RUDI TORGA - GABINO RUIZ DÍAZ TORALES
(San lorenzo 19 Febrero 1938 Asunción 5 de Julio 2002 )
Por PEDRO ESCURRA FRANCO
Nuestro querido maestro Rudi Torga fue un poeta de la vida. Un hombre que nació en el campo, pero se convirtió en un vate ciudadano al crecer en la capital. Lo conocí al comienzo del año setenta.
Me unió a él una larga amistad, más de tres décadas. Integré su elenco en cuatro temporadas, 1977, 1978, 1979 y 1080, con cuatro buenas obras, Hermano Francisco de Josefina Plà, La Agonía del Héroe del Dr. Efrain Enríquez Gamón, una obra infantil de la Sra. Adler. Grupo Teatro Estudio Libre. Fue su fundador y Director.
Desde los albores mismos de su existencia, en ese despertar con auroras, de impregnarse con realidades cotidianas, de tener conciencia del propio horizonte que como hombre debía forjar su propia evolución, no se dio tregua así mismo.
El maestro Rudi Torga, se sintió consustanciado con sus raíces para erguirse como un roble soberbio y sustentar en su saber los valores de la cultura guaraní que alimentaba las entrañas de su entendimiento, por esa inclinación natural de amar a lo nuestro, de querer conocerlo profundamente. De ser, su promotor y defensor.
Nunca eludió ese reto de su propio espíritu. Fue auténtico consigo mismo. Sensible. Culto y humilde. Tenía poder y capacidad para comunicarse con los demás, y en especial, con aquellos que están inclinados hacia lo nuestro. Descubrir el saber de los otros era su pasión. Disfrutar solidariamente de ese amor a la vida y a la cultura, de penetrar en el mundo interior del otro para reencontrarse entre los valores de los otros. Vivir juntos las circunstancias de cada momento. Evangélicamente se hacía uno con el otro.
En su análisis se podía percibir su visión filosófica de la vida, de las cosas o de los fenómenos sociales que se desataban en las realidades y que gustaba de observar finamente hasta desentrañar los últimos detalles.
Como poeta tenía su propia psicología. Interpretaba los conocimientos y los sentimientos del alma del pueblo en el laboratorio de la vida cotidiana. Sus versos siempre nacían sobre el surco de una melodía que también le brotaba desde el alma.
Podemos decir que fue un gran observador de la naturaleza toda. Percibía con gran sensibilidad el dolor paraguayo en medio de tantas frustraciones. Discípulo de Rafael Barrett como otros tantos poetas y escritores autodidactas.
Poseía un gran conocimiento intuitivo de las almas humanas, parecía comprender a todos, por eso, de cada quien se cada con una vivencia, como una semilla poética que cultivaba en su corazón de hombre que luchaba por ser bueno. Impulsado por esa visión poética, intuye que hay poesía y belleza en todas partes. Desde muy joven lucho con la gramática guaraní y con la gramática castellana, sabemos que los escritores y poetas no son buenos amigos de la gramática.
Muy joven llegó a la capital para estudiar y contactar con los intelectuales de la ciudad. La colección Okàra potykuemi de la edición de Don Félix Trujillo siempre estaba en su bolso de salida o cerca de su almohada.
El servicio militar obligatorio lo hizo en la Policía de la Capital, como agente de Transito nocturno. Era un agente bohemio, siempre estaba cerca de los músicos que ambulaban por las noches asuncenas. Terminado el servicio quedó contratado como agente de transito. Adquirió en cuotas un terreno en el barrio San Vicente y ahí construyo una casita, donde trajo a su mamá y a su única hermana llamada Pastora. Tenía una fuerte vocación para evolucionar. Poco a poco fue conociendo a los poetas y a los actores de teatro de la capital. Roque Centurión Miranda, un notable maestro del arte, y la muy respetable doña Josefina Plá se encargaron de alumbrar más el camino que ya seguía Rudi Torga, que con su elenco de Teatro Popular Mburikao se inició en el teatro popular. Varios años estudió con ambos maestros.
Gran intérprete de las poesías en guaraní y en castellano. Voz grave, y una sutil interpretación de palabra por palabra, dando a cada verso una expresión musical.
Mucho tiempo trabajó en Aerolíneas Argentinas como maletero en el Aeropuerto de Asunción que está en la ciudad de Luque. En sus tiempos libres en el aeropuerto, lee la revista okàra potykuemi o algún libro de su interés. Además escribe sus borradores poéticos. Anota sus impresiones e inspiraciones, para luego pulir en casa.
Entre sus compañeros de trabajo a veces declamaba los poemas en lengua guaraní. Lo hacia magníficamente para el deleite de sus compañeros de pista o de depósito. El gordito maletero, hijo del campo, traía en su sangre y en su ser esos murmullos agrestes, en su alma tenía esa pasión por la patria, latía en su corazón los sueños populares de su querido Paraguay. Aquellos hombres olvidados por el progreso y arrinconados por las miserias, eran de su preferencia para evocar en sus versos. Rudi respiraba su arte sobre un pentagrama musical.
Desde la sala de la Misión de Amistad, con su elenco de por medio, Teatro Estudio Libre, formó a varias generaciones de actores y actrices. Ese elenco recorrió toda la región oriental. Hay varias figuras consagras en el teatro que se iniciaron con Rudi Torga.
En los tiempos de la dictadura, cuando la censura o el miedo cerraba puertas de instituciones, la Misión de Amistad, abrió sus puertas para los diálogos políticos sobre los problemas nacionales, bajo la coordinación de Rudi Torga, quien fue también el iniciador de los festivales Mandu’arã que se inició en el patio de la Misión Amistad. Luego el festival partió para otros sitios con otros exponentes.
Ya en los tiempos nuevos y por los caminos que nos quieren conducir hacia la democracia llegó a la Dirección de la olvidada Cultura Popular del MEC. Algunos años después pasó a la Dirección de Investigación y Apoyo Cultural del Vice Ministerio de Cultura del MEC. Sin recursos, sin presupuestos, solamente con su voluntad política de apoyar los trabajos de los promotores culturales de todo el país.. llegó a cada rincón de la patria para aportar sus conocimientos.
Como promotor cultural recorrió ciudades y pueblos del país dando jornadas pedagógicas, talleres artísticos, siempre invitado por docentes y directores de todos los niveles de enseñanza. Recorrió por las cien Regionales del Ateneo de Lengua y Cultura Guarani. Tuve el honor de contar con su apoyo por la frontera, me refiero a las regionales de Bella Vista Norte, Pedro Juan Caballero, Capitán Bado y Salto del Guiará.
Su sencillez y honestidad despertaba confianza en la gente, su compromiso y responsabilidad con la cultura popular, que conocía profundamente, y enriquecía los conocimientos de la gente con sus charlas. También son inmemorables las conferencias que tantas veces realizó en Argentina, Colombia, Ecuador y México.
Pero el crepúsculo de aquel viernes 5 de julio del 2002 no sólo ocultó al astro rey, sino también apagó la luz de un maestro, produjo tristezas profundas en muchos seres su partida sin retorno.
Aquel que pueda elevar una plegaria en silencio que lo haga desde su corazón recordando a nuestro querido maestro que ya está en el oriente eterno.
Pinoza-Ysaty
Por el Dr. Pedro Escurra Franco
Fuente de la foto: DICCIONARIO DE LA MÚSICA EN EL PARAGUAY por LUIS SZARAN.
Edición de la Jesuitenmission Nürnberg, Alemania 2007. 507 páginas.
Edición digital: www.luisszaran.org.
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