EL DESCUBRIMIENTO - LOS ADELANTADOS - LA CONQUISTA DE LA PROVINCIA
LA ETAPA DE LA CONQUISTA
Por JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI
LA ETAPA DE LA CONQUISTA
EL DESCUBRIMIENTO
No pasarían diez años cuando comenzaba después del descubrimiento de América, la carrera del Sur entre Castilla y Portugal. Hojeda, Vicente Yañez Pinzón, Diego de Lepe, en los viajes menores, tocan hasta Venezuela y el norte brasileño. En el año 1500 descubre el Brasil Alvarez Cabral llegando a la tierra de Vera Cruz (16º 30’). En ese tiempo no existía una clara demarcación y delimitación de la línea de Tordesillas, que constituía el límite de las dos Coronas, y por consiguiente como refiere Morales Padrón, estos viajes eran clandestinos y no se tiene un conocimiento exacto de sus alternativas (12).
Es indudable que el objetivo que impulsara a las Coronas Europeas, era el de evitar dar la vuelta al Cabo de Buena Esperanza para llegar a Indias.
El viaje mandado por Gonzalo Coelho y como piloto acompañante a Américo Vespucio, iniciado en 1502, y que tocara Río de Janeiro y Montevideo, hizo que el nuevo mundo fuese denominado AMERICA (13).
Aparece en escena un desconocido personaje Juan Díaz de Solís, de vida agitada y misteriosa, que realizara algunos frustrados viajes, pero quien a raíz de la muerte de Américo Vespucio en 1512, es designado para sucederlo.
Desde entonces, el Rey en 1511, le otorga una capitulación por la cual Solís debía dirigirse al Oriente "a fin de fijar la demarcación con la corona de Portugal". Pero, Portugal trató en vano de recuperar para sí a Solís, y después de suspensión del viaje, inicia en 1513, uno clandestino, llegando hasta el Mar Dulce. A pesar de ser discutida la veracidad de este viaje, hoy día la historiografía moderna, se rinde a la evidencia inconstrastable de su existencia.
Sin embargo, la Corona portuguesa no se dormía y en 1514, despachó una armada dirigida por Nuño Manuel, Cristóbal de Haro y el piloto Juan de Lisboa. Llegaron hasta el grado 86, altura del gran río, llamado entonces del Jordán, que creyeron era un golfo. Una tormenta los obligó a singlar hacia Europa (14).
Con tres naves, en noviembre de 1514, es Solís quien debía descubrir la otra parte de Castilla de Oro. Las instrucciones recibidas por el piloto mayor eran: "Habéis de mirar que en esto ha de haber secreto y que ninguno sepa que yo mando dar dinero para ello ni tengo parte en el viaje. 2. No tocar a ninguna tierra de la Corona de Portugal. 3. Tomar posesión de las tierras ante escribano y testigos, hacer un edificio aunque pequeño y levantar una horca (15). Llegando a la Castilla de Oro, informar por vía de Pedrarias".
También el 22 de julio de 1515 el Rey nombra Contador y Escribano de la armada de Solís, expedido a Pedro de Alarcón. "e que tengas cuenta é razón de toda la gente que en ellas fuere, é de todas las cosas que á Nos pertenecieren, así de lo que se llevare para el rescate, como de otras cualquier cosas, é seais presente á las pagas que se ficieren de las cosas, que fueren en las dichas naos é carabelas, así en la mar como en la tierra..." (16).
La flota fue a las Canarias, cruzó el Atlántico, bogando después la costa brasileña. Pasó por la bahía del Genelo y la costa de la Cananea. El 12 de febrero de 1516 llegaron a la Isla de Lobos recalando en un puerto que nombraron de la Candelaria (¿Maldonado?). Luego estuvieron frente al "grandísimo río" de que nos habla Oviedo.
"Entraron luego –relata Herrera– en un agua, que por ser tan espaciosa y no salada, llamaron, Mar Dulce, que pareció ser después el río que hoy llamamos del Plata, y entonces dijeron de Solís".
"Había descubierto Solís uno de los ríos más grandes del mundo, llamado hasta entonces de Jordán, y que él nombró Mar Dulce y posteriormente recibiría su nombre. El futuro Río de la Plata y sus afluentes se incorporan firmemente a la cartografía pero con rumbo errado: no corren de Norte a Sur sino de Este a Oeste, apareciendo como un paso del Mar del Norte al del Sur (17).
El Descubrimiento del Estrecho de Magallanes, salido éste de Sanlúcar el 20 de setiembre de 1519, encontró el estrecho que comunica los dos Océanos. Sebastián Elcano, por su parte, dio la primera vuelta al Mundo, haciendo un paso fugaz por el Mar Dulce, estuvo en Santa María (Punta del Este), y exploró el Río Uruguay.
La leyenda transmitida por los indígenas referente a fabulosas riquezas existentes en el Imperio del Rey Blanco, la sierra de la Plata. Tratábase del Imperio de los Incas, pero desconocido aún por los españoles. "Al pasar por las costas brasileñas –nos refiere Rodolfo Puiggrós– las cuatro naves del veneciano Sebastián Gaboto, enviado por los reyes de España a recorrer la ruta descubierta poco antes por Magallanes y Elcano alrededor del mundo, los náufragos de Solís, informaron a los expedicionarios de la existencia de aquel Imperio, lo que determinó una modificación del itinerario de la armada" (18).
"¿Y la SIERRA DE LA PLATA? –se pregunta Manuel Domínguez–. Y se contesta: "Era un imán que atrajo de Santa Catalina a Alejo García, compañero de Solís y descubridor del Paraguay. Varió el rumbo de Gaboto, la buscó el capitán César y después Pedro de Lobo, llamó á Ayolas y después á Irala en 1548. Aparte de que las noticias de su existencia esparcieron en España las declaraciones de Gaboto, Diego García y Melchor Ramírez y en Portugal Enrique Montes, todos tres antiguos compañeros de Solís".
"La famosa SIERRA ó era Potosí, explotado por los Incas, cuyo nombre vale CERRO BROTADOR DE PLATA, ó en todo caso, los Andes" (19).
LOS ADELANTADOS
"El sistema de los adelantados se utilizó repetidas veces para la conquista rioplatense, comenzando por las célebres capitulaciones que Carlos V firmó en Toledo los días 4 y 21 de mayo de 1534. En ellas quedó dividida la mayor parte de la América del Sur en cuatro grandes distritos cuya dirección se confió a Francisco Pizarro, recibieron el título de adelantado (20) junto con los de gobernador y capitán general".
"Don Pedro de Mendoza – continúa Zorraquín Becú –, destinado a la conquista del Río de la Plata, era "adelantado de las dichas tierras y prouincias que assi descibrieredes y poblaredes", y "bouernador y capitan general de las diechas tierras y prouincias y pueblos del dicho Río de la Plata y en las dichas dozientas leguas de costa del mar del sur. Este último título llevaba además aparejada la facultad de "determinar todos los pleitos y causas ansi ciuiles como criminales que en las dihas tierras y prouincias y pueblos ansi entre la gente que lo fuere a poblar como entre los naturales della houiere y nacieren" (21), podía nombrar además lugarteniente para ejercer en su nombre el gobierno del distrito, así como los demás oficios que estuvieran vacantes o fuese necesario proveer hacer pesquizas, ejecutar las decisiones judiciales y desterrar "con muy gran causa". Todos estos oficios eran concedidos en forma vitalicia y con facultad para transmitirlos a un heredero (22).
Rómulo D. Carbia, llega a establecer que de Cádiz salieron once naves. y que en las Canarias se agregaron tres más. pero en cambio, aunque no haya formado parte de la armada propiamente dicha, se agregó a ella una nave alemana enviada por los Welser (23).
El Rey otorgó la Capitulación a don Pedro de Mendoza, nacido en Guadix en 1499, siendo hijo de Fernando de Mendoza y Constanza de Luján. Tenía 5 hermanos. En 1524 ingresó a la Orden de Alcántara y luego a la de Santiago.
El 21 de mayo de 1534, en Toledo la Corona otorga a don Pedro de Mendoza las capitulaciones de conquista, suscritas por el emperador Carlos V, que viene a ser como el nacimiento de la "Provincia Gigante de las Indias", que comprende toda la cuenca del Plata, desde la selva amazónica hasta el río Negro, en la Patagonia, y desde el océano Atlántico y la línea de Tordesillas hasta doscientas leguas de litoral sobre el Pacífico, teniendo Presente al Sur la jurisdicción atribuida por esa fecha a Diego de Almagro (24).
El 19 de julio de 1534, el Rey, le otorga a Pedro de Mendoza, el Título de Gobernador y Capitán General, cuyo documento se encuentra en el Archivo Nacional de Asunción, y está entre los más antiguos del Río de la Plata (25).
Debía llevar 1535 hombres, 100 caballos y yeguas, bastimento, armas y artillería, todo a su costa y misión, según Konetzke (26).
El Rey le nombraba Gobernador y Capitán General de las tierras y provincias del río de la Plata y de las 200 leguas de la costa del Mar del Sur. Se le otorgaba el título de Adelantado de dichas tierras y alguacil mayor. Entre otras ventajas acordádales a Mendoza y sus herederos, estaban la liberación de impuestos, concesión de solares, promesa de encomiendas de indios, distribución de las riquezas rescatadas menos el quinto real.
Los objetivos de la expedición fueron: poner el pie en el Río de Solís; impedir que los portugueses entrando por él alcanzaran los dominios del Rey Blanco y buscar y ganar por esa vía la Sierra de la Plata para Castilla.
Razón tiene Puiggrós cuando afirma de las intenciones de Mendoza: "Al fundar la Ciudad de Buenos Aires, el 3 de febrero de 1536, don Pedro se proponía levantar una plaza fuerte que asegurase para su patria el dominio de la ruta que conducía al legendario reino, mientras algunos de sus capitanes se internaban por el Río Paraná en procura de las riquezas tan ansiadas. "Carcomido por la lúe, el fundador murió en alta mar, en viaje de regreso a la península, el mismo día que Juan de Salazar de Espinosa y Domingo de Irala se reunían en el Alto Paraguay, luego de haber ensayado por rutas distintas llegar a la sierra de la Plata" (27).
Don Pedro de Mendoza, nombra a Ayolas, como lugarteniente de gobernador y capitán general y a Francisco Ruiz Galán, gobernador del puerto de Buenos Aires y en el Real de Buena Esperanza y Corpus Cristi (28).
Y lo más curioso de su testamento, es la venta de sus derechos: "Si Almagro, como lo hizo con Pedro Alvarado – para que se volviese – quiere comprar la gobernación, que se le venda en 150.000 ducados y hasta en 100.000, siempre que no haya otra cosa que hacer." Al comienzo la autorización es para negociar las 200 leguas sobre la Mar del Sur pero líneas abajo esto se amplía "dejo lo hagáis por todo en el Río de la Plata también. Allí hemos levantado un asiento, éste, dicho en alemán, es: buen viento (también) hemos traído desde España sobre dichos catorce navíos setenta y dos caballos y yeguas y han llegado al susodicho asiento de Buenos Aires" (29).
LA CONQUISTA DE LA PROVINCIA
El descubrimiento del Paraguay, por Alejo García, acompañado de los indios, nos describe Julio César Chaves, diciendo: "Ha andado cerca de 200 leguas por la mejor de las rutas posibles. la que los carios siguen para mantener contacto con sus parientes tupíes. (30). Cruza el Paraná y se dirige hacia el otro gran Río, al cual llega. Sabe que subiendo por él encontrará la tierra desde la cual tiene que penetrar al Oeste. Es también el camino itinerario de sus abuelos y padres, para atacar a sus viejos enemigos, los caracaráes, y vengar sus fracasos anteriores. "Y como García –dice el padre Techo– conocía algunas lenguas habladas por los indígenas, y era ducho en el trato de éstos, consiguió que casi dos mil indios espontáneamente se pusieran a sus órdenes." (31).
"Estando ellos en el puerto de Itatín –informará un indio– pasó por allí el dicho García con el cual él y otros dos hermanos, fueron en busca del dicho metal con los dichos guaraníes." (32).
Después de recorrer a lo largo del río Paraguay, la alucinante tierra de los Mbayaes, que después se llamó Chaco (33). Fueron encontrando a su paso diversas parcialidades indígenas de diversas lenguas. Pero ante el apresto guerrero de las poderosas parcialidades indígenas, García carecía de hombres, medios y armas para vencerlas. Prudentemente decidió regresar para buscar refuerzos, apelando como apeló a sus compañeros de la Isla de Yurú-minrín: "dijo se volvía para traer más cristianos para volver con ellos por el dicho metal." Anota Ruiz Díaz de Guzmán que la vuelta "padecieron muchas necesidades, hambres y guerras que tuvieron hasta llegar al Paraguay" (34).
"Salidos los portugueses a los llanos con toda su compañía, cargados de despojos de ropa, vestidos y muchos vasos, vajillas y coronas de plata, de cobre, y otros metales, dieron la vuelta por otro más acomodado camino que hallaron, en el cual padecieron muchas necesidades, hambres y guerras que tuvieron hasta llegar al Paraguay, y pasados algunos días se congregaron algunos indios de la tierra para matarlo, y así lo pusieron en efecto los mismos que fueron con él a la jornada. Una noche estando descuidado le acometieron donde él y sus compañeros fueron muertos sin dejar ninguno a vida excepto a un niño hijo de Alejo García, que por ser de poca edad no le quisieron matar, al cual yo conocí y comuniqué llamado como su padre Alejo García (35).
Y así acabó en 1525 – nos dice Manuel Domínguez –, el descubridor del Paraguay y Charcas, el primero que se internó en la tierra de los mbayaes, el primero que llegó a los Andes peruanos, el primero que penetró en los dominios del Inca, terminando su carrera cuando Pizarro no empezaba todavía la suya. (36) Cruzó Curitiba 17 años antes que Alvar Núñez (37), visitó el Paraguay 4 años antes que Gaboto (38), exploró el Chaco 13 años antes que Ayolas (39). La historia le da este lauro a aquel gentil aventurero (40).
Aparece Sebastián Gaboto, nacido en Venecia hacia 1479. Fue nombrado Piloto Mayor del Reino en febrero de 1518. Lo cierto es que navegó Modificando su primitivo rumbo, violando la capitulación y enderezó sus naves hacia el Río de Solís. Llegó en junio a Pernambuco, pequeña factoría portuguesa. Allí se informó de la riqueza que había en el dicho Río de la Plata. Reanudaron la marcha a fines de setiembre, llegando a un lugar que bautizaron Santa Catalina.
En marzo se hallaba Sebastián Gaboto, en la Isla de San Gabriel y luego arribó a la confluencia de los ríos Carcarañá y Coronda, donde construyó el fuerte denominado de Santi Spiritus. Posteriormente, siguió navegando por el Río Paraguay, y dobló hacia el Río Paraná hasta unas 15 leguas arribando a Santa Ana (Itati). Luego, bajaron nuevamente y por el Río Paraguay, penetraron en el Río Ipetí (Bermejo).
"Dos veces Gaboto llega hasta el Imperio del Rey Blanco, y el fracaso de sus tentativas, así como la destrucción de Santi Spiritus, incendiado por los indios, lo desalentó y obligó a volver a España, donde debió afrontar las iras de los armadores de los navíos y de los parientes de los tripulantes perdidos en la malograda empresa – expresa Puiggrós –. Uno de sus jefes – continúa el mismo autor – el fantasioso Capitán Francisco César que había encabezado aquellas desdichadas expediciones al interior del continente, difundió por Europa la historia maravillosa recogida de los indígenas y aseguró, con pelos y señales, haber llegado a la urbe de la que, desde entonces fue epónimo: apareció en el ensueño de los aventureros la ciudad de los Césares".
"El engaño se abrió camino en Europa. Ya no cabía la menor duda en ambas cortes ibéricas de que, llamándose sierra de la Plata, Imperio del Rey Blanco, ciudad de los Césares, Lilín, Talán, Trapalanda o como fuera, se ofrecía a la avidez de la conquista un almacén de riquezas inconcebiblemente más valioso que el saqueado ea México y Perú. Tras la fantasía pujaban España y Portugal, y de esa manera, idealizada hasta lo sublime su entraña sin secretos, la pampa fue teatro de una aventura más prosaica que la peruana y la mexicana, aunque pronto plena de una esperanza distinta, en medio de penurias de los primeros europeos que violaron su pureza salvaje. Tanto los monarcas españoles como los portugueses comenzaron a preparar con todo sigilo sendas armadas con el propósito de ser los primeros en apoderarse del deslumbrante manantial de metales preciosos. Carlos V, enterado por sus espías de la trama de su rival, no dejó en manos de éste la iniciativa".
"España ganó la partida, pero al ganarla destruyó la leyenda" (41). Juan Alvarez habla de las condiciones imperantes en la región durante el transcurso de la dominación española: "La pobreza más espantosa fue en todo tiempo característica del coloniaje español en el Río de la Plata: faltaba moneda circulante, faltaban colegios, faltaban materiales de construcción, faltaba todo" (42).
EN EL PAIS DEL HAMBRE
Paul Groussac llama a la entrada de Pedro de Mendoza la expedición al país del hambre (43).
"Pronto se conjugaron una serie de factores – dice Chaves – para hacer terrible la situación. La primera y principal fue la falta de alimentación. Se habían acabado los víveres, y la caza y pesca no tenían perspectivas. No se disponía de tiempo para sembrar y esperar la cosecha. Además, los indios le vedaban el acceso a la llanura. El segundo factor negativo fue la hostilidad firme y decidida de los naturales que a poco de la fundación mataron a ocho cristianos a la vera del Riachuelo. El tercero fue el zarpazo feroz de las fieras que más allá de las empalizadas, aguardaban hambrientas su cosecha de carne blanca".
"A mediados de 1536 la situación en el nuevo pueblo era dramática. Los cristianos estaban amenazados en forma constante por los indios que no le daban tregua ni de día ni de noche. La mortandad había sido terrible; según Schmidl de los dos mil quinientos expedicionarios sólo quedaban 560 Pero el flagelo era el hambre que dio su nombre a la región. Es imposible describir lo que allí pasó a punto que los cristianos se comieron a los cristianos y los hermanos a los hermanos. La crítica histórica moderna encuentra que es pálido reflejo la versión de conquistadores y cronistas sobre lo sucedido en el país del hambre, donde la realidad superó a la leyenda" (44).
En el año 1612, el Procurador de Villa Rica pide se haga saber a S.M. sobre el proceder de los indios que comen carne humana y para remediar esa barbarie (45).
Schmidl –testigo presencial– relata que "fue tal la pena y el desastre del hambre que no bastaron ratas ni ratones, víboras ni otras sabandijas; también los zapatos y cueros, todo hubo de ser comido..." y el teutón nos ofrece esta anécdota escalofriante: tres españoles robaron un caballo y se lo comieron, por lo cual se los colgó de la horca. Al día siguiente se comprobó que a los cadáveres le habían cortado los muslos y otros pedazos del cuerpo para comerlos" (46).
Engordaban a los prisioneros de guerra para devorarlos (dice un autor). Isabel de Guevara, una de las mujeres de la expedición cuenta: "Que fue tamaña la hambre, que a cabo de tres meses se murieron dos mil; esta hambre fue tamaña que ni la de Jerusalén se le pudo comparar" (47). Cuenta Villalba en su carta que "la gente estaba tan flaca y debilitada que apenas se podía mantener en pie... por lo cual se mandó que todos estuviesen "asentados en sus casas, con las armas en las manos, porque los indios no viesen la necesidad y flaqueza de la gente." (48).
CAPITULO I - NOTAS
12) MORALES PADRON. Historia del Descubrimiento y Conquista de América - Capítulo III. Puede leerse la Bula de Alejandro VI a los Reyes Católicos.
13) LEVILLIER. América la bien llamada, Buenos Aires, 1948 y Américo Vespucio. Madrid, 1966. ARCINIEGAS, Germán: Américo y el Nuevo Mundo. Bs. As, 1955.
14) CHAVES Julio César. Historia GeneraI del Paraguay. Asunción: Ed. Nizza, 1968. p. 31.
15) Instrucciones que dio el Rey, Mansilh, 24-XI-1514, Fernández de Navarrete - Tomo III. pp. 147-149. ibidem, ib. "Asiento que hizo el Rey con su piloto mayor Juan Díaz de Solís para ir con tres navíos a descubrir por la otra parte de Castilla de Oro (Arch. Gral. de Indias en Sevilla, legajo 9 de Relaciones y descripciones procedentes de Simancas).
16) FERNANDEZ DE NAVARRETE, Martín. Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles. Buenos Aires: Editorial Guarania, 1945 – T. III. pp. 150-1.
17) HERRERA: H.C.I. Década Segunda, Libro 1º, cap. VII (Herrera tuvo en su poder el "diario de a bordo" que se perdió), cit. Por Julio César Chaves, en "Historia General... pp. 31-33. En 1515 la Armada de Solís lleva de Factor a Francisco de Marquina, y de Contador, a Pedro de Alarcón, según refiere LEVILLIER, Roberto. "Correspondencia de los Oficiales Reales de Hacienda", Madrid, 1914, p. V. Una real Cédula recomienda en 1525 a Gaboto, para Tesorero de su Armada, a Gonzalo Nuñez de Balboa, en LEVILLIER, Ernesto "Correspondencia... Ibídem, ib. Ps. V.
18) PUIGGROS, Rodolfo. "Historia Económica del Río de la Plata". 5ed. Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor S.R.L., 1974. p. 15.
19) DOMINGUEZ, Manuel. "Las Amazonas y el Dorado". Asunción: Talleres Nacionales de H. Krauss, 1902. pp. 6-7. Potosí – anota Domínguez–, se descubrió por los españoles recién en 1543 ó 1545. Pero el Porco fue explotado por los Incas y hasta se cree que lo fuera el mismo Potosí.
20) Alcazaba sólo fue nombrado gobernador y alguacil mayor.
21) Título de Gobernador y Capitán General expedido, en julio 19 de 1534 en REPUBLICA ARGENTINA, Anales de la Biblioteca VIII, Bs. As. 1912. El título de Adelantado en íd. ibid. 50. También en V.1 Sección Historia A.N.A.
22) Real Cédula de julio 19 de 1534, en ANALES DE LA BIBLIOTECA, VIII, 54 y en CCR, II, 59.
23) CARBIA, Rómulo. "Manual de Historia de la Civilización Argentina". Bs. As.
24) En "Documentos Históricos y geográficos relativos a la conquista y colonización rioplatense", T II. Buenos Aires, 1941, p. 17.
25) Volumen I - Nro. 1 - Sección Historia ANA. La capitulación de Mendoza puede verse en el T. VIII de los "Anales de la Biblioteca de Buenos Aires" pp. 28-35.
26) NONETZKE, Richard, "La emigración al Río de la Plata durante el siglo XVI" en Miscelánea americanista, III (Madrid, 1952), 297/353.
27) PUGGROS, Rodolfo. Historia... p. 17.
28) Testamento y Codicilio en D.H.G. III, 71 y 72.
29) SCHMIDL, Ulrico. "Derrotero y viaje al Río de la Plata y Paraguay. 1534 - 1554" Asunción: NAPA, 1983. Biblioteca Paraguaya. Edición dirigida y prologada por Roberto Quevedo. Por la redacción se nota la alusión a la pérdida de caballos en el mar pues, según nuestras investigaciones, Mendoza embarcó, fuera de los cincuenta yeguarizos propios, otros tantos de sus capitanes y oficiales castellanos y flamencos (EDMUNDO WERNICKE, "La Caballada del adelantado Mendoza en el misterio pampeano, en "La Prensa". Buenos Aires, año LXVII, Nº. 24.173. Primera edición de mayo 10 de 1936. p. 3. col. 2 a 6)
30) El trayecto seguido por García – dice J. C. Chaves – demuestra su amplio conocimiento de la tierra y haber escuchado bien a los indios. Ninguna ruta mejor que la elegida por él para avanzar del Atlántico a los contrafuertes andinos. Digamos que desde la costa hasta la zona donde se levantó Asunción, vino por la ruta que 20 años más tarde seguirá Alvar Núnez. Según Domínguez, Irala hizo buscar a Alvar Núñez con unos "indios por el camino que García vino" y por esa ruta llegó el adelantado a Asunción. Techo dice que Cabeza de Vaca siguió por tierra el camino que antes había llevado Alejo García. Cita de CHAVES, Julio César. "Descubrimiento y Conquista del Río de la Plata y el Paraguay". Asunción: Ed. Nizza, 1968. V. 1 de la Historia General del Paraguay. p. 40, llamada Nº. 51.
31) TECHO, Nicolás del: Historia de la Provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús. V. I. cap. 1, cit. por CHAVES, Julio César en Descub.... ib. ib.
32) Diligencia I, ante indios. Pto. de los Reyes, 5-I-1543. A.G.I. (B) Nos. 907 y 908, cit. por Chaves, en Ibidem ib. p. 41.
33) Diligencia de I., cit. por Chaves, ib. ib. p. 44.
34) La Diligencia de I y los Com. de A.N. son ricos sobre este punto, acota Chaves, p. 44.
35) DIAZ DE GUZMAN, Ruy. Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata. Asunción: Comuneros, 1980. pp. 95-96.
36) Pizarro, estaba aún en Tumbez en 1527, navegaba hacia España en 1528, capitulaba con el Rey el 29 de julio de 1529 (Prescot, etc.). La conquista del Perú, es de 1532, Candia, Pedro Antunez, Gonzalo y Hernando Pizarro, fueron hacia Charcas, en 1538. En Chavez J. C. "Historia..." Ib. Ib.
37) Alvar Nuñez Cabeça de Vaca Nuñez le cruzó en 1541 - NUÑEZ CABEZA DE VACA, Alvar, escribano HERNANDEZ, Pero. Naufragios y Comentarios. Madrid: Espasa-Calpe, 1944
38) Gaboto empezó a navegar en el Río Paraguay el 31 de marzo de 1528.
39) Ayolas se lanzó al Chaco el 12 de febrero de 1537. MEMORIAL de Pero Hernández; Carta de Irala de 1545, etc.
40) DOMINGUEZ, Manuel. La Sierra del Plata - Primeros pasos de la Conquista. Asunción: Talleres nacionales de H. Krauss, 1904. p. 21.
41) PUIGROS, Rodolfo. Historia Económica del Río de la Plata. 5ed. Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor S.R.L., 1974. pp. 15-16.
42) ALVAREZ, Juan. Ensayo sobre la historia de Santa Fe. Buenos Aires, 1912. pp. 35-36.
43) Anales de la Biblioteca. V. 8. p. LXXI.
44) CHAVES, Julio César. Descubrimiento. Cap. V.- Ibídem ib. p. 45.
45) ARCHIVO NACIONAL DE ASUNCION. Sección Historia, V. 14, Nº. 11. fs. 40 al 51.
46) SCHMIDEL, Ulrico. Derrotero y viaje al Río de la Plata y Paraguay. 1534 –1554. Con gráficos. Asunción: NAPA, 1983. (Biblioteca Paraguaya.) PP. 25-26.
Felix de Azara y algunos otros autores niegan que hubiera antropógafgos , lo que afirman casi todos los historiadores serios del tiempo de la conquista. Véase la obra de QUEVEDO, S. A. Lafone "El Río de la Plata y los Comedores de carne humana", Buenos Aires, 1897.
47) Carta de Isabel de Guevara. Asunción 2-VII-1556. A.G.I. B Nº. 1256,
48) Relación de la conquista del Río de la Plata hecha por Gregorio de Acosta. 1572? D.H.G., II, 488, cit. por CHAVES, Julio César, ibidem, ib. p. 94-95.
Asunción, Paraguay, 1986.
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LA ECONOMIA COLONIAL
Por JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI
COLECCIÓN: Tratado de Historia Económica del Paraguay.
Se acabó de imprimir el 12 de abril de 1986
en los Talleres gráficos de Editora Litocolor.
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