Desde este corral desierto
dirijote esta canción
con el corazón ya muerto
y perdida la ilusión.
Al recordar los pasados
te invoco con frenesí
y vi mi cielo nublado
al encontrarme sin ti.
Y alzando mis ojos al cielo
dulce proclamo tu amor
como el único consuelo
a mi indecible dolor.
Yo sé que tú reina
mía pronto olvidarás de mi
ya en otra compañía
sabiendo que te perdí.
Pero te imploro reinita
a que recuerdes mi amor
aunque lejos Belencita
hay se apaga aquel fulgor.
Sí, porque estoy recluido
privado de todo bien
pero tu nombre bendigo
mi siempre amada Belén.
Y en la cárcel miserable
vibra mi postrer canción
fruto de amor inacabable
que llora en mi corazón.
.
Fuente:
Recopilación: MARIO HALLEY MORA
y MELANIO ALVARENGA.
Asunción-Paraguay 1991.
.
|