio-- se regía por un sistema de "mercaderías en tránsito" para la reexportación. Esas mercaderías tenían muy bajo gravamen de ingreso. Las operaciones de Rodríguez-Barreto Sarubbi ni siquiera tal gravamen pagaban, algo frecuente entre los que apoyaban a Stroessner a cambio de favores. Recién cuando entraban al mercado de destino sin pasar por aduanas había contrabando, técnicamente. Paraguay servía como corredor del tráfico que las industrias y los exportadores de Estados Unidos alentaban, dejaba dinero en manos de autoridades en los distintos países donde los aviones repostaban o hacían escala y suplementaba los sueldos de los oficiales paraguayos envueltos en el negocio. Además había una amplia demanda por los artículos "made in USA" y las ganancias para los financistas --dueños de compañías productoras e intermediarias norteamericanas en su mayoría-- eran elevadas. Nadie se quejaba, al menos públicamente.
Un elemento vino a cambiar las cosas. Fue la heroína. Esto ocurría a fines de la década del '60, cuando Paraguay ya había desplazado a Kuwait y Hong Kong como el mayor comprador de cigarrillos americanos en el mundo. El principal importador era Miguel Ángel Napout, amigo personal de Stroessner y protegido de Colman. La estancia de este último en Santa Elena, departamento de Cordillera, servía precisamente al tránsito de mercaderías por avionetas pues contaba con una pista de aterrizaje y guía de radiocomunicación. Colman era un veterano de la guerra del Chaco donde se distinguió por su valor, hizo curso de contra-insurgencia en la Escuela de la Américas en Panamá (U.S. Army School of the Americas, Fort Gulick) y fue jefe de operaciones anti-guerrilla al frente del Regimiento de Infantería (R.I.14). Colman fue quién personalmente liquidó a los guerrilleros del FULNA y 14 de Mayo. Tenía prestigio bien ganado como hombre decidido y brutal. Junto con Rodríguez se convirtió en sostenedor y beneficiario del contrabando de drogas que la Conexión Latina dirigida por Auguste Joseph Ricord instaló en Asunción a partir de 1968.
Paraguay era conocido ya como un importante centro del contrabando hacia Brasil, Argentina y Uruguay. Pero saltó a primer plano desde que Ricord se estableciera en la afueras de Asunción, camino a Itá Enramada, como propietario del motel París-Niza.
"Proveedores de droga de puntos tan lejanos como Hong Kong y Singapur hacían negocios en Asunción. Había un número impresionante de ministros y jefes militares dispuestos a acomodarlos, por dinero. Estaba entre ellos el siniestro Pastor Coronel, jefe de la policía secreta, cuyos agentes seguían la pista de supuestos informantes y vendían fotografías por USD 50 cada una a los traficantes. Personal de inmigración, entretanto, facilitaba pasaportes falsos y documentos de viaje adulterados a los traficantes a USD 500 el juego. Los generales Patricio Colman y Andrés Rodríguez alquilaban sus estancias a los contrabandistas para ser utilizadas como campos de aviación por tarifas de hasta USD 25.000 por avión. Rodríguez, el general más poderoso de Paraguay, era también socio no registrado de TAGSA, servicio de taxi aéreo cuyos pilotos hacían de correo para la organización (de traficantes)" 17/.
Informes y artículos de prensa parecidos menudearon entre 1971 y 1972 en la prensa argentina y norteamericana a medida que los entretelones de la Conexión Latina iban subiendo de lo meramente policial a lo jurídico y diplomático.
Una intensa actividad de inteligencia aportaba datos a las centrales de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y Oficina de Estupefacientes (BNDD), Policía Federal y Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), Sureté de Estados Unidos, Argentina y Francia, respectivamente, y sus similares de España y Canadá. El contrabando de narcóticos se había extendido por aquellos países, con Nueva York como privilegiado punto de consumo. Ya no eran únicamente las mulas quienes acarreaban el oro en polvo o heroína como pasajeros de aerolíneas comerciales y transportes fluviales. Se la despachaba también escondida dentro de damajuanas de vino, televisores, osciloscopios, autovehículos, refrigeradoras, cajas de frutas y de pescado y cuanto otro medio imaginable 18/. Desde los puertos franceses, principalmente Marsella y Burdeos, los barcos bajaban a Montevideo o Buenos Aires con droga. Esta llegaba además por vía aérea a Río de Janeiro. Desde aquellas ciudades era transportada a Asunción o directamente a las pistas de Hernandarias y Santa Elena para proseguir por avión o avioneta --ya éstos no iban vacíos en su ruta de vuelta como anteriormente-- hasta Miami y aeropuertos cercanos en el sur de Florida.
El primer cargamento de 42 ½ kilos de heroína pura proveniente de la pista del general Colman se incautó en 1970, conducido por César Bianchi (identidad real Roberto Galluci) y Renato Balestra en un Cessna 210. Los agentes anti-narcóticos norteamericanos detuvieron asimismo a Félix Becker (paraguayo), Aron Muravnik (argentino), Pierre Gahou (francés) y Enio Varela (paraguayo). El abogado paraguayo Cecilio `Bubi' Fleitas, casualmente el mismo que administraba Cambios Guaraní de Asunción propiedad del general Rodríguez, viajó a Nueva York para asesorar a Varela. Y para distribuir dinero a montones. Unas semanas más tarde Varela, Muravnik y otros seis hombres huyeron de la cárcel de encausados de Manhattan donde estaban detenidos 19/. Varela volvió a Asunción bajo la protección de Colman, su antiguo patrón y amigo. Continuó viviendo aquí tranquilamente, sin ser molestado por las autoridades paraguayas e incluso se lo vio aquel mismo año 1971 en reuniones sociales y llevando a sus hijas al colegio. Buen padre resultó ser.
La heroína es un derivado de la morfina, la morfina se produce del opio. Es altamente tóxica y adictiva. Estados Unidos estaba siendo inundado por heroína proveniente del Sudeste Asiático y Turquía vía Europa y América del Sur, pero también afrontaba un problema colateral. Los soldados estadounidenses en Vietnam la consumían en cada vez mayor número y retornaban adictos. El presidente Richard Nixon declaró a la heroína Enemigo Público N° 1. En Asunción, el proceso a Ricord se iba desenvolviendo muy lentamente --él había sido detenido a fines de marzo 1971 cuando trataba de escapar a la Argentina a través de Itá Enramada y guardaba reclusión en la penitenciaría de Tacumbú ante un pedido de extradición de la justicia norteamericana. La extradición fue negada en 1ª. Instancia y el expediente pasó al Tribunal de Apelaciones donde quedó estancado nuevamente. El embajador Raymond Ylítalo no conseguía resultados. Tampoco lo consiguió el director de la Oficina de Narcóticos John Ingersoll que visitó expresamente a Stroessner para pedirle colaboración. Ricord tenía en Colman y Rodríguez fuertes aliados.
FILTRACIONES DESAGRADABLES
Una serie de artículos en el influyente Washington Post se ocupó del asunto. El más explícito de ellos expuso la vinculación de varios altos cargos de Paraguay con el tráfico de drogas. Las autoridades norteamericanas exigían la extradición de Ricord. El sub-secretario de Relaciones Exteriores Alberto Nogués refutó las acusaciones del Washington Post --que provenían de filtraciones de la CIA-- lo mismo el canciller Raúl Sapena Pastor que las calificó de "infamia". El embajador Ylítalo, prácticamente acorralado por las autoridades paraguayas, también las desmintió afirmando que las fuentes de información eran "dudosas" y que el ataque sobre los funcionarios del Gobierno de Paraguay "es irresponsable y de brocha gorda" 20/. El representante Peter Rodino pidió a la Casa Blanca el cese de la ayuda militar a Paraguay dando así razón a lo publicado en la prensa norteamericana y exponiendo como mentirosos al embajador paraguayo Roque Ávila, al canciller Sapena Pastor y a los miembros de la bancada Colorada en el Parlamento que argumentaban lo contrario.
El artículo que causó hondo malestar en los círculos de poder de Paraguay, distribuido por agencias de prensa, refería lo siguiente.
"Jack Anderson acusa a ministros y altos jefes militares"
"Denuncia el tráfico oficial de drogas en Paraguay"
"Washington, 24 - El influyente columnista Jack Anderson denunció hoy que desde Raúl Sapena Pastor hasta los más altos jefes militares y policiales de Paraguay se encuentran implicados directamente en el tráfico de narcóticos.
El columnista del Washington Post reiteró que el canciller Sapena Pastor aprueba personalmente los pasaportes diplomáticos y oficiales y que ha otorgado pasaportes a conocidos contrabandistas de drogas, indicando que aun las valijas diplomáticas son utilizadas para transportar tóxicos.
Para muchos observadores, la denuncia de Anderson refleja un cambio de rumbo de la política norteamericana hacia Paraguay, tendiente a presionar al gobierno del general Stroessner precisamente en uno de los puntos que más interesa a Estados Unidos: limitar la afluencia de drogas provenientes de países latinoamericanos. Recientemente Anderson había fustigado al gobierno paraguayo acusándolo de fomentar la corrupción administrativa y el contrabando.
El periodista, que en febrero último denunció maniobras de la International Telephone and Telegraph (ITT) para evitar la asunción de Salvador Allende como presidente de Chile, publicó la siguiente lista de nombres involucrados en el tráfico directo de narcóticos.
Pastor Coronel: jefe de Investigaciones de la Policía.
General Andrés Rodríguez: el firme y apuesto comandante de los 3.000 soldados equipados con pertrechos norteamericanos con base cerca de Asunción. Sus tropas custodian depósitos de contrabando, señaló Anderson.
General Patricio Colman: según Anderson, obtuvo una franquicia para contrabando después de desbaratar un intento de sublevación en 1960.
Sabino Augusto Montanaro: secretario del Interior.
General Francisco Brítez: jefe nacional de policía. De acuerdo con el columnista ningún tráfico de drogas en gran escala dentro del Paraguay podría ser posible sin su complicidad.
General Leodegar Cabello: ministro de Defensa, "quien está al tanto de las maniobras con narcóticos de los generales Rodríguez y Colman", de acuerdo con el periodista cuya columna es publicada en 600 diarios de Estados Unidos y América Latina.
La lista se completa con el vicealmirante Hugo González y el jefe de la Fuerza Aérea general Vicente Quiñónez. El columnista destacó que entregó la lista personalmente al embajador paraguayo en Washington, Roque Ávila, debido al interés manifestado por el presidente Stroessner en desbaratar el tráfico de narcóticos.
La información del periodista se basó en un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), según indicó el propio Anderson" 21/.
Era la primera vez que Washington y Asunción discrepaban públicamente en tales términos, no obstante la cooperación en marcha respecto de la cuestión Chile. Salvador Allende, el presidente socialista contra el cual Nixon ordenó un comprensivo programa de operaciones encubiertas que incluía el apoyo financiero a grupos chilenos embarcados en sabotaje y propaganda, tampoco tenía las simpatías de Stroessner. La Embajada de Paraguay en Santiago fue utilizada como conducto de la CIA, para entregar material, armas y fondos destinados a la ofensiva anti-Allende/anti-Unidad Popular de comunistas y socialistas. En tanto Rodríguez y Colman, en Asunción, continuaban oponiéndose a la extradición de Ricord. Los motivos eran absolutamente obvios. Stroessner trataba de ganar tiempo en medio de esa puja de encontrados intereses, jugando cautamente sus cartas. Nixon, hastiado de la espera, envió en calidad de representante personal suyo al embajador Nelson Gross para conversar con Stroessner. La entrevista duró casi 2 horas y durante ella Stroessner escuchó repetidamente que Estados Unidos revisaría los programas de asistencia económica y militar a Paraguay si el Gobierno no concedía de inmediato la extradición de Ricord. Estaba en manos de Stroessner ordenar al presidente de la Corte Suprema, Juan Félix Morales, que así se hiciera. Gross habló con Morales, a sugerencia de Stroessner. Unos días después el Tribunal de Apelaciones revocó la decisión de la Instancia y dio vía libre a la extradición, la que de nuevo fue recurrida por el abogado defensor Roberto Velázquez Escobar. El 30 de agosto 1972 la Corte Suprema confirmó la resolución del Tribunal de Apelaciones.
Un Boeing 707 de PAN AM fletado por el Gobierno de Estados Unidos trasladó a Ricord a Nueva York, escoltado por personal del FBI y DEA. William Rogers, secretario de Estado, agradeció a las autoridades paraguayas el haber accedido al pedido de extradición significando que ello constituía "un paso importante en la lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes" 22/. El general Colman había muerto pocas semanas antes en un hospital de Wilmington, Delaware, donde fue internado de urgencia a consecuencia de una bala que le atravesó el intestino. La versión fue que le disparó un guerrillero comunista, Agapito Valiente, antes de ser baleado él mismo en la estancia del general Colman. El embajador Ylítalo fue removido del cargo a fines de aquel ajetreado agosto. Ávila fue llamado de vuelta a Asunción por término de misión. Lo estaba esperando su banca parlamentaria. El juicio a Ricord en Nueva York comenzó de inmediato y terminó 5 meses después con condena a 20 años de cárcel y multa de USD 25.000. El juez John Cannella entendió que por los aproximadamente USD 2.500 millones de heroína introducida a Estados Unidos en violación a la ley y los daños consiguientes, quedaba plenamente justificada tal condena. Una década más tarde la pena fue acortada por buena conducta de Ricord, o quizás por la cooperación con las autoridades norteamericanas en el tema drogas. El preso fue liberado y embarcado en un vuelo con destino a Asunción. Llegó enfermo y en silla de ruedas, como presente recordatorio para sus ex asociados y amigos 23/.
Rogers y Sapena Pastor se entrevistaron el 29 de setiembre 1972 en ocasión de celebrarse la Asamblea General de la ONU. Ambos expresaron que las relaciones bilaterales habrían de mejorar. Se anunció el nombramiento del nuevo embajador de Estados Unidos en Asunción, George Landau, y la necesidad de revisar el tratado de extradición firmado por ambos países en 1913 para incluir el delito de tráfico de estupefacientes.
Landau presentó a Stroessner sus cartas credenciales y mantuvo con él una cordial entrevista en el mismo despacho donde semanas antes tuvo lugar el encuentro Stroessner-Gross, menos cordial pero de expeditivo resultado 24/. Cuando se trataba de pedidos directos de la Casa Blanca, los otros negocios pasaban a un segundo plano en el Palacio de López, incluso los de Rodríguez.
NOTAS
1/ Los civiles que quedaron nominalmente al frente de la Junta de Gobierno del Partido Colorado fueron J. Bernardino Gorostiaga, J. Eulogio Estigarribia, Ezequiel González Alsina, Edgar L. Ynsfrán, Juan R. Chaves, Tomás Romero Pereira, Domingo Montanaro, Sabino A. Montanaro, Saúl González, J. Augusto Saldívar. Esto ocurría luego de la disolución de la Cámara de Representantes y las sucesivas purgas de adeptos a Epifanio Méndez Fleitas y al ex presidente Federico Chaves, sector "democrático" liderado por Enrique Zacarías Arza, Waldino Ramón Lovera, Mario Mallorquín y la dirigencia Colorada de la CPT bajo la jefatura de Basilio González Hermosilla, Vicente Cortesi y Heriberto Román Berganza
2/ Archivo Carlos Pastore, "Cuadro político", confidencial, escrito por el mismo Pastore en base a datos extraídos de la prensa de Buenos Aires y Montevideo, informaciones de exiliados Colorados, Liberales y militares, probablemente principio de 1961
3/ Asociación Rural del Paraguay, Pronunciamiento y carta a S.E. el Sr, Presidente de la República, Asunción, archivo año 1961
4/ New York Times , 13 June 1961, p. 2, 14 June 1961, p. 8
5/ U.S. Department of State Bulletin, vol. XLV N° 1.152, 24 July 1961. A Stevenson lo acompañó Lincoln Gordon, quien poco después fue designado embajador en Brasil
6/ Información confusa sobre los hechos fue difundida por la Agencia France Presse, transcripta con desmentido en Patria, 17 de julio 1960, p. 8. Entrevistas con Julio César Vasconsellos y José Conigliaro, Asunción, 5 de setiembre 1989 y 21 de marzo 1990
7/ La información analítica sobre el presunto complot de los capitanes de la Caballería proviene de Amnistía Internacional, "Dossier sobre el caso Modesto Napoleón Ortigoza y Guillermo Escolástico Ovando", con recomendaciones finales de Raymond Harris, Londres, abril 1982
8/ Previamente habían sido apresados, entre otros, el mayor José Tomás Núñez, el capitán Geraldo Osta, el capitán Eladio Gómez, el mayor Virgilio Candía. Una extensa lista de jefes y oficiales, incluso generales, confinados o desterrados antes de aquella purga de 1960, aparece en Jesús M. Villamayor, Stroessner y su claque. Vicisitudes de un soldado (Montevideo: s/e, 1957)
9/ Patria, "Así se informa en el exterior sobre el Paraguay", 17 de julio 1960, p. 8. El ministro del Interior Ynsfrán había salido al paso de los rumores sobre la conspiración, señalando que eran intrigas lanzadas para crear confusión. Dijo que en el Gobierno no había temor y nadie iría a asilarse. "Antes que asilarnos iremos al frente de batalla, si lo hubiera", remarcó. Patria, 12 de julio 1960, pp. 1-5
10/ La Razón, 16 de marzo 1963, Clarín, 8 de setiembre 1963. También tuvieron condena el sargento Escolástico Ovando y el ayudante Domingo Regalado Brítez, quien murió en prisión. La pena de muerte a Ortigoza fue conmutada por la de 25 años de prisión, comenzando a correr desde la detención en diciembre 1962
11/ Sobre la dinámica del código no escrito que tenía supremacía en las relaciones de negocios, de poder y en los conflictos de interés, ver David Helfeld y William Wipfler, Mbareté. La ley superior de Paraguay (Nueva York: Liga Internacional de Derechos Humanos, 1982)
12/ Rogelio García Lupo, Paraguay de Stroessner (Buenos Aires: Ed. B/Grupo Zeta, 1989), p.183 y ss.
13/ Una primera versión no oficial sobre el asalto a la estancia de los Venialgo y el affaire Ortigoza con datos que años después serían confirmados por el Comité de Iglesias de Asunción se encuentra en Epifanio Méndez Fleitas, Diagnosis Paraguaya (Montevideo: Prometeo, 1965)
14/ Foreign Service Despatch, Amembassy Asunción to the Department of State, N° 243, 4 March 1955. Más sobre los entretelones político-militares en Aníbal Miranda, comp., EE.UU. y el régimen militar paraguayo. Documentos de fuentes norteamericanas (Asunción: El Lector, 1987)
15/ El recuento circunstanciado, con pruebas documentales y testificales acerca del asesinato y despojo que sufriera la familia Melgarejo, se halla en el expediente Nélida Reig de Rodríguez y Carlos Barreto Sarubbi s/usurpación de finca, homicidio y falsificación de título a favor de Nélida Reig de Rodríguez en el IBR (1996), Juzgado de 1ª. Instancia en lo Criminal de Ciudad del Este, jueza B. Venialgo
16/ "Ya viene el avión Panamá", frase con la que los vecinos se avisaban acerca de la llegada de los cargueros a la pista Hernandarias. Los lugareños hacían changas en descarga de mercaderías y reaprovisionamiento de los aviones al lado de los capangas
17/ "The hunt for André", Reader's. Digest, June 1973, pp. 223 ss.
18/ La crónica más extensa sobre el tráfico por Paraguay de aquella época se encuentra en Nicholas Horrock y Evert Clark, Conexión Latina (Buenos Aires: Alfa, 1974)
19/ Esta fuga tuvo lugar el 24 de enero 1971. Exactamente dos meses después Ricord fue detenido y enviado a Tacumbú por pedido de Estados Unidos. El exhorto de extradición firmado por el juez John Cannella afirmaba que "el acusado ha sido uno de los más importantes, si no -el más importante, canal de heroína entrada clandestinamente a EE.UU. en los últimos cinco años". ABC, 22 de mayo 1971, p. 25, y 25 de mayo 1971, p.7
20/ ABC , 7 de mayo 1972, p. 8, 26 de mayo 1972, p.7, 15 de junio 1972, p. 7. La columna de Jack Anderson con acusaciones contra alto funcionarios del Gobierno de Paraguay es del Washington Post, 24 de mayo 1972
21/ Artículo en La Opinión de Buenos Aires, 25 de mayo 1972, p. 2, reproducido además en diarios de Brasil y Uruguay
22/ ABC, 3 de setiembre 1972, p..11
23/ Ricord regresó a Asunción el 10 de marzo 1983 sin habla y paralítico, Estuvo postrado en una casa de Lambaré hasta su muerte el 31 de julio 1985. Ñandé, 9 de agosto 1985, p. 20
24/ ABC, 30 de setiembre 1972, p. 9, y 3 de octubre 1972, p. 9. En la entrevista previa Rogers-Sapena Pastor se cerró oficialmente el caso Ricord.
DOCUMENTO RELACIONADO
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Fuente: DOSSIER PARAGUAY
LOS DUEÑOS DE GRANDES FORTUNAS
Obra de ANIBAL MIRANDA
Impreso por AR IMPRESIONES,
Asunción – Paraguay
Abril 2000 (358 páginas)
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