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JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA (+)
  ADQUISICIONES: ARTILLERÍA y MARINA DE GUERRA (Por JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA)


ADQUISICIONES: ARTILLERÍA y MARINA DE GUERRA (Por  JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA)

ADQUISICIONES DIVERSAS  - CAPITULO II

GOBIERNO DE CARLOS A. LÓPEZ

Por  JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA

 

 

 

 

 ADQUISICIONES DIVERSAS 

 

 1. ARTILLERÍA

Cuando a poco se publicó (XII-17-1923), con el mismo título de estas líneas, la memoria del ministerio de guerra y marina del año 1862, a la muerte de don Carlos Antonio López, se enunció la promesa de ampliar sus informes con algunos datos complementarios, (aparte de los ya dados a conocer sobre uniformes y vestuario de las tropas).

Cumpliendo dicho propósito, van a continuación algunos resúmenes extractados de las correspondencias oficiales de dicho ministerio con sus agentes en el exterior, circunscritos, por ahora, a los elementos que fueron adquiridos o gestionados por su intermedio en este ramo, pues los que se fabricaron dentro del país serán materia de mención por separado.

Y explicado así el objeto de estos apuntes se entra de lleno al resumen de los documentos en referencia, dedicando este primero al arma de artillería que, como se comprende, fue objeto de preocupaciones especiales.

En el Mensaje presidencial del año 1857 de D. Carlos Antonio López al Congreso, se lee que “han llegado á este puerto 18 cañones de á 68, comprados últimamente en Inglaterra. Quedan colocados en las baterías de Humaitá - agrega a renglón seguido -otros 16 cañones comprados anteriormente en Inglaterra, á saber: 10 de á 68, 2 de á 56 y 4 de á 32; á más un crecido número de cañones que se han comprado en los puertos de Montevideo y de Buenos Aires”.

Una interesante comunicación de dicho ministerio, de fecha 21 de mayo de 1860 al ingeniero director de los arsenales de Asunción Mr. Whytehead, que acababa de renovar su contrato con el gobierno por cinco años más y obtenido licencia para visitar a su familia en Inglaterra, aceptaba el presupuesto de las nuevas adquisiciones propuestas por dicho ingeniero para ensanche de los talleres nacionales y, entre otros encargos, le encomendaba la adquisición de un cañón rayado de campaña, de último modelo, que pudiera servir como muestra para fabricar otros iguales en el arsenal a su cargo.

En nota del 20 de noviembre de 1862 a los ingenieros Juan y Alfredo Blyth, de Limehouse (Londres), se habla también de muestras de armas de fuego y cañones rayados, con igual objeto.

En oficio subsiguiente del 5 de diciembre, entre otros encargos, se les encomendaba gestiones para la adquisición de cañones Krupp.

En correspondencia del 6 de octubre del año siguiente (1863) al agente en Buenos Aires, Félix Egusquiza, se le avisaba haberse recibido el 30 de septiembre por el “Paraguarí” que los trasbordó en dicha ciudad, sesenta y dos cajones conteniendo una batería de cañones rayados, con todos sus accesorios, remitida de Inglaterra por Mr. Curie, y al referirse a la misma agregaba la nota que era una “hermosa artillería de campaña, montada en sus cureñas”.

En otro oficio al mismo del 21 de noviembre siguiente, le anunciaba haber comunicado el encargado de negocios del Paraguay en París, don Carlos Calvo, el próximo embarque de ocho cañones con sus útiles, en el Havre, de calibre 24, cuyo costo fue de 15.000 francos, más 5.000 de comisión para el mismo Calvo y un socio, y 6.000 francos para gastos de flete, etc. que debían serle remitidos.

En fecha del 21 de diciembre al nombrado Calvo se le contesta sobre el embarque hecho de dicho material de artillería y el pago de 400 francos en concepto de seguro.

En 6 de enero de 1864 se acusaba recibo a Egusquiza de la participación de haber enviado a Calvo 26.000 francos para pagar los ocho cañones, en referencia y en 21 del mismo mes se le escribía al respecto del recibo de dicha artillería, cuya remisión avisó en 3 del mismo mes.

Con fecha 21 de marzo (1864) se contestaba a Calvo sus informes de que la batería mencionada fue adquirida de los señores Barley y Cía. Al mismo tiempo se le participaba que iba don Cándido Bareiro a hacerse cargo de la legación y de los fondos de guerra existentes en su poder.

En oficio del 29 de noviembre de 1864 a Egusquiza se le prevenía que “Bareiro tiene que remesar todavía mucho armamento y hasta cañones rayados” quien deberá remitir con las consiguientes precauciones, esto es, en buques a vapor, seguros, de pabellón francés o inglés.

Probablemente, aludía a las gestiones de cañones Krupp que realizaba Du Graty ante el Rey de Prusia, aparte de los que gestionaban otros agentes.

Finalmente en 15 de marzo de 1865 habiendo estallado ya la guerra con el Brasil y siendo inminente el arribo de la escuadra imperial que impediría toda nueva expedición de materiales para nuestro país, contestaba otra de Egusquiza en la que trasmitía una oferta de una batería y media de cañones rayados, recién llegados de Europa, con toda su dotación y municiones, en el precio de 90.000 francos. Se le daba instrucciones para aceptar la compra pagando aún más precio, con tal de entregarlo en Humaitá.

Las comunicaciones quedaron cortadas desde entonces y sin recibirse los mismos artículos de guerra que a esa fecha estaban en viaje y sobre los que versarán los capítulos sucesivos.

Al hablar de la artillería, se debe mencionar asimismo los cohetes a la Congrève que también fueron pedidos al exterior y cuya expedición se encomendaba a los señores Blyth en nota del 21 de agosto de 1864, juntamente con otros materiales bélicos.

Los artículos para la fábrica de cohetería fueron recibidos por el “Ygurey” en septiembre de dicho año y en nota del 21 del mismo mes al cónsul paraguayo, José Rufo Caminos, se le hacía un pedido adicional de artículos para dicha fábrica.

En carta del 6 de octubre siguiente a Egusquiza se le avisaba igualmente el recibo de los artículos para la cohetería y en otra posterior, del 21 del mismo mes, también a Egusquiza, se tomaba nota de la llegada a Buenos Aires del buque con cargamento de cohetes.

Y bien se sabe el importante papel que los cohetes a la Congrève tuvieron en el curso de la lucha.

 

 

2. MARINA DE GUERRA.

 

Los preparativos militares para la defensa nacional comenzaron a intensificarse desde 1860, coincidiendo con los sucesos de la vecindad que motivaran la nueva intervención de nuestro país y las nuevas cuestiones con el Brasil.

Relacionada indudablemente con dichos preparativos era la orden urgente impartida en 21 de febrero de dicho año al comandante. del “Iporá”, teniente 1º de navío Andrés Velilla, para seguir y alcanzar al vapor trasatlántico de la carrera de Buenos Aires a Europa, conduciendo al alférez de rifleros don Gregorio Benítez con una importante comisión.

A fin de establecer algún orden en estos apuntes, seguirán los relativos a la construcción de buques acorazados destinados al Paraguay, para continuar después con los referentes a armamentos, municiones y equipos, gestionados y contratados en el exterior, dejando para otra serie subsiguiente los fabricados en el país.

En 5 de diciembre del mismo año se oficiaba al encargado de negocios del Paraguay en Francia e Inglaterra, D. Carlos Calvo, acerca de la construcción de un buque de hierro para nuestro país, y como esto pudiera hallar obstáculos de parte del almirantazgo británico, por las incidencias ocurridas con el gobierno inglés que llegó a disponer la detención del “Tacuarí” en el Río de la Plata, cuando regresaba conduciendo a bordo al mediador paraguayo general

Francisco Solano López, se ofició simultáneamente, en la misma fecha a los agentes del Paraguay en Londres, señores Juan y Alfredo Blyth, ya mencionados, a fin de que tratasen de obviar las dificultades que pudieran entorpecer la construcción, ya fuese directamente por sí mismos o por intermedio del señor Calvo o del cónsul general Mr. Greene.

En oficio del 5 de diciembre de 1862 a los mismos señores Blyth se hacía mención de gestiones para la construcción de un buque blindado con cúpula también blindada, y en 21 de enero siguiente (1863) se les acusaba recibo de los planos para dicho buque acorazado.

Con referencia a otros informes y proyectos para la construcción de buques adecuados para la navegación directa entre Asunción y Londres, se les significaba en abril 6 del mismo año la conveniencia de que tales buques puedan llevar cañones de grueso calibre..

Al comunicar con posterioridad a los mismos agentes el cese de Calvo y de la mensualidad que por su intermedio se le abonaba, se les hacía saber en 21 de marzo de 1864 haberse aprobado el presupuesto para la construcción de un buque de hierro, el cual debería ser enviado en piezas para ser armado en los astilleros de Asunción, y al contestar en 6 de mayo otra comunicación de los nombrados agentes se mencionaba un importante proyecto de Mr. Hadfield para el país, el cual seguramente tenía relación con dichas construcciones.

Aparte de dicho buque acorazado, en oficio del 6 de junio siguiente se les hacía referencia a la construcción convenida de un pequeño vapor de hierro a hélice, que indudablemente serviría de buque aviso de guerra.

En 21 del mismo mes, después de manifestar el recibo de los planos del cañonero blindado, enviado bajo el número 9374, se les encargaba la construcción, armamento y equipo del mismo con las siguientes modificaciones a ser posible: 1º las dos cúpulas debían ser giratorias en vez de fijas, por el sistema del capitán Coles; 2º: aumento del espesor de la cubierta de hierro de 1/2 pulgada en 1/4 o 1/8 más; 3º: mayor seguridad en la caldera, con depósitos laterales de carbón, evitando situar éstos al lado de la santa bárbara; 4ª: necesidad de comunicación de la cúpula de popa con la santa bárbara y el capitán; 5ª: no indicando la velocidad, ésta no debía ser menor de diez millas por hora, siendo la máquina de 140 caballos; 6ª: disminución en algunas pulgadas del calado, a 6 1/2 pies a ser posible, extender la coraza de 12 a 18 pulgadas bajo la línea de flotación. Respecto de su armamento, indicaba la nota que tal vez fuese preferible el sistema de cañones Withworth al Armstrong, dejando todos los detalles al reconocido celo y diligencia de dichos ingenieros.

No deja de ser curioso que el agente del Paraguay en Montevideo, hubiese enviado también un plano y oferta de venta de un buque acorazado, del teniente de marina inglés, Mr. Napier, el cual fue devuelto sin aceptarse al señor Brizuela, en nota del 21 de agosto de 1864, y que según carta a los señores Blyth, parecía ser idéntico al que éstos habían ofrecido y recibido encargo de construir.

En otro oficio de 6 de noviembre a los mismos señores Blyth se les manifiesta, con respecto a la construcción del cañonero acorazado que el capitán Coles prestará su asistencia profesional respecto de las cúpulas giratorias, confiando en que no han de perdonar medio alguno para ejecutar pronta y satisfactoriamente esta importante comisión..

En nota del 20 de noviembre a don Cándido Bareiro, reemplazante de Calvo, se le decía lo siguiente con referencia a este asunto: “Espero con interés recibir planos y presupuestos de la coraza encargada a los señores Blyth”, y agregaba: “Es muy de esperar de los señores Blyth que emplearán toda actividad, como hasta aquí proceden esos caballeros en servicio del gobierno de la república, para que el crucero no tarde muchos meses para estar en estado de dejar el Támesis. Sensible es que en las actuales circunstancias en que se han precipitado los sucesos del Río de la Plata, estemos privados de los servicios de ese poderoso elemento de la guerra”.

En el mismo oficio se les agregaba la siguiente información: “El vapor “Paraguarí” lleva a su bordo al ministro residente del Brasil en esta ciudad, Vianna de Lima que se retira con motivo de la ruptura de relaciones de la república con el imperio por haber desatendido el emperador a la protesta del gobierno de la república del 30 de agosto. Por el primer oficio del señor Berges será usted instruido de todos estos sucesos como de la detención del vapor brasilero “Marqués de Olinda” en este puerto, y a bordo el provisto presidente del estado de Matto Grosso, y una numerosa oficialidad que van en calidad de simples pasajeros para aquella provincia. Está, pues, hecha la declaración de guerra por parte de aquel imperio y aceptada por el de la república.

En la misma fecha se comunicaba a los señores Blyth haberse interrumpido la carrera de nuestros vapores al Río de la Plata “a causa de la directa provocación de guerra del imperio del Brasil”, agregando: “Es penoso que los negocios se precipitan por parte del Brasil en esta parte de América, pero mi gobierno cuenta que sus órdenes y particularmente la construcción del coracero no sufra del estado de guerra en que estamos, y al efecto, dio las órdenes necesarias al señor Bareiro para que en cuanto esté en su poder atienda las obligaciones necesarias y al señor Egusquiza la remesa de fondos.

Con todo, añadía, ustedes comprenden fácilmente que no puede contarse en este tiempo anormal con la regularidad de antes. Pero confiado como de ordinario en el crédito del gobierno, contribuirán a allanar los obstáculos y en cualquier nueva, entenderse con el señor Bareiro”.

También se les informaba no haber aún noticias de la llegada a Buenos

Aires del buque conductor de las piezas de máquina y casco para el buque

mellizo y del pequeño a hélice. (Textual).

En igual fecha se decía a Egusquiza: “Es necesario que el cargamento del “Apoline” próximo a llegar y que viene en piezas, venga, por buques a vapor, seguros, con pabellón francés o inglés”.

En 31 de diciembre (1864) se prevenía a los señores Blyth suspendieran la ejecución de toda expedición ordenada por Bareiro conformándose a los negocios del Río de la Plata, quedando recibidos los planos y especificaciones del capitán Coles. Observaba que la velocidad del acorazado es poca y que había que aumentar el número de caballos a 200. También les acusaba recibo de las facturas de los cargamentos que conducían el “Apolline” y el “Mappel”.

El 1º de enero de 1865 se advertía a Egusquiza de la dificultad para enviar nuevos cargamentos una vez que la escuadra brasilera iniciase el bloqueo.

En 1º de febrero siguiente se ordenaba a los ingenieros Blyth suspender la construcción del acorazado “que ya no puede servir en las presentes circunstancias”. Una última carta a los mismos del 16 de marzo siguiente (1865), les anunciaba no haber llegado aun el “Apolline” al Río de la Plata, agregando que “las últimas noticias de Buenos Aires anuncian que en estos días debe ponerse en camino para nuestras aguas la escuadra brasilera con numerosas tropas de desembarco”.

A más de estos barcos encargados especialmente para aumentar la marina de guerra nacional, y que, como queda visto, no pudieron ya llegar (La construcción de buques por entonces estaba lejos de tener la rapidez de nuestros días.), el gobierno paraguayo había adquirido en el exterior, aparte del “Tacuarí”, del “Río Blanco” (antiguo “Aquitaine”) y el “Río Negro”, perdido por encalladura, y de los tomados al Brasil, el “Marqués de Olinda” y el “Anhambay” y a la Argentina, “25 de Mayo” y “Gualeguay”, que llegaron a este puerto el 25 de abril, (con grandes averías el primero), bajo la presión de los acontecimientos, algunos otros, de que dan razón los siguientes comunicados, cuyo resumen va a continuación.

En 17 de febrero de 1865 se ordenó al ingeniero jefe del arsenal inspeccionar el vapor italiano .Vesubio., para adquirirlo, habiendo informado hallarse en mal estado.

El 29 de marzo siguiente se comunicaba al mismo la compra del vapor italiano “Cavour”, a fin de disponer su equipo.

El 12 de abril siguiente se le participaba al mismo efecto la adquisición del vapor inglés “Ranger”.

El 3 de mayo se le pedía informe sobre el estado del vapor argentino “Salto”.

El 22 de octubre, del mismo año en nota dirigida a otro alto funcionario del arsenal, se le pedía explicaciones sobre informes dados al teniente de marina José María Martínez respecto al estado de una de las calderas del vapor “Flying Fish” (Pez volador, o en guaraní “Pirabebé”), que no resultaba en buen estado.

También hubo ofertas de venta del “Pampero”.

Por separado de esta serie se mencionará las construcciones navales realizadas en el país en el astillero de la Asunción, en los capítulos que se consagrará al Arsenal, que merece ser ampliamente conocido.

NOTA: Con posterioridad el compatriota Juan B. Otaño (h.) ha publicado diversos artículos con el título Nuestra vieja marina en la Revista del Ejército y la Armada y Revista de las Fuerzas Armadas de la Nación y el opúsculo Origen, desarrollo y fin de la marina desaparecida en la guerra de 1864-70.

 

 

 

Enlace al documento:

ADQUISICIONES DIVERSAS

3-RIFLES Y FUSILES / 4-CARABINAS / 5-MUNICIONES Y FULMINANTES /

6-SALITRE Y PÓLVORA / 7-ESPADAS Y SABLES / 8-EQUIPOS /

9-VESTUARIO / 10-CARBÓN DE PIEDRA /

11-REMESAS DE FONDOS / 12-CARGAMENTOS.

 

Fuente:

CARLOS ANTONIO LÓPEZ.  OBRERO MÁXIMO.

LABOR ADMINISTRATIVAY CONSTRUCTIVA.

Obra de JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA

Edición digital a cargo de BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY

sobre la base de la edición 1948 de EDITORIAL GUARANIA

ASUNCIÓN-PARAGUAY.






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