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Los años de la infancia quedaron grabados en la memoria de RICARDO PILO LLORET. Nacido el 8 de noviembre de 1939 en San Bernardino, a los tres años le trajo su padre a Asunción. Como su papá llevaba su mismo nombre y le decían Pilo, pronto los niños de su edad comenzaron a decirle PILO’I. El diminutivo guarani, con el tiempo, desapareció.
Su abuela paterna TOTÓN GUANES, desde el momento de su llegada a la capital, fue la amorosa sombra que lo cobijó. Cuando Pilo habla de ella se le encienden los ojos y sus manos parecen imitar un gozoso vuelo de palomas. Como ella vivía sola, después de estar hospedado sobre la calle Caballero, cerca de la Chacarita, lo llevó a la casona de los Lloret. Era la única compañía de esa dama con sensibilidad a flor de piel que pintaba y estaba vinculado a renombrados artistas. ALEJANDRO GUANES, el poeta de LAS LEYENDAS, era su primo hermano. La generosidad de la progenitora de su padre se traducía en gestos como los de llevar en taxi comida para los enfermos del neurosiquiátrico de la Calle Luna (hoy Venezuela). A su lado, pegado como una estampilla menuda, estaba Pilo que absorbía a cada instante la sabiduría que emanaba de esa mujer de gran corazón.
El Colegio San José, que no quedaba lejos de la casa de su abuela, vio a Pilo corretear en la primaria y parte de la secundaria ante los atentos ojos del Padre CÉSAR ALONSO DE LAS HERAS. Después su vida transcurrió entre los salesianos: primero en la Escuela Agrícola de Ypacaraí y luego en el instituto agronómico CARLOS PFANNL de Santa María, Coronel Oviedo.
Entre los estudios, el trabajo en el campo y las muy salesianas recreaciones, Pilo aprendió a tocar la guitarra y a cantar. Perfeccionó, por otro lado, su guaraní. Este acopio de conocimientos, de un modo silencioso, estaba marcando el destino de ese hombre que tendría en la música su vigoroso canal de expresión.
Cuando retornó a la capital, su vocación musical estaba definida. En la audición radial CON BRANIFF 30 MINUTOS PASAN VOLANDO fueron dadas a conocer sus primeras composiciones. Sus obras, por semana, alternaban con las de ANTONIO MEDINA.
Alguien que influyó decisivamente en el aspecto literario de su creación fue IDA TALAVERA DE FRACCHIA, en cuya casa vivió algún tiempo. El hijo de la poeta, PAPI FRACCHIA, ejecutante del piano, le enseñó muchos de los secretos de la composición que hoy domina.
Hace algunos años sintió que el ala luminosa del creador de la Guarania revoloteaba en las proximidades de su espíritu de artista. Fue entonces cuando se inspiró y compuso A JOSÉ ASUNCIÓN FLORES. "Esto hice alrededor de 1995. Primero tuve la música y luego le acoplé la letra, de acuerdo a sus exigencias métricas. Yo tenía en la cabeza todo ese ambiente frecuentado por Flores porque con mi abuela Totón andábamos por la Plaza Uruguaya, el Bar San Roque, detrás de la estación del ferrocarril en medio de toda la gente de esta zona, de modo que acudí nada más que a mi experiencia. La melodía me viene a mí con suma facilidad.", recuerda el compositor que en la década de 1960 escribía boleros y músicas de carnaval.
En guarani castizo, Lloret -que fue intendente de la tierra que lo vio nacer-, le rinde un homenaje al mayor genio musical del Paraguay, el maestro JOSÉ ASUNCIÓN FLORES. Su poesía se desliza por un cauce límpido y adquiere -en los versos finales-, la fuerza de una cascada. Se dirige al autor de MBURICAÓ no como a uno que falleció sino como a alguien que sigue vivo desde la inmortalidad de sus guaranias.
Varias creaciones de Pilo obtuvieron significativos reconocimientos. El festival de la OTI fue un espacio en el que se pudo comprobar su talento musical. Y hoy, infatigablemente -de 19.00 a 22.00 todos los días, después de su trajín de abogado, se encierra en la sala de música de su casa y compone-, continúa generando melodías. El piano de cola y las cuatro guitarras -una de ellas autografiada por JOAN MANUEL SERRAT-, le sirven de soporte a lo que saca desde adentro. Primero será la música y luego la letra.
"Tengo 17 guaranias nuevas", cuenta con naturalidad. Si A JOSÉ ASUNCIÓN FLORES es un reconocimiento explícito de la grandeza del que fuera entrañable amigo de MANUEL ORTIZ GUERRERO, sus creaciones en este género son la evidencia de que esta forma musical sigue poseyendo una vigorosa vitalidad.
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