A partir de los testimonios de las víctimas, la CVJ clasificó varios tipos de tortura, algunos de los cuales eran: Tortura física las siguientes: golpes sin empleo de instrumentos, golpes con instrumentos, colgamiento y/posiciones extremas, “pileteada” (bañera) –asfixia por inmersión en agua–, asfixia con bolsas de polietileno, paso de electricidad por el cuerpo o “picana eléctrica” (electrodos), quemaduras o cortes, violación sexual, otras formas de violencia sexual (acoso y manoseos), trabajo forzado, otras torturas físicas (formas atípicas como la utilización de insectos o simplemente torturas físicas donde la fuente no especifica la modalidad). Otras formas de tortura fueron calificadas torturas psicológicas: aislamiento individual extremo, insuficiente alimentación, falta de atención médica, condiciones insalubres, hacinamiento, privación de sueño, incomunicación, presenciar tortura de otros, simulacro de fusilamiento, amenaza de muerte, amenaza de muerte a familiares, amenaza de violación sexual, amenaza de violación sexual a familiares, calumnias sobre familiares, humillaciones (insultos, trato denigrantes relacionados a la restricción de la higiene y la evacuación), otras torturas psicológicas (escuchar música estridente, traslados permanentes de un sitio a otro o simplemente torturas psicológicas donde la fuente no especifica la modalidad).