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1790 - PROCLAMA DE CARLOS IV - JURA FUNDIDA EN ASUNCIÓN CON MOTIVO DE LA EXALTACIÓN AL TRONO DE CARLOS IV

  ASUNCIÓN - PROCLAMA A CARLOS IV - Ponencia de: CARLOS ALBERTO PUSINERI SCALA

ASUNCIÓN - PROCLAMA A CARLOS IV - Ponencia de: CARLOS ALBERTO PUSINERI SCALA

 INSTITUTO DE NUMISMÁTICA Y
ANTIGÜEDADES DEL PARAGUAY
2


ASUNCIÓN PROCLAMA A CARLOS IV


TRABAJO LEÍDO EN SESION PÚBLICA
DEL INSTITUTO EN DICIEMBRE 1971

Ponencia de:

CARLOS ALBERTO PUSINERI SCALA

Asunción - Paraguay
1971

 

ASUNCIÓN PROCLAMA A CARLOS IV
CARLOS ALBERTO PUSINERI SCALA

El Ilustre Cabildo de Asunción, por especial citación del alcalde de primer Voto, se reúne el 6 de abril de 1789, y estando así cada uno en el lugar que le corresponde "hizo presente dicho señor Alcalde un pliego de su Majestad el cual abierto contiene una Real Cédula en la que participan a este Cabildo nuestro muy Augusto Monarca, el señor Carlos IV, haberse Dios servido de llevarse para sí el alma del señor Rey Carlos III su padre, el día 11 de diciembre del año próximo pasado (1788), y que por esta causa recayeron en su real persona todos los Reynos y Señoríos pertenecientes a la Corona de España, inclusive la de Indias". Por tal acontecimiento, y en señal de respeto, se pusieron todos de pie y mandaron que "este Cabildo se vista de luto formal el día 10 del corriente mes, por término de seis meses", en señal de sentimiento por el rey difunto; se ordena además que se hagan honras y oraciones fúnebres a costa de esta ciudad, y se designan dos personas, al alcalde de segundo voto y al Regidor, don José Taboada, que pasen a dar parte al Ilustrísimo Señor Obispo de esta Diócesis, de la muerte del rey, y pedir que se celebren las exequias en la iglesia de la catedral, y se pongan "los avíos, ornatos y luces correspondientes al túmulo con la decencia para las expresadas honras".

El Cabildo resuelve además, "que en cuanto a las fiestas y regocijos que deben hacerse para la jura de nuestro Rey Don Carlos IV, acordarán practicarlas después de concluido el término del luto" (1).

El Gobernador del Paraguay, don Joaquín de Alós y Brú recibe también un oficio del virrey Loreto, dándole la noticia del fallecimiento de Carlos III y proclamación de Carlos IV, y de la Cédula Real dada en Madrid el 24 de diciembre de 1788, que en parte dice: "el día 14 del presente mes a la una menos cuarto de la mañana fue Dios servido de llevarse para sí, etc." (2).

Reunido el Cabildo el 11 de mayo de 1789, se da lectura a un pliego de la Real Audiencia del distrito en el que "previene á este cuerpo que en las dispensas y gastos que se hagan en las exequias de nuestro soberano finado don Carlos III, se proceda sin causar ni gravar con exceso a los propios" (3).

Terminados los lutos rigurosos que arrastraron esta provincia por el fallecimiento de su monarca don Carlos III, el 10 de julio de 1789, el Cabildo resuelve "verificar la jura del nuevo Soberano, el señor don Carlos IV" (4). "El día 4 de noviembre del presente año y subsiguientemente la demostración de júbilo con que la provincia ha de celebrar la exaltación al trono, cuyo pendón deberá alzar con la mayor decencia y solemnidad, el señor Regidor Decano propietario Don Fermín de Arredondo y Lovatón, a quien le corresponde por los estatutos en carencia del Alférez Real", y se deberá ejecutarse en la plaza pública de esta capital en un tablado superior que se formará para ese efecto, después se paseará el real pendón, por las calles de la ciudad "en consorcio del señor Gobernador Intendente, a cuya mano derecha deberá colocarse el real pendón acompañado de este ilustre Cabildo cabalgando con la decencia que acostumbra y todo el vecindario con su nobleza por delante en la misma forma, la que concluida se pasará al templo de la Catedral". Terminadas estas ceremonias se dirigían al Cabildo, que para tal efecto era todo adornado.

Se resuelve, además, se corran tres tardes de toros, "juego de sortija como aquí se practica, y concluir con dos noches de comedias", se suministrarán refrescos y dos diputados principales deberán montar a caballo, acompañados de los toreadores y jugadores de sortijas en "las noches de rua", se designaron varias personas que tenían que encargarse de los festejos, y de todo esto se le comunicó al señor gobernador intendente "y enterado su Señoría, dijo que lo aprobaba en todas sus partes".

Comienzan los preparativos. Se traen de Buenos Aires telas de damasco, para los ropajes de los maseros del Cabildo, "por ser viejos e incapaces de servir en la augusta función de la jura de nuestro Soberano y el costo lo sufra los propios de la Ciudad" (5). La confección de estas ropas para los maseros costó cincuenta y cinco pesos cuatro y medio reales plata que se pagó al sastre Josef Ferreira (6). El retazo del damasco carmesí del ropón que se mandó hacer los trajes de los maseros; se ordena se haga una carpeta decente para la mesa "para las fiestas de tabla" (7).

Surgen una serie de notables acontecimientos. Días antes del 4 de noviembre, fecha en la que debía llevarse a cabo la jura, se desatan grandes lluvias y destruyen varios tránsitos públicos, y por tal motivo se pide al gobernador, indios para el arreglo, y para realizar trabajos para las funciones reales, (8).

A pedido del señor gobernador intendente, por justas causas que sin duda le movieron a ello, según expresó el Cabildo, se posterga para el día 3 de febrero de 1790 (9) la proclamación del nuevo monarca.

En este estado de cosas se recibe una cédula real del 28 de julio de 1789, en la que se comunica "que la reina, nuestra señora, dio a luz una infanta, poniéndole el nombre de María Isabel", y por tal motivo el señor intendente ordena se celebre una misa en la catedral (10). El 2 de enero de 1790, el Cabildo resuelve "elegir individuo que enarbole el Real Pendón el día 3 de febrero prefinido para la jura y proclamación de nuestro Católico Monarca, el señor Carlos IV" (11).

Pero, a los dos días, vuelve a reunirse el Cabildo, y luego de un cambio de pareceres encuentran moralmente imposible que se verifique esta solemne función con la decencia apetecida para el citado día, atento a que no se ha podido preparar lo necesario; decían también que había costado sumo trabajo el reparto de los papeles para cómicos y que no podrán desempeñarlo para el tiempo prefinido, (12).

Otro inconveniente fue que las personas que entonces servían en el Ayuntamiento finalizaron con sus cargos, quienes habían sido algunos de ellos designados para los preparativos de las fiestas reales, (13).

El gobernador resuelve "verificar la jura" el 1° de mayo de 1790, a lo que los señores cabildantes piden se postergue, pero el gobernador intendente don Joaquín de Alós, contestó: "Que con eficacia se prepare lo necesario pues no se ha de diferir a más tiempo la Real jura", (14).

El ilustre cuerpo del Cabildo recibe un pliego que siendo abierto se encuentra una cédula real que acompaña el excelentísimo señor virrey de estas provincias, don Nicolás de Arredondo con un oficio por el que participa a esta ciudad haberlo su majestad nombrado de tal virrey, y en su vista e inteligencia, sus señorías acordaron se le de el debido obedecimiento, (15).

Se enferma el señor regidor, don Fernando Antonio de la Mora, quien juntamente con el regidor, don Fermín de Arredondo, habían sido designados por el Cabildo para que se encargaran "del tablado, de las comedias y su ador-no y demás conducente", pero por el estado que se encontraba no podía realizar los trabajos, se le encarga entonces a don Francisco Olegario de la Mora para que pase por la casa de don Fernando "y explore con el ánimo en que se halla", (16).

En la sesión del Cabildo del 26 de abril de 1790 se lee un certificado dado por don Vicente Berducht, cirujano del ejército de la división de límites, remitido por don Fernando Antonio de la Mora, con el que justifica su enfermedad. "Este señor pide además se le asigne un compañero que le sufrague", y habiéndose ofrecido don Francisco Olegario de la Mora, se le designó para que lo ayudara a don Fernando, (17).

Se ultiman los preparativos para la proclamación y jura a don Carlos IV, que se efectúan el 1° de mayo de 1790, por el capitán de infantería don Antonio Vigil, in dividuo de este Cabildo creado por el alférez real para su efecto, y con el real pendón en las manos, en consorcio del gobernador intendente, el teniente letrado, el regimiento completo y todo el vecindario se dirigieron a las casas capitulares en la plaza mayor de esta capital, donde había un teatro (tablado), donde se subió y dijo: "Viva el señor Don Carlos IV, Nuestro Rey y Señor, a quien la Majestad Divina guarde y prospere dilatadísimos años", concluyendo este solemne acto, continuó la marcha del dicho alférez con todo el acompañamiento a la plaza de la catedral; allí fue recibido por el Ilmo. Señor Obispo de Medio Pontifical, y subiendo en otro teatro, dijo lo mismo que en la plaza Mayor, ejecutando el público a porfía iguales festivas aclamaciones. De allí siguió el recorrido del real estandarte por las calles acostumbradas, las que estaban adornadas, algunas con arcos, para que bajo de ellas pasase "el Real Estandarte" hasta la plaza de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, donde vuelve el alférez real a subir "a otro teatro y reiteró las mismas ceremonias, y finalmente se dirigieron otra vez a la Catedral, donde el Ilmo. Señor Obispo pontificó cantando una misa de gracias con su Te Deum". Terminado este acto, se retiraron llenos de júbilo hasta las casas capitulares donde se restituyó el real estandarte. Las casas capitulares eran adornadas "con dosel y un sitial con su almohada"; varias divisiones que servían de camarines; ayudaba a los preparativos el portero de la sala de acuerdos del Ayuntamiento, Hermenegildo Téllez, quien también atendía y hacía las veces de relojero de la ciudad, (18).

Seguidamente comenzaron las corridas de toros, que se hicieron tres; luego juegos de sortija, que se dividió en tres cuadrillas, "una de españoles, otra de moros, y otra de indios, siendo, el cuadrillero de la primera, don Antonio de Alós y Brú; de la segunda, el ayudante de milicias, don Juan Ignacio Cavallero; y de la tercera, el sargento mayor, don Juan Manuel Gamarra", (19).

Siguieron las fiestas con dos comedias y un sarao, que el gobernador intendente verificó en su morada; durante todas las celebraciones la ciudad se mantuvo iluminada, se repartió refrescos, bizcochuelos, sorbetes, chicha y mate.

En la sesión del Cabildo, del 12 de mayo de 1790, pedían los señores del Ayuntamiento que para el lunes 17 del corriente se presenten las cuentas de los gastos ocasionados, y se deja constancia que en esta reunión no asiste el señor regidor don Francisco Olegario de la Mora, por hallarse distribuyendo "las alhajas y efectos que se pidieron prestado para el adorno del tablado de las comedias", (20).

El día 7 de junio, los señores regidores, don Josef Joaquín Baldovinos y don Pedro Josef Echeverría, presentan las cuentas de los gastos por los refrescos, tablados, corridas de toros, que se determinaron para la jura de nuestro monarca, (21).

De todos los actos realizados, se da cuenta en una nota del 13 de junio, dirigida al "Rey, Príncipe y Señor natural de estos dominios y Provincia del Paraguay", comunicándole con lujo de detalles los acontecimientos habidos en "la ciudad de Asunción, que lleva por título de Ilustre, desde su fundación, por los importantes servicios que hizo en muchas poblaciones, y por haber sido capital de ocho ciudades, como refiere la Real Cédula del 7 de junio de 1618, donde se verificó la Proclamación de Carlos IV", (22).

También se comunicó de la jura, a Buenos Aires, quienes sorprendidos interpelan porque no había jurado el regidor decano, sino otro individuo de aquel cuerpo. Por tal motivo, el Cabildo contesta que había sido el señor gobernador intendente, "quien lo eximió de dicha jura Real, mandando se deputara individuo de facultades que la practicase, y habiéndose traído el asunto a votación, recayó en el mencionado don Antonio Vígil; lo que se anotó para que en todo tiempo conste", (23).

 

 

JURA FUNDIDA EN ASUNCIÓN CON MOTIVO DE LA EXALTACIÓN AL TRONO, DE CARLOS IV


Como era costumbre, cuando terminaban los actos religiosos con motivo del fallecimiento de un monarca, seguidamente comenzaban las fiestas, al son de tambores y clarines, vivando al nuevo rey. Luego de varios actos, y como fin de fiesta, el alférez real arrojaba al pueblo monedas y medallas. Estas eran hechas ex-profeso con motivo de la proclamación real, y generalmente llevaban la efigie del monarca.

En Asunción, en aquella oportunidad, se fundieron cantidades limitadas de juras o proclamaciones, y hoy día, ya es una pieza sumamente rara y cotizada, la única conocida en el Paraguay. Sabemos que con motivo de la ascensión al trono, de Fernando VII, se acuñaron en la ciudad de Villarrica, unas medallas (24), según comunicación del Cabildo de aquella ciudad, al de Asunción, y cuyo documento se conserva en el Archivo Nacional. Desgraciadamente no se conoce esa interesante pieza.

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DESCRIPCIÓN DE LA JURA A CARLOS IV
ANVERSO.- En el campo, dentro de un círculo de puntos,

busto de Carlos IV, mostrando su perfil derecho,

con laurea, casaca, chorrera y banda.
Leyenda circular:

CAROLUS IV. HISPAN ET. IND. REX.

 

 

REVERSO.- En el campo, dentro de un círculo de puntos,

león a la izquierda, mirando de frente bajo dos árboles de palma y olivo.
Leyenda circular:

PROCLAMATUS PARAQUARIAE. Exergo, 1790.

 

 

BIBLIOGRAFÍA


1. Actas del Cabildo de Asunción - 6/abril/1789 - Archivo Nacional de Asunción.

2. Alejandro Rosas - "Aclamaciones de los Monarcas del Nuevo Mundo", Buenos Aires 1895.

3. Actas del Cabildo de Asunción -11/V/1789- Archivo Nacional Asunción

4. Actas del Cabildo de Asunción -2/VII/1789- Archivo Nacional Asunción

5. Actas del Cabildo de Asunción -22/IX/1789- Archivo Nacional Asunción

6. Actas del Cabildo de Asunción -18/X/1790- Archivo Nacional Asunción

7. Actas del Cabildo de Asunción -13/IX/1790- Archivo Nacional Asunción

8. Actas del Cabildo de Asunción -3/XI/1789- Archivo Nacional Asunción

9. Actas del Cabildo de Asunción -2/I/1790- Archivo Nacional Asunción

10. Actas del Cabildo de Asunción -14/XII/1789- Archivo Nacional Asunción

11. Actas del Cabildo de Asunción -2/I/1790- Archivo Nacional Asunción

12. Actas del Cabildo de Asunción -4/I/1790- Archivo Nacional Asunción

13. Actas del Cabildo de Asunción -25/I/1790- Archivo Nacional Asunción

14. Actas del Cabildo de Asunción -4/I/1790- Archivo Nacional Asunción

15. Actas del Cabildo de Asunción -12/III/1790- Archivo Nacional Asunción

16. Actas del Cabildo de Asunción -19/IV/1790- Archivo Nacional Asunción

17. Actas del Cabildo de Asunción -26/IX/1790- Archivo Nacional Asunción

18. Actas del Cabildo de Asunción -14/IX/1789 - Archivo Nacional Asunción

19. Actas del Cabildo de Asunción -17/V/1790- Archivo Nacional Asunción

20. Actas del Cabildo de Asunción -12/V/1790- Archivo Nacional Asunción

21. Actas del Cabildo de Asunción -7/VI/1790- Archivo Nacional Asunción

22. Alejandro Rosas - "Aclamaciones de los Monarcas Católicos en el Nuevo Mundo", Buenos Aires 1895.

23. Actas del Cabildo de Asunción -17/V/1790- Archivo Nacional Asunción

24. Carlos A. Pusineri Scala - "La Proclamación de Fernando VII en Villarrica del Espíritu Santo", presentado en las Jornadas de Historia del Guayrá, Junio de 1970.

 

 

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