Antes de la irlandesa ELISA LYNCH, el gran amor de FRANCISCO SOLANO LÓPEZ fue PANCHA (FRANCISCA) GARMENDIA. Era nieta del español JUAN FRANCISCO GARMENDIA a quien JOSÉ GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA, en 1830, mandó fusilar. Su padre se llamaba como su abuelo. Su madre era DOLORES DUARTE.
A pesar de la terca insistencia del hijo del Presidente CARLOS ANTONIO LÓPEZ, ella se mantuvo inalterable en el no que le había dado una y otra vez.
"Decíase que jamás pudo doblegar su resistencia desde que aquella solicitud de amores no llevaba fines honestos y la Pancha estimaba muy en mucho, arriba de todo, su rara y eminente virtud de pureza intangible", decía el polémico sacerdote de Arroyos y Esteros FIDEL MAÍZ en una carta dirigida al escritor MARCELINO PÉREZ MARTÍNEZ Y transcripta por el historiador ROBERTO A. ROMERO (1).
CECILIO BÁEZ, en tanto, recordaba que Pancha le había dicho a Francisco Solano López que pretendía "ser esposa del elegido de su corazón, no la esclava de nadie". Temple no le faltaba a la Garmendia.
La GUERRA DEL PARAGUAY -como se conoció lo que también se llamó LA GUERRA GRANDE o LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA o contra la TRIPLE ALIANZA-, de 1864 a 1870, fue una desigual lucha en la que el gran derrotado fue el pueblo paraguayo. Era falso lo que decía el texto del Tratado de Alianza contra el Paraguay firmado por representantes plenipotenciarios de Argentina, Brasil y Uruguay al señalar que la contienda bélica no era "contra el pueblo del Paraguay sino contra su gobierno" (Artículo VII). Si solo hubiese sido contra López y su entorno ¿por qué la población de 800.000 almas quedó reducida a 14.000 hombres y 148.000 mujeres nada más?.
Ya inmerso en la trinchera de la guerra, López peleaba en dos frentes: con los enemigos externos que se abalanzaban sobre su ejército y con los internos, que conspiraban para derrocarlo. O que él creía que lo hacían. El Tribunal de Sangre de San Fernando fue uno de los capítulos más negros de esta triste historia.
PANCHA GARMENDIA había logrado sobrevivir por encima de las acusaciones y las intrigas. El mismo López pudo haber intervenido para ponerla a salvo, ya que su voluntad estaba por encima del parecer de sus acólitos.
No pudo, sin embargo, llegar viva al final de la guerra. En ITANARÃ, cerca de VILLA YGATIMI -que hoy está en el Departamento de Canindeyú- se vio envuelta en un intento de envenenamiento del Mariscal quien le mandó decir -a estar por lo que contaba el exfiscal, coronel SILVESTRE AVEIRO-, que le perdonaría si contaba lo ocurrido e involucraba a inocentes. Ella negó su participación en el hecho investigado y también se negó a seguir las instrucciones recibidas. "El coronel Aveiro afirma que al fin lloró y dijo que todo lo que se le preguntaba era cierto", cuenta Fidel Maíz (2). El castigo fue la despiadada muerte a lanzazos el 11 de diciembre de 1869.
La vida de Pancha Garmendia fue recogida en un compuesto que lleva su nombre por el poeta de Ybytymi
NARCISO R. COLMÁN, ROSICRÁN. La obra se publicó en su poemario OCARA POTY editado en Asunción en 1917.
La tradición oral le puso música y CIRIACO VEGA -de Carapeguá-, lo recopiló proporcionándole la letra a su sobrino JOSÉ CALAZÁN CENTURIÓN VEGA. MAURICIO MEDINA -también carapegueno-, era el que sabía la música recopilada por CENTURIÓN VEGA. La obra fue grabada por gestiones del investigador de la cultura oral VÍCTOR BARRIOS en 1993/1994. Se atribuye aquí a un autor anónimo.
La versión que circuló de boca en boca -y que es la sabía CIRIACO VEGA-, y la original, coinciden en lo esencial, pero son distintas en varios pasajes. Esto es típico de la oralidad. Su raíz, indudablemente, es la obra de ROSCICRÁN.
(1) Romero, Roberto A. Pancha Garmendia y Francisco Solano López, mito y realidad. Asunción, Augusto Gallegos Ediciones, 1998.
(2) Maíz, Fidel. Etapas de mi vida. Asunción. 1919