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LA POLÍTICA DE DEFENSA PARAGUAYA A TRAVÉS DE LOS DISCURSOS PRESIDENCIALES (1844-2008)

  DISCURSOS PRESIDENCIALES - DR. ELIGIO AYALA (1924 - 1928)

DISCURSOS PRESIDENCIALES - DR. ELIGIO AYALA (1924 - 1928)

LA POLÍTICA DE DEFENSA PARAGUAYA  

A TRAVÉS DE LOS DISCURSOS PRESIDENCIALES  

(1844-2008).

 

DR. ELIGIO AYALA

Periodo presidencial 1924 - 1928

 

C. P. ALDO AUGUSTO NÚÑEZ CORREA

Lic. REINERIO FERREIRA ORTEGA



INTRODUCCIÓN


El presente trabajo de memoria tiene por objetivo esencial analizar los lineamientos de Defensa Nacional en cuanto a las políticas planteadas en los discursos presidenciales del Dr. Eligio Ayala al Congreso de la Nación, en el periodo comprendido entre los años 1.924 a 1.928, significando el contraste con la realidad histórica, social y política de la República del Paraguay en ese periodo, con los tiempos precedentes y con el escenario que nos toca vivir en el presente. Consientes estamos de que el abordaje del tema no podría ser suficiente para detallar, analizar y criticar a cabalidad el programa de acción que sobre la Defensa Nacional y el desarrollo planteó este histórico estadista con la sola referencia de sus discursos anuales, pero se propone intentar focalizar los aspectos significativos que puedan presentar con diáfana claridad las propensiones gubernamentales de su gestión en la administración de la Nación Paraguaya.

Para el cumplimiento de mencionado propósito y la presentación de este documento hemos recurrido a la investigación en fuentes de información bibliográfica y en páginas informáticas que almacenan bancos de documentos o datos referidos al tema planteado como ocupación académica por la institución.

Esperamos que el contenido que desarrollamos a continuación, fruto del exhaustivo análisis de la información, cumpla con los requisitos académicos establecidos para el desarrollo del presente trabajo, que sirva como material de consulta para quienes se dignen hurgar su contenido y, por sobre todo, tenga los atributos de criticidad para que pueda ser considerado por los compañeros de la promoción como un material de referencia y vislumbre en ellos un destello luz en el profuso campo del conocimiento y del saber.


POLÍTICA DE DEFENSA


El desarrollo de esta memoria encara el periodo correspondiente a la presidencia de la República del Dr. Eligio Ayala comprendido entre los años 1924 a 1928, caracterizado por gran inestabilidad política, precedida de conflictos sociales internos, que produjeron el cambio de cuatro sucesivos presidentes sin completar sus respectivos periodos.

Para una mejor comprensión, vamos a desarrollar la definición de «La Defensa Nacional» que comprende el conjunto de previsiones y acciones que adopta el gobierno permanentemente para permitir la supervivencia y permanencia del Estado incluyendo su integridad, unidad y facultad de actuar con autonomía en lo interno y libre de toda subordinación en lo externo, posibilitando que el proceso de Desarrollo se realice en las mejores condiciones; es decir, que permitan al Estado alcanzar y mantener los objetivos nacionales pese a los antagonismos o presiones, tanto en el campo externo como en el interno.

El tratamiento del contenido de los discursos que sobre Defensa Nacional planteara el Presidente de la República al Parlamento Nacional se enfoca desde el conjunto de medidas y previsiones considerados ejes fundamentales que garantizan la Seguridad del Estado.


1- Garantizar seguridad interna y externa a fin de permitir el libre ejercicio de las actividades nacionales para la obtención del Bienestar


«En lo referente a las relaciones exteriores, el Paraguay tal vez sea el país que más necesita paz externa, pues por experiencia se conoce el costo y los males que traen las guerras. En cuanto a las relaciones con la República de Bolivia se desenvuelven normalmente y en un ambiente de recíproca consideración que no ha sido perturbado por las incidencias suscitadas en los últimos tiempos»(1) Fácil es inferir las infaustas consecuencias que traen aparejadas las guerras y aleccionado por experiencias, se puede constatar que la directriz asumida por el Dr. Eligio Ayala es la de concertar acuerdos por las vías diplomáticas, por los medios pacíficos de solución de conflictos, en la consideración de que el Paraguay había sido desbastado social y políticamente en el conflicto bélico del 70 y, transcurrido el tiempo, no había logrado la estabilidad y equilibrio internos, los que a su vez impedían la cohesión y organización social necesarias para proyectar un desarrollo sostenible de la República y, menos aún, la condición para afrontar una nueva guerra internacional que podría amenazar seriamente la existencia del Estado paraguayo.

«El gobierno en su oportunidad -año 1921- había puesto en conocimiento del gobierno boliviano, que la colonización de las tierras de Casado no alteraba los límites del statu-quo firmado en 1907. Por su parte, nuestro país había pedido aclaraciones amistosas al gobierno de Bolivia por tierras otorgadas para la colonización en terrenos fronterizos a nuestro Chaco» (2)

Para aplacar los recelos que podrían originar los incidentes decidió restablecer la representación diplomática del Paraguay en Bolivia, esta determinación demuestra fehacientemente que la intención es la de tratar de arraigar las relaciones entre ambos países, consolidarlas, evitando futuras confrontaciones y, en consecuencia, se encarga una misión diplomática que debía realizar la misión de observación in-situ de las propensiones de la sociedad boliviana y de su gobierno, a los efectos de poder lograr una certera valoración de las circunstancias que pudieran servir para que la Nación paraguaya asuma decisiones oportunas ante cualquier suceso.


2-Prever las amenazas y conflictos, así como preparar al país para afrontarlas con éxito y conducirlo hasta su término.


«En relación al sistema republicano, es una necesidad el respeto de la decisión de la mayoría, dentro del aspecto legal. Debe existir equilibrio entre la autoridad y la libertad. El gobierno republicano adoptado en el país en muchos casos no ha tenido el cauce conveniente por falta de una población éticamente formada sin errores y fanatismo» (3)

El estado de derecho es una condición sine qua non para que la vida democrática de una sociedad llegue a su plenitud, bajo las leyes se deben subsumir la conducta de todos los ciudadanos, sin distinción de clases ni funciones y las instituciones que fueron creadas por ellas deben ser respetadas a cabalidad, sin embargo, la inestabilidad política que caracterizaba a la sociedad paraguaya en el tiempo en el que el Dr. Eligio Ayala asume la presidencia, sin una clase política gobernante bien consolidada, con una sociedad con carencias éticas, desprovista de ornatos axiológicos, exacerbada por el fanatismo, hacían que siguieran latentes las amenazas de conflictos, lo que al tiempo también vedaba la posibilidad de concertar proyectos de desarrollos necesarios que alienten al progreso y sustenten la seguridad nacional. Era evidente, ante estas circunstancias, que el equilibrio entre la libertad y la autoridad representaba una tarea de difícil proyección, en el entendimiento de que por la teoría del Contrato Social en un gobierno republicano el respeto a los poderes, la sumisión a las leyes de todos los ciudadanos, sin distinción por cargos o funciones, representaban condicionantes necesarios para la vida comunitaria prospectiva pero las limitaciones culturales obnubilaba la conciencia de los ciudadanos y por ende sostenía una conducta social amenazante del gobierno legalmente constituido.

«Se mejoró la Policía Central de Seguridad, no solamente en su aspecto material, sino también en lo intelectual y moral. Así todavía faltaba bastante para alcanzar un estado óptimo y porque sus necesidades son materiales, y una formación técnica. La Policía de Campaña no estaba a la altura de la de Asunción y hace falta una centralización, a la que se suma la falta de caminos, lo que impedía que la Policía alcance la eficiencia deseada.» (4)

En estas expresiones se notan que a partir del gobierno del Dr. Ayala se han encarado acciones tendientes a la formación intelectual y moral de los agentes, que por la delicadeza de sus funciones y por las ampliadas responsabilidades que se les confiere, requieren desde aquellos tiempos de una apropiada instrucción que les permita instaurar la prevención de acciones delictivas, cada vez más creativas y con medios más sofisticados y, por sobre todo, intervenir sin abusos garantizando los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, llegado a nuestro tiempo, se puede constatar que el proyecto de capacitación y de moralización de los agentes del orden ha tenido un efecto efímero o poco eficaz, por la corrupción instaurada en filas de la Policía es develada cada vez más y acentúa el descrédito de los ciudadano, hecho que amenaza seriamente la proliferación de conflictos delictivos, más aún en las fronteras. El factor diferenciador de nuestro tiempo con respecto a aquella época sería igualación u homologación de la formación de los agentes que sirven en el interior como en la capital, sin embargo, se mantiene la analogía de la limitación de recursos con los que cuenta y que restan eficacia a sus intervenciones.

«Motivo de frecuente rivalidad entre el ejército y la policía era que ésta estaba semi-militarizada, y continuamente encuartelada ante el temor de conspiraciones. Se creó una Escuela de Policía para instruir a sus agentes en el cumplimiento de sus funciones» (5)

La falta de delimitación oportuna de las funciones de las fuerzas públicas constituían motivo de preocupación para la sociedad y para el gobierno, como medida feliz de la administración gubernamental del Dr. Ayala se ha definido el ámbito de responsabilidades correspondiente a la policía y para dar énfasis a la formación de sus miembros, en una decisión no menos afortunada, se crea la institución rectora de la formación de los agentes. En la época en que el Presidente Ayala dirige los destinos del Paraguay la instrucción era un privilegio de pocos, en esa realidad se hace casi imposible encontrar personas fuera de la contaminación de vicios morales y sin sus propias inclinaciones, que no estén marcadas por las pasadas confrontaciones que han dejado secuelas de profundos dolores de difícil sanación. A pesar de las renovaciones mencionadas, es siempre un riesgo delegar autoridad en personas sin idoneidad para una función tan trascendente, porque fácilmente pueden ladear al uso abusivo del poder y amenazar la seguridad nacional, asumiendo la experiencia de que muchos focos de levantamientos iniciaron en el interior.

«Antes que nada, se debe asegurar al campesino la tranquilidad, la imparcialidad y las condiciones sociales normales de trabajo». De golpe no se podría renovar el alma un poco cruda, a veces fanáticas, impulsiva y parcial de los políticos campesinos». (6)


Aboga la necesidad de otorgar seguridad a los diferentes sectores de la sociedad realzando al campesino, como agente primordial de la productividad, que de no contar con la suficiente seguridad y la garantía del ejercicio de sus derechos no arriesgaría su necesaria labor en la generación de productos que sirven de sustento al comercio interno, a la economía nacional, a la satisfacción de las necesidades básicas de la población y por ende a la seguridad de la Nación. Avizora un necesario proceso para conseguir cambios en la conducta y en la personalidad de los líderes campesinos para participar con mayor eficacia en la vida nacional.

«En cuanto al papel y la función del Ejército, la abnegación, el sacrificio hasta el riesgo de perder la vida son inherentes al militar, la seguridad nacional es el fin primordial del Ejército. El Ejército no es todo... La disciplina social que asegure la paz interna y el desenvolvimiento colectivo es tan necesaria como lo es el Ejército» (7)

Tenía conciencia del poder que detentan las Fuerzas Armadas y destaca las virtudes que adornan al personal militar que hacen que su determinación pueda ser difícilmente doblegada porque actúa por la convicción que le depara su compromiso con la Nación, en la conciencia de su suprema misión de defender la seguridad, la integridad y los destinos de la patria; sin descuidar, al mismo tiempo, la conciencia del imperativo de dotar de medios apropiados a la institución para cumplir cabalmente el deber defensa, de manera exclusiva y excluyente, cuando las otras instancias y medios no pueden lograrlo. Destaca la importancia de las Fuerzas Armadas pero supeditado a los supremos intereses nacionales y orientados por una disciplina profesional; un bien público que no debe ser infectado por el egoísmo de las fuerzas políticas que siempre están a las expectativas de anexar el apoyo incondicional del ejército para lograr sus objetivos cuando las vías legales se los impiden. Adjudica también a la sociedad la responsabilidad de disciplinarse para orientar los destinos de la nación.


3- Preparar y participar en las acciones de Defensa Civil para hacer frente a los efectos de desastres ocasionados por la naturaleza o por acción del hombre.


«Al pueblo casi nunca se le ha dicho la verdad, se le ha señalado que las causas de sus males morales y materiales son del gobierno, los partidos políticos o los militares, pero los males del pueblo han sido el personalismo y la impulsividad» (8)

Destaca el Dr. Eligio Ayala la tergiversación de la información como un medio utilizado por intereses mezquinos que pretenden desestabilizar al gobierno, que por carecer de fundamentos inexcusables y de recursos apropiados, generan el ardid que, habitualmente adherida a la razón de la fuerza, arremete contra la sociedad y las instituciones legítimamente constituidas. Asume que es el personalismo a ultranza la que ha generado zozobras en la interacción política y que debe ser superado estas circunstancias por medio de la cooperación entre connacionales para evitar las fútiles confrontaciones que sólo perjudican el bienestar social y la proyección de la nación hacia un futuro con mejores horizontes. Esta misma situación se configura hasta hoy día en nuestro tiempo porque existe lo que Paulo Freire dice «la imposible posibilidad de la neutralidad» y en esa tesitura los medios masivos de comunicación sin la objetividad suficiente, manejados por intereses políticos y/o económicos, transmiten informaciones que venden falsas verdades, confunden a la gente y generan divisiones en la sociedad.


4- Participar en la recuperación del país después de un conflicto armado volviendo a las condiciones normales de la Paz.


«El Paraguay era un organismo político perturbado sin continuidad vital y regular, y la acción política era impulsada por el odio, la envidia y el resentimiento. Esta mentalidad y accionar errados causó graves daños a la sociedad, a la psicología del pueblo, a la economía y a la cultura nacional» (9)

Enfatiza que factores de naturaleza humana no políticos, disgregantes - disociantes - eran las que se empoderaban de los asuntos públicos del Paraguay, que eran las pasiones humanas las que sometían hasta la misma doctrina de los partidos a los intereses privados, impidiendo el logro bien común, hasta el punto que la propia defensa nacional y, por ende, la subsistencia de la nación estaban en peligro. Las condiciones, en que se encuentra la sociedad paraguaya en el tiempo que asume el gobierno el Dr. Eligio Ayala y, que describe en este párrafo de su discurso, es perfectamente lógico teniendo en cuenta que las sucesivas confrontaciones o levantamientos que preceden al tiempo de su mandato dejaron secuelas de odio y deseos de venganza, amenazas que seguían latentes y sobre los cuales se debía emprender acciones oportunas y ajustadas de forma a reencauzar los ánimos y devolver la paz y la tranquilidad a un pueblo que ha sufrido por los avatares de caudillismos indeseables que sólo han dejado miseria, desolación, pobreza e infortunio.

«En la Policía de la Seguridad se realizaron reformas en su organización y en sus funciones pudiéndose aprovechar el tiempo en la formación de los agentes, quienes por falta de ella no servían o abusaban en el ejercicio de su cargo» (10)

Es innegable que todos los pueblos que han apostado por la educación son los que han llegado a un nivel de desarrollo superior, esta sea en cualquier ámbito de su realización, y es aún más pertinente cuando su proceso se desarrolla en un organismo especializado dentro de la estructura estatal que debe ofrecer seguridad y garantía a los ciudadanos en sus intervenciones y en el ejercicio de sus funciones, ceñidos a plenitud a la esfera legal. Sólo por y a través de una instrucción y capacitación adecuadas se puede lograr eficiencia de las fuerzas públicas porque los requerimientos que se les plantean desde tiempos inmemoriales han desarrollado ingentes desafíos que se torna imprescindible cada vez más la especialización de sus miembros. Al recuperar una institución que conforma la Fuerzas Públicas se asegura la posibilidad de reencauzar apropiadamente la vida nacional pues con una gestión oportuna, apropiada y eficiente, ajustada al marco legal, se pueden evitar situaciones que puedan entorpecer la proyección de una vida social en paz, armonía y prosperidad.


5- Mantener el orden constitucional establecido.


«Es una época en que el Parlamento es componente esencial del gobierno, es difícil concebir una República sin un Parlamento. A veces, el Parlamento se relaja, los representantes al Congreso se fraccionan en pequeños grupos contrarios e irreconciliables, lo cual entorpece la marcha normal» (11)

Al parecer el problema parlamentario es un mal sempiterno de la sociedad paraguaya pues vemos que desde tiempos antaño, la falta de responsabilidad, de ética de la mayoría de sus componentes hacen que dejen de cumplir con justeza las funciones que se le atribuyen en las sucesivas constituciones, con lo cual se ha socavado el interés general, el bien común, supeditándolos a los intereses sectarios que sólo llevan a la inestabilidad y al desequilibrio del gobierno. Al parecer los integrantes del Parlamento, desde antaño, no conjugan la teoría de que la actividad política debe ser impulsada al logro del bien común y es imposible que así se configure, pues la selección de las personas que se realizan en los movimientos de los partidos políticos no se enmarcan en criterios de probidad y de idoneidad, antes bien, prevalecen, hasta ahora, criterios de caudillismo, económicos o de simple abolengo, que vaticinan que la gestión al interior de tan importante estamento será limitada, desatinada e improductiva. Al respecto, es menester señalar que la promulgación de leyes acordes a los intereses del pueblo, a la realidad socioeconómica y cultural nacional, redunda siempre en la consolidación de las instituciones de gobierno, en el eficiente desarrollo nacional que debe ser siempre la aspiración suprema de todo gobierno.


CONCLUSIÓN


El Presidente de la República del Paraguay en el periodo 1924-1928, el Dr. Eligio Ayala fue un hombre providencial que ha dejado su marca con semblantes nítidos de probidad, firmeza, abnegación y patriotismo, rasgos que le otorgan la consagración definitiva en la historia de la patria. Hombre de Estado digno de ser emulado, estuvo en álgidos y disímiles tiempos que pusieron a prueba su condición de demócrata para administrar con perspicacia y sabiduría las crisis sociales y políticas en el marco del respeto de los valores esenciales de la humanidad con un sometimiento pleno y absoluto a las leyes.

Evidentemente el pueblo paraguayo no tenía el apresto suficiente para estar circunscripto a un sistema de gobierno democrático y republicano, el encolerizado fanatismo de los activistas de los partidos tradicionales planteaba dificultad en la gobernabilidad y la miopía intelectual obnubilaba la perspectiva clara de una proyección política que impulse la participación activa de todos los sectores en el gobierno, en igualdad de condiciones y en libertad responsable. Ante esta coyuntura, en la que el manejo de la opinión pública es determinante por los ánimos de aquellos tiempos, el Dr. Ayala vislumbró la necesidad de atemperar las relaciones sociales, concentrar la formación cívica de los ciudadanos en sus propios distritos y disponer condiciones férreas en el ejercicio de la autoridad que permitiera el restablecimiento del orden y de la paz, determinaciones que se ajustaban por entero al contexto de la época.

En la defensa nacional, por la criteriosa y meridiana claridad de apreciación de la realidad de su tiempo siempre ha optado por los medios alternativos de solución de conflictos, depositando en las gestiones de las misiones diplomáticas toda su confianza para la tramitación de acciones en pos de la fraternidad de la región. Asimismo, sustentaba su fe en el proceso educativo que otorgue la formación adecuada a los integrantes de las fuerzas públicas que los ayorne de instrucción y de capacitación suficientes para actuar con eficiencia y eficacia en el cumplimiento de sus responsabilidades asegurando la estabilidad y la seguridad de la patria con proyección a la consolidación de un futuro de desarrollo y prosperidad.



(1) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1925.

(2) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1925.

(3) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1926.

(4) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1926.

(5) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional - 1 de abril de 1928.

(6) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1927.

(7) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1927.

(8) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional – 1º de abril de 1927.

(9) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional - 1º de abril de 1928.

(10) Mensaje del Presidente de la República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional - 1º de abril de 1928.

(11) Mensaje del Presidente dula República, Dr. Eligio Ayala, al Congreso Nacional- 1º de abril de 1927.


Fuente: INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATEGICOS. LA POLÍTICA DE DEFENSA PARAGUAYA  A TRAVÉS DE LOS DISCURSOS PRESIDENCIALES  (1844-2008). TRABAJO COLECTIVO DE LA PROMOCIÓN. GRAL. BRIG. HUGO MENDOZA . Director General , Asunción - Paraguay 2010 (198 páginas)

 







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