LA VENUS COBRIZA
La Venus cobriza que América tiene
exhibe su pecho sin miedo a la luz
y hasta las palomas ofician su seno
de regia y humana montés pycazu.
Cacique guerrero y artista, su padre
dejóle un legado de triple valor
su sangre, su idioma, sus puros cantares,
fusión de coraje, dulzura y amor.
Rodean agrestes flores guaraníes
su mansión de pieles de yaguareté
canta tristemente, mas también sonríe
es princesa, y tiene voz de eirete.
Le puso en su ojos misterios y negrura
de noche profundas el mismo Tupä
y para pulsarla en la verde espesura
el genio del arte le dio mbaraca.
Cielo paraguayo cobija su cuna
su llanto nocturno copió urutaú
su templo es el bosque su diosa la luna
su gala es plumaje de garza y ñandú.
Tiene la guarania corazón sensible
silueta aborigen y talle gentil
la palmera envidia el cuerpo flexible
de la maga virgen del mejor pensil.