CANTÓN GUBERNISTA
El Palacio de López con su enrejado
Albúmina (ca 1898), 6 x 9, fotógrafo no identificado.
EL PALACIO DE LÓPEZ
Asentado en un terreno de dos hectáreas, frente a la bahía de Asunción, el Palacio de López es uno de los edificios más elegantes de la capital paraguaya. En la primera mitad del siglo XIX, el Mariscal Francisco Solano López recibió el predio como regalo de su padrino de bautismo, Lázaro Rojas. Durante el gobierno presidencial de su padre, Don Carlos Antonio López (1844-1862), el militar paraguayo viajo a Europa con la misión de contratar técnicos y profesionales para desarrollar obras de progreso en el país. Así llegaron ingenieros y arquitectos que iniciaron una serie de construcciones que transformaron el paisaje urbano de la Asunción poscolonial. Entre las construcciones encomendadas figuraba un palacio que sería residencia del Mariscal López. De planificar la obra se ocupo el ingeniero húngaro Francisco Wisner de Morgenstern y los trabajos se iniciaron en 1857, bajo la dirección del arquitecto Alonso Taylor.
Investigaciones históricas realizadas por don Carlos Alberto Pusineri Scala señalan que “en el cimiento se emplearon piedras extraídas de las canteras de Emboscada y Altos; las maderas se trajeron de bosques y obrajes de Yaguarón y Ñeembucú y los ladrillos fueron proveídos por las olerías publicas de Tacumbú. Las piezas de hierro forjado se hicieron en la Fundición de Ybycuí”.
A las órdenes del arquitecto Taylor trabajaron también técnicos, escultores y artistas que se encargaron de la construcción y decoración del edificio. Su principal asistente era el arquitecto italiano Alejandro Ravizza, y el ingeniero inglés Owen Mognihan tuvo a su cargo esculpir las figuras necesarias para la ambientación palaciega. Hizo artísticas estatuas en piedras rojas y blancas sacadas de las canteras de Emboscada y Altos para adornar los salones.
El 25 de enero de 1864 llegó a Asunción el especialista italiano Andrés Antonini. Vino exclusivamente para diseñar e instalar la escalera central de mármol que da acceso a la segunda planta. Colocó también mesadas y confeccionó piezas decorativas en el transcurso de los dos años que duraron sus intervenciones. El artista francés Julio Mornet contó con la colaboración del pintor paraguayo Aurelio García en la tarea de pintar el cielorraso con motivos florales y figuras.
Hecho al estilo neoclásico renacentista, el Palacio de López estaba casi terminado en 1867. Apenas faltaban detalles de acabado para su conclusión. La ornamentación incluía estatuillas de bronce y el mobiliario importado de Paris al estilo francés en maderas nobles, bronces y mármoles, donde resaltaban los adornos grecorromanos. Los espejos con vidrios biselados, las alfombras y las cortinas de terciopelo traídos de Francia otorgaban aires europeos a los distintos ambientes del elegante edificio.
El entonces brigadier general Francisco Solano López dispuso que su despacho sea acondicionado en una de las salas de la planta baja, del lado izquierdo. El cielorraso del sector estaba revestido de yeso y en el centro sobresalía el escudo nacional con orlas doradas.
El inicio de la Guerra de la Triple Alianza hizo que el Mariscal López abandonara la capital y se instalara en territorio del Ñeembucú, desde donde comandaba las operaciones de defensa. No llegó a ocupar su fastuosa residencia, que sufrió los bombardeos previos a la toma de Asunción por parte de la escuadra brasileña, en enero de 1869. Las tropas de ocupación la utilizaron como cuartel y los corredores sirvieron de caballeriza, por unos siete años.
Además de los daños sufridos por los bombardeos, el Palacio –parecido a una herradura, con un gran torreón en forma de cubo rematado en cuatro torrecillas- fue objeto de saqueos. Los muebles traídos de Europa, las estatuillas que adornaban los salones, las arañas, los espejos, alfombras y cortinas fueron llevados al Brasil por los oficiales y soldados del emperador don Pedro II.
Al terminar la guerra, en 1870, Asunción continuó en poder de los brasileños, que se retiraron en 1876. En junio del mismo año, el palacio quedó libre y permaneció en total estado de abandono, hasta que el presidente Juan Gualberto González (1890-1894) se ocupó de su recuperación con el propósito de convertirlo en sede del Gobierno Nacional. Ordenó por decreto la terminación y refacción de la residencia. Los trabajos se hicieron aceleradamente y estuvieron completos en octubre de 1892. Y se eligió el día 12 para la inauguración con una exposición de productos nacionales, organizada con motivo de cumplirse el IV Centenario del Descubrimiento de América.
El presidente Juan Gualberto González no llegó a instalar su despacho en el edificio, pues en junio de 1894 fue depuesto por un golpe de Estado y en su reemplazo asumió el vicepresidente Marcos Morínigo. Este tampoco tuvo tiempo de montar su oficina en la nueva sede, porque no duró en el poder. Recién el general Juan Bautista Egusquiza pudo concretar la utilización efectiva del Palacio de López como sede del Gobierno nacional, el 25 de noviembre de 1894.
El complejo estuvo protegido por un enrejado de hierro de considerable altura que fue retirado definitivamente en los años 20.
PALACIO DE LÓPEZ
Panorama captado desde la bahía de Asunción.
Albúmina (ca 1890), 17 x 12, Manuel San Martín
PALACIO NACIONAL
Recuperado del abandono, el edificio de estilo neoclásico renacentista
empieza a imponer su elegante diseño.
Albúmina (ca 1890), 20 x 29, Manuel San Martín.
EL PALACIO CON REJAS.
Al finalizar la restauración, autoridades y ciudadanía
se congregan para observar la obra arquitectónica
en su máximo esplendor.
Albúmina (1892), 20 x 29, Manuel San Martín.
VISTA PARCIAL DE ASUNCIÓN. La bahía en época de bajante.
Albúmina (ca. 1899), 10 x 15, fotógrafo no identificado.
VISTA GENERAL DE LA ASUNCIÓN
Panorama tomada desde un barco anclado en la Bahía
Albúmina (ca. 1890), 20 x 29, Manuel San Martín
PALACIO DE GOBIERNO
Las rejas de protección del edificio fueron retiradas en los años 20
Albúmina (1898), 10 x 17, José Fresen
Fuente:
ASUNCIÓN SIGLO XX
ÁLBUM FOTOGRÁFICO
COLECCIÓN JAVIER YUBI
Editorial EL LECTOR,
Telf.: 595 21 491 966/ 610 639
www.ellector.com.py
Textos: JAVIER YUBI
Corrección: EMILIA PIRIS GALEANO
Diseño gráfico: CELESTE PRIETO
Asunción – Paraguay
Agosto 2010